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Capítulo dieciséis


"Que vivan su romance en paz" - Así no te amará jamás, AM.

Min y Wendy habían salido a dar una caminata por el parque en la tarde, y tras la ocurrencia de la mayor de comprar algo para comer, entraron a un negocio que el chico no conocía. Era una pastelería. A YoonGi le encantaban esos lugares, siempre había sido demasiado glotón y su madre acostumbraba a consentirlo seguido con postres y tartas.

Resultó ser que Jungkook trabajaba en el lugar, por lo que él le había recomendado a ambos clientes una tarta de mandarinas que estaba en la vitrina. La alfa sin pensarlo compró una porción, y tras comer un pedazo, abríó los ojos con grandeza observando a su amigo mientras por su parte, Jungkook se mostraba divertido ante los dinámicos amigos.

—¡YoonGi, prueba ésto!—pidió animada, ofreciéndole un poco con la cuchara de plástico.

El omega abrió la boca y tragó todo sin más. Saboreó bien, sabía muy...

—¡Qué asco!—e inmediatamente sintió una arcada tras otra que le avisó lo que vendría luego. YoonGi salió corriendo directamente al baño, encerrándose en el último cubículo.

La alfa y el omega se miraron entre sí, diciéndose con la mirada que sería el muchacho quién fuera a ver si el chico se encontraba bien debido a que los baños se dividían entre hombre y mujeres, y la chica no podía pasar con su amigo.

—Yoon, ¿estás bien?— el omega le preguntó asustado desde el otro lado de la puerta. Jungkook le escuchaba vaciar su estómago en el inodoro.

YoonGi no le respondió hasta salir un poco mareado del cubículo, limpiándose la boca con un papel. Miró a los ojos a Jeon, avergonzado.

—Juro que no quise decir eso de la tarta, de seguro está muy deliciosa pero yo... No sé que me sucede estos días—no era la primera vez en la semana que algo parecido le ocurría, con cualquier alimento u olor que normalmente eran de su agrado, terminaba vomitando.

Se acercó al lavamanos para enjuagarse la boca y mojarse el rostro, en un intento de disminuir el calor de sus mejillas.

—YoonGi-ssi... Yo una vez también estuve así durante casi dos semanas—habló bajito.

—¿Y por qué era?—preguntó, tomando papel para secarse el rostro.

Jungkook sintió su boca seca, no sabiendo si decir aquello o no.

—Hoseok.

YoonGi tardó unos segundos en darse cuenta de lo que quería insinuar. Un embarazo.

No podía ser posible, si bien con Jisoo casi nunca usaban protección, habían sido pocas las veces en que mantuvieron relaciones. Y con Jimin... No recordaba exactamente si la primera vez se habían cuidado.

—No, no creo que...—soltó una carcajada, preso de los diferentes sentimientos que de a poco iban surgiendo.

—Yoon, no es algo malo—quizo tranquilizarle, acercándose al chico.

—¡Lo sé, lo sé, carajo Pero es algo sumamente...—se tomó el cabello con fuerza—, sumamente posible.

Estaba aterrado.

—Yoon, tranquilízate.

El omega no dejaba de moverse de un lado a otro por la habitación, en espera de que pasarán los estrenos cinco minutos para revisar la bendita prueba que habían comprado en la farmacia antes de regresar a la casa de Wendy.

—¿Y s-sí sale positivo que haré?—miró a su amiga con terror—. Dios, esto no debería estarme pasando a mí.

—Escucha, omega. No necesariamente debes tenerlo...

—¡Ni se te ocurra insinuar eso otra vez!—le gruñó con amenaza. Si estaba embarazado, él iba a cuidar de ese cachorro con garras y dientes por que  no tenía la culpa de los errores de su padre.

—L-lo siento, yo también estoy algo ne-nerviosa—dejó caer su peso en el borde de su cama, revisando el reloj cada tanto—. Escucha, sé que tienes miedo, pero estoy segura de que ella estará encantada con la noticia.

Wendy sabía que ese cachorro en camino no era hijo de Kim Jisoo, pero estaba claro que en caso de que la prueba saliera positiva, YoonGi le diría que era suyo.

—S-supomgo que sí—asintió susurrando. Miró el reloj en su celular, dándose cuenta de que ya era momento—. Noona, a-acompáñame a verla.

La mujer se puso de pié y caminó junto a su amigo, abrazándolo por los hombros. Dejó un beso en su mejilla y fue ella quien se atrevió a revisar primero.

Y efectivamente, dos rayas perfectas se lucían en la pequeña pantalla junto a las semanas del embrión. YoonGi se sintió mareado mientras observaba el pequeño aparato con forma de termómetro, y sus piernas flaquearon en cuanto todo se volvió demasiado oscuro a sus ojos y lejano a sus oídos.

