━Capítulo Dos
❝ 𝐄𝐒𝐓𝐀𝐒 𝐏𝐄𝐑𝐒𝐎𝐍𝐀𝐒 𝐍𝐎 𝐒𝐎𝐍 𝐐𝐔𝐈𝐄𝐍𝐄𝐒 𝐃𝐈𝐂𝐄𝐍 𝐒𝐄𝐑 ❞
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〘 ✰.༄☼︎ 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟎𝟐 ☼︎༄.✰ 〙
—– desconfianza —–
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LUEGO DE AQUELLA EXTRAÑA CHARLA CON JANSON, THOMAS
FUE ESCOLTADO por un guardia hasta el comedor. Su rostro demostró cual asombro sintió al ver frente a él un mar de chicos y chicas hablan tranquilos en
las mesas que había en el lugar.
Aquello le hizo sentir como si estuviera en un mundo completamente nuevo.
Lo que le pareció extraño fue que apesar del infierno vivido la mayoría parecía despreocupada. Comían tranquilamente a la vez que conversaban unos con otros como si nada hubiera pasado.
—¡Ey, Thomas! —exclamó Minho mientras se acercaba, esperando ver
a su preciada castaña con él.
—¿Dondé está, Lía?
—Creí que ya estaría con ustedes —respondió Thomas frunciendo el ceño, aturdido por el bullicio —. ¿Qué está pasando?
—No éramos el único laberinto, ven.
El asiático guió al azabache hasta la mesa en la que estaba todo el grupo reunido. Thomas se sentía raro al ver a tantas personas reunidas en un solo sitio.
Cuando llegaron a la mesa estaban casi todos reunidos a excepcion de Teresa y Lía por supuesto.
Rápidamente Thomas tomó asiento junto a sus amigos mas cercanos, Minho y Newt. Y se dedicó a escuchar atento el relato de aquellos dos desconocidos.
—Hubo una gran explosión —
explicaba el chico, obteniendo la atención de todo el grupo —. Luego
unos hombres salieron de la nada
y comenzaron a disparar.
—Estuvo intenso. Después nos
sacaron del laberinto y nos trajeron
aquí —terminó el otro de contar.
—¿Qué hay de los demás? —preguntó Newt, haciendo que ambos jovenes se miraran entre ellos —. ¿Qué paso con las personas que siguen en los laberintos?
—No lo sé. Supongo que CRUEL aún los tiene.
—¿Cuánto tiempo llevan aquí? —cuestionó Thomas intrigado, ganándose la mirada de ambos.
—No mucho, un día o dos —respondió uno de los chicos —. Pero esos chicos de allá llevan más tiempo, casi una semana.
El de tez morena se giró al instante en dirección a dónde se encontraban los mencionados. En una mesa algo alejada de las demás había dos chicos con las misma expresión sin emoción, daban la impresión de ser chicos timidos. Todos comenzaron a observarlos curiosos.
—En su laberinto solo había niñas —explicó uno de ellos.
—¿Enserio?
—Algunos tienen suerte.
—Con nosotros estaban dos niñas —comentó Sartén, logrado que los dos desconocidos se centrarán en él —. Qué mal que las dos están igual de locas.
En cuanto escucharon lo último que dijo el cocinero todos comenzaron a reírse.
—Por cierto, ¿dónde están? —preguntó Newt, percatandose de la repetina falta de ambas jovenes.
—Un guardia y la doctora Crawford llegaron por Teresa, al parecer iban a hacerle unos análisis médicos. Y a Lía no la he visto desde que solicitaron hablar con ella —explicó Thomas a Newt, que parecía intranquilo y más cuando habló de la castaña.
—Ey, tranquilizence —intervinó Minho al notar la preocupación en ambos chicos —. Ellas están bien, deben de estarlo.
Thomas estaba a punto de decir algo más; sin embargo se vió interrumpido por Janson, quien justo en ese momento hizo a todos guardar silencio y oírlo.
—¡Buenas noches caballeros y
señoritas! —exclamó el hombre con alegría, capturando la atención de los adolescentes presentes —. Ya saben cómo es esto, si escuchan su nombre levántense de forma ordenada y únanse a mis colegas, quienes los llevarán al ala este con gusto. Sus nuevas vidas están por comenzar.
En cuanto el discurso de Janson terminó los aplausos no tardaron en hacerse hacerse presentes, inundando el lugar.
El hombre comenzó a nombrar nombre tas nombre. Los chicos se ponían de pie y tal como se les había informado en un principio eran escoltados por un par de guardias. Sus rostros eran asaltados por la alegría y la esperanza de una vida sin más CRUEL pisandoles los talones.
