
━Capítulo Quince
❝ 𝐄𝐋 𝐋𝐀𝐁𝐄𝐑𝐈𝐍𝐓𝐎 𝐍𝐎 𝐄𝐒 𝐋𝐎
𝐐𝐔𝐄 𝐂𝐑𝐄𝐈𝐀𝐌𝐎𝐒 ❞
╔════ 𓏲✮⊰ ∘˙ ❅✾❅ ᭕𖤐⊱ ════╗
〘 ✰.༄☼︎ 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟓 ☼︎༄.✰ 〙
-- escape --
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FINAL PARTE Ⅰ
DESPUÉS DE TODO LO QUE SUCEDIÓ LA NOCHE ANTERIOR GALLY tomó el puesto de líder. Ahora podía manipular como le viniera en gana las mentes de los habitantes culpando a Thomas y Teresa de toda esa destrucción.
Les había tomado horas pero
con mucho esfuerzo y el apoyo de todos lograron reconstruir el área o lo que quedaba de ella.
Después de que todo terminará, Minho y Newt encerraron en una de las celdas a Thomas por orden de Gally, dónde Jeff lo atendió.
A Teresa también la encerraron en la misma celda que a Thomas al igual que a Lía, quien según el constructor era cómplice de ambos corredores.
La noche había sido bastante mala para la ojiverde, pues las pesadillas volvían y esta vez eran muchisimo peores.
Aunque sabía perfectamente que no
era la unica que paso una mala noche, sus dos compañeros tambien estaban sufriendo y más Thomas.
El chico aún no despertaba del trance por el que estaba pasando, cosa que tenía preocupada a las dos jovenes.
Por suerte la jeringa con el misterioso suero había sido de gran ayuda, ya
que hacía que todo el proceso de la transformación fuera corto y menos doloroso. Ahora todos sus amigos estaban reunidos en el pozo, esperando
a que Thomas reaccionara.
Lía solo observaba desde lejos cómo Teresa acariciaba el cabello del chico, pues su cabeza estaba sobre las piernas de la pelinegra.
Era algo incómodo ver aquella escena pero no dijo nada y solo se mantuvo tranquila.
Unos brazos rodearon sus hombros, apretándola contra él, después de dejar un corto y suave beso en su coronilla.
Realmente había necesitado esto,
un abrazo. Ahora era lo que más necesitaba, alguien en quien confiar y poder contarle sus problemas.
No necesitaron palabras para decir lo mal que pasaron la noche, solo basto una mirada para explicarlo todo.
-Te conozco mejor que nadie, se
que no estás bien -comenzó a decir el asiático con un tono frío -. Sabes bien que puedes contarme lo que sea. Lía, me preocupas primor...
La chica se separó un poco de él para girarse y poder verlo a los ojos.
-No fue una buena noche, los recuerdos de anoche me atormentan -empezó a desahogarse, sus manos moviendose con frustración -. Me siento como la plopus, pude haber ayudado a todos esos chicos y no tuve el valor. Fue mi culpa yo los deje morir si tan solo yo...
Pero antes de que volviera a recriminar que fue su culpa, Minho tomo sus manos echas puños y la obligó a mirarlo.
-Ey, esto no fue culpa tuya ni de
nadie -soltó frustrado, despertando el miedo en la chica como la primera vez que él le habló -. No sabiamos que sucedería algo como así. Todos hicimos lo que estuvo en nuestras manos.
Ella negó lentamente sintiendo sus ojos escozer.
-No, tenía que haberlos salvado y no pude -volvió a decir con furia dejando fluir lagrimas de frustración -. ¿Por qué? Yo los active... yo los asesine...
Sin darle tiempo de reclamar mas la apreso contra su pecho en un abrazo en el cual comenzó a acariciar su cabello y espalda para que así se relajará.
Tenía curiosidad por saber de que hablaba su chica sin embargo luego de lo que le comentó hace poco podía darse una idea de lo que se trataba. Estaba decidido a hacer pagar a todos los que causaban tanto daño a su Lía.
Así estuvieron por varios minutos,
solo diciendo palabras reconfortantes sin soltarse y él dando caricias de lo
mas suaves a sus brazos.
Poco después de que ambos recobraran la postura, Thomas reaccionó después de muchas horas de preocupación que solo eran ahora un suspiro de alivio.
Ambos jovenes se acercaron a su
amigo para cer como se encontraba al igual que todos sus otros amigos.
-Hola -musitó Teresa sonriente al ver al azabache despierto -. ¿Estás bien?
-¿Estás loco o que te pasa? -soltó Chuck entre molesto por las acciones del chico pero aliviado de que volviera.
-¿Qué paso? -cuestionó Thomas incorporandose para ver a todos sus amigos más cercanos reunidos.
