━Capítulo Ocho
❝ 𝐓𝐄 𝐄𝐗𝐓𝐑𝐀𝐍̃𝐄́ 𝐌𝐔𝐂𝐇𝐎 ❞
╔═══ 𓏲✮⊰ •˙ ❅✾❅ ᭕𖤐⊱ ═══╗
〘 ✰.༄☼︎ 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟎𝟖 ☼︎༄.✰ 〙
—– revelaciones —–
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DESPUÉS DE UN LARGO VIAJE EN CARRETERA HABIAN LLEGADO CON EL BRAZO DERECHO, no fue como todos se imaginaban que sería el lugar si no una especie de campamento. Había muchas carpas dispersas por todo el terreno, así como las personas que iban de aquí allá.
—Llevan más de un año planeando
esto —empezó a explicarles Harriet a
los chicos, guiandolos por el lugar —.
Es para nosotros.
—Tienen suerte de habernos encontrado, nos marchamos mañana —comentó Sonya, antds de llamar a uno de los miembros del lugar —. ¿Dónde está Vince?
—Creo que está por allá.
—¿Quién es Vince?
—Es quién decide si pueden quedarse —respondió Harriet a Thomas, logrando que todos se preocuparan un poco.
—Creí que el Brazo Derecho era un ejército —comentó Minho.
—Si, eso éramos. Esto queda de nosotros.
Instantáneamente todos se giraron en
la dirección de donde provenía la voz. Un hombre con barba de unos cuarenta años estaba justo ahí. Él debía ser el líder, debía ser Vince.
—Gente inocente murió para que llegáramos hasta aquí —mencionó Vince, para luego girarse a ver a su aliada Harriet —. ¿Quienes son?
—Son inmunes, los encontramos en las montañas.
—¿Alguien los revisó?
—Conozco a Aris y Jack —respondió Harriet nuevamente, señalando a sus dos amigos —. Les tengo confianza.
—Pues yo no, que los revisen.
—¡Jefe!
Todos se giraron al escuchar el grito de uno de los hombres de Vince, viendo el momento exacto en el que Brenda caía al suelo. Se le dificultaba respirar.
—¡Brenda!
Jorge corrió a auxiliarla mientras era observado por el resto de los presentes. Nadie sabía que estaba pasando.
—¡Brenda! —exclamó Jorge con desesperación, sujetandola entre sus brazos —. ¡Brenda!
—L-Lo s-siento...
Nadie reaccionaba, seguían atónitos
por lo que estaba pasando. Luego de ver con confusión la acción de Jorge, Lía fue la próxima en acercarse a la joven.
—¿Qué pasa? —preguntó Vince acercandose con desconfianza a la
chica en el suelo.
—No lo sé.
—¿Qué es esto?
Vince no tardó en darse cuenta de qué un par de venas se marcaban más de lo normal en uno de los tobillos de Brenda.
Cual no fue su asombro al ver por completo la mordedira en su tobillo. Rápidamente se incorporó y sacó su arma apuntadole a la chica.
—Mierda. ¡Crank, tenemos a una crank!
Al escuchar a Vince, los hombres bajo sus órdenes rápidamente apartaron a Jorge y Lía de la joven.
Ambos no dejaban de luchar para
que los soltaran. Lía por su parte se las ingeniaba para que la soltaran y en el proceso maldecía como lo haría una desquiciada.
—¡Sueltenme! —gritó la chica sin dejar de forcejear, antes de girarse a Vince —. ¡Escúchame bien si le tocas un solo pelo juro que te vas a arrepentirte!
Tal vez no había hablado mucho con ella y su relación no era de las mejores, pero estaba agradecida con ella por haberlos ayudado y cuidado de Thomas.
Lo menos que podía hacer por ella era arriesgar el pellejo.
—¡No, no, no! ¡Alto! —gritó Thomas desesperado interponiendose entre Vince y Brenda, tal vez podría ayudarles —. ¡Espera! ¡Solo escúchame! ¡Esto acaba de pasar, todavía no es peligrosa!
—¡No debieron traerla! Si dejamos entrar a un solo crank, el refugio no será seguro.
—Lo entiendo. Escúchame, por favor —interrumpió el azabache intentando que reflexionara su opinión —. Creemos que puedes ayudarla, ¿entiendes? Debe de haber algo que puedas hacer.
—Si hay algo... puedo evitarle que sufra.
Lía no fue la única que estuvo a nada
de cometer una locura al ver como Vince cargaba el arma en sus manos listo para dispararle.
