━Capítulo Tres
❝ 𝐂𝐑𝐔𝐄𝐋 𝐓𝐈𝐄𝐍𝐄 𝐀𝐋𝐆𝐎
𝐐𝐔𝐄 𝐐𝐔𝐄𝐑𝐄𝐌𝐎𝐒 ❞
╔═══ 𓏲✮⊰ •˙ ❅✾❅ ᭕𖤐⊱ ═══╗
〘 ✰. ༄☼︎ 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟎𝟑 ☼︎༄.✰ 〙
—– reencuentro —–
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LÍA NO DEJABA DE MIRAR TODO LO QUE LA RODEABA,
SE SENTÍA asfixiada entre tantas personas alrededor que iban de un lado para otro. Tanto ruido le hacía querer explotar la cabeza.
Algo dentro de ella luchaba por salir a flote, como cada vez que
la voz aparecía. No sabía que era lo que significaba pero lo ignoró.
Definitivamente no esperaba
que “La Última Ciudad” fuera
un caos enorme. Las personas se paseaban de un lado para otro entre la multitud, el lugar era un completo desastre por supuesto:
barricas, autos viejos, pedazos
de escombro y demás cosas.
Lo que le resultaba impresionante es que frente a ellos, a unos cuantos metros, se encontraba una enorme barrera que impedía el paso de toda esa gente a nada de convertirse.
Pero a pesar de todo el alboroto que ocurría, el grupo de Thomas seguía caminando intentando no chocar con nadie ni nada igual.
—Este lugar es todo un caos.
—No hay que separarnos —les indico Thomas a todo el grupo.
Pero algo logró llamar la atención de Jorge y pronto la
de todos los demás chicos. Cerca
de ellos pasó una camioneta
que llevaba sobre ella a algunos cuantos hombres, que tal vez escoltaban al hombre que no paraba de decir un discurso.
“Ellos se esconden tras
esos muros, creen que pueden encontrar una cura mientras
nos ven marchitándonos y pudriéndonos. Pero nosotros
somos más. ¡Yo digo que nos rebelemos y recuperemos lo
que es nuestro!”
El discurso del hombre
había logrado persuadir a
alguno cuantos que al igual
que él también querían pelea, rápidamente comenzaron a
seguir a la camioneta a pie.
Cuando la camioneta paso por dónde se encontraban, Lía sintió una sensación extraña al notar que un hombre con máscara que iba en el auto no aparto la vista de ella y también de Thomas.
Un pequeño y suave zumbido alertó los oídos de la jóven, que no tardó en darse cuenta de que algo los estaba siguiendo. Pero no quiso decir nada puesto a qué no sabía que podría ser, solo no dejo de caminar entre todos.
Pero el maldito sonido no
dejaba de reproducirse a su alrededor una y otra vez.
—¿Pasa algo, Lía?
—No, es solo que... —alzó la
voz para poder ser escuchada, sin apartar la vista del cielo —.
Creí haber escuchado algo.
Su hermano giró a ver hacia donde ella lo hacía pero no vio ni escucho absolutamente nada.
—Tal vez solo lo imaginaste.
A pesar de los malos presentimientos de la castaña,
se vió obligada a seguir al resto de sus compañeros, que aún no sabían por dónde ir no al menos hasta que salieron por lo que era un callejón y quedaron justo en frente de los enormes muros.
—¡Ahí es!
Thomas al ver la posible entrada a las instalaciones de CRUEL no dudó en apresurarse a moverse, esquivando a quién se atravesará en el proceso, mientras dejaba a todos los demás muy atrás. Jorge al verlo se fue tras él a hablarle.
Los demás chicos no tuvieron otra opción más que intentar alcanzarlo, aún con todos los gritos del lugar y los empujones que no paraban de recibir.
La sensación de inseguridad no desaparecia de Lía, cada vez más aumentaba no era el zumbido ya si no que los hombres que hace rato habían pasado en los autos parecían estar siguiéndolos pues había visto a uno de los hombres verla de manera extraña desde unos cuantos metros más atrás.
Eso solo comprobaba sus sospechas.
—Newt, hay que irnos ya —
le dijo ella al rubio, quien solo la miró demasiado confuso —. No sé si te haigas dado cuenta pero... no han dejado de seguirnos.
Para evitar que su amigo se confundiera más distraídamente señaló a lo lejos a unos hombres que venían a unos pocos metros más atrás de ellos, siguiendolos. Entonces Newt lo entendió todo.
—Tenemos que decirle a
Thomas —informó Newt.
Antes de que pudieran decir
algo más, los dos adolecentes
se movieron rapidamente entre toda esa multitud con la única intención de llegar hasta donde
se encontraba Thomas y decirle
lo que estaba pasando por ahí.
—Tenemor que irnos —les
dijo a todos los chicos, en cuanto estuvieron cerca —. Miren.
Fue entonces que supieron que varios hombres se acercaban a ellos con sigilo, si no se daban prisa los atraparían pues ya casi los tenían rodeados por todas las direcciones que quisieran.