En cuanto Janson terminó de decir el último nombre cerró el portapapeles y rápidamente se escucharon algunos suspuros de desilución o hacían una que otra expresión al no haber sido elegidos.
—No se desanimen, si pudiera llevarme a más con gusto lo haría —comentó Janson entre risas, con un tono jovial —.
Tal vez mañana. Llegará su momento. Ahora coman.
—¿A donde van? —preguntó Minho, viendo a un pequeño grupo de chicos marcharse junto Janson y varios guardias.
—Muy lejos de aquí, que afortunados.
—A una granja, está protegida —se apresuró a responder uno de los chicos que compartían la mesa —. No pueden llevarse a tantos de aquí.
Mientras los chicos explicaban a sus compañeros acerca de ciertas cosas que sabían, Thomas desvío la mirada hacía una de las ventanas de la cafetería en la que se podía ver del otro lado del pasillo.
Fue en ese momento que vió a sus dos compañeras, ambas escoltadas por la doctora Crawford y por varios guardias.
En cuanto vió el estado en el que llevaban a Lía el miedo se apoderó
por completo de Thomas, su amiga
iba en una camilla de hospital.
Era probable que estuviera dormida, pero se dió cuenta que debía de estar sedada. La doctora venía empujando la camilla y uno de sus asistentes llevaba lo algún tipo de suero que iba conectado a uno de sus brazos.
—¿Lía? —susurró Thomas, para después ponerse de pie al instante —. ¡Lía!
Todos instantáneamente se giraron
a ver a Thomas en cuanto aquel nombre fue pronunciado.
—¡Ey, Teresa! —gritó el azabache, intentando llamar la atención de la única chica conciente —. ¡Teresa!
Apesar de que la pelinegra escuchó perfectamente a Thomas no intentó detenerse y siguió caminando como si nada.
Entonces el chico no tuvo otra opción
así que se levantó de su silla y se dirigió con pasos veloces hasta ambas, aquella acción hizo que todos en el lugar vieran curiosos al joven.
—¡Lía!
Pero nuevamente ninguna hizo caso omiso a su llamado. Thomas se quedó viendo cómo ambas se alejaban una vez doblaron el pasillo. El azabache intentó ir tras ellas, pero uno de los guardas lo detuvo, negándole el acceso.
—¿A dónde las llevan?
—Aún les quedan unas cuantas pruebas. No te preocupes por ellas —respondió el guardia bastante seguro.
—¿Están bien? —volvió a preguntar, un tanto inseguro al recordar el estado en el que iba Lía —. Llevaban a una de ellas en una camilla...
—Están bien.
Thomas se alejó no muy convencido pues era más que obvio que algo no andaba bien si llevaban a Lía en una camilla.
Sin más volvió hasta su mesa, intentado calmarse aún con tantos pensamientos negativos invadiendo su cabeza.
Estaba preocupado por ambas. Las quería tanto que no estaba dispuesto a que algo malo les ocurriera. Y por más que buscaba calmarse fue imposible no crear locas teorías luego de recordar la imagen de Lía.
Definitivamente algo no estaba bien y solo era cuestión de tiempo para descubrirlo.
——– ✮✧☾✧✮ ——–
Luego de haber tomado su respectiva cena en el comedor, todos los chicos fueron guiados por un guardia hasta la habitación en la que dormirían.
Llegaron a una habitación un tanto espaciosa en la que había varias literas. No había ninguna ventana y la única salida era la puerta de entrada.
—¡Yo quiero la de arriba! —exclamó Sartén emocionado, comenzando a subir la escalera de la litera.
Sin embargo Minho aprovechó su fuerza y rapidez para sujetarse de la parte superior de la cama y de un salto quedó en la cama. Esta acción le molesto un poco a su compañero.
—Te dormiste —musitó el coreano con burla, encogiendose de hombros.
—A esto no le digo que no —comentó Winston con una sonrisa, poniéndose muy cómodo en su nueva cama.
—Sí, no está mal.
De pronto se escuchó el sonido de la puerta cerrandose, lo que hizo que los que seguían de pie vieran a la puerta confundidos y se preguntaron si tenía seguro. Sin embargo no le dieron tanta importancia al asunto.
—¿Qué crees que querian esos tipos con Teresa? —preguntó Thomas en voz alta, llamando la atención de sus compañeros —. ¿Y por que llevaban a Lía en una camilla? ¿Qué le pasaría?