No supó exactamente como lo hizó,
pero se concentró en las sensaciones que su mente enviaba a cada rincón de su cuerpo sintiendo la adrenalina fluir.
Casi en cuestión de segundos se liberó
de los dos hombres que la retenían por los brazos, dandole un codazo a uno de ellos en el estómago.
Todos miraron con asombro la escena.
Ambos hombres a pesar de tener el doble de estatura y fuerza no habían sido un problema para Lía. Nadie creía lo que sus ojos presenciaban, luego de haber dejado inconsciente en el suelo a los dos hombres ella no tardó en ir por quien ansiaba.
Fue un gran error que nadie saliera de su trance, por lo que siendo aún más rápida que Vince la castaña luego de haberle dado un golpe al hombre le arrebató de entre las manos aquella arma.
Ahora era ella quien decidía si disparaba o no. Así como Vince hizo con Brenda, Lía no aparto ni un instante la pistola de Vince.
A pesar de ser conciente de que
dos chicas le apuntaban desde atrás discretamente a la cabeza, no pareció prestarle atención.
-¡Baja el arma! -exigió Harriet, alarmada -. ¡Ahora!
Pero no siquiera las
advertencias de las chicas lograban hacerla reaccionar.
Si mirada desprendía coraje al estar sobre la del adulto. Esa misma mirada le traía muchos
recuerdos de la chica de niña.
No había cambiado nada.
-¡Qué bajes la maldita arma! ¿¡Que acaso no escuchaste niña!? -exclamó esta vez Sonya, quien empezaba a perder la paciencia -. No lo volveré a decir, ¡Bajala!
-¿Quién me asegura que
cuando lo haga no querrán matar a mi amiga? -cuestionó Lía furiosa, bajo la atenta mirada de todos sus compañeros.
-Lía baja el arma, por favor...
-le dijo Thomas, tratando de hacer que entrara en razón.
Vince observaba a la chica frente a él, podían pasar los años pero sabía que seguía siendo la misma chiquilla rebelde de siempre, esa niña dispuesta a seguir peleando por lo que creía correcto. Parecía ser que todos sus entranamientos habían valido la pena realmente.
La mirada del adulto de desvío un poco a Brenda, quien aún en el suelo seguía siendo presa del virus de la llamarada. Verla en tal estado le estaba ablandando ese órgano latente dentro de su ser.
-¡Vince ya basta!
Una mujer pronto se acercó a dónde estaban todos, fue un gran alivio que llegara a detener todo lo que estaba pasando. Lía poco a poco fue bajando el arma que le había quitado a Vince en cuanto vió como Jorge se acercaba hasta la chica tendida en el duro suelo.
Ella no tardó en acercarse un poco para ver a su amiga, en cuanto cruzó la mirada con la
del hombre no dudó en echarle una severa mirada de disgusto.
-Esta infectada doc, no podemos salvarla -le informó Vince a la mujer desconocida.
-No, pero ellos si -mencionó
la mujer con una sonrisa, viendo directamente en dirección del chico de los lunares y a la castaña con el arma -. Hola Thomas, Lía.
-¿Qué? -murmuró Vince, igual de confundido que el resto.
Todos los chicos que conocían a los mencionados no dudaron en ver a ambos con sorpresa. ¿Que acaba de decir aquella mujer? El rostro de ambos chicos denotaba cuan confusos se encontraban.
-¿Nos conoce?
-Interesante -dijo ella,
luego de asentir ligeramente -. Me parece lógico que los hayan enviado al laberinto...
La doctora se acercó a Brenda, revisando el estado en el que se encontraba la jóven. Todos aún seguían con las miradas puestas sobre aquellos dos chicos, pues les era imposible saber que era lo que pasaba en todo este asunto.
-Aunque debo admitir que
creí que los asesinarian después de lo que hicieron.
-¿Lo que hicimos?
-Creo que ya se a que se
refiere -mencionó la castaña, en voz baja pero todos la oyeron.
La mujer al instante se giró
hacia la chica con una sonrisa dejando que los recuerdos que tenía de esos años fluyeran.
-Lía, recuerdo perfectamente
la última vez que hablamos. Ese día estabas alarmada, me decías que ya no querías seguir siendo una asesina, que estabas arta de la vida que tenías en CRUEL. Así que no te quedo más opción que buscar una salida a todo esto. El precio a esa libertad te hizo que terminarás traicionadondolos.