Jorge no dudó en sacar el arma que llevaba consigo, después de todo el más que nadie sabían que en un ciudad como esto nada era seguro y menos se podía confiar.
—¡No, no, tenemos que irnos!
—volvió a exigir la castaña, esta vez parecía más alarmada —. ¡Rápido! ¡todos corran, ahora!
Nadie entendía porque la
prisa de su compañera hasta que pudieron escuchar un metálico ruido proviniente de los muros.
—¡Vámonos ya antes de que sea muy...
Lía no terminó de hablar
pues el sonido de una alarma hizo que no se escuchará nada más que no fuera aquella alarma. Todos se asustaron al ver como
de cada esquina de los muros
unos proyectiles comenzaban
a alzarse, les iban a disparar.
—Mierda... —musitó la chica atónita con la vista puesta allá.
Todos comenzaron a correr lejos de los muros, a excepción de Lía y su grupo. Quienes a pesar de haber escuchado claramente las advertencias de ella no hicieron nada para intentar huir, Thomas por otro lado seguía ahí parado.
—¿¡Qué demonios esperan todos!? ¡Corran tontos!
Lía esta vez no espero a nadie, ella había sido clara que nadie quisiera escúchala y obedecer ya no era su problema. Lo único que
hizo fue jalar a Jack de la mano y correr lejos juntos a la multitud.
—¡Detente aún faltan los
demás! —reclamó Jack, antes de echar una mirada a sus amigos.
—¡Acabo de salvarte la
miertera vida! —le gritó ella, corriendo lo más rápido que podía —. Yo les dije pero no me escucharon, lo siento por ellos.
—¡Thomas hay que irnos!
El grito de Jorge fue escuchado por todos los jóvenes, justo antes de que el caos se desatará.
En ese preciso momento los proyectiles fueron disparados, levantando polvo y a algunas personas con el impacto. Fue así que Thomas empezó a correr,
huyendo rapidamente de ahí.
Todos eran guiados por
Sartén, a pesar de que este desconocía por completo la zona. Aún así lograron llegar a un callejón que al menos protegió a todos de la batalla que afuera se libraba asi como de los misiles.
—¡Corran! ¡Sigan corriendo!
—¡No hay salida! —gritó Newt, al ver dónde se encontraban.
Lía comenzó a desesperarse
justo cuando vió como dos camionetas se estacionaban
justo enfrente del callejón.
Pero lo que definitivamente la alarmó más fue ver cómo varios hombres comenzaban a bajar con armas listo para atacarlos.
Uno de ellos tomo a Newt
de la chaqueta fuertemente intentando llevarlo consigo,
uno más hizo lo mismo con
Jack lo que desató la furia de
la castaña que solo miraba.
—¡Suéltenlos! —gritaba ella, acercándose peligrosamente
—. ¿Qué no oyeron? Que los...
La chica intentó acercarse
pero rapidamente se vio rodeada por dos hombres más que al igual que sus amigos querían llevársela por algún extraño motivo. Pero ella no los dejó.
En cuanto uno de los tipos le puso la mano en el hombro
con fuerza la castaña reaccionó
y no de buena manera pues con un solo movimiento le torció el brazo a aquel hombre sacándole un fuerte grito de dolor.
—¡Maldita perra! —gritó el hombre, retorciéndose de dolor.
El otro que también quería atraparla logró retenerla en sus brazos unos instante pero ella no dejo de forcejar a cada segundo.
—¡Déjame idiota! —gritaba la chica, aún retorciéndose —. ¡Si no me sueltas juro que quedarás sin tus dos malditas piernas!
—Cállate...
—Te lo advertí —sentenció antes de intentar zafarse.
Su gran agilidad le permitió lograr zafarse de entre los brazos de su secuestrador y esquivó con facilidad los golpes que este le lanzó así como cuando intento atraparla a cada momento. No estaba dispuesta a ir con ellos.
—Ven aquí niñita.
—¡No iré a ninguna parte con ustedes sucias ratas! —respondió bastante furiosa, al ver como sus amigos eran subidos al auto —. ¡Suéltenlos ahora! ¡Dije ahora!
Antes de que pudiera seguir insultando, el hombre volvió a atraparla pero ella le devolvió el gesto con un puñetazo y un golpe en sus partes íntimas que hizo al desconocido comenzar a gemir de dolor instantáneamente.
Al ver la escena varios de los desconocidos se acercaron para intentar razonar a su manera, o obedecía o los obligaría a tomar medidas mucho más extremas.
—Entra al auto, Lía —le dijo
uno de ellos, acercandose, que curiosamente se le hizo familiar.
—¿Cómo es que sabes... ¡Sabes que jodanse no iré con ustedes y se acabó, déjenos ir a todos!
—Disparenle entonces —
anunció de nuevo el mismo hombre, a uno de los suyos.
—Espera, ¿qué?
Siguiedolo órdenes de aquel hombre, uno de sus camaradas no tardó en sacar una arma de su bolsillo y apuntar directamente
a la sien de Jack, que ahora solo podía temblar debido al miedo.
