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#O1
Nobody
Vacío.
Si le preguntabas en este mismo momento como se sentía, te diría que terriblemente vacío, como un cascarón roto o tal vez como un desierto en pleno verano, aveces como un maniquí dentro de un cristal, viendo como la vida pasaba, mirando atentamente como todos avanzaban, excepto el, dejándole aquella sensación molesta de desdicha en el pecho, luchando por un respiro.
A menudo se preguntaba cómo era el no sentir nada, como sería el que no le afectaran las cosas que suceden a su alrededor. ¿La vida perdería su color aunque el ya viera todo en tonos grises y azulados?
Paso sus dedos pesadamente por su apretada corbata color granate intentando aflojar el agarre un poco, se sentía mareado, desorientado, las luces brillantes en aquel gigante baño y la música elegante de fondo solo le producían náuseas, quería salir de ahí, tenía que salir de ahí.
Iba a contraer matrimonio.
Matrimonio.
Esa era la última maldita palabra que quería escuchar de los jodidos labios de su progenitor, estaba molesto — la palabra en sí era poco —, habían pasado aproximadamente diez minutos desde que partió entre tropezones y seguía sin poder digerir la noticia. Su padre quería que se casara con una completa extraña, ¡ni siquiera le conocía! Aunque, supuso — y le reconfortaba un poco — que ella también debía estar completamente enfadada por la decisión tomada.
Presionó su frente en el espejo delante de él, imaginando por unos minutos que no era una fría superficie donde su piel tocaba, si no, la frente de su madre, llevándolo a aquellos tiempos en la pequeña casa de campo en Miyagi, su lugar de nacimiento. Le gustaba pensar que todo esto era un mal sueño provocado por comer demasiadas golosinas en la noche, aquellas que consumía al escabullirse durante la noche en la cocina, y que cuando despertará estaría en los brazos de su madre mientras ella le consolaba por que volvió a raspar sus rodillas por intentar escalar torpemente algún árbol larguirucho al azar en el parque, escuchando a lo lejos sonidos de grillos y el viento correr llevándose las hojas viejas y amarillentas de los árboles en otoño.
Juraba el oír de el rechinar de aquella mecedora vieja, los tarareos de alguna canción infantil y el olor a hierba recién cortada.
Sabía por qué su padre estaba arreglando ese compromiso apresurado, y sólo lograba hacer que su sangre hirviera de la furia, de la impotencia, logrando que en sus manos se formarán puños dispuestos a dejarle moretes que le durarán semanas o incluso meses. La maldita avaricia de su padre, su hambre por el éxito, y dinero sucio, fue lo que terminó con su familia y parte de su infancia, ¿ahora venía a quitarle su juventud y libertad sólo para que el pudiera hacer billetes extra? Como una mierda que lo permitiría.
Suspiro audiblemente pasando sus temblorosas manos por todo su cabello anaranjado, despeinadolo en el proceso — bueno, de todas formas nunca había podido controlar su melena, así que el termino despeinar no era tan exacto —, se arrastró de forma lamentable hasta una esquina donde apenas era visible y se hizo un ovillo, tenía tantas ganas de llorar.
Extrañaba tanto a su mamá, sus brazos, sus palabras, el sonido de sus pasos por la mañana y su sonrisa al verle correr hacia a ella con entusiasmo.
Aveces quería que todo pasara, quería que todo parara por que, dios, estaba tan, tan, tan solo, estaba rodeado de gente por todos lados, personas que lo querían, pero aún así se sentía tan solo que quemaba y hundía su corazón, llenándolo de desesperación y tristeza.
Todas las noches se preguntaba para que fue hecho, cual era su propósito, cual era el punto de su vida, y todas las noches dormía cansado de llorar, esperando que la respuesta se revelara en sus sueños.
Apretó sus dientes con furia, intentando detener la lagrima traicionera que estaba apuntó de bajar por su mejilla, ya no quería sentirse utilizado.
Lo único que deseaba era tener diez años de nuevo y que su única preocupación fuera no pisar las líneas de las banquetas de concreto al salir a jugar o que sabor helado quería comer en un día caluroso. Quería volver a mirar los bonitos ojos de su madre en busca de respuestas y consuelo.
Tan solo se resignó y llegó balanceándose lentamente a su posición inicial en el lavamanos.
El pelirrojo enjuaga su cara rápidamente antes de dar un respingo al escuchar a una persona entrar de forma sigilosa a el baño de caballeros.
— ¿Shouyo?
— ¿Kenma?
Tenía una idea.
Claro, era una estupidez, pero, era una idea después de todo.