El rostro de Lía estaba confuso, aturdido y no había manera en la que descrinir todo lo que estaba sintiendo después de recibir toda esa información de un solo golpe.
-Fuiste una recluta ejemplar
y nuestra mejor espía. Gracias a tu sacrificio ahora tenemos todas las coordenadas exactas sobre
el lugar al que ansiamos llegar.
Fue algo incómodo para Lía volverse el centro de atención del lugar, no estaba acostumbrada a recibir tanta atención. La mujer pronto se giró hacia Thomas.
-La primera vez que
hablamos Thomas, tú me dijiste que ya no soportabas ver cómo morían tus amigos uno por uno. La última vez que hablamos me diste las coordenadas de cada complejo de CRUEL en orden así como las coordenadas que Lía logró descifrar hacia el paraíso.
-Ambos fueron nuestras fuentes.
-No hubiéramos logrado todo esto sin ustedes.
Luego de escuchar decir
aquellas palabras salir de la boca de la doctora, ambos chicos se miraron entre ellos sin saber que hacer o que decir. Hasta parecía que se ponían en plan de meterse en problemas juntos como ya les era una típica costumbre de ellos.
-Llevenla a la tienda -
ordenó la doctora a los hombres -. Y denles ropa limpia.
La mirada severa de Vince decía todo al instante, aún no estaba muy convencido de dejar que los chicos nuevos se quedarán en el refugio menos con la chica crank.
-Oye, es lo mínimo que podemos hacer -le dijo la mujer a Vince, luego se giró hacia los dos chicos -. Vengan conmigo, necesito una muestra de sangre.
Ninguno de los dos pusieron resistencia ni se negaron, solo suspiraron cansados y siguieron a la mujer. Todavía estaban en un estado de shock al intentar procesar toda esa información.
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Lía cubrió algodón el dedo
en donde le habían picado
con una aguja, sacándole algo
de sangre. Mientras ella estaba sentada su cuerpo se desataba, distintas senaciones recorrían
su cuerpo probablemente por
el reciente pinchazo de la aguja.
-Con esto será más que suficiente -dijo la doctora Mary, mirando el recipiente con la sangre recién extraída de Lía.
-Pero si ya tiene de Thomas -comentó la chica, con una mueca -. ¿Es importante la mia?
-Quiero que sepas algo muy importante. Cuando estábamos en las instalaciones de CRUEL, descubrimos que había algo en tu sangre que la hacía distinta a la de Thomas -comenzó Mary explicándole -. Tu sangre no solo extermina el virus, si no que también acelera el proceso de curación. La de Thomas tarda meses probablemente, pero la tuya tarda solo semanas. Es por eso que eres muy valiosa cosa
que CRUEL sabe muy bien.
La castaña se giró hacia Brenda, la chica ya estaba un poco más calmada pero su estado no era el mejor físicamente. Lo haría, si en su poder curarla lo iba a hacer.
Cuando Mary terminó de examinar la sangre así como inyectarsela a Brenda luego de que mezclara un poco con la de Thomas y creara la cura, ella se dedicó a curara las heridas en
el tobillo y sien de la castaña.
-Parece que el neutralizador
no está, eso significa que... -
empezó a decirle la doctora, tallando con algo de alcohol y algodón la herida en su sien.
-Que mis recuerdos
volverán, si lo se -terminó
Lía por ella, no pudo evitar
rodar los ojos molesta.
-¿Te molesta recordar tu pasado Lía? -preguntó Mary.
-Algo así. Hay tantas cosas
que ahora recordarlas duelen.
Y es algo nuevo a lo que todavía no me puedo acostumbrar.
-Tranquila es cuestión
de meses para que todas tus memorias regresen a ti -
informó la mujer, aplicando
alguna especie de crema en
la piel de la chica -. ¿Podrías
decirme cómo fue el proceso?
-Cuando salimos del
laberinto fuimos rescatados,
hay nos hicieron creer que estábamos a salvo de CRUEL.
Recuerdo que Janson solicito
hablar conmigo, luego unos
guardias entraron y después
de pelear lograron sedarme.
»No sé qué más paso
después de ahí, solo se que al
despertar estaba en una camilla
rodeada de doctores y con esto
en la cabeza -soltó una suave
risa antes de señalar la herida
en su cabeza -. Pero Aris y Jack lograron rescatarme a tiempo.
Es por eso que el proceso quedó
incompleto probablemente.
-¿No te has sentido rara últimamente algo?