—Tú decides. Entras o le vuela la cabeza.
El desconocido apretó más el cañón de su pistola en el cráneo de su hermano, que seguía con
el semblante intranquilo.
—Lía solo... entra al auto
p-por favor —pidió el chico
con voz alarmada, mirando el arma justo encima de su sien.
No tuvo más opción por lo que finalmente se rindió, fue así que algunos de los hombres rápido
se acercaron tomándola por sus hombros para hacerla entrar a la camioneta junto a todo el resto.
Cuando estuco arriba todos la miraron por unos instantes casi como decepcionados. Pero eso no le importó solo se acercó de prisa a su hermano, a quien soltaron a su asiento con brusquedad.
—¿Estás bien?
—Si, eso creo —respondió el finalmente, luego fue envuelto
en los brazos de su hermana.
—Intenté detenerlos pero no pude eran... muchos.
—Lo sé, lo acabo de ver en
vivo y en directo —comentó con una débil sonrisa en la cara.
El viaje fue silencioso, nadie decía nada delante de todos los hombres enfrente de ellos que no apartaban sus miradas de todos
los jóvenes que llevaban consigo.
La mirada de la castaña iba desde sus captores hasta los chicos que iban con ella quienes eran Jack, Thomas y Brenda. Los demás venían en otro auto, que iba un poco más atrás de ellos.
Lía por más que intentó no pensar negativamente, terminó haciéndolo. No daba quienes eran estás personas ni mucho menos que podrían hacerles así como tampoco eran de fiar y eso le impedía estar tranquila.
Su mente ideaba un plan para escapar pero se recordaba a si misma que su cuerpo ya estaba cansado después de esa pelea que lo único que logró fue cansarla y ya no traía más balas en su arma.
Así que terminó abandonando la idea de atacar.
—Llegamos, bájenlos.
Tal como ordenaron los cuatro jóvenes se vieron obligados a bajar de la camioneta en cuanto se los ordenaron. Thomas fue el primero en bajar seguido por Lía y luego Jack y Brenda. Ninguno dejaba de ver aquel gran lugar.
La segunda camioneta llegó y se estacionó, pero el ruido dentro de esta daba indicios de que algo adentro andaba mal, pues el solo echo de ver cómo está no dejaba de moverse a los dos lados era la clara señal para definir aquello.
Tal como lo pesaron, en ese mismo instante la puerta de la camioneta fue abierta de una manera muy salvaje. Un hombre salió disparado hacia afuera y Jorge se le fue a los golpes.
—¿¡Dónde está!? infeliz —preguntó Jorge a gritos, tomando al pobre hombre de la chaqueta.
—¡Jorge! —exclamarón
los jóvenes, asustados al ver
la escena frente a sus ojos.
Brenda rápidamente se acercó a Jorge, intentando calmarlo con su presencia a pesar de que aún seguían estando muy rodeados.
—¡Aquí estoy! ¡Aquí estoy! —gritó ella, intentando hacer que
detuviera sus fuertes golpes.
En cuanto Jorge escuchó la voz de la chica, a quien quería como una hija propia, se detuvó en ese mismo instante dejando al pobre hombre en el suelo para ponerse de pie y poder abrazarla un poco.
—¡Todos cálmense! —
gritó uno de los hombres
que llevaban máscaras —. Estamos del mismo lado.
—¿Cómo que del mismo lado?
—preguntó Thomas, mientras se liberaba del agarre de su captor —. ¿Ustedes quiénes son?
El chico no dijo nada más,
hubo un momento de completo silencio que aumento la tensión del lugar y la curiosidad de todos los presentes al ver al grupo.
Lía se quedó expectante viendo a sus secuestradores, pero aún más al chico que acababa de hablar.
Ella sabía bien que aquel
chico se le hacía conocido, hasta incluso la voz le era familiar pero por más que rebuscaba en sus pocos recuerdos no encontraba ni siquiera algo que ayudará.
Sus pensamientos se quedaron congelados en cuando vió como el joven misterioso comenzaba a retirarse la máscara que llevaba, dejando ver el rostro de quién no creyeron volver a ver nunca más.
—Novato.
Los chicos que lo conocían aún no podía creer que después de
lo que había sucedido él pudiera estar ahí parado hablándoles.
Tanto Lía como Thomas no apartaban la mirada del chico, uno sentía el calor recorrerle las venas de pronto mientras que la chica por su parte seguía atónita.
De pronto los recuerdos de esos momentos volvieron, la mayoría de estos le eran bastante amargos pues él siempre la había tratado como una insignificante basura.
Es por eso que tenerlo ahí justo enfrente de ella le alteraba todas esas emociones. No sabía cómo debía de sentirse si molesta o no, después de todo siempre había tenido motivos pero no era así.
No sentía ningún rencor,
de echo había olvidado esas malas experiencias pero el
día de hoy volvían. En cuanto
sus miradas se cruzaron los dos
se miraron avergonzados, fue
el chico quien le dió una suave
mirada casi pidiendo algo.
