𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝟕

Minho despertó en medio de la noche con lágrimas en los ojos. Parpadeó varias veces, confundido y volteó a ver a la persona a su lado. Sonrió calmado al ver que Minju dormía cómodamente. Viéndose como toda una princesa de un cuento de hadas.

Tocó sus mejillas mojada y se preguntaba que habrá soñado para que llorara, ya que no lo recordaba. Bajó de su cama sin hacer ruido, bajó las escaleras, prendió las luces y fue a la cocina a servirse un vaso de agua fría.

Mientras tomaba el agua pensaba en lo que podría haber soñado.

“¿Soñe que Minju falleció? Que horrible...” Pensar en eso hizó que su estomago doliera. Tomó lo último de su vaso y lo dejó en el poso. En vez de subir hacia la habitación que comparte con Minju decidió ir dónde las grandes ventanas de la sala y apreciar la noche. Era tan hermosa y nostálgica. Y no sabe porqué siente nostalgia si olvidó toda su infancia y adolescencia. Recordar eso también lo hace sentir tan horrible.

Las lágrimas empezaron nuevamente a salir de sus ojos marrones. Siempre que mirá la luna solo piensa en alguien. Pero no sabe quién será ni como lucirá. Solo sabe que era alguien especial para él. Dentro de su corazón siente que era su alma gemela.

A causa del accidente olvidó todo. A todos. Pero el universo le envío a Kim Minju. Ella hizó que él vuelva a tener ese brillo en sus ojos que perdió. Ella era su nueva alma gemela. La que iba a remplazar a la anterior.

“¿Que será de esa persona?”

Se preguntaba Minho cada vez que pensaba en ella o... Él.

Minho y Minju estaban en el local de Han's Castle. Eligiendo las flores para los floreros de la decoración.

Pero algo estaba fuera de lo normal. Minho sentía que Jisung lo estaba evitando. Lo vió caminar por los pasillo y sin pensar fue hacia a él para saludarlo pero esté al notar su presencia se fue de ahí sin mirar atrás. El corazón de Minho dolía. Dolía horrible. Y el no sabe porqué.

— Me encantan estás. — Dijo Minju. La chica miró a su prometido, esperando su opinión. Pero Minho no respondió ya que estaba perdido en sus pensamientos. — ¿Amor? — El mayor la miró rápido y asintió.

— Están lindas. — Minju y el empleado se miraron entre sí con una ceja alzada.

— ¿Sucede algo? — Preguntó Minju, posando sus manos en las mejillas del peli negro. — Si te sientes cansado puedes decirme. — Minho negó con la cabeza.

— ¿Prosigo? — Preguntó Seungmin, el florista. Los dos asintieron y el chico siguió mostrando más flores de distintos colores y olores.

Así siguieron por unos treinta minutos hasta que Minho decidió ir al baño para lavarse el rostro.

Caminaba hacia los baños y pudo ver de lejo a Jisung, sentado ahí mientras observaba algo en su celular. Minho decidió ir e intentar hablar con el.

— Buenos días, señor Han. — El recién nombrado levantó el rostro y lo miró en silencio.

— Ah... — “Bump” — Buenos días, señor Lee. — Minho se sentó a su lado y se quedó callado. El silencio era incomodo y ninguno de los dos lo rompía hasta que lo hizó Jisung. — Disculpé pero tengo cosas que hacer. — Dijo con una voz fría, demostrando que no tenía interés de hablar con Minho. El mayor tragó saliva y su corazón dolía. El dolor era igual a cuando recordaba a su alma gemela.

— Espera. — Jisung se detuvo, volteó a verlo e hizó su sonrisa forzada. — ¿Sucede algo? ¿Hay algo que te incomode? — En esos momentos ninguno de los dos pensaba en su relación de cliente-trabajador.

— ¿De que habla? Necesitó hacer mi trabajo. — Dijo sin más rodeos y salió del lugar sin mirar atrás. Dejando a Minho con el corazón roto... ¿Roto?

Minho rascó su cuello fuertemente y fue al baño. Entró y se lavó el rostro sin cuidado. ¿Por qué se sentía de esa manera? ¿Por qué quería acercarse a Han Jisung? El solo va a organizar su boda. No es su amigo. No es nada más que el organizador de su boda. Solo eso.

Pero algo en él quería acercarse. Algo en él le decía que debía hablarle. Algo muy profundo en su corazón le decía eso.

Minho empezó nuevamente a rascarse el cuello. Su vista se nubló y...

— Minho. — Llamaba un chico con apariencia de ardilla. Minho lo miró aturdido por como lo llamó.

— ¿Si, mi amor? — El más bajo no lo miraba a los ojos, solo apretabas las tiras de su mochila.

— Necesito hablar contigo hoy. ¿Nos vemos en el parque? El que está en el centro de la ciudad. — El mayor asintió confundido. Intento acercarse para abrazarlo pero esté volteó y se fue de ahí. — A las cuatro. — Dijo mientras se alejaba. El corazón de Minho dolió.

Lee caminaba hacia su hogar con tristeza en él. Su lindo novio se comportó frío y distante con él.

“¿Hice algo mal? ¿Y si quiere cortar conmigo? ¿Encontró a alguien más?” Se preguntaba mientras mordía su dedo.

El camino a su hogar siempre pasaba por el parque, que eran en el centro de la ciudad. Minho no pudo ver los carteles ya que estaba perdido en sus pensamientos. En los carteles decían que iba a ver una lluvia fuerte, que las pistas iban a cerrar y que era mejor quedarse en casa para evitar accidentes.

Si tan solo Minho hubiera leído esos carteles.

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