-Me dan punzadas a veces,
pero parecen como si me picaran con agujas el cerebro -comentó ella, haciendo una mueca rara.
-Ya veo.
-Tambien... a veces escucho voces dentro de mi cabeza. Es algo muy extraño. Es quien me controla cuando siento esa... descarga de energía es como... ¡demonios no de como decirlo!
-Es la alteración que sufre tu
sistema -Lía la miró confundida pero ella solo siguió contándole -. Yo estuve ahí cuando Ava y todo su equipo decidieron lo que harían con su mejor recluta. El experimento 00, un proceso que haría que una simple humana poseerá los movimientos y la resistencia de una máquina.
Lía a pesar de lo sorprendida
que se encontraba luego de intentar asimilar las palabras
de Mary, solo pudo asentir.
-Una vez se te dió el entrenamiento necesario así como los medicamentos e inyecciones que reforzarían tu cuerpo y sistema, todo lo demás era muy fácil. Lo único que faltaba era insertar el chip de
voz y la tarjeta de control.
»La voz que escuchas en tu cabeza es ella, Ava. Gracias al chip que tienes dentro es posible una comunicación de telepatía, probablemente así intentaría persuadirte para que volvieras
a querer estar de lado de CRUEL.
Al no funcionar recurrieron a la fase de neutralización, si todos tus recuerdos volvían pensaban que eso te convencería pero veo que ni eso les funcionó.
»Es por eso que su única
opción es la tarjeta de control.
La tarjeta de control como su nombre lo dice controla a quien
sea. Introduciendo los datos necesarios está debe introducida
a la persona. Una vez que está este dentro, será imposible que
el recluta vuelva en sí. Sería un robot obedeciendo órdenes.
Al ver el rostro de Lía, Mary se acercó a ella para envolverla en sus brazos. Necesitaba un abrazo.
La chica la abrazó con fuerza y no pudo evitar sollozar luego de haberla escuchado decir aquello.
-Lo lamento Lía...
-¡No quiero volver a ser
parte de ellos, no quiero! -sollozaba Lía con fuerza, la doctora solo podía intentar tranquilizarla acariciando
su cabello suavemente -. No
quiero perder la cabeza y ser
un monstruo de matanza...
-Y no lo harás -le dijo, haciendo que Lía levantará
el rostro. Mary le quitó las lágrimas del rostro con la
mano -. Con nosotros estarás
a salvó. No dejaremos que
ellos te lleven, ¿Está bien?
La chica asintió sonriente, aún con los ojos algo cristalizados. Mary volvió a abrazarla. Luego de años por fin la tenía con ella.
-Sabía que volvería a
verte mi niña -murmuró
Mary reteniendo las lágrimas, cuando se separaron la mujer
la miró maravillada -. Pero
mírate, cuanto has crecido.
Lía sonrió con las mejillas
algo ruborizadas. Tenía varios recuerdos con Mary y Vince. Ambos adultos trabajaron hace años para CRUEL, por lo que los conocía. Recordaba que Mary era la doctora encargada de cuidar de ella con los tratamientos y todo lo relacionado con su salud.
Vince por otra parte había
sido quien se había encargado por años de el entrenamiento que Ava ordenaba que se le diera a Lía. Ningún entramiento había sido nada fácil o eso recordaba.
Ciertamente los recordaba como los padres que alguna vez tuvo, la relación con ambos siempre había sido muy buena hasta que la enviaron al laberinto y toda la vida que llevaba se desapareció.
-Los extrañe a los dos.
-Nosotros también hija -
dijo Mary sonriente, antes de apretar su mano -. Bien ahora quiero que vayas a cambiarte e intenta cambiar, ¿Okey?
-Okey -afirmó la castaña.
Luego de esto salió fuera
de la carpa, una vez afuera vio
a lo lejos a sus amigos. Sonrió inconscientemente al verlos tan
felices. Ahora estaban a salvó, no más peligro ni muertes solo ellos.
Despejó su mente antes de irse a
una de las carpas dónde le darían
nueva ropa para cambiarse.
--- ✮✧☾✧✮ ---
Una vez que Lía comió algo de comida que amablemente Sonya le ofreció y se cambiara con ropa nueva, salió a caminar por todo el campamento. Luego de haber recibido toda esa información lo único que quería era estar a solas un rato para asimilarla a detalle.
La castaña estaba sentada en unas rocas, viendo cómo el sol
en horas se ocultaria. Se sentía libre y en paz en ese momento. Ahora solo era ella y eso era lo único que debía de importarle.
