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━Capítulo Siete


















































❝ 𝐋𝐈́𝐀 𝐄𝐒 𝐔𝐍 𝐏𝐄𝐋𝐈𝐆𝐑𝐎
𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐂𝐑𝐔𝐄𝐋 ❞



























































╔═══ 𓏲✮⊰ •˙ ❅✾❅ ᭕𖤐⊱ ═══╗

〘 ✰.༄☼︎ 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟎𝟕☼︎༄.✰ 〙

—– recuerdos —–

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EL PEQUEÑO E INCOMPLETO GRUPO SEGUIA A JORGE, QUIEN AHORA TOMABA EL PAPEL de líder pues era quien conocía el terreno mejor.

El desierto y todos los habitantes nunca habían logrado ser una gran combinación así que Jorge era el único con la experiencia los llevaría hasta Marcus.

Todos solo seguían al hombre
en silencio por entre el pasadizo, sintiéndose solos debido a la falta de sus compañeros. Y la persona que podría subirles los ánimos se la pasaba distraída así como en un estado de trance durante todo el camino. Y eso los preocupaba.

—Ey, ¿todo bien?

Lía miró a la pelinegra con una sonrisa fingida, simplemente no quería hablar con nadie acerca de lo que le estaba sucediendo. Pero necesitaba hacerlo y seguía sin saber porque creía que ella más que nadie la iba a entender.

Tal vez porque eran chicas
y entre chicas se entienden o porque ambas habían pasado por lo mismo. Las mismas pruebas, el mismo dolor.

—¿Puedo preguntarte algo? —dijo Lía, antes de soltar el aire contenido en sus pulmones. Ella asintió —. ¿Tú puedes recordar? Me refiero a que si CRUEL te devolvió todos tus recuerdos.

Para sorpresa de la castaña, Teresa asintió ligeramente. ¡Lo sabía! La sensación no fallaba.

—¿No te sientes extraña? ¿Controlada? No sé algo así.

—No. Es como si una parte
de mí volviera —le empezó a explicar la pelinegra —. Se que
es difícil asimilar todo lo que alguna vez viviste pero ahora estoy acostumbrandome. Bien, ahora dime cómo te sientes tú.

—Es una muy larga historia. ¿Quieres la historia larga o la corta? —preguntó con una débil sonrisa en el rostro.

—La larga, es mucho mejor explicada. Anda dime.

Lía soltó el aire contenido y
se preparó mentalmente para lo que estaba por hacer. No sabía si era una buena idea puesto a qué no era una costumbre que ambas se hablaban.

El todo el tiempo que estuvieron en el laberinto, la castaña estaba más ocupada en sus asuntos como un habitante, la voz en su cabeza y sus aquellos alocados sentimientos confusos como para intentar convivir con una chica extraña que acababa de llegar de la nada. Algo raro.

Pero tal vez podrían mejor su relación amistosa, era un no tan buen momento pero podían. Así que se decidió y empezó a hablar de todo lo que estaba pasandole.

—Todo empezó cuando estaba
en el laberinto. Creí que era solo  alguna alucinación de los efectos de estar encerrados pero nunca fue así —explicó Lía, mientras
los recuerdos llegaban ella seguía
el camino junto a los demás —. Tal vez lo recuerdes o no pero
al estar en las instalaciones de CRUEL, las pruebas era bastante agotantes. Tú más que nadie lo deberías de saber.

Teresa comenzó a rebuscar
entre sus recuerdos. Era cierto todas las pruebas impuestas por CRUEL siempre resultaban estar a un grado de dificultad mayor a lo que debería de ser para unos simples niños.

Recordaba bien las pruebas impuestas, algunas implicaban concentración y vaya que mucha. Quería rendirse, le resultaba muy difícil de hacer pero CRUEL no se lo permitió.La obligó a continuar a pesar de lo agotada y mal que se sentía.

—Pero eso no se compara con el cansancio y dolor que sufría mi cuerpo día con dos debido a sus pruebas. A ustedes les imponían pruebas mentales pero para mí las cosas eran distintas. Recuerdo bien que siempre me alejaban de todos, incluidos Thomas y tú. El porque nunca me quedó claro.

Al mencionar aquello más y más recuerdos llegaron a la mente de la pelinegra, todos acerca de Lía.

Lía siendo escoltada por varios guardias que desaparecian por el pasillo, Lía llorando porque ya no quería seguir con sus pruebas, un guardia poniendo el candado electrónico a aquella habitación.

Ella nunca pudo ser libre
al igual que los demás, cuando lo era era porque de escapaba.

»Los entrenamientos eran pesados, suficiente para una niña de casi nueve años. Esquivar balas y lazers no era tarea fácil —Teresa cubrió su boca, atónita al escuchar tal acontecimiento tan cruel —. Pero me acostumbré a eso, al dolor, a no ser escuchada cuando pedía parar porque mi cuerpo no soportaba, a todo ese sufrimiento mortal por años.

»Teresa, ellos querían hacer
de una simple niña común y corriente una arma humana. Alguien con la fuerza de varios soldados, al que las balas no le afectarán y siguiera órdenes claras de su líder como un robot... ¡un miertero robot!