—Novata...
—¿Pero qué demonios...
—No es cierto —murmuró Sartén, sin creerse la escena.
—¿Gally?
El mencionado ni siquiera tuvo tiempo para reaccionar, Thomas no le dió tiempo pues en menos de un santiamén el chico se le fue encima y no dejaba de golpearlo.
No podía detenerse, no
después de que todos los recuerdos de la muerte de
Chuck llegarán a su mente.
—¡Thomas no!
—¡Oye, oye, basta! —le pidió Newt al azabache, intentando que soltará a Gally —. ¡Basta!
—¡Mató a Chuck!
—Sí, lo sé. Estuve ahí, lo
recuerdo —le dijo en un intentó hacerlo reaccionar —. Pero también recuerdo que lo picaron y perdió la cabeza, cálmate...
Thomas no tuvo más remedio que apartarse de Gally, pues de algún modo Newt tenía razón. Sin embargo la ira aún no se iba, el azabache intentó controlarse.
Gally se incorporó del suelo, mientras sobaba la parte en dónde el chico le había dado el puñetazo. Aún le dolía un poco.
—Lo tenía bien merecido —reconoció Gally, mirando a los que fueron sus compañeros —. ¿Alguien mas? ¿Sartén? ¿Newt? Lía quizás...
Ambos chicos volvieron a
cruzar miradas, aún sin saber muy bien que decirse o algo.
Lía no tenía idea de que decir o hacer, después de todo se trataba de el chico que hizo su estancia en el laberinto un infierno, era ese mismo chico que la insulto cuántas veces quizo hacerlo.
Lo más lógico es que así como hizo Thomas, se pusiera de pie y lo agarrara a golpes porque está vez el mismo tenía razón tenía bien merecido el posible golpe.
Pero ni siquiera sintió la furia recorrerle el cuerpo, solo se sentía tranquila e incómoda.
Gally por su parte tampoco
tenía idea de que decirle, o
tal vez si pero no sabía cómo hacerlo. Nunca fue justo el trato que la chica recibía por parte de él. Ni siquiera él mismo sabía la trataba de ese modo tan cruel.
O eso pensaba hasta que comprendió con los meses
el por qué de aquel trato.
Aunque no lo entendía bien, lo que si entendía es que necesitaba era pedirle una gran disculpa.
—¿Lo conocen? —preguntó Jorge, sin saber que ocurría.
—Era un viejo amigo.
—¿Pero como es posible? —cuestionó New confundido, aún sin creer lo que estaba viendo—. Todos te vimos morir.
—No, me dejaron para que muriera —respondió Gally —. Y si no los hubiéramos encontrado todos ahora estarían muertos. Oigan, ¿y que hacen aquí?
—Minho —fue lo único que
pudo responder Newt —. CRUEL lo tiene aquí.
—Buscamos como entrar —agregó Lía, con la mirada fija
en su antiguo compañero.
—Yo los puedo ayudar —
informó Gally, luego de unos segundos —. Vengan conmigo.
—No iré a ninguna parte
contigo —respondió Thomas.
—Como quieras, Thomas. Pero yo sé como entrar ahí.
Tanto Newt como Lía se
miraron por unos instantes, sus miradas lo decían todo. Ambos sabían que si querían entrar a esa ciudad necesitarían a Gally con ellos. Pero ahora solo tenían
que convencer a Thomas de eso.
Después de las miradas un
tanto amanazantes que recibió por parte de ambos chicos, Thomas no tuvo más remedio así que terminó accediendo de mala gana. Después de todo era su única opción para entrar.
——— ✮✧☾✧✮ ———
—Después del laberinto un
grupo que venía a la ciudad
me encontró —les relataba Gally a los chicos, mientras los guiba
hasta el refugio —. Vieron que era inmune, me curaron y me trajeron aquí. Con Lawrence.
Luego de que todos estuvieran
de acuerdo se pusieron en marcha hasta el refugio, siendo guiados por Gally y todos los demás hombres. Veían pasar a algunas personas por su lado, ellos llevaban armas a un lo
que podría ser un almacén.
—Este grupo está en guerra
con CRUEL desde que asumieron el control de la ciudad —agregó Gally —. CRUEL no pude seguir ocultandose tras esos muros para siempre, llegara el día en que pagarán por lo que hicieron.
Gally se detuvo por uno
instantes antes de tomar
algo de aire y girarse a mirar
a los chicos que iban tras él.
—Escuchen, no recibe
muchas visitas —les explicó Gally, confundiendo al grupo
—. Así que hablaré yo, ¿si?
Todos estuvieron de acuerdo y rápidamente asintieron, pronto Gally comenzó a adelantarse.
—Y no lo miren mucho a la cara.
Los chicos se miraron los unos a los otros confusos al escuchar lo que les dijo, pero no tardaron en apresurarse para así alcanzarlo.
No tardaron mucho en llegar a una habitación que estaba llena de todo tipo de flores y muchas plantas diversas. Lía confusa de lo que observaba, miró a Jack.