Sus manos abrazaron a su cuerpo, a pesar de la chaqueta que llevaba puesta no negaba
el echo de que estaba poniéndose cada vez más frío el ambiente.
Sin embargo la brisa fresca a pesar de ser helada le gustaba.
Rapidamente se giró a ver
quién venía hacia acá cuando escucho la grava crujir bajo el suelo. Alguien se acercaba.
Soltó el aire contenido en sus pulmones cuando vio que quien se acercaba no era más que Jack.
Así que miro en otra dirección.
El castaño a pesar de la incomodidad que sentía
luego de haberle dicho todo eso estando ebrio quería hablar con ella. Lo sabía, así como CRUEL le había devuelto los recuerdo a su hermana también lo habían echo con él. Tardo días pero por fin la había recordado, su hermana.
-¿Puedo?
Una vez que Lía asintió,
Jack se sentó en una roca que estaba a centímetros de la chica. No sabía que decir, bueno sí sabía pero lo que no sabía era como empezar la conversación.
-Lía quiero pedirte una disculpa yo...
-Lo se, y no tienes por qué preocuparte -le dijo Lía una
vez lo interrumpió, ya no quería
seguir mas con aquel tema.
Más silencio incómodo.
-¿Cómo sigue Brenda? -preguntó Jack, logrando que
la chica se girara a verlo.
-Ya está mejor. Poco a poco
el antídoto va haciendo efecto
en su sistema -explicó Lía -. Pero la completa recuperación tardará meses probablemente, es también como reaccione ante el antídoto. Si lo se, una explicación bastante larga y aburrida.
-Al decir eso suenas
como una científica loca -comentó Jack, antes de soltar
una risa que contagio a Lía.
-Lo supuse.
-Y bien... ¿como te sientes?
-Ni yo misma lo sé. Digo estoy feliz por haber llegado hasta aquí, es lo que todos mis amigos y compañeros ansiabamos pero mi cabeza no está en sus cinco sentidos si no en otro mundo.
Lía no quería mencionar nada más sobre el tema, luego de haber hablado de eso con la doctora Mary ya no quería decir nada más pero ahí estaba ella, hablándole a un chico de todo
lo que le había sucedido. Y no quería hacerlo, pero su boca ya había hablado por ella.
Lo más raro de todo esto es
que ahora que estaban hablando más tranquilos sin gritarse se acababa de dar cuenta que al estar con Jack se sentía en confianza y había esa sensación de familiaridad entre ellos. Le
recordaba mucho a alguien...
¿Sería él?
-Si quieres puedes contarme.
-Quisiera pero la explicación es muy grande -dijo Lía, mientras pateaba la grava con las botas -. Quizás en otro momento podría.
-Está bien.
Jack meditó con cuidado lo que diría, tenía que ser cuidadoso a la hora de hablar. Puede que ella ni supiera de aquello y si el se lo decía y ella negaba o reaccionaba de mala forma. ¿Qué iba a hacer?
Pero lo pensó. Así que cuando más que seguro de lo que haría se animó a hablarle nervioso.
-Lía, necesito saber algo.
-Dime.
-Solo por curiosidad,
recuerdas todo. ¿Tienes
todos tus recuerdos?
-La mayoría de ellos.
-¿Qué es lo que recuerdas? -
le preguntó nervioso por las posibles respuestas que daría.
-Recuerdo muchas cosas que viví dentro de CRUEL, a todos mis amigos, los entrenamientos y... -Jack noto como a la chica se le quería quebrar la voz -. A mi familia, es una parte de mi vida antes de ser quien soy hasta el día de hoy. Antes de ser Amelia.
»Recuerdo a mis padres... y a
mi hermano Henry -Jack tragó saliva bastante nervioso estaba conteniendo las ganas de decirle que estaba ahí y de abrazarla -. M-me duele recordarlos. A veces tengo tantas veces de que estén aquí conmigo y me digan que todo mejorará. Duele recordar
el día en que los perdí...
Sin pensarlo lágrimas comenzaban a resbalar por las mejillas de la ojiverde. Él se acercó un poco hasta que logró hacer que buscará refugio entre sus brazos. Hace tanto que no la tenía de esa manera. La extraño.
-Se lo que se siente.
Recordar todo eso, pensar que estás solo en el mundo -le decía Jack entre murmuros, mientras acariciaba su cabellera. Todavía seguía siendo la técnica en la que lograba que se calmara -. Son momentos en los que deseas que mamá y papá te abrazen y ya no te vuelvan a soltar jamás.
