𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝟔

Jisung caminaba de un lado a otro mientras pensaba en algunas cosas, siendo observado por sus empleados. Sus zapatos sonaban fuerte ya que todos en el lugar estaba en silencio. Esperando que su jefe, un hombre amable (Que ahora se veía molesto) diga alguna palabra.

Todos allí estaban un poco nerviosos ya que el hombre los había llamado con un tono de voz que nunca habían escuchado. Nunca.

Algunos se miraban entre sí como si se estuvieran hablando telepáticamente y otros solo se quedaban quietos, como una estatua.

— Vemos. — Dijo. Todos se pusieron firmes al escucharlo por fin hablar. — Estaba revisando la lista de cosas hechas y me dí cuenta que son muy pocas. ¿Por qué? — Nadie respondió a lo que dijo. Jisung puso sus ojos en blanco y suspiró. — ¿Algo falta? — Un chico con apariencia de un perrito pensó unos segundos y decidió hablar.

— Señor Han... — Todos los presentes voltearon a verlo con sorpresa. — Normalmente usted siempre nos dice información sobre lo que les podría gustar a los clientes y... — Retrocedió y bajó su mirada al suelo, ya que Jisung levantó su mano, señal de que paré de hablar.

— Información... Ah. Se me pasó. — Todos soltaron el aire retenido y se miraron entré sí. — Pero... ¿Ustedes ya no son lo suficientemente “profesionales” para saber esas cosas? Ni siquiera tenemos listas las invitaciones. — Nuevamente todos se quedaron quietos y miraron a los encargados de las invitaciones.

— Lamentamos mucho nuestra irresponsabilidad, señor Han. — Las chicas hicieron reverencias como disculpa. Jisung solo las miraba en silencio y asintió levemente.

— ¿Ya tienen una idea para el peinado? ¿Maquillaje? ¿Flores? ¿Vestidos para las damas de honor? — Todos miraron al suelo. — ¿O tengo que contratar a otras personas para que hagan sus trabajos? — Nuevamente hubo un silencio. Jisung suspiró fuerte para que todos notaran su cansancio y habló. — A trabajar.

Todos asintieron rápido y fueron a sus puestos. El ruido de personas hablando al mismo tiempo apareció en todo Han's Castle. El CEO los miró por última vez y fue a paso lento a su oficina.m

Cerró la puerta y fue a su asiento, se sentó y abrió uno de los cajones. Sacó unos documentos con información sobre la pareja “Lee” y empezó a leer, como siempre lo hizó desde que llegaron. Estuvo así hasta que el sol se fue.

Aún se escuchaba en ruido de los empleados discutiendo y golpes de cosas cayendo al suelo porqué todos estaban estresados. Aunque aún faltaba cinco meses para la boda. Ese detalle se le pasó a Jisung.

Sobó su rostro, sentía mucho sueño pero debía seguir con su trabajo de buscar camareros, músicos y electrónicos. Le dió pereza ir y prender las luces, ya que estaba en oscuras y solo la luz de su laptop iluminaba un poco la habitación.

Sus parpados empezaron a cerrarse poco a poco, Jisung bostezó y acostó su cabeza en sus brazos, cerró sus ojos y durmió.

Sintió unos pequeños toques en su mejilla izquierda, una pequeña y linda risa se escuchó. Jisung abrió sus ojos poco a poco mientras bostezaba. Se levantó con cuidado y sobó sus ojos.

— Me quedé dormido... ¿Que hora es? — Dijo, aún con los ojos cerrados.

— Son las cuatro, ardillita. — Jisung frunció el ceño, confundido y miró a la persona con esa voz conocida. Su ojos se abrieron como globos y soltó un gritó, asustando al chico frente suyo. — ¿Jisung? ¿Sucede algo? — Preguntó el peli negro mientras se acercaba a Jisung. Esté se alejó un poco y lo miró de reojo.

Miró toda la habitación y sin duda está no era su oficina. Estaba sentado en una cama con otro chico y esté chico era Lee Minho.

— ¿¡Señor Lee!?

— ¿Señor? — El chico empezó a reír fuerte, mientras que el otro miraba su atuendo que era de una escuela que nunca asistió. — ¿Acaso soñaste algo de oficinas o que? — Dijo para después nuevamente reír.

— ¿Que mierda...? — Susurró para el mismo. Sin esperar más salió corriendo de ahí. Minho se quedó en su lugar, procesando lo que acabada de pasar. Al procesarlo salto de la cama y persiguió a Jisung.

Jisung se chocó con un mesa pero siguió corriendo, salió de la casa pero se detuvo. Minho llegó detras de él y empezó a respirar con dificultad.

“¿Por qué estaba corriendo?” Pensó. Volteó a ver a Minho y se acercó a él. Lo abrazó y le dió un beso.

El mayor alzó una ceja, confundido pero igual siguió el beso.

— ¿Por qué te fuiste así? — Preguntó. Jisung miró hacia arriba para recordar pero su mente estaba en blanco.

— Yo... No lo sé. — Minho hizó su boca de forma de “—” — Perdón. — Dijo para después darle otro beso. Minho sonrió con un pequeño color carmesí en sus mejillas y orejas.

— ¿Entramos? Mi tía cocinó queque de zanahoria para ti. Ya que sabe que te encantan. — Jisung sonrió y asintió emocionado. Caminaron hacia la entrada del hogar de Minho tomados de la mano.

Tal vez ese no sea el hogar de Jisung pero para él si lo era. Era su hogar. Minho era su hogar.

Jisung despertó, con lágrimas en sus mejillas. Limpió sus lágrimas sin cuidado pero seguían saliendo de sus ojos.

“¿Fue tan solo un sueño? Se sintió tan real...” Pensó Jisung.