-Gally tomó el control -explicó
Newt entre dientes, su tono era serio
-. Hay dos opciones, unirnos a él o terminar desterrados contigo.
-¿Todos estuvieron de acuerdo?
-Gally convenció a todos de que tú
eres la razón de todo esto pasara -comentó esta vez Teresa igual de seria que el rubio.
-Pues hasta ahora no se equivoca.
Todos se quedaron en silencio luego
de escuchar la confesión por parte del corredor. ¿Qué había dicho?
Lía seguía sin comprender del todo lo que su compañero intentaba decir. Unos segundos más y empezó a unir piezas. Esto traería problemas eso era seguro.
-¿De que estas hablando? -
preguntó Minho, quién al igual que
el resto buscaba una explicación a
sus palabras sin sentido.
-El laberinto no es lo que creíamos,
es una prueba no una cárcel -comenzó a explicar, logrando que todo fuera más claro para ellos -. Todo empezó cuando éramos niños, nos daban unos desafíos, experimentaban con nosotros. Luego comenzaron a desaparecer cada mes, uno tras otro como un reloj...
-Nos enviaron al laberinto -musitó Newt en respuesta.
-Sí, pero no a todos -volvió a hablar Thomas, mirando ligeramente a Lía.
-¿De qué hablas?
-Yo soy unos de ellos -soltó Thomas como si fuera una bomba dejando a los chicos atónitos y en completo silencio
-. Las personas que nos trajeron aquí, trabaje con ellas. Los observé por años, todo el tiempo que llevan aquí yo estaba obervandolos.
En ese momento nadie se atrevió a
decir nada pues estaban procesando la enorme bomba de información que les fue revelando e intentando saber como sentirse por todo aquello.
¿Observandolos como si se tratará de unos malditos animales?
Lía al ver a sus compañeros supo que terminaría de romper su fe en ella luego de saber todo lo que hizo.
El corredor desvió un poco la mirada de sus amigos hasta enfocarla solamente en las dos únicas chicas del área.
Teresa parecía sorprendida luego de
tal revelación mientras Lía intentaba contener todo el odio guardado a esas personas. Después de lo que acababa
de escuchar empezaba a odiarse.
-Y ustedes igual.
-¿Qué? -preguntó Teresa consternada y se le escapó una lágrima.
-Teresa, Lía. Ustedes y yo lo hicimos.
-No, eso no puede ser -murmuró, negando repetidas veces pues se reusaba a creer en eso.
-Lo es -mencionó Lía acercandose
a sus amigos, quién hace unos minutos se encontraba en silencio -. Nosotros siempre fuimos sus aprendices, nos llamaban sujetos potenciales. No sabía el porqué hasta ahora que Thomas lo dice. Debí decirselos pero estaba asustada y creí que no me harían caso.
-Debiste de decirlo Lía, esto es un tema muy serio -reclamó Newt a la ojiverde, con una clara expresión de molestia.
Durante un par de minutos todos guardaron silencio mientras intentaban degerir aquella información, se veían
los unos a los otros con confusión.
Lía buscó la mirada de Minho, la cual destilaba desprecio y frieldad. Ella sabía cuanto él odiaba a esas personas y ella era una de esas. ¿La odiaría ahora?
Algunos le sonrieron a Lía para dejarle claro que no era su culpa. Después de todo en ese entonces no pensaba con claridad pues había sido forzada a ello.
Pero de quien ansiaba una sonrisa
no obtenía más que frialdad y odio, su mirada estaba en alguna parte lejos de ella. Realmente le estaba afectando.
Solo esperaba que pudiera perdonarla y entenderla porque no estaba dispuesta a perderlo, no a él.
-¿Y si somos de su equipo por qué nos mandaron aquí? -cuestionó Teresa, cambiando el tema.
-Eso ya no importa.
-Tiene razón -apoyó Newt, logrando tener la atención de todos -. Las personas que éramos antes del laberinto ya ni siquiera existen. Los creadores se encargaron de eso, pero lo que importa es quienes somos ahora y lo que haremos ahora. Entraste al laberinto y encontraste una salida.
-De no haberlo echo Alby seguiría con vida -comentó Thomas en voz baja con claro arrepentimiento.
-Quizás -mencionó el segundo al mando, con la voz ya calmada, casi en un murmuro -. Pero sé que si él estuviera aquí te diría exactamente lo mismo, levántate y termina lo que empezaste. Ya que, si no hacemos nada, Alby habrá muerto en vano y eso es algo que no tolerare Thomas.
Lía sonrió un poco al escuchar las palabras alentadoras de su amigo, y a pesar del miedo que amenazaba con volver tenía presente algo por lo que luchar. Algunos nombres que vengar.
Y de pronto una mano se entrelazó
con la de ella, dispersando ese sinfin
de ideas alocadas que pasaban por su aturdida mente. Ambos se sonrieron sutilmente como si nada sucediera.
