𝗥𝗨𝗡𝗡𝗘𝗥𝗦 - 06
Nayeon despertó casi de inmediato cuando está escuchó un golpe en seco muy cerca de allí, está se iba a levantar para ver que era lo que había sucedido, pero T/n puso su mano en su boca para evitar que está hiciera ruido.
Nayeon comprendió enseguida, así que T/n le retiro la mano.
—Yo también lo escuché -dijo la azabache, está se puso su abrigo y agarró con fuerza el hacha, apretándola contra su pecho, Nayeon imitó su acción y se colocó la chaqueta que estaba usando- Ponte detrás de mí.
Luego de bajar del segundo piso de la casa estás llegaron a la primera planta, como siempre, el lugar estaba desolado, según sus cálculos, deberían de ser como las cuatro y media o cinco de la mañana, el ruido que habían escuchado provenía desde afuera.
Nayeon se tensó y agarró el bate de béisbol con fuerza, alerta en todo momento.
El primer piso estaba libre de intrusos, y después de confirmar que todo estaba en orden ambas salieron al jardín delantero. Allí escucharon algunos gruñidos, lo cual significaba que había un zombie merodeando por allí.
La noche comenzaba a aclararse, gracias a esto y a la tenue luz del amanecer podían ver cómo efectivamente, en la reja de entrada, cerca del auto, había un par de zombies manoteando hacia adentro.
La piel de Nayeon se erizo al ver a las dos criaturas, el hedor a putrefacción era insoportable.
T/n se detuvo un momento.
—Quieren atrapar algo -musitó la azabache, está se giró hacia Nayeon para verla unos segundos- Quédate aquí, iré a ver.
—¿Un animal?
—Tal vez...
La rubia asintió, y tras ponerse segura detrás de una maceta grande está se quedó viendo cómo T/n se acercaba a los zombies.
Cuando la azabache estuvo lo suficientemente cerca sin llamar la atención de los zombies está dió un par de hachazos al aire. El primero zombie cayó al suelo cuando T/n le clavó la hoja del hacha en la cabeza, el segundo zombie, antes de que pudiera reaccionar fue decapitado casi de inmediato, cayendo al suelo segundos después. Nayeon desde lo lejos pudo ver cómo está abría la reja y recogía el hacha del suelo, enfocando su mirada en el suelo cerca del auto.
Su mirada era una de confusión y alegría, ¿Que podría ser?
T/n, después de unos segundos comenzó a hablar, al parecer lo que los zombies querían atrapar era una persona. Poco después está estiró su mano, ayudando a levantar a quien sea que fuese que estuviera en el suelo. Al ver que ya no había peligro Nayeon fue en busca de T/n.
La persona que T/n ayudo a levantar estaba de espaldas, y suponiendo por su figura delgada y cabello largo se trataba de una mujer.
—Oh, Nayeon, yo... -la azabache hablo cuando la vio cerca, T/n tenía una sonrisa en el rostro.
La rubia se acercó más, viendo a la extraña girar su rostro.
—¿Nayeon?
El rostro de la nombrada se congeló.
Su corazón comenzó a latir con fuerza, sus manos, incapaces de sostener algo dejaron caer el bate de béisbol al suelo.
La aún presente oscuridad no dejaba ver bien lo que pasaba, pero aún así, si está estuviera ciega, ella podría reconocer ese rostro donde sea que estuviese.
—¿Jihyo?
La rubia no tuvo tiempo para pensar más, ya que fue tacleada y cayó al suelo. Cuando está pudo reaccionar sus manos se apresaron tras la espalda de la otra, sintiendo como sus ojos se llenaban de lágrimas.
T/n de inmediato comprendió sobre quién era la extraña chica y la reacción de ambas. Los leves sollozos por parte de ambas se podía escuchar desde donde ella estaba.
Tal vez un par de minutos después ambas chicas se levantaron del suelo, aún abrazándose. La pelinegra tomó el rostro de Nayeon con ambas manos, viéndola fijamente.
—Oh por dios, de verdad eres tú... Eres tú -musitó la pelinegra, está nuevamente abrazó a la rubia- Nayeon...
—Jihyo -musitó está, terminando el abrazo para ver a la otra- ¿Cómo es que...? -esta hipó- ¿Cómo es que estás aquí?
Antes de que está pudiera responder un gritó ensordecedor resonó no muy lejos de allí, el terror en el rostro de todas era enorme. Y Nayeon, con solo una mirada de T/n supo que era lo que debían de hacer.
—Vamos adentro, aún no es seguro estar afuera.
Cómo pudieron estás se pusieron de pie, entrando a la casa.
La noche aún no terminaba, por ende el control del mundo aún estaba en los zombies.
Luego de haber entrado, T/n y Nayeon veían como Jihyo devoraba con rapidez la lata de fideos, cuando está terminó de comer soltó un suspiro de satisfacción, cuando la azabache le extendió otra lata de frijoles Jihyo la miró por unos segundos, sonrojándose enormemente cuando la tomó, empezando a comerla de inmediato solo que con menos rapidez está vez.
T/n dejó una botella de agua a los pies de Jihyo.
—Procura tomar un poco de agua, te ves bastante deshidratada...
Jihyo la miró y sonrió, asintiendo. Nayeon sonrió igualmente y miró a la menor.
—Yo... No pensé que estarías aquí... ¿Por qué no estas en Japón? ¿Y las demás chicas?
La pelinegra pasó el bocado y dejó la lata en sus piernas, tomando la botella de agua para darle un sorbo. Luego de refrescar su garganta está seco sus labios, mirando a T/n y Nayeon frente a ella.