Mientras iban bajando las escaleras, Lía pudo escuchar los susurros de alguien allá abajo, lo que de algún modo logró hacer que su curiosidad apareciera.
—Gally, me da gusto que estés de vuelta.
En cuanto logró escuchar
aquella voz, Lía se encontró con un hombre enfermo que llevaba consigo un aparato del que un suero colgaba. Si sus sospechas resultaban ciertas ese hombre tenía que ser el tal Lawrence.
—Jasper me contó lo que paso.
—Fue una masacre —contó
Gally al hombre —. No podíamos contra esas armas.
—No. Pero no pueden seguir agitando al avispero sin que los piquen —respondió el hombre.
Nadie dijo nada más. Lawrence simplemente se dedicaba a oler un clavel que llevaba en su mano hasta que se percató de todos los demás presentes que estaban ahí justamente a lado de Gally.
—¿Quiénes son estas personas? —preguntó el hombre, viendo a los chicos —. ¿Y que hacen aquí?
—Queremos entrar a CRUEL.
Lía suspiró frustrada al ver como Thomas luego de responder se acercaba hasta Gally y Lawrence. Posiblemente las cosas se podían descontrolar, después de todo no sabían cómo era aquel hombre y la advertencia que les había dado Gally había sido bastante clara.
—Gally dice que puede ayudarnos.
—Gally no debería hacer promesas que no puede cumplir —respondió Lawrence, con la vista puesta sobre el azabache
—. Además, ese muro solo la mitad del problema. Entrar a CRUEL es imposible.
—Tal vez haya una forma —
le dijo Gally a Lawrence —. Pero no funcionaría sin Thomas.
—¿Enserio?
El hombre se acercó con ayuda del bastón que llevaba, el cual estaba conectado al suero. Los chicos de llevaron una sorpresa enorme al ver aquel rostro.
Por su aspecto físico se dieron cuenta que Lawrence, el hombre con el que estaban tratando, no era más que un enfermo más que sucumbía ante la llamarada.
—¿Sabes que soy, Thomas? —preguntó Lawrence, acercándose al chico quien temió —. Soy un hombre de negocios, por lo que nunca corro riesgos innecesarios.
¿Por qué confiar en tí?
—Puedo ayudarlo —respondió Thomas, confiado —. Y si usted me ayuda a cruzar ese muro, le conseguiré lo que necesita.
—¿Y que crees que necesito?
—Tiempo —dijo Thomas, observando el suero al que
el hombre estaba conectado
—. Hasta la última gota.
—¿Eso necesito?
—CRUEL tiene algo que queremos.
—Te diré algo, que vayan
tres ahora. El resto se quedará conmigo —le dijo Lawrence como una oferta, mirando a los presentes —. Así me aseguro de
que ustedes volverán.
Los chicos se miraron entre
ellos confusos de lo que estaban por hacer pero era la única forma de entrar a la Última
Ciudad. No todos estaban de acuerdo pues aún no se fiaban
lo suficiente del hombre pero
no tenían otra opción.
—¿Tenemos un trato?
Lawrence estiró su mano, esperando que el chico se la estrechará y cerrarán el trato.
Thomas meditó la respuesta por unos cuantos segundos hasta que por fin apretó la mano de aquel hombre, cerrando así el trato.
—Gally diles por dónde.
——— ✮✧☾✧✮ ———
Los chicos ya habían decidido quienes serían los que irían: Lía, Newt, Thomas y Gally. Para que vieran la ciudad y pudieran ver
e idear algún plan para entrar.
La castaña se había perdido en sus pensamientos, tenía mucho miedo siendo sincera y aún más sabiendo que en aquella ciudad se encontraba Ava Paige y Teresa.
Pero lo que más la asustaba
era que volvería al lugar donde hace años vivió una tortura.
No quería ser paranoica pero sentía que en cualquier momento CRUEL podría tener el control
de su mente una vez más. Y ella no quería que eso ocurriera.
Porque si sucedía volvería a
estar del lado de ellos, volvería
a ser esa asesina de inocentes
que una vez fue y lo peor que
si obtenían el control de ella
la harían aquella maquina de pelea y no iba a ser capaz de controlarse con sus amigos.
—¿Por qué tan sola?
La chica se sobresaltó al
escuchar aquella voz y al instante de giró a verlo con una sonrisa.
Jack se acercó con los brazos abiertos y ella se abalanzo sobre su hermano, todo lo que quería era simplemente un abrazo.
—No quiero perderlos —
sollozó aún abrazada de él —.
No quiero perder el control.
—Y no lo harás, eres mucho
más fuerte que eso —musitó antes de darle un beso en la frente, como gesto protector.
—Es que... —intentó decirle
pero las palabras se atacaban
en su garganta —. Jack, ellos
no se detendrán hasta tenerme. Tengo miedo... no puedo...
—Haber escúchame —
comenzó a decirle para calmarla, tomandola por los hombros —. Soy tu hermano, te conozco casi mejor que nadie. Se que tú nunca dejarías que algo así te afecte.