Aquel gesto vinó acompañado de un rapido beso en la coronilla y un leve apreton en el hombro. Lía supo que su corredor no estaba enojado con ella luego de todas esas fuertes confesiones.
Ahora más que nunca se necesitaban el uno al otro para sobrellevar todo lo que les caía a pedazos a su alrededor.
-Okey -aceptó Thomas llamando la atención de todos, por fin había tomado una decisión -. Pero primero hay que pasar sobre Gally antes.
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Luego de todo el desastre de la noche anterior y la muerte del líder, el líder
de los constructores había tomando a la fuerza el puesto y era el jefe del lugar.
Una de las ventajas que tenía y la que más le gustaba era cuanto podía influir en los habitantes. Por ello les hizo creer a todos que los culpables de toda esa masacre eran los tres recientes novatos.
Por ello todos se encontraban reunidos en el área, esperando que la hora diera comienzo y así llevar a cabo su plan
Otros por su parte traían cuán prisioneros a los novatos, sujetados con fuerza como si fueran prisioneros.
La vista de la castaña fue a parar sobre Gally, quien terminaba de tachar los últimos nombres de todos los fallecidos la noche anterior.
Pero aún con eso mantenía atada a
ella toda esa preocupación con respecto a la peligrosa situación en la que Gally los había puesto a los tres.
Ahora por mera superstición se encontraban atados de pies y manos
sin la posibilidad de reclamar solo porque un tonto así lo ordenaba.
De repente los chicos que traían a un aparentemente inconsciente Thomas lo dejaron caer al suelo así sin mas.
Gally no dudó a la hora de acercarse a
los novatos, seguido por varios de los habitantes del área.
Todos estaban en la espera de saber
que les depararía al trío de novatos, pero a fin de cuentas la decisión era
solo de Gally, el ahora tírano líder.
-Es una lástima -soltó el nombrado
en susurros, observando atento a las dos chicas frente a él.
La mirada de la castaña irradiaba odio a más no poder. No era su culpa, ellos solo seguían ordenes sin saber la gravedad.
No merecían pasar por toda esa humillación.
El silencio se apoderó del lugar.
La tensión era tanta que incluso podría cortarse con unas tijeras si fuera un simple objeto.
Todos sabían cual sería su destino
si abrían su boca para cuestionar al "líder" y no querían convertirse en alimento para penitentes.
-Gally -balbuceó Winston entre nervioso y asustado por si tomaba represalias en su contra -. No creo que este bien.
-Tal vez Thomas tenga razón -soltó Jeff igual de asustado que el otro chico -. Podría llevarnos a casa.
-Estamos en casa -mencionó Gally irritado lo que hizo que la castaña lo mirara incrédula -. No quiero tener que tachar más nombres en ese muro.
-Podemos evitarlo -exclamó Lía, llamando la atención de los chicos presentes -. Ya es hora de que se den cuenta, el área no tiene solución. La caja no traerá suministros, las puertas no se cerraran. Lo mejor es irnos lo más rápido posible antes de que los regresen los penitentes y acaben con todos nosotros.
-¡Cierra la boca, Lía!
-¿Por qué no te callas de una vez
y me escuchas, idiota? ¿Qué pretendes quedándote aquí, eh? -cuestionó la castaña furiosa, conteniendose -. ¡Todos morirán si se quedan aquí!
-Eso es mentira, solo quieres asustarnos pero ya tomamos una decisión... -agregó Gally, mirando a todos los habitantes.
-¿Y crees que lograrás algo desterrándonos?
Teresa fue la siguiente qué habló. Las miradas de todos cayeron en ella luego de interrumpir a Gally, quién se molestó al instante en que la escucho hablar.
-No, pero realmente no es un destierro. Es una ofrenda.
En cuanto Lía escuchó aquellas por instinto se giró hacia Newt, buscaba ayuda. Se sentía asustada.
Definitivamente no esperaba que
fuera a hacer algo como aquello por eso se encontraba helada.
No tardó en salir de su transe al sentir como varias manos ataban las suyas con cuerdas, el agarre era demasido fuerte como para poder forcejear y liberarse.
-¿Qué? ¡No, Gally! ¿Qué es lo que haces? -gritaba exaltada la pelinegra, viendo como la ataban a la fuerza.
Lía al igual que Teresa, solo podía forcejear para que no la ataran al poste de las manos sin embargo era inútil y terminó por ceder de malas maneras.
-¿Enserio crees que dejaré que Lía Thomas vuelvan al laberinto después de lo que hicieron? -cuestionó Gally con incredulidad, después se giró a ver al resto -. ¡Miren a su alrededor! Cuando los penitentes obtengan lo que desean todo volverá a la normalidad.