»Y lo lograron o casi —musitó Lía, con algunas lágrimas en los ojos —. No puedo dejar que me atrapen, no si quieren hacerme su maldito robot. Hay... —en ese momento se detuvo, meditando si debía o no decir eso —. Cuando estuve en el laberinto descubrí que es una voz quien tiene algo en su poder que me controla. Es como si la persona jalara de las cuerdas del titere y obedeciera.

—¿Te... controlan? —
cuestionó Teresa, no espetaba que ella le contará todo eso.

—Así es. La voz me hace
hacer cosas que quiero pero no debo. Me da fuerza, una fuerza casi sobrehumana mental y físicamente —Teresa parecía cada vez más asombrada de lo que le contaba la castaña —. Esa fuerza te controla si no sabes cómo usarla. Cuando estoy bajo su efecto soy una persona completamente diferente. Una máquina de matanza tal como le gustaría ver a CRUEL —escupió la castaña con rabia al decirlo
—. Sin embargo e aprendió a ser más fuerte que ella y hacerla
una  parte escencial de mí. E aprendido a vivir con ella.

»Ahora mis recuerdos están volviendo gracias a la extracción del neutralizador en mi cabeza. Pero no espere que mi antigua vida fuera una completa mierda.

Teresa no pudo evitar soltar
una risilla al escuchar la grosera por parte de su compañera.

—La fase de control ya empezó, si vuelvo con ellos volveré a ser ese robot en un cuerpo humano listo para matar... Y eso es lo que menos quiero. No puedo volver.

—Todo va a estar bien ya
verás, cuando escapemos nos espera una vida tranquila lejos de CRUEL y este virus.

Pero Teresa no sabía si lo
decía de corazón o solo por
hacer que Lía se sintiera mejor. Ciertamente ya empezaba a dudar de la idea de huir, pero aparentaba que estaba bien.

La castaña asintió con una
débil sonrisa, tallando las lágrimas en sus ojos con los puños de su chaqueta gris.

—Gracias por escucharme,
creo que necesitaba sacar todo eso —le dijo Lía, con una sonrisa deteniendo el paso para verla.

—Sabes que somos amigas, puedes confiar en mí —Teresa
le devolvió la sonrisa, para luego acercarsele y darle un abrazo que al instante fue correspondido.

—¿Qué tal todo en ese corazoncito? —preguntó Lía, cuando se separó de Teresa, para intentar cambiar de tema.

La de ojos azules no pudo evitar sentir su corazón latiendo con fuerza y se sonrojo un poco. ¿Su corazón? Su corazón no dejaba de latir como loco cuando estaba con cierto chico... ¿Que era esa sensación? Aún no lo sabía bien.

—¡Uyy te sonrojaste! Entonces mis sospechas son ciertas —Lía pronto comenzó a bailar de una manera extraña y Teresa se rió antes de seguir caminando.

—¡No es cierto yo no me...

—¡Thomas! ¡Te gusta
Thomas! —comenzó a gritar la chica, llamado la atención de los
demás que venían adelante.

Teresa se apresuró a taparle la boca con una de sus manos para callarla. Pero que vergüenza la estaba haciendo pasar ahora.

—¿Quieres callarte? Nos van a escuchar los demás —le reprochó la pelinegra, al ver al resto y sus rostros llenos de confusión.

Lía solo soltó una carcajada
antes de seguir caminando como si nada, Teresa la miraba de mala manera pero ella solo seguía muy tranquila riendo en bajito.






——– ✮✧☾✧✮ ——–

















Una vez llegaron a la ciudad
que Jorge mencionó, los chicos estuvieron listos para ir por Thomas y Brenda. Siguiendo al adulto llegaron rápidamente a un edificio medio en ruinas el cual era resguardado por un hombre y varias mujeres que para nada parecían ser santas o algo así.

El hombre estaba sentado recibiendo a las personas, a la vez que las provocativas mujeres lo besaban. Aquello provocó que Lía hiciera una mueca de asco.

—Jorge, ¿Qué te trae por aquí?
—exclamó el hombre con una espléndida sonrisa, acercándose al igual que aquellas mujeres.

—¿Dónde están? —
cuestionó Jorge con un tono agrio, estaba enojado —. ¿Dónde está Brenda y el muchacho?

El hombre pareció dudar al responderle. Sus manos no dejaban de temblar al sostener el trago de lo que probablemente podría ser alcohol y su asquerosa y retorcida sonrisa permanecía intacta. Las mujeres comenzaron a besarlo, como si nada.

Jorge no tuvo más opción que recurrir a la fuerza así que sin dudar más en sus actos le soltó un oubuen golpe al hombre y no tardó en entrar al lugar, siendo seguido por todos los chicos.

—Ustedes busquen a su
amigo, rápido —les ordenó
Jorge, así que rapidamente todos tomaron rumbos distinto con tal de buscar al desaparecido chico.

Una vez que todos estuvieron agruados como les dijo Jorge: Minho con Jorge, Newt con Lía,  Teresa con Jack y Sartén con Aris rápido entraron al ruidoso lugar. Ahora su misión era bastante clara encontrarar a sus amigos.

Lía quien iba acompañada de Newt, sin proponérselo tomo un rumbo diferente al del rubio, a causa de que entre tanta gente sin pensarlo se separaron.

La música resonaba con fuerza por todo el lugar. La gente de ese sitio estaba estretenida con todo el alboroto. Algunos de ellos solo bailaban, otros bebían bebidas.

