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𝗥𝗨𝗡𝗡𝗘𝗥𝗦 - 02

T/n dejó caer con cuidado las latas de comida en su mochila. Los estantes del supermercado estaban relativamente vacíos, lo suficiente como para poder ver las capas de polvo acumulado con el pasar del tiempo. La azabache había tomado todas las latas de comida, botellas de agua y suplementos de aseo que podía, un viaje a otra ciudad tomaría mucho tiempo -ya que no contaba con un vehículo para moverse- y suficientes recursos para sobrevivir varios días de caminata en carretera. Se aproximaba un viaje largo.

Luego de corroborar que tenía varias cosas en su mochila y que no había nadie por allí la azabache se colgó el morral tras su espalda y estuvo dispuesta a salir, agarrando su hacha con fuerza. Está iba a salir de allí cuando a lo lejos, cerca de la entrada del supermercado la azabache escuchó como los vidrios rotos en la entrada crujieron ante el pisar de los pasos de alguien más. T/n rápidamente se escondió tras una repisa, con el corazón latiendo a mil en su pecho y con su respiración agitada.

Su voz comenzó a maldecirla en su propio interior, está llevaba más de una semana sin tener contacto con algún zombie, ¿¡Por qué ahora que estaba más lejos de casa se tenía que encontrar con uno!?

La azabache apretó su hacha contra su cuerpo, este, que no había descansado en más de una hora -sumado al hambre y sed- le decían que si peleaba posiblemente moriría a manos del zombie por el cansancio, ella no quería pelear, no quería morir.

Pronto los pasos se acercaron hasta ella aún más, estos eran lentos, eran arrastrados, la criatura respiraba con fuerza, casi con dolor, ¿Acaso así se sentía la muerte?

T/n cerró los ojos, y estando dispuesta a pelear para salir con vida está escuchó como los pasos se detenían justo frente a ella. El silencio era sepulcral, terrorífico, lo único que podía escuchar era una respiración leve, con un ritmo respiratorio irregular. T/n lentamente comenzó a sacar su cabeza a través de uno de los lados de la estantería, a varios metros de ella, tal vez unos seis o siete metros la azabache vió al zombie arrodillado.

La criatura estaba moviendo cosas en el suelo, tambaleándose de un lado a otro, incapaz de mantener el equilibrio. T/n dedujo que estos movimientos se debían a la descomposición de sus piernas, de seguir así el zombie dejaría de caminar pronto.

Un problema menos.

Decidida a acabar con este, T/n agarró el hacha con más fuerza y caminó hasta el zombie, luego de estar a una distancia prudente está levantó el hacha dispuesta a acabarlo, hasta que esté se dió la vuelta.

La azabache detuvo abruptamente el movimiento del hacha a medio caminó cuando vio que el zombie, que no lo era tanto, era una chica rubia muy demacrada, además de viva, claro.
T/n la observó en silencio por unos segundos, detallando cada parte de ella tan rápido como pudo; la mujer no sobrepasaba de los 30 años, a lo mucho tendría 28, de cabello rubio  muy maltratado, de facciones lindas y delineadas con un par de enormes ojeras bajo su rostro.

La rubia por la sorpresa cayó sentada al suelo, al principio pensó que por su descuido un zombie la había seguido hasta adentro, pero relajó su semblante y su respiración al ver que solo era alguien más.

T/n parpadeó un par de veces más antes de bajar su hacha por completo. Luego, estiró su mano hacia la rubia, está última la miró con un poco de desconfianza, pero después de unos segundos finalmente le tomó la mano, poniéndose de pie.

Era la primera vez que veía a un ser humano en casi un año, un atisbo de alegría y esperanza se instauró en su pecho.

El quejido que soltó la rubia le dijo a T/n de una manera muy indirecta que aquello le dolió demasiado.

—Disculpa -dijo T/n después de soltar la mano de la otra, está la miró- No creí que... Pensé que tú... -soltó un suspiro- Creí que eras un zombie.