Nadie dijo nada acerca de la castaña solo se quedaron en silencio mientras sus mentes comenzaban a hacer teorías sobre el posible estado de su amiga.
—Escucha, tal vez Lía esta enferma
que se yo y solamente iban a darle algún tratamiento —empezó a decirle Newt a Thomas, e indirectamente al ex corredor —. No lo sabemos con exactitud. Pero hay que estar tranquilos. Ella va a estar bien, eso es seguro.
Thomas no dijo nada más, solo guardó silencio. Estaba tan cansado como para seguir hablando del tema. Minho por su parte solo se hizo creer a sí mismo que ella estaba bien, pero aquella sensación de preocupación no lo dejó del todo.
—Además, si algo sé sobre esas chicas
es que saben cuidarse solas. No se preocupen ustedes dos.
——— ✮✧☾✧✮ ———
Ya había pasado un buen rato desde
que las luces se apagaron y mientras todos dormían, Thomas era el único que no podía conciliar el sueño. No con tantas cosas en su cabeza y la imagen de Lía en una camilla conectada a varias agujas y sueros.
Y por más que intentaba alejar esos pensamientos haciéndose creer que solo eran imaginaciones suyas aquello no estaba dando resultado.
En eso se escucharon unos ruidos un poco extraños que hicieron que del azabache dejará sus pensamientos de lado e intentará averiguar de donde provenían, mirando a todos lados.
Pronto se dió cuenta que estos venían de abajo de la litera. Así que se quedó muy quieto escuchando y pensó que podrían ser ruidos de máquinas o algo similar.
Sin embargo su curiosidad ganó la batalla al escuchar como lo llamaban entre susurros.
—Ey, aquí abajo...
Thomas instantáneamente bajó la cabeza para asomarse debajo de la cama, se llevó una enorme sorpresa al ver a aquellos chicos provinientes del laberinto en el que solo había chicas.
Rápidamente uno de los dos le hizo una seña para que se guardará silencio y los siguiera.
—Oigan, ¿qué hacen?
—Ven, siguenos —explicó el rubio,
antes de adentrarse al ducto por el que había llegado junto a su compañero confundiendo al azabache.
—Esperen...
Ni siquiera se detuvo a pensar lo que estaba por hacer, solo dejó que su impulso y curiosidad se desatará en ese momento y sin más salió de su cama, para luego comenzar a adentrarse con sumo cuidado por aquel ducto.
—Oye, por aquí.
—Rapido...
Ambos chicos dirigían a Thomas por
la infinidad de ductos de ventilación lo más rápido que podían, pues si no se daban prisa se perderían del extraño suceso nocturno y debía verlo Thomas.
—Oigan, esperen. ¿Qué estan haciendo?
—Nos lo vamos a perder —respondió el otro chico de cabellera castaña, sin dejar de moverse.
Definitivamente aquella respuesta no ayudaba en nada y pronto comenzó a dudar de si haberlos seguido fue una buena idea. En ocasiones su curiosidad no le traía nada bueno. Pero solamente se limitó a seguirlos.
Pero cuando el azabache giró en una esquina, puedo percatarse de que ambos jóvenes estaban muy atentos viendo algo por una de las ventanillas del ducto.
—¿Que están haciendo? —cuestionó Thomas ya más cerca, recibiendo una seña por parte de uno para que hiciera silencio.
—Ven aquí —ordenó el rubio,
señalando la ventanilla a lo que
Thomas suspiró con pesadez antes
de acercarse un poco —. Mira.
Los pensamientos que tenía hace
unos cuantos segundos sobre que esto
de la excursión de los ductos era una completa total perdida de tiempo se esfumaron al ver aquella escena.
Al estar ya un poco inclinado pudo
verla bien. Se trataba de la doctora que atendía a sus dos amigas. Pero no iba sola, un par de enfermeros iban con ella.
Lo más curioso de esto es que los enfermeros llevaban lo que parecían ser cuerpos cubiertos por mantas, los cuales estaban conectados a una máquina que medía sus signos vitales y demás.
Ver aquella escena le hizo entrar en pánico, pues haber visto a Lía en la cafetería de aquella forma tan débil lo hizo pensar que probablemente sus amigas podrían ir en esas camillas.
Sin embargo se negó a creerlo, ellas no eran porque seguramente ellas estaban en sus habitaciones sanas y salvas durmiendo. Debía ser así.
—¿Qué están haciendo?
—Vienen todas las noches sin falta con nuevos —respondió el chico de cabello castaño con seriedad.
—¿Qué hacen con ellos, sabes?