Sabía cómo iba a resolver esto, y kenma iba a ayudarle.
— ¿Por qué me miras así?
No se iba a quedar de brazos cruzados lamentándose. No más.
— Me ayudaras a salir de esta.
Suspiro. — de acuerdo.
[....]
Hinata Shouyo era muchas cosas.
Realmente, muchas. Era un buen amigo, buen confidente, una buena persona y un encanto, pero también era un completo y el más grande idiota que Kozume Kenma había conocido alguna vez en su corta vida.
— Shouyo, esto no va a funcionar.
— Shiiyi, isti ni vi I finciinir, pero, ¡kenma! — alargó la última <a> — confía en mi por primera vez en tu vida.
— La última vez que confíe en ti o en alguna otra estúpida idea que tuviste, terminamos en un vuelo de pilotos en prueba que iba para Filipinas y con un tatuaje en la nalga derecha. Gracias, pero no, gracias.
— ¡OYE! Esos tatuajes son geniales, yo también tengo uno. — puchereo. — pero, enserio, funcionará, ella nunca ha visto mi rostro.
El plan consistía en kenma con el traje de bodas de shouyo puesto, haciéndose pasar por el. Sonaba como una idiotez, pero tenía su lógica — según el creador de este mismo y descabellado plan —, ya que la persona con la que se iba a casar no conocía su rostro, sería más fácil engañarlo. El chico teñido daría el nombre de él más bajito y así mismo shouyo tendría tiempo de escapar y estar a una distancia considerable para cuando se dieran cuenta que no estaba.
El nunca contradecía a su padre y hacía lo que dijera al pie de la letra, no sospecharía en lo absoluto que esta vez no sería así.
— Me debes una. Una muy grande.
Antes de que pudiera siquiera terminar otra palabra sintió un peso sobre el, con unos brazos fuertes alrededor, apretandolo.
Simplemente negó con la cabeza y devolvió el abrazo, shouyo era su mejor amigo y haría lo que fuera por el, no importaba que tanto se tuviera que esforzar. Después de todo, el siempre lo había apoyado incondicionalmente, no sabe que sería de el sin su amigo.
Aunque bueno, si se le permitía no cansarse, también estaría perfecto.
— Espero que no te arrepientas.
el moreno río con fuerza.
— No lo haré, soy un hombre de palabra.
[....]
Región de Chugoku, Okayama. Japón.
Había pasado los últimos treinta minutos viendo como el de traje blanco — sí, blanco. A pesar de toda la mierda que dijo sobre no casarse dijo que al menos quería verse guapo, por que ¡oye! Tenía que combinar. —, paseaba de un lado a otro mordiendo sus cortas uñas y viendo la hora en su reloj cada tres segundos de forma compulsiva.
— De acuerdo, tengo miedo, como, ¡mucho! ¿si te digo que ya me arrepentí no te enojas?
Golpeó la mejilla del contrario con la fuerza suficiente para hacerlo reaccionar.— Shouyo, tenemos tan solo unos minutos para que te quites el jodido traje, y salgas disparado de aquí, si no lo haces van a rodar cabezas en este mismo instante y no será tu padre quien las degolle, seré yo.
Dicho y hecho, eso fue suficiente para que ambos empezarán a desvestirse de forma rápida, tomando la ropa del otro, entre complicaciones y golpes accidentales con los abundantes muebles en aquella pequeña sala de espera detrás de la capilla.
El peli naranja tenía su camiseta roja vieja al revés, pero quien era Kenma para juzgar.
El de orbes color miel se despidió de su mejor amigo con un abrazo entre pequeños sollozos, prometiendo que en cuanto estuviera seguro en Miyagi se lo haría saber para que pudieran verse de nuevo — a su vez para que el mayor pudiera cobrar el favor que ahora shouyo debía. —, Kozume solo atinó a dar palmaditas en la espalda de él más pequeño.
Estaba a punto de suspirar satisfecho hasta que vio cómo Shouyo tropezaba de forma estúpida después de aquel aterrizaje mediocre al salir por la ventana de el cuarto pintado pulcramente de blanco, le iba a reprender cuando escucho la puerta siendo cerrada detrás de él.
— ¿Hinata-san?
Mierda.
— Uh, si, soy yo, es un gusto. — eso no sonaba a nada parecido o que se le acercara a Shouyo, pero ella no tenía que saberlo.
— Siento entrar tan repentinamente, pero creía que al menos debía conocer el rostro de la persona con la que pasaré el resto de mi vida.— hizo un inútil intento de bromear.— Mi nombre es Yachi Hitoka.