-¿Están oyendo lo que dice? ¿Por qué se quedan ahí? -empezó a gritar la de ojos azules esperanza a recibir apoyo pero nadie comentó nada -. ¡Enloqueció!
-¿¡Quieres callarte!? -soltó Gally colerico perdiendo la poca paciencia que le quedaba.
-Gally, entiende de una vez -volvió
a decir la castaña con tono calmado, a ver si asi lograba convencerlo -. Si nos quedamos aquí solo habrá más muertes. Los penitentes no se detendran hasta que no quede nadie, van a acabar con cada uno de nosotros. Si reconsideraras tu decisión...
-¡Nadie pidió tu opinión, Lía!
Con solo cinco palabras, Gally logró acabar con la inexistente paciencia de Lía.
-¡Al diablo con la amabilidad! ¡Todos nos evitaríamos esto si no fuera por tus malditas ganas de atención! -soltó sin filtros la castaña sintiendo su cuerpo arder con fuerza -. ¡Aquí ya no estamos a salvo, entiende de una vez! ¿O es que tu diminuto cerebro no capta, Galileo?
Y por una sola vez de todas esas veces en las que Gally humilló a Lía, ella de dió una cucharada de su propia medicina.
-¡Dije que nadie pidió tu opinión asi
que cierra tu maldita boca miertera! -gritó Gally realmente furioso y dolido luego de escuchar aquello, después en el mismo tono se dirigió a los demás -.
¡Levántenlo y atenlo bien! ¿Escucharon? ¡Dije que lo ataran bien!
Pero justo en ese preciso momento cuando los chicos estuvieron a punto de levantar el cuerpo del novato como se les ordenó, Thomas reaccionó y le asestó una patada a uno que lo derribó.
Entonces los demás supieron que el plan para salir del área había comenzado.
Newt no tardó en acercarse a Thomas
rápidamente en cuanto vió como uno
de los habitantes planeaba golpearlo y en menos de un segundo el chico cayó
al suelo completamente noqueado.
Por otro lado Minho se acercó igual
de rápido a su chica para desatar sus manos que seguían amarradas por aquellas dolorosas cuerdas.
Teresa también actuó lo más rápido posible. No tuvó otra opción mas que golpear a su captor en la entrepierna para liberarse, pronto Sárten la ayudó.
Luego se acercaron Max y Chuck al grupo, ambos se encargaron de traer lo necesario para esta pelea.
Realmente Lía no esperaba que su amigo Max quisiera acompañarlos pues él era muy cercano a Gally pero al parecer él si quería una vida nueva.
En cuanto cruzaron miradas Max le sonrió ligeramente antes de avanzar en otra dirección y ella solo esperó a ser desatada de sus muñecas.
-¡Ey! -gritó Gally en un vago intento de detener al grupo de rebeldes.
Pero antes de que intentará hacer algo en su contra Minho se adelantó alzando su machete como una advertencia clara de que si se acercaba esta muerto.
En ese momento todos los rebeldes
se pusieron frente a las puertas del laberinto, decididos a salir de ese lugar tuvieran que pasar por encima de Gally.
Teresa tomó con fuerza un machete
que le pasó rapidamente Lía, mientras que ella se quedó con uno extra que llevaba el líder de los corredores.
-Estás lleno de sorpresas, novato
-comentó Gally con burla mirando directamente a Thomas, su mirada reflejaba nada mas que odio puro.
-No tienes que acompañarnos, pero nosotros iremos -comunicó el azabache a todos los presentes, esperanzado a que se le unieran -. A si que quién quiera venir esta es su última oportunidad.
-No le hagan caso solo quiere asustarlos...
-No, Gally, ya están asustados. También lo estoy pero prefiero arriesgar mi vida allá afuera que morir aquí adentro -interrumpió el corredor rapidamente, empezando a lograr despertar el intéres de los presentes -. No pertenecemos aquí. Este lugar nunca ha sido ni será nuestro hogar. Nos pusieron aquí, nos atraparon aquí. Allá afuera al menos tenemos una opción. Podemos salir de aquí, eso lo sé.
Todos se quedaron por unos cuantos segundos en silencio de pronto varios habitantes como lo hizo Winston se acercaron a ellos decididos a conseguir salir de lo que alguna vez fue su hogar.
Así poco a poco el grupo creció y con ellos la esperanza de salir. Ya no eran unos cuantos ahora eran un grupo.
-Se acabó, Gally -comentó Lía con pesadez, apesar de sus diferencias no era capaz de abandonar a alguien -. Solo acompañanos, ¿si? Este ya no es un lugar seguro.
-Suerte con los penitentes -fue lo único que dijo el constructor antes de alejarse de todo el grupo.
Lía suspiró con frustración luego de escucharlo, ese chico era de lo más insoportable. Y por mas que le "cayera" mal no quería ser culpable de otra muerte. Solo esperaba haber echo todo lo que estuvó en sus manos.