La castaña despejó sus pensamientos y siguió caminando por todo el lugar, buscando a Thomas. De pronto su vista captó algo que le llamó la atención rápidamente. La gente más cuerda de aquel lugar veían divertidos una pelea de cranks.

Lía sintió repulsión no solo
por aquellos seres si no que las personas eran unos monstruos. ¿Es que acaso no sabían que esos monstruos alguna vez fueron
tan humanos como ellos?

Y siguió caminando, con la imagen de los cranks grabada en la mente. Jack entro en su campo de visión, el chico no tardó en acercarsele. Él llevaba algo en una de sus manos, algo azul.

—¿Jack? ¿Los encontraste? —
preguntó Lía con la voz algo alzada en cuanto estuvieron
más cerca el uno del otro —. ¿En dónde demonios está Teresa?

—No... aún no... —respondió arrastrando las palabras, pero no le respondió la última pregunta.

—¿Qué es eso? —cuestionó
la castaña al ver lo que el chico llevaba entre sus manos.

Él al instante le pasó el vaso de
cristal con la sustancia azulada. Esperaba poder compartir su fuente de felicidad con su amiga.

Pero por lo visto sería difícil convencerla ella parecía estar muy cuerda en aquel momento.

—Bebe un poco, hará que todas tus preocupaciones se vayan..

—¿Esto es... —Lía no pudo ni siquiera terminar de hablar puesto a qué Jack la interrumpió.

—Tú solo tómatelo.

Ella suspiró no le vendría mal algo para beber, no sabía que era o podría ser pero parecía que el castaño se estaba regalando con ella. Le ardió la garganta cuando aquella bebida se deslizó por ella.

Se asemejaba a la bebida de Gally en el sabor, ácida y asquerosa.

—Tenemos que seguir buscandolos —habló Lía, sacudiendo su cabeza cuando comenzó a ver borroso.

—No podremos —Lía pareció confusa cuando escucho la falta de positividad de su amigo —.
No vamos a encontrarlos... solo perdemos el tiempo con un niño que no sabe lo que quiere hacer
y una simple desconocida.

Lía frunció más el ceño, conteniendo las inmensas
ganas de golpear a Jack por decir eso. Realmente le enfadaba que los demás hablarán mal de sus amigos, esto parecía ser eso.

—No te permito que...

—Acéptalo Lía estás sola —comenzó a decirle cuando la interrumpió —. Nadie está para tí, solo fingen que es así porque saben que necesitas ayuda. Una máquina que no sabe cómo ser una humana. ¡Vaya tontería!

—¡Para! —gritó la castaña al sentir que los recuerdos de su vida pasada volvían, de pronto sintió sus ojos cristalizarse.

—Nunca dejaste de ser su
arma Lía, solo eres una niña jugando a los superhéroes
deja de vivir en tus estúpidas fantasías y despierta ya...

—No, no, no para por favor —musitaba ella con desesperación, siento que todo le daba vueltas.

—Ya es muy tarde para ti hermanita, volverás con tus creadores tarde o temprano.

Y sin más el chico comenzó a alejarse, desapareciendo en solo segundos entre una multitud. Las palabras de Jack lograron entrar en la mente de Lía de pronto, tan solo recordarlas dando vueltas en su cabeza le dolía bastante.

Jack era una de las personas a
las que le habi tomando mucho cariño pero aquello había sido como una apuñalada en su pobre y débil corazón. Seguía doliendo.

Su cabeza seguía dándole vueltas, sentía que en cualquier momento iba a caerse al suelo debido a lo mareada que estaba. Su sistema estaba intoxicado a causa de la bebida que debía de ser alguna mezcla con alcohol.

Necesitaba salir a tomar aire fresco el ambiente así como
todo el ruido del lugar estaban empezando a asfixiarla, así que retomando si camino siguió de pie el poco tiempo que pudo.

Definitivamente estaba muy segura de que solo era cuestión de tiempo para que cayera al suelo. Pues estaba mareada y
su visión era bastante borrosa, así fue como de un momento a otro perdió el equilibrio lo que hizo que cayera al frío suelo.

No supo que pasó después de su cabeza impacto contra el suelo,
lo único que recordardaba era la silueta borrosa de una persona acercándose hasta ella de prisa.
Hasta que poco a poco su mente quedó completamente en negro, mientras que el silencio volvía a ella y los recuerdos también...
















——– ✮✧☾✧✮ ——–















































“—Todo está listo. Que ingresé
el primero —dijo uno de los doctores en la sala, viendo datos de los reclutas —. Bien, Amelia puedes empezar con el proceso.

Lía asintió, para luego ponerse
de pie de su silla y acercarse a la cristalina ventana donde vería al primer recluta al que le pondrían el neutralizador así como una vez
listo sería enviado al laberinto.

—Empezemos con esto.

Aunque no le gustará ayudar en esta clase de cosas siempre era obligada como de costumbre. No sé sentía bien siendo un monstruo
que torturaba de alguna manera a otro chico como ella, porque cada prueba era más y más difícil.

Estaba lista por continuar con
el proceso de los neutralizadores sin  embargo no pudo evitar que de un momento a otro su corazón latiendo con fuerza y las lágrimas quisieran salir. No era posible.

Tenía que ser su imaginación.

—No, no, no, esto es... —musitó
la castaña con voz entrecortada al ver al chico frente a ese cristal—. ¡Él no puede ir... aún no!