-¿T-tú también viviste algo similar? -pudó preguntar
Lía separandose un poco de el,
su voz estaba entrecortada.
Jack asintió débilmente.
-Ví como CRUEL asesinó a
mi madre frente a mis ojos.
Ellos asesinaron a mis padres y me arrebataron a mi hermana de mi lado. Aún resuena su vocesita en mi cabeza rogando que no dejará que ellos se la llevarán.
»Pero no pude hacer nada
para ayudarla. Lía por favor perdóname hermanita, por haberte dejado sola -comenzó a decirle entre lágrimas mientras se aferraba a su cuerpo, Lía solo permanecía inmóvil y atónita -. Quiero que sepas que nunca deje de buscarte, sabía que volverías a mí. Lo siento mucho Annie... espero puedas perdónarme...
Lía seguía atónita, hasta
podía afirmar que si corazón estaba en una especie de trance. Todo iba en cámara lenta, nada
a su alrededor parecía real.
Después de años por fin
había encontrado a su hermano mayor. Henry estaba frente a ella llorando mientas la abrazaba. Henry era Jack. Ella era Anne.
CRUEL se había encargado de separarlos así como de matar a sus padres con tal de llevárselos. Ahora después de tantos años de estar separados estaban juntos.
-No tengo nada que
perdonarte hermano... -logró decirle Lía una vez que volvió
en si lo siguiente los hizo reír a ambos -. Ni siquiera el hecho
de que me emborracharas.
-Se ve olvidaba que eres muy rencorosa -susurró Jack para hacerla enojar y baja que lo hizo.
-¿Disculpa?
-No, no, nada hermanita -
dijo el castaño soltando una risa -. Te extrañe mucho.
-Yo también te extrañe. ¿Y como es que lo recuerdas?
-No eres la única a la que
le devolvieron sus recuerdos -respondió así de simple.
-Ya veo. Bueno ahora con
más razón voy a darte tus zapes -comentó la chica riendo.
-Ey no abuses tampoco -
se quejó Jack cuando la escuchó
y ambos rieron una vez más.
Jack pudo ver como su
hermana desviaba la mirada
a lo lejos, en dónde estaban sus amigos. Esa mirada de la conocía muy bien. Era la misma con la que miraba a un chico dentro de las instalaciones de CRUEL.
-¿Minho, no?
Lía le dió un leve codazo
cuando Jack comenzo a hacer su típico uh, no quería sonrojarse pero le fue casi imposible.
-Se me olvidaba lo metiche
que eres, hermanito -se quejó una bastante sonrojada Lía
-Y a mi lo enamorada que
estás de ese chico -siguió Jack, haciéndola sonrojar más.
-¡Jack!
-Solo digo lo que veo. ¿O lo vas a negar?
Lía no respondió solo agachó la cabeza todavía roja.
-¡Ajá! ¡Te gusta gusta!
-Si -respondió Lía.
-Ya lo sabía. ¿Te trata bien?
-Bastante -dijo la castaña,
con una boba sonrisa -. Es...
-Asiático, el sarcasmo
corre por su venas, fuerte, me
da algo de miedo y por último el novio de mi hermana menor -Jack tuvo que respirar luego de haberle chido todo eso.
-Yo iba a decir otra cosa pero
en fin, si así es Minho. ¿Que tal tu corazón? ¿No hay una chica?
-Había, pero ella... ella... no pudo llegar hasta aquí -logró articular el castaño con voz quebrada. Lía lo entendió.
-Perdón no quise...
-Tranquila no pasa nada -
Jack solo sonrió débilmente -. ¿Que tal si vamos con los chicos? Ya está empezando a anochecer.
Lía no se opuso ante la idea
y solo lo siguió, al ir caminando por el campamento Jack le iba contando anécdotas de ambos. La idea de haberse reencontrado con su hermano realmente era la hacía muy feliz. Por fin volvían a estar juntos, y esta vez nadie los iba a separar nunca más.
--- ✮✧☾✧✮ ---
Al volver al campamento, Lía se acercó a sus amigos. Los chicos se encontraban sentados en unas rocas, viendo el lugar en el que se encontraban ahora.
-Ojalá Alby pudiera ver esto -musitó Newt algo melancólico.
-Y Winston.
-Y Chuck -agregó Lía con
una pequeña y débil sonrisa.