»Eres fuerte, muy fuerte. Vas a soportarlo y si no quieres hacerlo tranquila, deja que vaya yo, ¿si?
Lía se seco las lágrimas con
una sonrisa, le agradaba mucho tener a su hermano un vez más con ella. Era muy reconfortante saber que tenía a alguien con quién poder contar en cualquier cosa que sucediera, un amigo también que nunca la dejaría.
Pero prefería arriesgarse ella
que tener que poner en peligro a su propio hermano, así que no. Era su batalla, tenía que hacerlo.
Por eso negó.
—No. Tienes razón no dejaré
que me afecte —le respondió, decidida —. Solo yo decido lo que hago conmigo misma, porque solo yo soy mi propia dueña.
—Así de habla, ahora levántate
y ve con ellos —señaló a lo lejos
a sus amigos, que se preparaban —. Es hora de irse a la misión.
Lía asintió, poniéndose de pie
y miro a su hermano una última vez antes de acercarse hasta él.
No sería una despedida para siempre pero se sentía como una y más si no sabía si volvería o no, y eso lo alarmaba mucho más.
Pronto Newt se acercó a los dos hermano, interrumpiendolos sin querer.
—Perdón que los interrumpa pero ya tenemos que irnos —informó al estar cerca de ellos.
Ambos asintieron antes de
volver a darse un fuerte abrazo este si sería de despedida final.
—Cuídate mucho por favor —musitó Jack, mientras acariciaba cuidadosamente su cabello.
Al separase Jack miró serio al rubio que permanecía espectante ante la escena frente a él. Pero vio al castaño y sabía bien a lo que se refería con esa mirada.
—Ella estará bien —respondió finalmente Newt —. Te prometo que voy a cuidarla bien.
—Eso espero. Ahora
váyanse antes de que me
ponga sentimental.
Los dos rieron y luego de que Jack les deseara buena suerte, ambos jóvenes se encaminaron
hacía dónde estaban los demás.
Cuando estuvieron con los
demás que irían a la ciudad,
se encontraron con Gally quien retiraba una tapa dejando ver
un hoyo en el suelo. Luego el chico comenzó a meter una escalera por aquel túnel.
Gally estaba a punto de entrar al túnel cuando una conocida voz lo obligó a quedarse un poco para poder escuchar lo que le diría.
—Gally. Cuida a estos tres.
—Si —respondió el chico a Sartén, antes de meterse por
el oscuro túnel debajo de él.
Pronto los otros tres chicos también comenzaron adentrarse al túnel con ayuda de la escalera. Dentro de unos pocos minutos ya se encontraban dentro de lo que parecía ser más algún túnel de lo que identificarían como una rara especie de alcantarilla. Una muy maloliente y sucia por cierto.
Los chicos caminaban tras
Gally, quien al conocer bien la zona era quien los guiaba por el reducido túnel. La poca luz los obligaba a sacar sus linternas para así iluminar el lugar.
—Qué asco —se quejó Newt.
—Si ya se —apoyó Thomas.
Más atrás la risilla de Lía
se hizo presente, la castaña se
reía de las quejas de sus amigos, quienes no parecían estar demasiado contentos de estar
en aquel asqueroso lugar.
Sin embargo su expresión divertida cambio a una de asco
y temor cuando vió a lo que tenía pinta se ser una lagartija media muerta en el suelo, la verdad no sabía qué demonios era pues la luz que tenía no ayudaba mucho.
—¿Qué es eso? —preguntó en
un intento de ver a la crutura, pero simplemente la pateó lejos.
Otro grito se le escapó cuando el animal al que creyó "muerto" se incorporó y salió corriendo lejos de la zona. Ella parecía asustada.
—¡Mierda!
—¿Todo bien, Lía?
—Si, solo... era una lagartija media muerta que salió corriendo —explicó la castaña con una risa nerviosa.
Cuando terminó de hablar el silencio se vio interrumpido por las escandalosas carcajadas de sus amigos. Ella frunció el ceño.
—No da gracia, tontos.
—¿No? —preguntó esta vez Gally, conteniendo la risa.
—No —afirmó ella, seria —.
Ni un poco así que cállense.
—Como la señorita anti lagartijas muertas ordene.
—¡Galileo! —le dijo molesta.
—¿Cómo me llamaste?
—Ga-li-le-o —repitió cada sílaba para hacerlo enojar un rato.
—Oh no lo dijiste, A-me-li-a.
La sonrisa triunfante de Lía se desvaneció en tan solo segundos, no es que odiara su nombre pero no era muy fan de que lo dijeran para ella siempre había sido Lía.
—¿Verdad que no es gracioso?
—Jódete, Gally.
Thomas y Newt observaban pasmados la escena que de las risas había pasado a la seriedad después de todo así siempre habían sido Gally y Lía. Como el agua y el aceite, se odiaban pero ahora era diferente porque los dos intentaban llevarse mejor.
Parecían sorprendidos de
ver qué estuvieran hablando
por unos minutos sin haberse querido arrancar la cabeza.
