
𝘂𝗻 𝘃𝗶𝗮𝗷𝗲 𝗮𝗹 𝗽𝗮𝘀𝗮𝗱𝗼
𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝟓
Jisung miraba con ojos de amor a Minho, quién hablaba con sus amigos en unos casilleros alejados. El chico suspiró enamorado. Minho lo miró unos momentos y paró la conversación que tenía con sus amigos.
— Disculpen chicos. — Dijo mientras se alejaba de su grupo para ir dónde su novio. Sus amigos alzaron una ceja pero al ver como se abrazaba con Han empezaron a molestarlos. Causando que Jisung se sonroje.
— Los dejamos solos. — Dijo Changbin. Minho rió y volteó a ver a su pequeño novio. Todos se fueron dejándolos solos. Lee abrazó de la cintura a Jisung, le dió un beso romántico para después ponerle una hermosa flor en su oreja izquierda. Haciendo que la cara de Jisung se vuelva aún más roja.
— Gracias... — Minho rió bajo.
— Hoy te ves aún más lindo. — Han rió y recibió el abrazo de su pareja.
— ¿Te gustaría ir al centro comercial conmigo? — Minho hizó como que pensaba y asintió. — Que bueno. Realmente quiero que pruebes esos pasteles de zanahoria que me encantan. — La sonrisa de Minho desapareció e hizó una cara de disgusto.
— ¿Zanahoria? Que asquito. — Jisung rió y le dió un beso a los labios. Minho sonrió. — Que me des besos no me convencerá de comer esa cosa.
— “Esa cosa” es lo más delicioso que probé en la vida.
— Prefiero el chocolate. — Los dos rieron y caminaron abrazados hacia la salida de la escuela.
Los dos enamorados pasaron toda la tarde juntos y a Jisung se le hizó tarde para llegar a casa. Sin duda sus padres lo iban a regañar.
— Amor, ya es hora de irme. — Jisung no soltó a Minho quién reía. — ¿No me vas a soltar? — El castaño negó con la cabeza. El mayor sonrió.
— No quiero que te vayas. — Dijo. Minho hizó una mueca, tomó su barbilla y levantó su cabeza para que lo mirara.
— Mañana nos veremos en la escuela. Como todos los días. — Han suspiró y soltó a su novio. — Nos vemos, mi amor. — Jisung sonrió. Minho se alejó y se fue caminando hacia dirección a su hogar.
Jisung escuchó un puertazo y rodó los ojos.
— ¿¡Que tanto hacías!? — Gritó su madre. Han volteó a verla e hizó una reverencia.
— Perdón... — La señora lo jaló del brazo y lo llevó a dentro.
— Tu padre está enojado. Hoy tenías un exámen oral. — Susurró. Jisung al escuchar eso abrió sus ojos de sorpresa y miedo. ¿Como pudo olvidar algo tan importante? — Entra de una vez. — Jisung quería negar, correr y encerrarse en su habitación. Hasta escaparse de su casa por un maldito exámen oral.
— Jisung. — Él recién nombrado y su madre se quedaron quieto. Se asustaron por la repentina voz gruesa y oscura. — Entra de una puta vez. — El menor ya quería llorar, obedeció y entró a la habitación.
— Buenas tard... Noches. Buenas noches, padre... — El señor Han miró a Jisung de pies a cabeza y frunció el ceño al ver esa pequeña flor en su oreja.
— ¿Y esa flor? ¿Acaso te quieres ver aún más mariquita con eso? ¿No te basto con presentarnos a ese bueno para nada? Maldito homosexual, enfermo a mi hijo. — Lo último lo susurró, pero lo suficiente para que Jisung escuchará. Han mordió su labio inferior para evitar decir algo.
— Lamento llegar tarde y no presentar el exámen oral. — Jisung sintió escalofríos al escuchar una risa por parte de su padre.
— Así como te disculpas por un exámen, quiero que te disculpes por ser un maldito enfermo. — Rió nuevamente. Los ojos de Jisung se aguaron.
Su padre, el padre que siempre amo y lo veía como un héroe, ahora era un simple imbécil que decíde tirar todos lo años de cariño que pasaron los dos como padre e hijo por el simple hecho de ser homosexual.
Jisung no soportó y gritó:
— ¡Papá, porfavor! ¡Ésto no puedo durar toda la vida! — Los dos mayores se sorprendieron y se miraron entré si. — ¿Me odias solo porqué me gustan los chicos?
El señor Han se quedó en silencio unos momentos. Se paró de su asiento y caminó hacia Jisung. Esté se asustó pero se quedó quieto en su lugar.
— Maldito marica. — Dijo antes de darle un golpe en su estómago. — ¿Te quieres hacer el valiente? — Jisung calló al suelo, tosiendo. La mamá de Jisung lo miró en silencio. — Recuerda que yo soy el más poderoso en la ciudad. Yo puedo hacer desaparecer al enfermito ese con solo chascar mis dedos. — Jisung seguía tosiendo en el suelo, mientras que lagrimas salían de sus ojos. — ¿Te gustaría ver el cuerpo sin vida de tu noviesito en tu cuarto, justo en tu cama? — Jisung abrió sus ojos sorprendido y negó rápido. — Entonces...
Los señores se se fueron de ahí en silencio, dejando a su propio hijo en el suelo. Jisung no podía creerlo. ¿Lo acaba de amenazar? No lo podía creer. Minho estaba en peligro y todo era su culpa. Nunca pensó que salir de clóset provocaría el odio de sus padres. Cuando les contó sobre Minho y su enamoramiento. Pensó que lo apoyarían. El era como el tesoro de sus padres.
Esto debía acabar...
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