—No lo sabemos, hasta aquí hemos llegado —comenzó a decir el rubio, en susurros —.Los ductos no llegan hasta esa zona, pero cuando atraviesan la puerta no vuelven a salir.
—No creo que nadie salga de aquí jamás —cometó el castaño, en un susurro casi para sí mismo.
Los tres chicos guardaron silencio por unos segundos y fue el tiempo suficiente para que en la mente de Thomas pudiera hacerse alocadas teorías, aún se negaba a pensarlo pero después de ver aquello la desconfianza se hacía presente y el temor a que Lía estuviera en peligro.
Desde que la vio esa imagen estaba tan grabada en su mente, temía por ella y ahora por todos.
—Vámonos antes de que se den cuenta que no estamos.
—¿Por qué me muestran esto?
—Porque tal vez los demás te crean —respondió el rubio por ambos —. Está pasando algo muy raro y sé que también lo sabes.
En ese momento supo que Lía tenía razón, bueno que ella desde un principio no se fío. Su actitud era más que obvia, pero para no alarmarlos se calló.
Tal vez era muy pronto para sacar conclusiones pero definitivamente esto no era para nada normal y averiguaría que tramaban sus "rescatistas".
Pronto los chicos comenzaron
a alejarse por los ductos, pero antes de que se fueran Thomas los detuvo.
—Esperen, ¿cuáles son sus nombres? —preguntó Thomas.
—Aris.
—Jack.
Después de eso ambos jovenes se
fueron rápidamente por entre los ductos dejando a Thomas con un millón de pensamientos.
——— ✮✧☾✧✮ ———
Oscuridad.
Todo su cuerpo se sentía ligero. Desde la lejanía de dónde fuese sentía dolor, sin embargo estaba paralizada por lo que fuese que navegaba entre su sistema. Lía intentaba abrir los ojos, pero no podía. Algo la hacia no poder volver a la realidad, ya que ella sabía que esto no era más que alguna ilusión de los doctores.
Por más que intentaba pensar que era lo que había pasado, solo sabía que la habían sedado luego de esa “charla no tan amistosa” con Janson y desde ahí no podía recordar lo que estaba pasando.
El silencio era algo que en definición empezaba a asustarla de una manera escalofriante.
De pronto sus pies tocaron el piso, se sentía un poco extraña y su cabeza empezaba a dolor algo.
Cerró sus ojos y aún entre toda esa oscuridad la chica se recostó en el suelo, para luego empezar a sollozar con fuerza. No sabía ni dónde estaba ni que pasaba, solo quería volver con sus amigos. Y los recuerdos de su estancia en el laberinto comenzaron a fluir, sin pensarlo aquello la tranquilizó.
Al cabo de unos segundos, algo llamó su atención. La oscuridad se comenzó a desvanecerse y fue reemplazada poco a poco por un pequeño camino iluminado por sus pasos al empezar a caminar hasta una enorme puerta. Justo en ese momento el miedo surgió una vez más, al igual que la sus dudas. ¿Abría o no la puerta?
Sabía que si lo hacía algo le deparaba allá, algo con lo que no iba a poder luchar, algo con lo que siempre deseo pero que a la vez la atemorizaba. Quería ver su pasado, sin embargo el miedo no la dejaba en paz. No estaba aún lista para ver su pasado, para ver la clase de persona que fue en CRUEL y todo lo que paso.
Pero su impulsividad pudo más
y cuando la abrió la luz la cegó por completo por unos segundos.
De pronto los algunos recuerdos comenzaron poco a poco a reproducirse uno tras otro, como si fueran pequeñas pantallas que se desvanecían al instante. Ahora por fin entendía todo lo que hizo y el porque de estas acciones.
Toda su vida fue bastante tétrica antes de que la enviaran al laberinto, ahora se arrepentía de haber sido parte de todas aquellas atrocidades.
Al ver todas esos recuerdos algo en el fondo de su alma salió a flote, emociones. Se sentía algo frustrada, triste y sobretodo molesta con CRUEL, con ella misma. Nunca podría aceptar esa parte de su vida. La ira circulaba por cada una de sus venas, sentía que en cualquier momento iba a explotar. Su pasado tenía buenos momentos que apreciaba pero todo eso se acabó cuando aquella organización la tomo como uno más de sus reclutas.
Pero eso no fue lo único que recordó, hubo varios de estos recuerdos que le trajeron dudas y confusión acerca de sus sentimientos.
Si, podría ser la arma de CRUEL como todos la llamaban pero siempre fue una simple humana que sentía. Y sus sentimientos también fluyeron.