—Hubo un problema con mi pasaporte ese día, no pude abordar el avión con las chicas -esta dijo, volviendo a tomar la lata para seguir comiendo- Se suponía que mi vuelo se iba a retrasar solo un par de horas, y mientras se resolvía todo el asunto JYP me envió a casa de mis padres, cuando inició la infección fuimos enviadas a un campo de refugiados en Busan antes de que todo cayera tan rápido...
—¿El campo fortaleza? -preguntó T/n, Jihyo asintió sorprendida- Ese era una de las bases militares estadounidenses aquí en Corea, y hasta cuando supe, estaba fuera de servicio.
Nayeon veía todo curiosa.
—Los militares que nos llevaron dijeron que la base estaba deshabilitada para el servicio, pero que la tomarían como un centro de mando y un refugio para sobrevivientes desde ese día -dijo, tomando un poco más de agua- Creó que dos años después desde que inició el virus hubo un brote de fiebre en el campo, las personas que enfermaban eran llevadas a otro lugar y los que seguíamos sanos cumplíamos tareas de recolección, como agricultura y renovación de fuentes de agua. Una verdadera locura.
Ambas veían como la menor comía, ahora con más lentitud, disfrutando de cada bocado. Jihyo se terminó la lata de frijoles poco después y miró al par de chicas frente a ella, sonriendo al ver a Nayeon.
—Hace dos años mi madre enfermó del virus, y murió pocos meses después, estuve con mi padre en el campo hasta que fue reclutado por el ejército, fue llevado a una misión cuando trataban de recuperar más terreno para poder cultivar más comida y pues... Nunca volvió -esta dijo, su mirada fue a dar a sus manos, moviendo sus dedos de manera lenta- El campo fortaleza cayó un año después, sin militares que lo pudieran proteger era cuestión de tiempo para que los zombies llegarán, y desde entonces he estado sola vagando por ahí. Nunca había estado en peligro hasta hoy, que me encontraron.
La sonrisa de la coreana menor alegró el tensó ambiente, está bebió otro sorbo de agua.
—Hasta donde supe, las chicas fueron llevadas a una base militar japonesa cerca de Tokio, los militares del campo habían establecido una alianza con ellos que duró hasta que el campo cayó, y pues... Hace dos años no sé nada de ellas -Jihyo respondió a la duda de Nayeon, está asintió- Estoy segura de que ellas están bien, esa base militar era más grande y mejor cuidada que está, y aunque no podamos saber nada de ellas, estoy más que segura de que están bien.
Nayeon soltó un suspiro de alivio, T/n a su lado le tomó la mano, apretándola suavemente. Aunque pocas noches atrás habían tenido ese pequeño ritual donde se despedían de su pasado, ahora podían tener un nuevo futuro.
—¿Y tú cómo sobreviviste hasta ahora? -preguntó Jihyo curiosa- Más aún, ¿Cómo es que terminaste aquí? Seúl está muy lejos de Busan. Y la ciudad es bastante grande como para coincidir en este mismo barrio.
Aquello era bastante irónico. Un golpe de suerte bastante grande.
—Estuve sola todo este tiempo, hasta hace aproximadamente un mes, T/n me encontró cerca de nuestro departamento, estaba en el mini market buscando comida cuando nos encontramos -respondió la rubia, mirando a T/n con una sonrisa- Ella pensó que yo era un zombie, y fue a atacarme, grande fue su sorpresa cuando me vió y se dió cuenta de que no era una infectada.
Jihyo miró a T/n, la cual asintió.
—Respiraba forzadamente y arrastraba sus pies, realmente pensé que era un corredor.
—¿Corredor? -preguntó Jihyo.
—Asi les digo a esas cosas, al principio los veía correr por todas partes, como máquinas asesinas, y aunque estos literalmente eran muertos vivientes se movían bastante rápido -dijo- Runners... Es un eufemismo más... Suave...
—Bastante lógico -respondió ella- Me dió mucho gusto verte Nay, nunca pensé verte otra vez, o al menos no viva -dijo- Me es... Un enorme consuelo saber que estás bien...
El emotivo momento incrementó más cuando las antiguas compañeras de grupo compartieron un fuerte abrazo, las lágrimas descendían por los rostros de cada una de las presentes, incluso T/n, quién de manera disimulada quitaba sus lágrimas con sus dedos.
Para Nayeon, la esperanza no estaba del todo perdida. Si Jihyo, que estuvo sola durante tanto tiempo logró sobrevivir hasta encontrarse con ellas, muy seguramente las demás chicas estarían bien. Aunque Japón estaba bastante lejos, y no era del todo uma certeza que siguieran vivas, ese pequeño atisbo de esperanza logró que tanto Nayeon como Jihyo pudieran recuperar parte de sus pasados.
Recuperar un poco de su vida.
—No quiero volver a perderte Nayeon, no quiero perder a mi familia otra vez -musitó la menor, aún compartiendo el abrazo- Estuve cinco años lamentando no haberme quedado contigo, no quiero pasar por eso otra vez...
Nayeon sollozó, está se separó del abrazo un poco para ver a su amiga.
—No volverá a pasar, estás aquí con nosotras y no te irás, no otra vez -dijo la rubia- Vamos a sobrevivir juntas, ¿Okay?
—Okay... -respondió está, luego miro a T/n por encima del hombro de la rubia- ¿No te molestas que este... aquí?
T/n negó casi de inmediato. —Para nada, me alegra saber que estás bien y que Nayeon no estará tan triste -esta dijo, sonriéndole cariñosamente a Jihyo- Bienvenida nuestra pequeña familia Jihyo.
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