Pero estaban alegres de que los dos parecieran algo felices de volver a verse y de convivir.
Los tres chicos siguieron caminando tras Gally, quien
por fin había encontrado los generadores de energía del
ducto por el que iban. Solo fue cuestión de que le moviera a unas palancas para que todo
el lugar quedará iluminado.
—No se separen, falta poco.
——— ✮✧☾✧✮ ———
—Cuando Lawrence y su
grupo me encontraron pudieron venderme a CRUEL, cambiar mi vida por unos frascos de suero, pero en lugar de eso me dieron un hogar y algo por lo que vivir.
Los tres chicos escuchaban atentos la historia de Gally, mientras seguían caminando.
—¿Qué es eso? —preguntó Newt.
Tanto Newt como los dos ex corredores mantenían su mirada fija en el túnel que estaba en la pared frente a ellos y luego en Gally. Estaban muy confusos.
—Esperen aquí, ahora vuelvo —les dijo Gally, antes de meterse en el pasadizo iluminando el oscuro pasadizo con una linterna.
Instantáneamente los chicos se miraron aún confusos entre ellos al ver como su compañero se iba por entre el oscuro túnel. Fue el azabache quien intento acercarse para revisar que haría Gally.
—¿A dónde va?
Pero obviamente ninguno pudo responderle, no lo sabían.
—¿Podemos confiar en él? —cuestionó Thomas, indignado
—. ¿Después de lo que hizo?
—¿Acaso hay otra opción?
Thomas no respondió por lo
que el silencio se hizo presente hasta que Lía decidió hablar.
—Thomas, no conocemos nada de este lugar si no fuera por Gally quien sabe dónde estaríamos —le dijo, logrando intimidar con ese tono de autoridad al chico —. Tal vez muertos... no lo sabemos.
»Pero lo que si sabemos es que puede llevarnos a Minho y si esa es es la única opción que hay estoy dispuesta a seguirlo.
—Sé que esto te sonara raro,
pero hubo un tiempo en el que Gally fue un verdadero amigo
—agregó esta vez Newt.
—Todos somos humanos Thomas, cometemos errores y debemos aprender a perdonar...
Thomas no sabía que decir después de haber escuchado las palabras de su compañera, no
se sentía listo para perdonarlo sabía que no había sido culpa suya pero algo así era difícil de perdonar lo que había echo.
Estuvo a punto de decir algo pero en ese preciso momento la voz lejana de Gally los llamó.
Lía supuso que tal vez Newt
sería el indicado para manejar aquella situación por lo que se alejó de ellos. No era la mejor en eso de dar consejos así que solo camino para relajar la mente.
——— ✮✧☾✧✮ ———
—De acuerdo, por aquí.
Thomas, Lía y Newt se apresurarón a seguir las indicaciones de Gally.
Luego de varios minutos caminando por el túnel habían encontrado un hueco en la pared, lo que podría ser alguna entrada así que no dudaron en entrar.
—Esperen.
Los chicos dejaron de moverse en cuanto esucharon a Gally, las extrañas vibraciones del túnel y del suelo indicaban que estaban muy cerca de la ciudad o eso era lo que creía Lía, quien no dejaba de ver el lugar en el que estaba.
Nadie entendía lo que estaba pasando pero las vibraciones
del suelo hacían que el túnel temblará cada vez más fuerte.
Sus sospechas fueron acertadas cuando justo enfrente del donde ellos estaban metidos paso con rapidez un tren y lo entendieron.
—¡Tenemos que ser rápidos! —
se apresuró a explicarles Gally a pesar de todo el ruido —. ¡No hay mucho tiempo! ¡Síganme!
Los tres se miraron entre sí, probablemente pensando que lo que estaban por hacer era una locura pero no tenían opción.
—Tengo miedo —confesó Lía, riendo nerviosamente.
Una vez el tren termino de
pasar por su lado, Gally se aseguró que fuera seguro
para poder salir. Miro a sus compañeros y luego salió.
—¡Vamos!
No tuvieron tiempo para nada más, en cuanto Gally salió del hueco en el que estaban metidos los chicos no tuvieron alguna otra opción que salir junto a él.
Estando afuera pudieron ver
el lugar en el que se encontraban,
era un ferrocarril subterráneo. Mientras ellos observaban, Gally se encargaba de cerrar con una reja el hueco por el que salieron.
—Genial. Tommy ama los
trenes —comentó Newt, al
ver dónde se encontraban.
—Bien, porque pronto vendrá uno —respondió Gally —. Vamos.
Y antes de que pudieran decir algo más, Gally ya se encontraba corriendo por las vías al ver esto rápidamente corrieron tras él.
Los cuatro jóvenes corrían sin parar por las vías ferroviarias lo más rápido que sus pies podían, pero seguían sin saber por qué.
Lía había entendido el por
qué al notar como cada vez el suelo bajo sus pies vibraba con fuerza. El tren estaba cerca.
Eso mismo fue suficiente motivación como para obligarla a correr el doble de rápido, para cuándo menos lo esperaba había conseguido alcanzar a Gally.