—Lo siento Amelia son
órdenes de los superiores —respondió el hombre como si nada, preparando algunas inyecciones para sedar.

—Debe haber un maldito error, no puede ser él. ¡Revisen bien! —gritó la castaña comenzando a perder la cordura que le quedaba.

—¡No hay ningún error
entiéndelo Amelia! ¡Órdenes
son órdenes! —le gritó en el mismo tono aquel hombre.

—Pero David...

—¡No hay ningún pero! Ahora deja de quejarte y ayúdanos.

Sin decir una sola palabra la chica solo se acercó al hombre con varios utensilios quirúrgicos, pues los necesitarían para hacer que el reclutado no interfiriera así como para sedarlos y introducir el nuevo invento de CRUEL.

—Oigan, ¿qué van a hacerme?
—comenzó a cuestionar el chico, viendo con pánico a los doctores con aquellos utensilios —. ¡No! ¡Que me suelten! ¡Ey déjenme!

Lía estaba volteada de espalda escuchando los gritos e insultos que soltaba Minho. No podía ni siquiera mirarlo a los ojos, lo que acababa de hacer no tenía perdón ella no quiera ser perdonada.

Le era imposible concentrarse en la preparación de utensilios así como los medicamentos cuando los desesperados gritos de Minho resonaban en el lugar y su cabeza no dejaba de repetirlos cada vez.

—¡Lía! ¡Diles algo! ¡Lía por favor ayúdame!

Las lágrimas que estuvo conteniendo hace unos minutos no tardaron en salir. No podía seguir fingiendo que en el fondo no le dolía, porque después de todo seguía siendo una simple chica con sentimientos que no podía evitar enamorarse.

Y le dolía, le dolía estar justo ahí con él y no hacer nada para poder ayudarlo. Estar ahí escuchando sus desesperantes gritos pidiendo que le ayudará y no intentar hacer algo al respecto. Pero sabía que no era buena idea debido a que si lo hacía tendría serios problemas con CRUEL y todo el personal.

Todos miraron a la que sería
una candidata potencial en cuanto escucharon como el chico le pedía ayuda pero ella si se inmutó. Solo era cuestión de unos segundos o minutos para que el neutralizador hiciera efecto y todos los recuerdos incluyendo los de Lía se irían para siempre.

—Solo queda esperar a que sus recuerdos desaparezcan —explicó David a sus ayudantes y a Lía.

—¿Podría... hablar una última
vez con él? Por favor —preguntó la de ojos verdes en cuanto escuchó a David decir aquello —. Será rápido, se los aseguro.

Todos de miraron entre ellos confusos de tal confesión por parte de Lía, pero David era el que tenía la última palabra.

Él había pasado por mismo y
la entendía, además después de tantos años siendo una especie de guardaespaldas y compañero de aquella pequeña rebelde que luego de años había crecido la conocía mejor que nadie. Sabía lo que el chico A7 significaba para ella y no podía intervenir en esas cosas.

Solo bastó un asentimiento para que Lía saliera corriendo hacia el chico que permanecía atado a una camilla, una vez entro a la cabina de cirugías se le acercó. Más bien se abalanzó sobre el y lo abrazó.

—Tranquila...

—Lo lamento... de veras lo
siento tanto yo no pude... —sollozaba ella, siendo envuelta en sus brazos con algo de fuerza.

Tenía suerte de que aún los recuerdos de la chica todavía
no se desvanecieran, ya había perdido los de su infancia así como los de sus amigos o gran parte de ellos pero a pesar de todo lo que sucedía en su mente
recordaba unos preciosos ojos
verdes que lo llamaban.

Era ella, Lía, la chica que estaba frente a él y en su cabeza.

—No quiero que te vayas... aún no por favor.

—No llores, no me iré. Estaré
aquí recuérdalo —dijo con voz débil, a la vez que señalaba el corazón de la jóven.

—Me olvidarás.

Él negó al instante.

—Nunca podría. No importa
lo que pase una parte de tí viviría
en lo más profundo de mi mente —decía el joven débilmente, poco a poco su recuerdos iban siendo más borrosos —. No importa en que lugar o tiempos nos veamos yo seguiré a-amandote Amelia...

—Yo también lo haré, nunca me olvides por favor Minho.

—Y nunca lo haré...

Sus rostros poco a poco se
fueron acercando hasta que sus labios estuvieron sobre los de ella y la sensación de calidez volvió como la primera vez.

Las manos de Minho tomaron
las de Lía, dejando en estás algún papel o eso parecía. Sin embargo
al separarse, el chico permanecía inconsciente y sus ojos estaban perfectamente cerrados. Luego de minutos la anestesia hacia efecto.

—¡No, no, no! ¡Minho!

Pero sus gritos no sirvieron de nada, Minho se había ido. Ese chico cariñoso medio sarcástico y tonto que conocía no estaba más. En su lugar había un desconocido recluta que no la reconocería.

Pronto los guardias entraron a la sala y tomándola de los brazos la obligaron a salir de la habitación.
Su trabajo había terminado.

—Se fue... él se fue...

































[...]
























































































Lía se encontraba muy agitada mientras corría por los enormes pasillos de las instalaciones de CRUEL. Para su buena suerte se encontró con el chico que desde hace minutos estaba buscando.

Tenía que darse prisa.