Era una joven bien parecida de estatura promedió, cabellos dorados de apariencia suave, ojos canela y piel realmente pálida. Se sintió un poco mal al verle tan dispuesta a que su matrimonio, a pesar de ser arreglado y no deseado, funcionará. Incluso tenía puesto un elegante —pero bastante discreto— vestido de novia.
Al hablar aproximadamente diez minutos con la rubia se dio cuenta que ella estaba tan molesta como Shouyo, pero entendía su posición. Se abrió de corazón comentándole que estaba en una relación cuando recibió la noticia y fue arrebatada de los brazos de su — ex — novia, pero sabía que no tenía opción estando con sus padres, había intentado huir de casa, fugarse con la chica de sus sueños pero había fracasado en el intento, así que no le había quedado más que resignarse. Sus padres estaban completamente en contra de que estuviera con una chica, por que después de todo, ¿Que dirían los demás?
Le regalo una sonrisa triste, para después abrazarle y prometerle que todo volvería a estar bien.
El abrazo no duró ni siquiera un mísero segundo más ya que el desgraciado de Hinata Toshio había entrado a el lugar. Rápidamente se separó de Yachi, rechinando los dientes y apretando su mano derecha en el cómodo sofá color caramelo. Se les había acabado el tiempo, esperaba que lo poco de tiempo que logro obtener le pudiera dar la ventaja a Shouyo aunque fuera de unos minutos.
— ¿Kenma? ¿Que haces aquí? ¿Donde esta shouyo? La ceremonia está por comenzar.
— Espera un momento. ¿Tu no eres Hinata Shouyo?
— ¿A qué te refieres con "Shouyo" ? El es Kozume Kenma.
Entonces la rubia comprendió todo, dando una rápida mirada rápida al de hebras teñidas, este musito un suave "lo siento".
La chica solo pudo asentir y sentir alivio para si misma, después de todo, al parecer la vida le estaba dando una nueva oportunidad.
Antes de que cualquiera pudiera reaccionar, Toshio lo tomó de la camisa y lo alzó en el aire, lanzando una amenaza directa, mirándole con aquellos ojos fríos y desalmados, no lograba comprender como una persona así podía tener un hijo como su mejor amigo.
— ¿Donde mierda esta Shouyo?
— No lo sé, y aunque lo supiera, ¿por qué debería decírtelo? — Escupió y tomó las manos grandes y viejas de Toshio, logrando que este lo soltara.— Shouyo en este momento está muy lejos de ti, y no hay nada que puedas hacer para encontrarlo.
"— ¡Mierda! Maldito florero estúpido, ouch, ouch."
Dios, nunca se había arrepentido tanto de decir algo en su vida y ahora ahí estaba, pensando si reír o llorar por que el idiota de shouyo seguía en las instalaciones de la gran iglesia y ahora había una gran posibilidad de que lo atraparan.
— ¿Estas muy seguro? — Toshio río.— tu padre sabrá de tu comportamiento jovencito.
— Me importa un carajo, Shouyo saldrá de esta, lo sé.
[....]
No saldría de esta.
Había pasado más de cinco minutos intentando evitar toparse con conocidos, guardias, guardaespaldas o personal de la iglesia en busca de su mochila amarilla con pines de my hero academia, si era tan llamativa, ¿como es que no podía encontrarla?
Justo cuando vio un destello de esperanza al divisarla en la salida trasera de el lugar infernal — casi ríe por su forma infantil de llamarle, después de todo era lo contrario.— , se chocó con una de las plataformas de madera pertenecientes al recinto, dejando caer un florero muy grande — y muy feo, a su parecer.— en su pie izquierdo, empezó a maldecir en voz alta mientras tomaba su preciada mochila y sacaba su sudadera de capucha de dentro.
Un momento.
Acaba de gritar, y literalmente estaba huyendo, fue lo peor que pudo hacer.
Estaba jodido.
Antes de que los hombres trajeados y con gafas ridículas que trabajan para su padre reaccionara tiro todo lo que pudiera obstruir el paso hasta el para y echarse a correr, intentando desesperadamente abrir la gigante puerta de madera con cerrojo.
Su padre podría pagar los platos rotos, el dinero que tanto presumía le serviría de algo.
Cuando por fin lo logró, sacó el dedo del corazón en dirección a aquellos que intentaban llegar a el, entre el tiradero de bancas de madera, arreglos y flores.
— No les puedo decir que coman pene por que lo ven como premio. — sonrió. — aunque no los culpo, yo también. Ciao Stupido, buona giornata*
Salió corriendo tan rápido como sus piernas y converse gastados le permitieron, el pavimento estaba mojado y resbaloso por la lluvia que caía a cántaros, — si que se iba a resfriar—, dejándoles empapados a su paso.