La chica pudo observar
como la mención de su pequeño amigo ponía nostálgico a Thomas y no era el único. El azabache acariciaba el muñeco de madera que el niño le dió antes de morir.
-Estarían orgullosos de
tí, Tommy -informó Newt,
para subirle los ánimos pero
pareció que no lo logró.
-Si...
-¡Ey, chicos! -les gritó Sartén
a Aris y Jack, quienes estaban con sus amigas muy tranquilos.
Los dos chicos al ver a Sartén, alzaron también sus brazos a modo de saludo, ambas chicas a su lado soltaron una risilla.
-Me caen bien esos chicos -agregó el moreno, mirando a sus amigos con una sonrisa.
-Si, aunque aún no confío en ellos -comentó Minho, haciendo que todo mundo soltará una risa.
-Hey, ¿Dónde está Teresa? -preguntó Thomas, buscando a la pelinegra con la mirada.
-Por allá.
Allá a lo lejos en una colina
se encontraba Teresa. Thomas
no tardó en ponerse de pie.
-Iré a verla.
Los chicos asintieron rápidamente y pronto Thomas comenzó a alejarse del resto.
Lía no tardó en fruncir el ceño, aquella actitud distante no era propia de Teresa. Tal vez no era muy buena la comunicación que tenían ambas pero ella sabía bien que había algo raro en Teresa.
Pronto una sensación de
angustia se instaló dentro de
su pecho, una vez más podía presentir como era que las cosas se iba a poner feas. Solo esperaba que fueran solo tontas suposiciones sin sentido.
No pasó mucho tiempo antes de que el grupito de cuatro empezarán a contar diversas anécdotas del laberinto. Era divertido recordar las cosas de las que disfrutaron pero a la vez resultaba nostálgico.
Pero al menos la pasaron un rato bien.
-Yo me voy -informó Sartén, mientras se ponía de pie soltando varios quejidos en el proceso -. Me duele el miertero trasero de estar sentado por un buen rato.
-Yo también iré a caminar -comentó Newt incorporandose a la vez que seguía a su amigo.
Un silencio nada incómodo se hizo presente. Lía pronto se acercó al chico, acomodándo su espalda entre sus piernas. Él la abrazó para luego recargar su cabeza en el hombro de la jóven.
No necesitaban decirse nada. Era una sensación bastante extraña pero de algún modo cómoda.
-¿Todo bien, primor? -preguntó en susurros, luego de haber dejado un suave beso en su cuello provocandole un ligero pero suave cosquilleo.
-Todo bien -afirmó Lía,
con una espléndida sonrisa.
-Extrañaba a esta Lía -
dijo Minho, jugando con las manos de Lía que ahora estaban entrelazadas con las suyas.
-¿Está Lía? -preguntó la
chica con una mueca, mientras soltaba una suave risilla.
-Si, la Lía que sonríe, la Lía relajada de siempre.
-Han pasado tantas cosas que en su momento deje de ser yo -le explicó, antes de suspirar con pesadez -. Pero ahora ya no hay de que preocuparse, el camino hasta aquí fue difícil pero por fin estamos a salvo.
-Exacto, estamos a salvo con estas personas y eso es lo que importa -dijo él con la mirada puesta en el lejano horizonte -. ¿De que tanto hablaban ese niño con cara bonita y tú eh?
-¿Jack? ¿Hablas de Jack? -cuestionó ella pero ya sabía eso -. Ah de nada interesante.
-Los veía muy abrazados.
-¿Celos? -preguntó la ojiverde intentando contener una risa.
-No sabes cuánto.
Lía se giró hasta que sus miradas conectaron y tomo su rostro entre sus manos. Incluso su tacto era cálido y suave.
-Teníamos muchas cosas de
las que hablar, desde hace años que no nos veíamos -explicó.
-¿S-se conocen?
-Minho, después de años encontré a mi hermano como crees que voy a estar.
-Nueva meta: caerle bien al cuñadito -se burló Minho. Lía rió y le dió un beso en los labios -. Extrañaba esos besos.
-Ya lo noté -comentó ella cuando el asiático se separó de su rostro uno centímetros.
-Gracias...
-¿Por?
-Por estar conmigo todo este tiempo, por aparecer ese día en la caja y maravillarme. Ahí semi muerta pero justo ahí -Lía río ante el comentario de Minho -. No sé que hubiera sido de mí si no te hubiera conocido. Tal vez seguiría siendo un amargado...