—¡Thomas! —gritó la chica
con una sonrisa, abalanzandose sobre sus brazos —. ¡Rápido no tenemos mucho tiempo! Tómalo, dáselo a la doctora Mary es lo que han estado buscando por años.
La carta es para tí, léela después.

—Lía, ¿qué está pasando? No estoy entendiendo nada —dijo Thomas alarmado y confuso.

—No puedo Thomas... yo lo lamento mucho —comenzó a decir Lía, intentando no sollozar al recordar —. Por años he visto como se lastiman, como sufren, como casi mueren... simplemente ya no lo puedo soportar. Estamos mal Thomas, ellos son solo niños como nosotros, como Chuck. Ya no quiero seguir con esto, quiero vivir como una persona normal no como una maldita arma a la que usas como un jodido escudo.

—Lía no... no puedes irte aún...

—Yo... no estoy segura que
pasará conmigo después de lo
que hice —confesó la chica, y en ese mismo instante la alarma comenzó a sonar por el lugar.

—¿Qué fue lo que hiciste, Lía?

—Logre entrar a la oficina de
Ava y hackee los archivos del sistema, tal como lo predije di con la ubicación exacta del paraíso.
Es nuestro último recurso.

—Lía lo que hiciste es muy peligro, si te descubren...

—Lo sé, fue una estupidez
pero ya no quiero seguir con
esta farsa. Estoy cansada de ser de su propiedad, ser su arma, cansada de ver sufrir a madres que suplican por sus hijos cuando los arrebató de su hogar, cansada de matar a gente inocente...

Cuando menos de dió cuenta su tono de voz iba volviéndose cada vez más agrio y sus ojos estaban cristalizandose poco a poco.

Thomas quiso decir algo pero
fue interrumpido por el sonido
de la compuerta abriendose tras ellos. A unos cuantos metros los guardias se acercaban rápido a ambos jóvenes, venían por ella.

Lía sabía que no tenía más escapatoria ahora pagaría por sus actos. Así que sin más solo abrazó a Thomas con fuerza, ella sabía bien que pronto ninguno de los dos se recordarían tal vez.

—Adiós Thomas, lo siento tanto...

La chica se vió obligada a separarse bruscamente de Thomas, puesto a qué cuando los guardias llegaron la tomaron
de los brazos y los separaron.

—¡Lía! Ey, ¿¡qué hacen!? —
gritó Thomas desesperado al
ver como los guardias luego de haberle inyectado algo en el
cuello arrastraban a Lía lejos
—. ¿¡A dónde la llevan!?

De repente David, uno de los doctores del personal elite de CRUEL, apareció apretando el hombro de Thomas en son de confort. Vaya que lo necesitaba.

—¿Qué harán con ella?

—Lo siento mucho hijo, Lía es
un peligro para CRUEL —explicó el hombre —. No podemos seguir permitiendo que más rebeldes interfieran con nuestros planes.

Thomas frunció el ceño confundido pero más que nada enojado por lo que acababa de escuchar. ¿Lía un peligro? Eso era la estupidez del año. Ella había descubierto lo que nadie quería que se supiera de CRUEL por eso.

Apartando de maneras un tanto bruscas la mano de su hombro, Thomas intentó dirigirse por el pasillo en el que habían llevado a una inconsciente Lía sin embargo David lo sujeto fuerte del brazo.

—Suéltame David —pronunció el azabache entre dientes.

—Tenemos cosas que hacer todavía —le explicó con el mismo tono agrio que utilizo el chico —. Si es por Lía, más vale que te olvides de ella. Todo el mundo lo hará cuando sepan que murió.

Thomas completamente
molesto logró tirar de su brazo, una vez David lo soltó. Aquello realmente le molestó mucho.

¿Cómo que morir? ¿Que iban a hacerle a su amiga? Ella tenía razón era hora de tomar cartas
en el asunto cuando ahora.

—Ava necesita hablar contigo, date prisa sabes que no le gusta que la hagan esperar —informó David, severamente molesto por aquella actitud —. ¿Que esperas? Vamos, camina Thomas.

Y sin más solo pudo obedecer
sus órdenes, mientras pensaba en los planes de su amiga.











——— ✮✧☾✧✮ ———











































































Cuando Lía abrió los ojos
lo primero que llegó a ella fue
un severo mareo, provocando a los recientes recuerdos que tan solo minutos habían asaltado la poca tranquilidad de su mente.

Al estar sentada pudo notar como sus ojos derramaban algunas cuantas lágrimas. Alto, ¿Acaso había llorado dormida?

Después de eso comenzó a examinar el lugar en el que se encontraba. Seguía en el antro de la gente loca con cranks y muy tranquila descansaba en un viejo y desgastado sofá. La luz de día
le picaba en los hinchados ojos.

Los recuerdos de anoche comenzaban a fluir en su mente. Todavía no encontraban a Thomas ni a Brenda, tenía que seguir con la búsqueda... Sin embargo una mano le impidió ponerse de pie. Era Teresa.

—Tranquila, tú solo sigue descansando.

Lía sonrió débilmente al ver
a su amiga ahí con ella. No estaba sola y eso le alegraba mucho.

—¿Todo bien? Parecía que te quejabas en sueños.

—Si todo bien, gracias —Lía comenzó a buscar con la mirada a sus perdidos compañeros, Teresa noto esto al instante.