Con esos pensamientos en mente y sus emociones al límite comenzó a preparse al igual que el resto para lo que estaba por venir en algunos pocos minutos.
Cuando el momento llegó Lía estaba mas que nerviosa y asustada. Tenía miedo a lo que los estaba esperando allá afuera y de lo que podría ocurrir.
Una calidez inundó todo su ser luego de que Minho entrelazará sus dedos con los suyos. Aquello pareció tranquilizarla.
-Recuerda que pase lo que pase estaremos juntos, siempre -musitó el corredor acariciando con delicadeza la pequeña mano de la chica.
-Siempre juntos -completó Lía decidida a dar su vida por él si tenía
que hacerlo.
No sabían lo que les depararía allá pero fuera lo que fuera estaban listos para seguir juntos. Rendirse no estaba en sus planes, no ahora que estaban a nada de ser libres. No solo su vida en juego si no que la libertad era su prioridad. Una vez ahí solo tenían dos opciones: luchar por sus vidas o morir en el intento.
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Ya había pasado un buen rato desde
que el grupo liderado por Thomas había partido con rumbo al laberinto. Ambos corredores eran quienes guiaban a los habitantes por entre los pasillos.
Lía iba más atrás que el resto, esto con
el proposito de informar a los demás si un penitente rondaba por la zona
Intentaba mantenerse serena pero
era muy difícil debido a la situación y el volver al laberinto no ayudaba mucho pues los recuerdos de aquella noche volvían, se sentía bastante extraña.
Todo estaba en orden, ningún penitente rondaba la zona y eso la tranquilizaba un poco. Sin embargo no del todo.
Mientras vigilaba aprovechó para reflexionar sobre lo que Thomas había dicho esa mañana sumado a todos esos extraños sueños que llegó a tener. ¿Era una mala persona por seguir ordenes en contra su voluntad? Era una asesina.
A lo lejos un rubio la observaba atento. Él mas que nadie sabía cuando ella no estaba en sus cinco sentidos y así mismo sabía que algo le pasaba.
-Okey, ¿qué te pasa? -soltó sin mas
el rubio una vez estuvó a un lado suyo, ella se sobresaltó antes de sonreirle -. Somos amigos, Amelia. Puedes contarme tus problemas, ¿eso lo sabes, verdad?
-No han sido días buenos -respondió con tranquilidad pateando un pedazo de escombro del suelo -. Estoy cansada de todo esto, solo quiero que terminé...
-No voy a decir que todo estará bien porque no puedo asegurartelo -musitó creando un ambiente más intimo, tomó un respiro antes de seguir -. Pero ten por seguro que puedes contar conmigo en las buenas y en las malas.
Ella asintió ligeramente.
-Dejemos de hablar de mí, mejor cuentame como estás tú -comentó la castaña distraida notando la ligera cojera de su compañero.
Y Newt entendió a que se refería. Era más que notorio ese pequeño detalle y apesar de que era un tema algo delicado se sentía preparado para decirselo pero no era el momento ni el lugar.
-Bien -fue lo único que dijo, antes de acercarse a ella y con uno de sus brazos rodearle los hombros en son de confort -. No te preocupes por mí, te prometo que algún día te lo contaré...
Y después de decir aquello dejó un
casto beso en la sien de la chica. Ella no supó como reaccionar así que solo lo dejo pasar. ¿Asi eran los amigos, no?
Lo que no notaron fue la mirada de cierto asiático sobre ellos. No era una sorpresa para nadie la cercanía que la castaña mantenía con Newt, él sabía como eran las cosas entre ellos dos y
por eso no dudaba sobre lo que tenía con Lía. Fuese lo que fuese lo tenían.
Sin embargo no podía evitar sentirse algo incómodo, por no decir celoso cada vez que los veía demasido juntos.
Lía simplemente siguió conversando tranquilamente con Newt, quien no dudó en ofrecerse con gusto a patrullar el perímetro. Pasar tiempo con el rubio le ayudó a despejar su mente al menos
por un rato antes de que viniera lo peor.
Algo que no paso por alto la castaña fueron las miradas que le daba Minho desde lejos. ¿Por qué la miraba así?
Simplemente le restó importancia y siguió charlando con Newt en lo que llegabaan a su destino final.
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Thomas les informó a todos los chicos que ya se encontraban en la sección siete, lo que hizo que Lía viera el lugar, examinandolo. La sensación de pánico no había desaparecido para nada, era todo lo contrario pues solo aumentó.
Y ahora que aquella voz se daba el gusto de apoderarse de su mente cada vez que se le daba la gana, el estar en el laberinto se había vuelto una tortura debido a que los dolores de cabeza eran más dolorosos e incesantes.
Era como si el laberinto fuera un detonante para hacerla sentir peor, como la voz le dijo para activarla.