-Corrección, sigues.
-Pero no mucho, al menos
no contigo primor. El punto es que quiero que sigas conmigo, porque no importa lo que pase si te tengo a mi lado se que nada me falta. ¡Shuck, Lía! Vez lo que haces shank -exclamó con algo de molestia el asiatico, ella solo lo miro confundida -. Me pones todo idiota diciendo cursilería.
-Un idiota cursi que me
gusta mucho -mencionó antes de darle un beso en la mejilla.
-Así que ten por seguro
que no voy a dejar que nadie
te aparte de mi lado, es una promesa.
-Te amo mi sarcástico.
-Yo también te amo shank.
Ambos recargaron sus frentes, disfrutando del momento no todo el tiempo tenían un íntimo momento como este para decirse lo que sentían el uno por el otro.
Pero el romántico momento
se vio interrumpido cuando
Lía se separó asustada al haber escuchado un sonido a lo lejos.
-¿Escuchaste eso? -le
preguntó Lía al asiático, aún concentrada en el sonido.
Rapidamente Minho también imiro su acción, escucho a lo lejos un débil sonido que poco a poco iba haciéndose más grande hasta que lo deducieron.
Ese ruido provenía de un helicóptero. Eso era malo.
-¡No puede ser, maldita sea!
-se quejó Lía, a la vez que se ponía se pie para salir corriendo junto a Minho hasta el refugio.
--- ✮✧☾✧✮ ---
Para cuando llegaron al refugio, había sido demasiado tarde. Los helicópteros no tuvieron piedad al disparar misiles. En menos de minutos el campamento se había reducido a caos mientras el fuego se apoderaba todo del lugar.
Las personas asustadas al
ver los primeros bombardeos no tardaron en correr buscando refugio. CRUEL había encontrado al Brazo Derecho, venían por
aquellos reclutas profugos y no se iban a ir sin ellos. Tenían que
llevárselos a como diera lugar.
Lía y Minho corrían lo más rápido que podían, yendo con cuidado de no ser vistos por los guardias que en ese momento bajaban por cuerdas con armas listas para ser usadas si querían.
-¿¡Dónde está Thomas!? -preguntó Sartén entre gritos una vez se reunió con los chicos.
Los cuatro rápidamente buscaron algo en dónde pudieran protegerse de todos los disparos que había en el ambiente.
-¡Harriet municiones! ¡Rápido se están acercando!
Al escuchar los gritos, los
cuatro adolecentes se giraron hacia la dirección de donde provenía la voz encontrándose con Vince y las chicas. Vince se encontraba arriba de la parte trasera de una vieja camioneta.
No dudaron en correr
hasta donde estaban, para
buscar alguna manera en la
que pudieran ayudarles.
-¿¡Cómo ayudamos!? -preguntó Lía desesperada al
ver como los guardias estaban cada vez más cerca de ellos.
-¡Tienen que cubrirnos!
-¿Sabes cómo usar una
de estas? -le preguntó Vince
a Minho, entrahandole una arma que el chico rápido recargo en respuesta -. ¡Cúbreme! ¡Está ametralladora es nuestra única salvación.
-¿Y yo? ¿Cómo ayudo? -exclamó algo molesta la chica al no recibir ninguna arma.
Vince buscó en la camioneta alguna arma que pudiera usar para ayudar. Lo único que pudo encontrarse fue un fusil. Pero no estaba muy seguro si ella sabía cómo usar un arma como esa.
-¿Al menos sabes cómo jalar el gatillo? -se burló Vince, una vez Lía sostuvo el fusil en sus manos.
-Que gracioso -dijo ella sarcásticamente, para luego correr en la dirección opuesta
a la de todos los demás.
-¡Lía! -la llamó Vince,
logrando que se detenerse confundida -. Cuídate.
La castaña asintió, luego
sostuvo con fuerza el fusil entre sus manos y corrió lo más lejos que pudo yendo en dirección a
la colina más cercana del grupo. Les ayudaría desde lejos pues así sería más fácil de detectar a los guardas cuando se acercarán y también debía estar lejos para disparar el fusil a distancia.
Justo cuando creía que todo
iba a estar bien CRUEL no podía dejar de darles más sorpresas.
Y si guerra querían guerra tendrían, pues nadie iba a dejarse atrapar por aquella
maligna organización. No sé llevarían a nadie antes tendrían
que enfrentarse a Lía, quien
estaba dispuesta a proteger a
sus amigos a toda costa.
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