—Thomas está por allá, aún no despierta —explicó la pelinegra señalando con la cabeza el lugar, aquello pareció tranquilizarla —. Brenda está con Jorge y el resto.

Minho al percatarse de que
la castaña había despertado
se acercó lentamente a ambas chicas, con una sonrisa.

—Estaré por allá si me
necesitas —le dijo Teresa,
antes de ponerse de pie e irse.

—Bienvenida a la tierra, shank.

Lía sonrió conteniendo una
risa por la manera en que el asiático le dió los buenos días. Hace mucho tiempo que no la llamaba por aquel apodo.

Minho no dudó en ayudarla a ponerse de pie, en cuanto estuvo de pie vio a lo lejos como Jack la observaba incómodo mientras estaba sentado en un rincón de la habitación, parecía que podría desmayarse justo ahí. Tenía un muy mal aspecto en definición.

Era probable que el chico recordara lo que le había dicho ayer por la noche. Así que apartó la mirada en cuanto pudo.

—Te sugiero que hables... ¡Maldito desgraciado!

Al escuchar aquel grito la
castaña se giró al instante. La escena fue algo desagradable
de ver. Jorge interrogaba a el hombre de ayer. El que tal vez sería Marcus estaba atado a una silla, siendo golpeado por Jorge casa vez que se negaba a hablar.

—Lo siento, pero tendrán que salir de mi casa.

La castaña se acercó un poco al resto de sus amigos, viendo cómo Jorge seguía golpeando al tipo.

Algo que aún no comprendía era quien era aquel hombre, ¿Acaso conocía a Marcus? ¿Era él?

—Parece que te divertiste
anoche —comentó Newt algo divertido, en cuanto la chica estuvo a un lado suyo.

—Si, me divertí muchísimo —respondió Lía sarcásticamente, nada había sido más divertido que estar rodeada de locos y que la alcoholizaran a lo grande.

Después de eso no pudo evitar mirar una vez más en dirección hacia Aris, quien se encontraba a un lado de Jack. El muchacho aún estaba en el rincón, adormilado
y con una fea resaca de seguro.

—¿Jack está bien? —le preguntó a Aris en cuanto estuvo cerca.

—Si, solo es la resaca de anoche. Parece que no sabe controlar la bebida —comentó Aris.

—¡Te escuché maldito rubio! —
se quejó Jack desde el viejo sillón, cubriendose con una manta.

Lía no supo si se cubría con la manta porque tenía frío y no quería ver la luz del sol, o porque no quería verla a la cara. Pero no pregunto ni indagó más de eso.

—Escuchá, no me gusta
golpearte. ¿Dónde está el Brazo Derecho Marcus?

—Espera, ¿él es Marcus?

Todo mundo se giró a ver a
la persona que soltó la pregunta. El tono de voz dejaba ver a simple vista que Lía no estaba muy contenta, si no irritada. No podía creerlo. Esperaba más de él, ciertamente se lo imaginaba como alguien mejor... no eso.

El dichoso Marcus se giró a
verla con disgusto y soltó una risa llena de burla, que logró hacer a la chica enfadar más de lo que ya estaba en ese instante.

—Pero que chica tan más
lista. ¿Acaso eres el cerebro
de la operación? —se burló.

Si no hubiera sido gracias a
Aris, quien rápidamente la tomo de la muñeca probablemente la chica ya estuviera rompiendole la cara y cada uno se los órganos a aquel repugnante hombre. Ese comentario la había echo enojar.

Jorge desesperado por el comportamiento de Marcus, tomó medidas más bruscas a las anteriores. Dejando de lado eso de “por las buenas” Jorge tiro del cabello de Marcus, sacándole un quejido claramente de dolor.

—Tú sabes dónde se ocultan.
Así que dímelo y haremos un trato, podrías venir con nosotros.

—Rompí ese vínculo hace
tiempo —respondió el hombre así de simple —. Ademas, hago mis propios tratos. Tú fuiste quién me enseñó a jamás dejar pasar una oportunidad.

—¿De que está hablando? —le preguntó Newt confuso a Jorge.

—Me refiero a la oferta y demanda —respondió Marcus, logrando que el grupo de chicos se confundieran aún más —. CRUEL quiere reunir a todos
los inmunes que sea posible,
yo ayudo a proporcionarselos. Así que yo atraigo a chicos, hago
que se embriaguen, se divierten.  Luego, aparece CRUEL, y separa
la paja del trigo.

Lía no pudo evitar la mueca
de asco y disgusto al escuchar la estúpida risa de Marcus. Verlo tan solo le provocaba ganas de golpearlo, bien se lo merecía.

—Cambie de opinión hermano
—comentó Jorge, capturando la atención de Marcus quien deja de reír —. Si me gusta hacerte daño.

Completamente irritado por
esta situación, Jorge termina dándole una patada al hombre atado a la silla, lo que lo hace caer al suelo. Luego Jorge saca
una arma y le apunta a Marcus.

Al ver aquella acción todos
se pusieron de pie alertas, no sabían de que podía ser capaz Jorge estaban muy enfadado.

—¡Habla! —le gritó Jorge, sin dejar de apuntarle —. ¡Habla!

—¡Está bien, está bien! Pero
no te prometo nada, esa gente
no se queda quieta. Tienen una base en las montañas, pero están muy lejos. Tienen a todo CRUEL sobre ellos, no van a lograrlo.