El corredor se inclinó un poco ver por el gran pasillo y verificar que no hubiera ningún penitente por la zona, sin embargo cuando observó a una de esas bestias su cuerpo se tensó por completo.
Preparada para lo que estaba
por venir, Lía comenzó a hacerse una coleta alta ya que sabía que su cabello le iba a estorbar para pelear, y tomo entre sus manos con algo de fuerza los machetes que traía en ambas manos. Pero su valentía de esfumó justo en el momento que una punzada llegó a su cabeza, más dolorosa.
-¿Es un penitente?
-Si -respondió Thomas a Chuck, luego observó fijamente
a todos los habitantes y suspiró.
-Lleva esto Chuck, quédate atrás -Minho rápidamente le entregó al niño la llave, pronto la tomó algo preocupado al tener que cargar con algo que era de mucha importancia.
-Tranquilo, quédate conmigo -dijo Teresa a Chuck, mientras se acomodaba un poco el cabello.
-Cuando cruzamos se activará
y la puerta se abrirá. Manténgase unidos y no se alejen. Saldremos de esta, saldremos ahora o moriremos haciendo el intento.
Las palabras de Thomas cada
vez más los impulsaba a seguir, así que cada habitante todo con fuerza su arma y se preparó para comenzar con la pelea
-Ahora, ¡hay que hacerlo!
Todos soltaron un desgarrador grito de guerra, antes de correr hacia el primer penitente para comenzar a embestirlo.
Pero el penitente al enterarse
de que iba a tener compañía, al igual que los chicos el monstruo también corrió hacia ellos, preparando sus grandes pinzas y agujas.
Pronto todos se encontraban atacando al penitente con sus armas, intentando derrotarlo.
Pero era muy difícil, sin embargo nadie dió marcha atrás ni pudo rendirse. La batalla había dado comienzo y con ella la muerte de inocentes chicos víctimas de esas bestias asquerosas.
Todo iba bien pero los chicos
se tensaron poco al ver como un chico cayó por el presipicio.
Fue entonces cuando su valentía y adrenalina cayó de igual manera. Pero no debían de rendirse, no podían, no ahora.
Lía rápidamente empuñó con fuerza los dos machetes que traía como armas, mientras que como los demás ella también atacaba al penitente con fuerza.
Aunque ese dolor de cabeza no se había ido. Y estaba tan ocupada que ya no podía centrarse en el dolor.
-¡Chuck cuidado con la orilla!
En cuanto aquel grito llegó a los oídos de Lía, instantáneamente llevó su mirada a sus dos amigos, viendo cómo Chuck corría por la llave y está a punto de caer por el precipicio. Así que no lo dudó ni por un segundo y rápidamente
se alejó corriendo hacia ambos, dejando a sus compañeros.
Afortunadamente Lía y Teresa llegaron en el momento preciso, evitando que el niño cayera y que la llave lo hiciera con él.
-¡Te tenemos! -gritaron las
dos chicas, sujetando con fuerza la mochila del niño.
-¡Súbanme, súbanme! -pidió Chuck, bastante asustado al ver que podría caer por el abismo.
Mientras las chicas lograban subir a Chuck, ya los habitantes habían logrado derrotar al primer penitente.
Así que cuando lo vieron caer por el acantilado estuvieron
a punto de festejar su logro.
Sin embargo con Lía y sus dos amigos los problemas parecían no tener fin, pues justo en ese momento un penitente salía del abismo, dispuesto a matar sin piedad alguna. El momento de celebración de terminó para los chicos al escuchar los gritos de Chuck debido al pánico.
Los tres comenzaron a correr pero Lía al ver cerca al penitente decidió que era momento de ir
y acabar a aquella bestia por lo que paró en seco, Teresa se giró percatandose que la chica iba a pelear con ese monstruo pero ella no quería dejarla sola.
-¿¡Qué haces Lía!? -le gritó Teresa desde lejos, algo asustada por lo que probablemente iba
a hacer en ese momento. Aunque sabía muy bien que su amiga no iba a venir con ella, ni mucho menos a cambiar de opinión.
-¡Lleven la llave y apresurense, voy a estar bien! -gritó Lía con algo de confianza, antes de girar hacia el penitente y entonces ahí fue donde tomo sus dos armas
en sus manos para atacarlo.
Teresa no tuvo más opción que seguir corriendo con Chuck, por órdenes de Lía. No quería dejarla sola pero ella le dijo que estaría bien y tenía que confiar. Después de todo Lía era muy fuerte tanto físicamente como mentalmente.
-¡Thomas! -le gritó Chuck con bastante fuerza, logrando llamar
la atención de todos -. ¡Thomas!
Los chicos abrieron paso para que Teresa y Chuck llegarán a
las puertas, una vez allá ellos dos se las ingeniarían para activar la salida del laberinto.