Aprovecho una traicionera vuelta a la derecha en una calle de doble sentido para confundir a los gorilas, aunque bueno, fue sin éxito, casi podía sentir el aliento de aquellos hombres en su cuello, estaba asustado, no quería casarse, realmente no quería volver.
Solo quiero ser libre.
Quiero empezar a vivir.
Corrió y corrió hasta llegar a una gasolinera con una tienda de conveniencia de tamaño mediano justo en frente. Analizó sus opciones.
Si entraba, lo encontrarían de inmediato, pero si lograba que alguna persona le dejara estar en su auto por al menos unos minutos en lo que los sujetos se iban todo estaría perfecto.
— Pensar bien es lo que hago, eso Shouyo.
Las palmadas que se dio al salir de su escondite detrás de él cubo gigante de basura serían completamente vergonzosas si alguien las hubiera visto, pero no había tiempo para avergonzarse más a sí mismo ya que vio a los trabajadores se su padre llegar al lugar, no tenía más tiempo.
Visualizo un Mazda negro a su alcance, dentro había una persona —borrosa, la lluvia no le dejaba ver, sumando que los vidrios eran grisáceos, tan cual y como si estuviera polarizados.— "Si me lleva la fregada, que me lleve de una vez, que sea lo que él de arriba quiera." Esperaba que le perdonara después de hacer todo un escándalo en la iglesia.
Entro rápidamente a el auto en el asiento del copiloto y saludo alegremente al chico que estaba degustando una barra de cereales con un pequeño bote de leche chocolatada.
— ¿Pero que..? ¿Quien mierda eres y que haces en mi puto auto?
— Okay, puedo explicarme ¿de acuerdo?
— No, pregunté qué quién mierda eras.
— ¡Claro! ¿Quieres una tarjeta de presentación también? ¿Un cafécito? — Hablo con voz dulce antes de explotar. — ¡Quién mierda carga tarjetas de presentación para dárselas a extrañ-! Oh, espera, de hecho si tengo una.— le entrego una tarjeta arrugada donde se leía su nombre, y número de celular, estaba al fondo de su mochila. Debido a que trabaja en la empresa de su progenitor tenía que tenerlas a la mano por si ocupaba mantenerse en contacto con algún cliente, que era casi siempre regularmente.
El hombre le miró de reojo mientras leía lo que aún podía verse de la tinta borrosa de aquel recuadro negro, para después mirarle con cara de pocos amigos.
— Bien, "Hinata Shouyo", ¿podrías hacerme el jodido favor de bajar tu maldito trasero de mi auto?
— ¡Pero!
Le interrumpió el sonido de pasos firmes en el pavimento mojado y agrietado, viendo como los hombres de traje aún le estaban buscando, y aún peor, estaban revisando auto por auto haciendo que los civiles bajaran la ventanilla para poder ver el interior, estaba acabado.
—.. ciendo, ¡Oi! ¿Me estas escuchando?
A menos que..
Entonces, cuando los trabajadores se acercaron a tocar la ventanilla de el lado de el conductor gruñón, subió su capucha para que su cabello colorido no lo delatara y lo acercó rápidamente.
— ¡perdoname!
— ¿De qué estas habland-
Tomo a el extraño del rostro con cuidado de no revelar su identidad a las personas que estaban detrás de él cristal que les separaba y lo beso.
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*Adiós, que tengan lindo día.
La neta si se me dio por poner a hinata hablando en italiano pq si 😏🤚
Hola!
Ajajfkakdk, si bien no es mi primera vez escribiendo, me pone nerviosa que lo que hago no se lo suficientemente bueno, si llegaste hasta aquí te agradezco mucho el que hayas leído, lo hice con mucho cariño<3
Igual estaré editando pequeños errores de gramática u ortografía si es que me equivoque en alguna parte AAAAAA 🥳🥳
Espero estar actualizando una vez por semana o una vez cada dos semanas (dependiendo de la longitud del capitulo)
Este fic está inspirado en la película unpregnant, el drama de accidentally in love y los títulos de canciones que se pondrán al principio de cada capítulo, espero de todo corazón que esto les haya entretenido, y si tienen algun comentario estaría encantada de leerles!! ♡♡
Eso es todo por hoy, nos leemos de nuevo en algunos días! <3
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Hola! Ahora una nota actual, deje la historia por un tiempo y decidí editarla con el fin de brindar capítulos con más coherencia y con algunos arreglitos, seguiré mejorando!! Muchas gracias por leer y por la paciencia
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