—No a pie —dijo Jorge
con una sonrisa, antes de recargarse sobre Marcus —. ¿Dónde está Bertha?

—No mi Bertha, no.






































































































——— ✮✧☾✧✮ ———













































































































































Jorge no tuvo problemas a la hora de tomar a Bertha, quien resultó ser un auto destartalado y no alguna mujer como desde un principio todo mundo creyó.

El adulto era el encargado de ir manejando por la carretera que según Marcus los llevaría hasta donde estaba el Brazo Derecho.

Jorge daba fugaces vistazos a los chicos que iban atrás y a Newt, que iba en el asiento del copiloto. Los demás no tuvieron alguna otra opción que sentarse atrás.

Minho, Lía, Jack y Sartén iban en la primera fila de asientos que estaban atrás del conductor. Por otra parte en la última fila iban Brenda, Thomas, Aris y Teresa. Algo que nadie negaba era la incomodidad que sentían al tener tan poco espacio para tan si quiera moverse bien.

Nadie decía nada, la mayoría estaban demasido agotados como para querer hablar y solo se dedicaban a descansar como lo hacía Lía. Otros por su parte intentaban reponerse de todo lo que acababa de suceder hoy.

Lía soltó un ligero bostezo antes de acomodarse como pudo entre Minho y a su lado Jack. Ella no estuvo agusto en
su sitio, lo que la llevó a recargar su cabeza sobre el hombro del asiático, intentando descansar.

Con todo esto de la busqueda de Marcus y el Brazo Derecho ya ni recordaba haber dormido.

Así que poco a poco fue cerrando los ojos lentamente, dejándose llevar por el sueño y toda esa infinidad de recuerdos que la atormentaban cada vez que sus ojos se cerraban.

Lía no supo cómo exactitud cuántas horas o minutos durmió solo se despertó cuando Minho se vio obligado a despertarla pues el auto se había detenido. Según lo que escucho había un bloqueo en la carretera. Y vaya que lo era.

Al bajar del auto lo primero que vieron fueron cuentos de autos estacionados en la carretera, lo que impedía que pudieran entrar con la camioneta por ese lugar.

—Bueno, supongo que iremos a pie.

Luego de haber escuchado a Jorge nos les quedó de otra que comenzar a caminar. Solo esperaban que las montañas no estuvieran muy lejos después de todo la idea de caminar hasta allá no parecía ser la mejor.

Mientras caminaban por entre los oxidados autos, revisaban el lugar y veían si había cualquier cosa que pudiera serles de ayuda.

Un sonido casi imperceptible logró alarmar a los chicos, algunos de ellos si escucharon aquello así que se detuvieron un momento a analizar que podría ser. Lía fue uno de esos chicos.

La castaña pudo observar como el vidrio de uno de los autos se encontraba algo roto, y justo ahí había un pequeño agujero. Parecía haber sido echo por alguna bala. Pronto no dudó en acercarse a ver más de cerca lo que la llevó a querer tocarlo.

Estuvó a nada de tocar el cristal pero justo en ese instante una bala se incrustó en la caja del automóvil.

Rápidamente todos se ocultaron, antes de soltar más de una grosería al notar como de la nada empezaban a dispararles.

—¡Abajo, cubranse! —se apresuró a decir Jorge, a lo que todos rápidamente obedecieron.

La castaña no tardó en buscar donde esconderse, rápido fue hacia donde estaban Minho y Newt. Los tres se escondian detrás de una vieja camioneta, observando a los lados si alguien se acercaba.

—¿¡Todos están bien!?

—¡Estamos bien! —gritó Teresa en respuesta; aún escondida detrás de una furgoneta en compañía de Aris, Sartén y Brenda

—¿¡Alguien sabe de dónde vinieron esos disparos!?—preguntó Newt irritado, desde su escondite pero nadie pudo responder con exactitud.

—Ese maldito Marcus nos trajo a una emboscada —terminó por deducir Jorge en voz alta, logrando que todo mundo pudiera escucharlo.

Cegada por la curiosidad, Lía
no tardó en asómar un poco la cabeza buscando de dónde rayos provenían los disparos. Pero al intenta asomar su cabeza se vio jalaba de la chaqueta por Minho.

—¿¡Pero que mierda crees que haces!? —le reprochó el asiático, con furia —. ¿¡Que acaso quieres que te vuelen los jodido sesos!?

La chica no supo que decir, no cuando no estaba acostumbrada a que él le gritará de esa forma. Aunque sabía que su idea no era la mejor, al menos para evitar esa jodida bala en la cabeza.

No pasó mucho para que los chicos volvieron a escuchar de nuevos el sonido de disparos.

—¿Qué hacemos? —preguntó Newt algo alarmado a ambos chicos, quienes no supieron que responder en esta situación.

—¡Todo mundo, hay que volver a la camioneta! —gritó Jorge a los chicos, esperando que sigueran la indicación —. ¡Tápense los oídos!

Los tres chicos se prepararon para correr hasta donde estaban los demás, luego de un ligero asentimiento estuvieron de acuerdo. Sin embargo cuando estaban por hacerlo una voz los tomo por distraídos a todos.

—¡Suelten eso!

Aquella voz debía de ser de una mujer de eso estaba segura. Pero lo que confundió más a Lía fue el sonido de un casquillo caer había el suelo. ¿Que demonios sucedía?