La rubia sonrió con una sonrisa demacrada, fue en ese momento que T/n notó el cuchillo que está llevaba encima.

—Tranquila, no te preocupes -esta dijo, su voz era suave y melodiosa- No pensé que hubiera alguien más por aquí, además de mi y de los zombies...

T/n rió suavemente.

—También pensé que estaba sola -esta dijo- ¿Estás bien? Escuché el quejido de dolor que soltaste.

Su preocupación era genuina, la rubia se tomó su tiempo antes de asentir. Las manchas de suciedad en el rostro solo la hacían ver más tierna de lo que ya era.

—Si... Yo... Solo estoy un poco cansada -respondió la rubia- Vine a buscar comida, pero al parecer se llevaron todo... -dijo, señalando las estanterías vacías- Este era el único lugar cerca donde aún habían alimentos...

T/n casi de inmediato se sintió mal, ella le había quitado la comida a la chica.

—¿Tienes hambre? -preguntó T/n, la otra nuevamente se tomó su tiempo antes de asentir, su expresión denotaba un cansancio físico muy extremo- Puedo preguntar... -la rubia la miró- ¿Hace cuánto no comes algo?

La rubia sonrió cerrando sus ojos, está se apoyo en la estantería por unos segundos. —Hace... Como una semana, creo -dijo, luego pensó por unos segundos- Realmente hace como cinco días, no lo sé -luego la miró otra vez- Tuve una fiebre muy alta por casi un mes, pero los últimos días fue más grave -dijo- No tenía ningún medicamento y por estar tan mal no pude salir a buscar comida o agua, hasta hoy... Creí que iba a morir, hasta que llegaste.

T/n se dió cuenta gracias al aspecto físico de la rubia que esta decía la verdad, su piel pálida y aspecto demacrado le decía que había pasado por días muy malos. Casi de inmediato la azabache se sintió mal por ella.

—¿Quieres venir conmigo? -T/n preguntó, la otra se quedó en silencio unos cuantos segundos- Sé que apenas nos conocemos, y posiblemente no confíes en mí, pero... Puedo ayudarte -dijo- Estás muy mal, demasiado cómo para seguir sobreviviendo sola, así que... Solo si quieres puedes venir conmigo, en mi refugio tengo medicamentos de todo tipo para tratarte, además de buena comida y agua. Además... -la rubia alzó una ceja- Estar con la compañía de alguien más que no sea un zombie puede ser medicinal.

La rubia rió suavemente. —¿No te parece que sería más que una carga? -esta preguntó- Llevarme contigo sería como... Una muy mala idea.

T/n negó casi de inmediato.

—Insisto, necesitas ayuda y yo puedo dártela -agregó sonriente- Antes de toda esta mierda era militar, también médico de guerra. Aún después de tanto tiempo sigo teniendo ese instinto de querer ayudar a los demás -dijo- Entenderé si no quieres venir, después de todo intenté matarte.

T/n zarandeó el hacha en sus manos. La contraria volvió a reír.

—Realmente quiero ir contigo -expresó la rubia siendo sincera- No me siento muy bien como para sobrevivir sola, pero... -esta desvió la mirada- Necesitaré ayuda, siento que no puedo caminar...

La azabache sonrió, y luego de acomodar el hacha en su espalda tomó a la rubia por los hombros, usando su cuerpo como soporte para la rubia.

—Tardaremos un poco en llegar, mi refugio está a casi una hora de aquí -dijo, ambas salieron del supermercado con los sentidos en máxima alerta, aún era de día y no habían tantos zombies por ahí- Por cierto -T/n habló, tomando un camino por el callejón- Mi nombre es Cho T/n.

La rubia sonrió.

Im Nayeon -dijo- Gracias por salvarme...

T/n solo se limito a sonreír dulcemente como respuesta, diciéndole a Nayeon que aquello no era nada.—Gusto en conocerte Nayeon -respondió la azabache- Mejor démonos prisa, pronto anochecerá.

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