𝘀𝘂𝗲𝗻̃𝗼𝘀
𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝟐
— Felix... — Llamó Jisung. El rubio volteó a verlo,preocupado por el tono de voz.
— ¿Que sucede, Sunggie? — Preguntó curioso. El mayor rascó su brazo viendo a un lado.
— Creo que nuevamente estoy empezando a recordar cosas... — Dijo. Félix abrió sus ojos como platos, corrió hacia su amigo y lo abrazó. Lágrimas de felicidad rodeaban sus mejillas.
— Estoy tan feliz, Jisung... — Dijo. La última vez que Jisung recordó algo fue hace tres años. Se alejó un poco de Jisung para verlo a los ojos. — ¿Que recordaste? — Preguntó emocionado. Una grande y sincera sonrisa decoraba su rostro.
— Solo recuerdo una frase... — Dijo. Félix asintió.
— “¿Es normal estar tan enamorado de ti?” — La sonrisa de Felix desapareció, carraspeo y se sobo la nariz.
— ¿E-estás seguro? — Preguntó, viendo su celular en la mesita pequeña de la sala. — T-tal vez lo escuchaste en una novela. — Rió. El mayor empezó a sospechar de su comportamiento.
— Recordaste la frase de una novela, que gracioso. — Sonrió falsamente. El rubio volteó para volver a la cocina, pero agarró su celular antes de entrar. Jisung negó con la cabeza, caminó hacia el pecoso y le agarró los hombros, haciendo que el contrario volteé.
— Felix mírame a los ojos y dime qué es idea mía como reaccionaste. — Dijo, viéndolo fijamente.
— S-sung... No es necesario. — Sonrió nerviosamente.
— Y... ¿Por qué estás nervioso? — Preguntó. El rubio tragó saliva. Estaban mirándose fijamente hasta que se escuchó una alarma de la cocina, avisando que ya están los brownies.
— ¡Oh! ¡Mis brownies! — Sonrió en grande y salió corriendo a la cocina. Dejando a Jisung en la sala.
El castaño suspiró cansado, decidió olvidar lo que pasó hace unos momentos. Fue a su habitación para tomarse una ducha de agua fría, al terminar se vistió y se tiró cansado a su cama.
“¿Es normal estar tan enamorado de ti?” El castaño frunció el ceño. ¿De quien se trataba? ¿Y por qué mierda Jisung sentía su corazón saltar?
Pensar en eso le dió mucho sueño, quedándose dormido.
Minho entró a su hogar, se tiró a su sofá caro. Abrió sus ojos y vió la ciudad por las ventanas grandes de su sala. Agarró su celular y llamó un número.
...
...
— ¡Minho!
— Changbin. — Rieron los dos.
— ¿Como estás? ¿Ya decidieron la fecha para su boda? Que no sea día de semana. — Minho rió, negando con la cabeza aunque el otro no pudiera verlo.
— Estuvimos hablando y decidimos casarnos el 17 de Agosto. — Contó. Se levantó de su sofá y se dirigió a la cocina.
— Osea... ¿En 5 meses?
— Exacto. — Respondió, abrió su refrigerador y saco una lata de cerveza. — Minju está en Han's Castle con una de las empleadas. — Tomó de la lata. — Nos gusto ese lugar asi que los contratamos para que organicen nuestra boda.
— ... — Hubo un silencio por parte de Changbin.
— ¿Bin? — Frunció el ceño por el silencio que dejó su amigo.
— ¿Han's Castle? Creo que escuché mal... — Rió.
— ¿Si? Minju y yo contratamos a Han's Castle para que preparen nuestra boda. ¿No te lo dije? — Tomó nuevamente de la lata de cerveza.
— ¡Minho! Mejor buscá otro lugar... — Dijo nervioso. — E-escuché que casi arruinan una boda en la playa por su falta de p-profesionalismo... — Minho frunció el ceño.