El grandioso día había llegado. Y decir que era "grandioso" para ciertas dos personas, era mentir. Sin embargo, Jisoo y Dahyun estaban felices. Mientras una se iba por fin con el que creía que era su novio, la otra sentía que podía vivir tranquila.

El enorme aeropuerto estaba repleto de gente, familias que recibían la llegada de un familiar, o así como ellos, que los despedían. Quedaban cerca de quince minutos para que tuvieran que arribar el vuelo, y la conversación que mantenían no era la más dinámica. Pero a pesar de eso, no los envolvía un silencio incómodo.

—¿Les molesta si hablo un momento con él a solas?—preguntó el alfa, rompiendo el silencio, mientras miraba a las mujeres—. Quisiera pedirle un favor, es sobre mi habitación y un par de cosas... No aptas para mujeres—les guiñó un ojo.

Dahyun, por primera vez en presencia del omega, soltó una pequeña risita, mientras que Jisoo solo asintió apretando los labios.

Jimin procedió a tirar al mayor del brazo hacia el costado del edificio, donde no había iluminación, de forma que ellas no les podían ver. Estampó al peli-negro contra la pared y apoyó la cabeza sobre su hombro. Se permitió llorar como nunca antes lo había hecho, por que después de todo, él también era un humano, y a pesar de que reprimía sus sentimientos como un experto, ya no podía más.

—Jimin...—murmuró acariciando la espalda del menor, e hizo el inhumano esfuerzo por no llorar con él también.

—Yoonie—sollozó—, ¿vas a estar bien?

El omega quería golpearlo, patearlo y gritarle que estaría mejor si no lo hubiera conocido nunca. Pero en realidad, él era lo mejor que le había pasado todos esos últimos meses.

—Me hi-hice una prueba de embarazo y salió positiva—le dijo por toda respuesta, sacándose un peso de encima. No había sido tan complicado como días atrás pensaba.

—N-no me jodas con esas mierdas que ves en las telenovelas. Sabes que no puedo q-quedarme, Yoonie, y-yo...

—Solo quería que lo supieras por que es tuyo—le dió un golpe en la cabeza, brusco—, y no puedo seguir adelante si te lo oculto.

Jimin no dijo nada, llorando en el hombro del mayor. Sin embargo, no podía pensar las cosas con claridad.

—Quisiera haberte conocido antes, omega—susurró, ahogandose con su propio llanto—. Mucho antes.

Se besaron una última vez. No sabía a fresas, sino a despedida. Una despedida salada, dolorosa, destructiva. El alfa no estaba procesando la nueva información con tanta claridad debido al shok que atravesaba, pero se arrodilló frente a YoonGi. En otro momento le habría parecido algo estúpido de su parte, pero levantó un poco la ropa del peli-negro, dándose cuenta de que en verdad tenía más "pancita" por el embarazo de cinco semanas.

¿Iba a ser padre? ¿Ahí estaba su cachorro? ¿Suyo? ¿De YoonGi y de él? ¿Qué iban a hacer? Más bien, ¿había algo que hacer?

Jimin no tenía tiempo para pensar, y tampoco podía sentir nada. Ni miedo, enojo, o felicidad.

—Cachorrito, yo sé que no puedes oírme, y tampoco sé que mierda hago justo ahora. Pero prometo volver—susurró, volviendo a quebrarse antes de dejar un pequeño beso ahí. Despidiéndose, en cierta forma, de algo que no conocía.

—Tenemos que regresar con ellas—susurró el omega mientras se acomodaba la ropa en cuanto el menor se puso de pié, apartandolo un poco de su cuerpo.

—N-no quiero.

Mierda, el no quería irse. Por primera vez, quería quedarse con el omega y remediar todo.

—Jiminie, no me lo hagas más difícil.

El alfa asintió, apartándose por completo. Se limpió el rostro con las mangas del buzo que llevaba puesto y caminaron con lentitud hasta las dos mujeres que charlaban desinteresadas, como si nada fuera de lo normal pasara. Dahyun recibíó el abrazo del peli-rubio, algo confundida, y YoonGi se quedó junto a la alfa buscando su calor.

«Pasajeros con destino a Alemania, quedan dos minutos para abordar en la línea 8/10» anunció la voz masculina a través de los altavoces.

—Que tengan un buen vuelo—alentó el omega con una sonrisa que dolía en el alma regalarles—. No olviden enviarme fotos de los paisajes.

—¡Y a mí! Yo también quiero ver los lugares preciosos—acotó Jisoo—. Vayan, chicos.

Dahyun abrazó a la alfa primero, y con cierta duda, a YoonGi. Aunque no se lo esperaba, el chico sonrió. Luego fue el turno de Jimin, quién abrazó a su madre por unos segundos, e inevitablemente al omega también.

—Te voy a extrañar, imbécil.