—¡Ahora! ¡Dije que lo sueltes!

Rápidamente los chicos
vieron como Thomas y Jorge
se ponían de pie, acatando las órdenes de aquellas mujeres. Poco a poco retrocedían hacía
donde estaban los demás.

Al salir un poco de su escondite
y observar bien, Lía se percató de que dos chicas estaban a unos cuantos metros de ellos y traían consigo armas que no dudarían en usar si así lo deseaban.

—Tranquila —dijo Jorge, sin intentar ningún movimiento o algo por el estilo.

—¡Rápido! ¡Caminen ahora! ¡Ustedes tres también!

Lía al igual que sus dos acompañantes de pusieron
de pie con las manos en alto, siguiendo sus ordenes al ver
cómo la chica les apuntaba con
el arma aún entre sus manos.

—¡No intenten hacer nada!

—¡Rápido, quiero a todos de pie!

Rápidamente el pequeño
grupo estuvo agrupado, pues no tenían más opción que seguir las órdenes de las chicas a menos que quisieran recibir una bala

Pero una de las chicas no
dejaba de observar a dos chicos en especial, intentaba descifrar
si sus sospechas eran ciertas.

—¿Aris? ¿Jack?

Los chicos miraron a la chica
de rastas en cuanto escucharon como ella llamaba a dos de sus compañeros. Aris y Jack solo se mostraban atónitos, ¿Acaso eran ellas? La jóven tiró del paño que llevaba, dejando ver su rostro a la vez que baja el arma que traía.

Eran ellas.

—¡No puede ser! ¡Harriet! —exclamó Aris, acercandose a la chica nombrada con alegría.

—Chicos... Pero, ¿Que demonios hacen aquí? —preguntó Harriet, acercandose a abrazar a ambos.

—Sonya...

La chica rubia cuyo nombre es Sonya se acerca a ambos chicos y los envuelve en un abrazo.

—No los lastimaron, tienen mucha suerte. ¿Están bien?

—Aún no puedo creer que
esto sea real —murmuró Jack, aún atónito pues no esperaba encontrarás sus dos amigas.

—Oigan, ¿qué está pasando?
—cuestionó Minho confundido, interrumpiendo el reencuentro entre los cuatro amigos.

—Estuvimos juntos en el laberinto —explicó Aris.

—¡Ya es seguro pueden salir!

Después de que la chica llamada Harriet hubiera dado la señal con un silbido, varias personas de la nada comenzaron a salir de sus escondites entre las montañas.

—¡Todo en orden! —gritó uno
de ellos, una vez el perímetro estuvo aseguradl por completo.

—Que alegría que sigan con vida chicos.

Lía miró a los cuatro de amigos desde lejos, parecían muy felices de volverse a ver. La felicidad no les cabía a ambos chicos en sus rostros. Ella solo sonrió alegre.

—¡Retiralo Joe! —ordenó
Sonya al conductor del camión, para que esté dejara de bloquear el paso del túnel.

El grupo de chicos solo pudo seguir a ambas jóvenes, quien ahora tenían el control de toda esta situación. Una vez del otro lado del túnel, pudieron ver un montón de personas armadas que vigilaban el lugar así como varios camiones por la zona.

—Los llevaremos a la base — informó Harriet al grupo.

—Espera, ¿Cómo llegaron
aquí? —preguntó Jack a sus dos amigas, ansioso de respuestas.

—El Brazo Derecho nos sacó.

Al escuchar la mención de aquella resistencia, Thomas no pido evitar sentirse feliz. Tal vez ellas y su grupo serían su pase directo a el Brazo Derecho. Así que solo se acercó a la chica.

—¿El Brazo Derecho? ¿Saben quiénes son?

La chica simplemente asintió, luego se acercó a una de las camionetas y abrió la puerta señalandolas a los chicos. Los habitantes del grupo se miraron entre ellos, era cierto después de todo el sufrimiento y esfuerzo por fin habían dado con lo que
podría ser su salvación.

—Suban.

Sin pensarlo dos veces los
chicos se apresurarón a subir
a los auto, diciéndose en dos grupo. Lía, aún con sueño iba en uno de los autos junto a Harriet
y Sonya quienes eran el piloto y copiloto. En los asientos de atrás iban la castaña, Minho, Newt y Thomas. El cuarteto de amigos.

Aún media adormilada Lía
podía ver cómo dejaban atrás
el paisaje rocoso, para volver a ver más y más carretera. Esto era el momento que tanto llevaban esperando. Por fin serían libres.























































































































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SEPTIMO CAPITULO LISTO


¡PLEBESSS NOOO PUEDOO diosmioestosevienecontodo! ¿Hermanita? ¿Recuerdos? ¿Mas Minli? ¿Nuevo capitulo? ¿QUE ESTÁ PASANDO DOCTR GARCIA? AHHHJAJJAAHAHH

Ok, demasido drama por hoy me controlo yayaya xd

Bueno antes qué nada como estan espero qué bien si qué si he aqui un capitulo mas mis criaturitas del señor :)

Ya andamos en la recta final de prueba de fuego y aun no creo está lista pero como dije se nos viene 7w7 asi qué ¡aguas estensen busas! (expresión muy mexicana jajakaja)

Voten y comenten, a está personas tras la compu o el movil gracias por leer tamo preciosx nos leemos prontito chaito se me cuidan

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