Con todo el aborto en el lugar, Minho y Newt fueron de los primeros en darse cuenta de que Lía se encontraba a tan solo metros de ellos sola, lo que les sorprendió es que la chica estaba dando batalla a uno de los penitentes. Parecía estar por casi hacerlo papilla, pero no era una buena idea fiarse del momento.
-¡Ah, mierda! -gritó Lía algo fuerza al sentir como sangre algo caliente comenzaba a brotarle de su brazo, pues la garra del aquel bestial penitente fue la causante de ela dolorosa herida -. ¡Arde!
Pero eso no le impidió seguir con el ataque a esa horrible bestia del demonio. Con algo de su agilidad logró cortar una pata de la bestia
lo que instantáneamente lo puso en desventaja . Estaba alegre por el pequeño logro de la pelea, sin embargo su celebración no duró casi nada al ver como uno de los tantos penitente se aferraba con fuerza a la orilla y subía veloz.
Genial, al parecer el asqueroso animal había traído a un amigo.
-¡No se separen!
El penitente pareció buscar más carne fresca por lo que se fue con dirección hacia los habitantes, al parecer no le satisfacía suficiente por lo que la dejo ir. Sin saber el porqué estaba alegre de no tener que lucha sola con esa otra bestia pues tenía suficiente con él que le estaba complicando la huida. Así que no perdió su tiempo y siguió atacando al penitente con fuerza.
Solo tenía que hacerlo caer pero para eso necesitaba llevarlo hasta la orilla y eso sería imposible. En ese momento una aloca idea llegó a su cabeza. Así que siguiendo su impulso puso en marcha su plan.
Corrió hacia el tomando impulso, dispuesta a empujarlo con toda su fuerza para hacerlo caer por el abismo enorme y profundo. Pero la bestia se le adelantó a Lía y sin previo aviso esa criatura amorfa logró hacer que la chica cayera al haberla golpeado con el metal en sus piernas. Lía no pudo ponerse de pie ya que el penitente le cayó encima e intentaba picarla con la aguja de su cuerpo metamorfo.
Gracias a sus reflejos y velocidad, Lía se movía bajo el cuerpo de la bestia metálica logrando que sus agujas no la fueran a picar. Era la hora de poner fin a esto, pero no tenía nada con que atacarlo. Casi a unos pocos centímetros estaba uno de sus machetes. Lía hizo un esfuerzo por tomarlo, en cuanto lo hizo lo sujeto con fuerza y sin más lo enterró hasta el fondo en la cabeza del penitente sacándole un potente alarido de dolor.
Fue así como en ese momento Lía pudo librarse del monstruo, pero este pareció no querer que ella se fuera aún, no sin acabar la pelea pendiente. Por lo que aquel penitente decidido a matar a esa chica corrió como pudo hasta Lía y la castaña lo imitó.
Lía hizo un esfuerzo por no salir picada por la criatura, mientras que solo se defendía con su arma.
Ya arta de esto sacó su fuerza e intento que el animal fuera cada vez más a la orilla, hasta que gracias a uno de sus certeros golpes la bestia cayó.
La castaña se apresuró a correr hasta sus amigos que al parecer necesitaban algo de ayuda, pues a pesar de todos sus intentos con el penitente para hacerlo caer no estaban funcionando.
Y mientras luchaban contra los penitentes, Teresa y Chuck hacían su mayor esfuerzo para lograr abrir lo que sería la posible salida del lugar.
Lo único que podía escuchar
en el lugar eran los gruñidos de los penitentes, metal chocando contra metal, gemidos de dolor de los habitantes y sobretodo los gritos de ambas razas. Está era
la batalla final, debían ganarla.
En el momento en que pensaron que todo iba a terminar ese penitente trajo a más refuerzos.
-¡Resistan!
-¡Thomas hay un código! -
gritó Teresa una vez que una pantalla táctil apareció frente
a ellos -. ¡Ocho números!
-Ocho números... las ocho secciones del laberinto -murmuró el corredor para si mismo antes de comprender
-. ¡Minho! ¿Cuál es la secuencia?
-¡¿Qué?! -gritó en respuesta el asiático sin entender nada.
-¡Las secciones del laberinto! ¿Cuál es la secuencia? -insistió Thomas intentando explicarle y rápidamente entendió el chico.
No tenían mucho tiempo, pues entre más segundos pasaran más penitentes comenzaban a llegar dispuestos a destrozarlos y la pequeña plataforma en la que se encontraban no ayudaba.
-Siete, uno, cinco, dos, seis...
-¡Esta bajando! -gritó Newt
al ver cómo un penitente estaba por descender sobre ellos.
Desafortunadamente Minho
no termino de decir la secuencia, puesto que decidió mirar hacia arriba percatandose del enorme penitente que bajaba y que no dudó en atraparlo en sus pinzas.