— ¿De que hablas? — Rió. — Los pocas horas que estuve ahí se notaba que eran muy profesionales. Aparte que el CEO es muy amable.
— ¿¡Conociste al CEO!? — Minho escupió la cerveza por el repentino grito de su amigo.
— ¡Changbin! Mierda... — Maldició al ver la foto de él y Minju en su aniversario empapada de cerveza. — ¡Oh no! La foto... ¿¡Que te pasa!?
— ¡Perdón! Tengo que hacer algunas cosas... Ya sabés ¡Cosas de Jefes! ¡Bye Bye! — Changbin cortó la llamada.
— ¿Y a este que le picó? — Murmuró molesto. Miró la foto malograda por la cerveza. Suspiró y se dirigió al baño para lavarse la cara. Tiene muchas preguntas en su cabeza. ¿Por qué su amigo reaccionó así? ¿Había algo de malo hablarle al CEO? Si el va a organizar la boda. ¿Por qué Jisung están lindo?
Entró a la gran habitaciones que compartía con Minju. Entró a la ducha y se dió una baño de agua caliente, relajándose. Después de bañarse, se cambió y se tiró a la cama. Cerró los ojos y durmió.
— Minhonnie... — El chico desconocido abrazó a Lee mientras lágrima de tristeza salían de sus ojos que no se llegaban a ver. — Porfavor...
— Perdóname... — Minho abrazó más fuerte al castaño. — Ji... — Los dos voltearon a ver la repentina luz y se escuchaba la bocina de un auto. Los dos gritaron al ver el camión acercarse a ellos.
Minho despertó sudando por la pesadilla que tuvo. Tocó todo su cuerpo y suspiró aliviado. Nuevamente tuvo un sueño con ese chico. ¿Quién era? Siempre soñaba con su voz... Pero no llegaba a ver su rostro completo. Ni una vez.
Lee sabía que estos sueños tenían una relación con su accidente de hace cinco años. Sabía muy bien de como paso su accidente. Pero lo que siempre lo mantenía en duda era por qué nunca le comentaron sobre la persona que está en sus recuerdos.
— ¡Minho! — Changbin abrazó despacio a su amigo. El pelinegro lo miró raro pero solo se quedó quieto en su lugar. — ¡Me alegro que despertarás!
— ¿Qué? — Es lo único que dijo Minho. El doctor entró con los familiares del chico. Quienes lloraban de felicidad.
— Familia y amigo de Lee Minho. — Todos miraron al doctor. — Lamento decirles que el paciente Lee Minho sufre de amnesia... — Su madre se tapó la boca sorprendida. Empezaron a llorar y Minho se quedó en su lugar. El también sentia ganas de llorar al saber que toda está gente que no recordaba eran parte de su vida. Y le dolía no poder tener recuerdos sobre ellos, no tener recuerdos de nada. — Los dejaré solos para que puedan hablar con él e intenten tranquilizarse. — El doctor salió de la habitación sin antes hacer una reverencia.
— Hijo... — La señora caminó hacia Minho y le tomó la mano delicadamente. El sin dudar también tomó su mano. — Porfavor Dios... Ayúdanos... — Rezaba la pelinegra.
Minho miró a todas las personas, quienes lloraban o solo miraban al suelo. Miró en especial al chico musculoso quién fue el primero en ir y abrazarlo. El joven estaba llorando y abrazandose a si mismo al mismo tiempo. Lágrimas de los ojos de Minho salieron y todos voltearon a verlo al escuchar un sollozo. Todos se acercaron al chico preocupados y le preguntaban si le dolía algo.
— N-no... — Fue lo único que respondió. Se volteó de lado con dificultad y les dió la espalda a todos. — ¿M-me podrían d-dejar solo... Un momento? — Todos asintieron tristes y se retiraron de la habitación. Minho mordió su labio inferior con fuerza y empezó a llorar fuerte.
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