—Yo más, idiota—le revolvió el cabello, para luego golpearle suavemente una mejilla—. Cuida de mí madre.

YoonGi le sonrió. Y junto a Jisoo se quedaron observandoles hasta perderlos de vista entre tanta gente.

—Volvamos a casa, bonito—murmuró, hundiendo la nariz en los cabellos del omega.

—Si, amor.




Jisoo no estaba ni un diez por ciento triste, incluso parecía feliz de saber que su hijo estaba en un avión rumbo a otro país. Se sentía libre. No tenía que pensar en evitar que el peli-rosa socializara con su esposo, era una boca menos que alimentar y un problema andante menos que enmendar.

Por otra parte, en las noches se había vuelto más necesitada de contacto sexual. No entendía por qué, pero siempre terminaban de esa manera. ¿Quizá se debía a que todo lo que quería le estaba saliendo de maravilla?

—Alfa—el peli-negro entró a la habitación, viendo a la mujer recostada mientras leía una revista—, quiero hablar de algo contigo.

—Te estoy escuchando, amor.

—Fuí al hospital—mintió. Aquellas palabrasso llamaron la completa atención de la mujer, quién rápidamente se puso de pie para acercarse a su esposo—, por que he estado con muchos vómitos—hizo otra pausa para sostenerle la mirada—, y yo, e-estoy en cinta, Jisoonie.

La alfa se quedó estática, y YoonGi se sintió aún más aterrado de lo que ya estaba. Jisoo alejó con brusquedad las manos del cuerpo del menor, y en silencio solo lo observó.

» —¿N-no vas a decir nada? ¿Jisoo?

—Tienes que... Abortar—murmuró, con la mirada perdida. Era la mejor opción, y todo volvería a la normalidad.

YoonGi por su parte no podía creer eso que estaba oyendo. ¿Abortar? ¿Acaso ella se había vuelto loca?

—¿Q-qué?

—Si, YoonGi. Yo no...—pasó las manos por su cabello—. ¡Tienes que abortar!

Los nervios del menor habían sido opacados por el enojo. Ella no le estaba pidiendo auqello en serio, deseaba que solo fuera una broma de mal gusto.

—¡¿Qué mierda me estás diciendo?!

—No q-quiero otro hijo—miró el suelo, para subir la mirada al peli-negro. Más bien, a su abdomen, donde podía notarse una pequeña ondulación. Sintió repulsión—, yo no lo... Va a ser lo mejor. Mira el lado bueno, no perderás tu bonita silueta.

—Jisoo, no seas idiota. ¡¿Por qué no lo querrías?!

—¡Vas a abortar y punto!—se acercó al omega con amenaza, tomándolo por el cuello de la ropa.

YoonGi se sacudió, apartandose de ella hacia atrás. Nunca había visto a Jisoo tan molesta, y tampoco nunca ella lo había tratado así de brusco.

—¡Estás loca! ¿Sabes lo difícil que es esto para mi? Ni siquiera tenía pensado en ser padre, pero aún así... Es nuestro, alfa. Y no pienso dejar que me lo quites solo por tus caprichos.

—Vete a dormir a la otra habitación, no quiero verte aquí.

—Jisoo...

—¡Lárgate antes de que haga algo de lo que me arrepentiré luego!

El omega la miró unos segundos, y se marchó dando un portaso que hizo a las cortinas moverse. Jisoo pateó la mesita de luz y golpeó la pared con rabia, maldiciendo una y otra vez.

Mientras que el omega se encerró en la habitación que ocupaba el rubio, y no en la de huéspedes. Ahí, con las cosas que quedaban de Jimin, se sentía contenido de alguna forma. Y se permitió llorar hecho una bolita, tocando su pequeño vientre sobresaliente.

—N-no pienso dejar que nos separen, cachorro.

Necesitaba a Jimin. Demasiado. Pero lo más probable es que ya se encontrara durmiendo junto a Dahyun a nada de aterrizar en tierras alemanas.

El sentimiento de temor y angustia se mantenía persistente en él, pero de alguna forma encontraría la manera de sonreírle a la vida y seguir adelante. Confiaba plenamente en que Jisoo recapacitaría y aceptaría al cachorro. Aún sin saber que no era suyo.




Bueno, en resumen... Jimin se fué sin un por qué, Yoongi está en cinta, y por alguna razón Jisoo no quiere saber nada con el asunto. Volvemos al principio, donde YoonGi y Jimin son extraños, a pesar de todo lo que pasó en medio y el cachorro que inevitablemente los une, sin embargo,  el "matrimonio" está distanciado.

Solo pido que no me odien jaldjakdlajdka espero que les haya gustado el cap^^

Nos leemos el miércoles, o más tardar, el jueves. Cuídense mucho 💗

©ʏᴏᴏɴɴɪᴇxᴊɪᴍɪɴɪᴇ5

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