El miedo de todos comenzó a increntar en cuanto vieron como de la nada las luces del túnel, justo al escuchar unos extraños sonidos, empezaban a moverse.
Unas luces viniendo del fondo de tras de ellos, informó a Thomas y Newt que el tren se acercaba.
—¡Gally!
—¡Rápido! ¡Ya casi llegamos! —
le respondió Gally, alarmado.
La castaña echo una rápida mirada tras de ella, rápidamente se percató de que Thomas había rebasado en segundos a Newt.
Las sirenas del tren resonaban con fuerza por el lugar, cada vez estaba más cerca. Así que tenían que apresurarse a salir de ahí.
La velocidad en la que avanzaban los había echo
llegar hasta la escalera que los haría salir de aquel lugar, a la vez que dejaban al tren atrás.
Los primeros en llegar fueron
Lía y Gally, la castaña suspiró aliviada al llegar pero aquel sentimiento se desvaneció en cuanto volteó detras de ella.
Al girarse pudo ver cómo Newt caía al suelo y no podía ponerse de pie para seguir corriendo. Lo que la alarmó más fue el echo de que el tren estaba a unos metros.
—¡Newt!
La impulsividad así como la presión del momento motivo
a ambos exs corredores para querer ir a dónde estaba Newt.
Sin embargo Gally fue
mucho más rápido e impidió
que comenzarán a correr.
—¡Ustedes quédense aquí!
En menos de un santiamén
Gally corría a las vías para ayudar a Newt. Thomas no quiso quedarse es por eso que en cuanto vio la oportunidad intentó correr pero unas manos lo retuvieron en su lugar.
—Thomas, no.
El mencionado vió a la chica a su lado, quien también quería ir a ayudar pero se mantuvo serena.
El tren se acercaba peligrosamente hasta donde ambos estaban, lo que los obligaba a pegarse más a la pared. Lo alarmante era que
ni Gally ni Newt aparecían.
En cuestión de segundos la cegadora luz del tren paso por un lado de ambos. La chica comenzó a sentir como sus ojos rápido se llenaban de lágrimas. Aún seguía intentando procesar lo que paso.
Thomas cerro sus ojos, conteniendo las inmensas ganas de llorar o al menos de gritar.
¿Acaso era real? ¿Se habían ido?
Ninguno fue capaz de
mentener sus ojos abiertos cuando el tren paso por un
lado suyo. No fue hasta que escucharon unos quejidos provinientes de las vías.
—Eso estuvo cerca.
Lía abrió sus ojos esperanzada
al escuchar la voz de Gally y los débiles quejidos de Newt. Solo le tomo segundos limpiar las pocas lágrimas que tenía con el dorso de la mano para salir corriendo hasta sus amigos, siendo seguida rápidamente por Thomas.
Newt aún adolorido intento ponerse de pie, pero al instante casi se cae cuando unos brazos llegaron a socorrerlo.
—¡Maldita sea creí que habían muerto! —soltó Lía, abrazando al rubio con fuerza —. ¡No vuelvan a asustarme así, par de tontos!
—Lía...
—¡Casi me da algo!
—Oye Lía..
—¡Se sintió tan real!
—¡Lía!
La castaña reaccionó al
escuchar la voz de Newt, el chico estaba comenzando a perder el oxígeno con ese fuerte agarre.
—Perdón Newt, no me...
—No pasa nada, solo casi me asfixias pero estoy bien.
—Newt —le dijo ella mirándolo de reojo, el chico sabía bien que significado tenía esa mirada.
—Estoy bien lo juro, solo... ¡auch!
La castaña negó antes de separarse de él y darle una mano para ayudarlo a ponerse de pie. Luego fue con Gally, y Thomas se acercó lentamente hasta Newt.
—¿Estás bien, Gally?
El mencionado se giró a ver
a la chica con confusión. Aún
no entendía por qué aquella preocupación tan reciente.
—¿Yo? —preguntó aún confundido, señalandose a si mismo —. ¿Me hablas a mí?
—A quién más, imbécil —respondió ella, rondando los ojos mientras se cruzaba de brazos.
—Entonces... ¿si te importó?
—preguntó Gally, sonriendo
con una sonrisa algo pícara.
—Te acaba de pasar un tren
por encima, ¿cómo no quieres que no me preocupe?
—Gracias Lía.
—De nada, para eso están los amigos —respondió ella.
La castaña sonrió luego de ver directamente al chico a los ojos, escuchar la palabra amigo y que lo incluyera en esa misma era lo más extraño que jamás escucho salir de su boca. Sin embargo él solo pudo sonreírle felizmente.
—Por aquí.
Lía fue la primera en seguir a Gally, un poco más atrás Newt
y Thomas seguía en su sitio aún extrañado de la escena que había presenciado hace solo instantes.
Gally salvando a Newt, Lía
y Gally tratándose como dos mejores amigos. Era extraño.
Solo pudo suspirar antes de comenzar a caminar, todavía tenían una misión que hacer.
Llegar a la ciudad.
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