Los chicos retrocedieron algo asustados y sorprendidos al ver
a su amigos aprisionado por esa horrible criatura amorfa.
-¡Minho! -gritaban todos asustados.
-¡Quítate! -exclamó el asiático en un intento desesperado por quitarse a esa bestia de encima pero no estaba funcionando.
A pesar de lo riesgosa que era
la situación Lía no lo pensó dos veces y con su lanza en mano se acercó rápidamente a la bestia para así enterrarle su lanza.
El penitente herido retrocedió soltando gruñidos, y fue así como Minho arrastrándose logro salir del alcance de aquella criatura.
-¡Cuidado Lía!
La castaña fue lenta para reaccionar. No supo muy bien
lo que pasó hasta que sintió como alguien la empujaba lejos, su cuerpo impacto contra el suelo lo que la hizo jadear de dolor.
Se incorporo un poco lo suficiente para ver cómo el penitente devoraba a Jeff
brutalmente frente a ellos.
-¡Jeff! -gritó Winston con dolor al ver cómo la criatura se llevaba a su amigo para no volver.
-¡Minho, la secuencia dila! -exclamó Chuck haciéndolos volver a la realidad.
Y es que la situación en la que
se encontraban no era la mejor. Poco a poco no quedaba espacio en el pasillo y los habitantes no tenían escapatoria alguna.
-Seis, cuatro, ocho, tres, ¿La tienen? -finalizó Minho.
Lía miraba indecisa el pasillo repleto de esas bestias, tenía que hacer algo lo que fuese para impedir que acabarán con la vida de algún otro chico.
Rápidamente se encontró con
la mirada de Max, sabía lo que planeaba y no la dejaría sola en esto. Eran amigos y se ayudarían en las buenas y en las malas.
Soltando un gritó de batalla ambos corrieron a los penitentes, embistiendolos con sus armas.
Esto se acababa ahora.
La castaña haciendo uso de sus habilidades físicas logro saltar al lomo del penitente para después arrancar un montón de cables y al instante la bestia cayó inerte.
Otro más se acercaba así que
Lía apretó el machete que traía en su otra mano y corto de un solo golpe la cabeza de la bestia.
Sin embargo en el momento menos indicado uno de los tantos penitentes se le abalanzó encima haciéndola rodar. La criatura gruño llenándola de su baba.
Ella podría defenderse sola pero si machete estaba demasiado lejos como para llegar a él.
-¡Lía! -gritó Max luego de verla en apuros y su cabeza no tardó en idear un plan.
El muchacho no lo pensó demasiado y al estar ambos cerca de la orilla del precipicio de abalanzo sobre el penitente.
Lía quedó libre al instante pero la conmoción no la dejo ver con claridad. Lo único que observó fue a su amigo caer a la nada en compañía de aquella criatura.
-¡Max, no! -gritó la castaña apoyada en la orilla y sintió sus ojos escozer dolorosamente.
-Lía, ¿qué esperas? -escuchó que gritó Minho desde la lejanía -. ¡Corre maldita sea, corre!
-¿Qué...
No le dio tiempo de asimilar nada pues el simple echo de ver cómo más penitentes de acercaban a ella la puso alerta.
De un rápido movimiento se puso de pie, obligándose a ser fuerte y corrió hacia donde se encontraban sus amigos pues una puerta de había abierto.
Por suerte la castaña logro ingresar al pequeño espacio junto a sus compañeros antes que los penitentes. Las puertas empezaron a cerrarse una por
una, aplastando a los penitentes
que intentaban entrar.
Uno estuvo a nada de adentrarse sin embargo Thomas no lo dudo y con ayuda de una de las lanzas que aún conservaban acabo con el penitente, salpicando de baba el piso.
Y antes de que pudieran
decir algo la luz se extinguió
y la compuerta de cerro por completo. Todo había acabado.
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CAPÍTULO QUINCE LISTO
Después de siglos llegamos
a la primera parte del final, déjenme gritar de la emoción AHHHHHH BITCH OZIOZIII
suficiente emoción, sorry 😗
Estamos a nada de llegar al segundo acto, esperemos que todos vivos clarou a excepción de Max.
Se q no estuvo bien q solo lo matará por matarlo, al igual que otras autoras puedo decir q su muerte desencadenara varias cositas 😭
Solo queda esperar a ver
qué les depara el destino cofcofcruelcofcof a nuestros niñitos 😰
Lía es todo terreno uff que pedazo de hembra 😈🔥♀️
Así que preparense pq esto solo es el comienzo de todo...
Les dejo de tarea dejar su votito, comentar obvi y si quieren agregar el fic a sus listas de lectura para saber cada que actualizo y así.
So wharever, los amo con todo lo que tengo dentro. Hasta prontito <33
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