Ahora todos esos sentimientos
y emociones se mezclaron, tenía que encontrar la manera de que estos se apagaran para que ya la dejarán tranquila. Al instante la oscuridad de su mente volvió. No supo más de sí, solo que toda esa oscuridad la atrapó por completo y todo se desvaneció.
——— ✮✧☾✧✮ ———
Thomas junto a sus amigos, se encontraba en una mesa escuchando a Janson decir más y más nombres.
Aquellos jóvenes se levantaban de sus asientos y solo acataban las órdenes de el hombre sin más.
Sin embargo luego de lo que vió aquella noche junto a Aris y Jack ahora estaba comenzando a creer que algo no cuadraba para nada, cosa que ya había provocado desconfianza.
—¿Qué habrá en esa puerta?
—Ya habíamos hablado de esto —comenzó a decirle Newt en voz baja, cansado de la actitud de su amigo —. Tú dijiste que estaban tapados, no sabes lo que viste. ¿Y si era otra cosa?
El corredor no había podido evitarlo y en cuanto sus amigos se despertaron comenzó a les hablarles sobre lo que había visto la noche anterior, pero al parecer les pareció un tanto ilógico y como era de esperarse no creyeron aquellas palabras, cosa que de algún modo logró irritarlo un poco.
—Yo se lo que ví. Eran cuerpos, Aris y Jack dijeron que cada noche traían a uno nuevo.
—¿Quienes son Aris y Jack? —
preguntó Minho con curiosidad luego
de la mención de ambos chicos.
—Son ellos.
Thomas rápidamente señaló a dos
chicos que se encontraban en la mesa mas alejada del resto. Mientras uno examinaba una patata el otro picaba los chicharos en su bandeja.
Pero vaya que esos chicos eran de lo más extraño.
El asiático alzó una de sus cejas, algo confundido. Ellos eran nada mas y nada menos que los chicos de los que estaban hablando el día de ayer, los del laberinto en donde solo habían chicas.
—Ah, ya vi quienes son —respondió Minho ironíco.
—Y para terminar David —anunció Janson a lo que el chico mencionado se pusó de pie y el lugar estalló en aplausos —. Gracias por su atención, disfruten del resto de la noche.
Al escuchar las palabras de Janson y
ver como uno de los guardias abría una puerta con su tarjeta, el azabache sabía que esa era la señal para dar inicio al plan que traía en mente desde la noche anterior.
—Oye hasta que no estemos seguros
hay que ser muy discretos y no llamar la atención de esta gente —aconsejó Newt en un gentil susurro.
Pero en cuento Newt terminó de decir aquello, Thomas se pusó de pie de un salto y apresuró el paso en la dirección a la que se dirigían los chicos que fueron nombrados e intentó disimuladamente mezclarse entre todos los chicos.
Cosa que llamó la atención de todos en
el lugar, pero sobretodo de ciertos chicos que solo podían observar desde lejos. Esos chicos eran Aris y su compañero Jack.
—¿Qué es lo que hace?
—Llamando la atención, supongo —respondió Sartén, de manera obvia a Newt.
Toda parecía ir bien, hasta que uno
de los guardias logró detener a Thomas, negándole el paso.
—¡Alto! —exclamó rápidamente el guardia, una vez que detuvó al chico —. Nadie te llamó.
—Lo sé. Solo va a ser un segundo —
se excusó el azabache, a la vez que intentaba poder pasar, pero una vez más lo retuvieron ahí.
—Es una área restringida.
—Quiero ver a mis amigas —volvió
a insistir Thomas en un susurró, algo molesto —. ¿Ya me dejas pasar?
—Te sugiero que vuelvas a esa silla —ordenó el guardia en el mismo tono, empujandolo con ayuda de su indice.
Thomas no tuvó otra opción así que se limitó a asentir, para luego empezar a caminar hacia su lugar, o eso era lo que aparentaba. Pero claramente no estaba dispuesto a rendirse así de fácil, por lo que rápidamente se dió la vuelta y tomó impulso para luego acercarse a él.
Lamentablemente el guardia lo empujó con rudeza y lo detuvieron una vez más.
—¡Largo! —gritó uno de los guardas, furioso y con la paciencia al límite, luego de darle un empujón con fuerza.
Al ver aquella escena, los habitantes se pusieron de pie y se acercaron hasta el azabache. De pronto todas las miradas de los jovenes se centraban en ellos.
—¿¡Cuál es tu problema!? —
gritó fuertemente Thomas a el
guardia, regresandole el empujón
—. ¿¡Qué te pasa, eh!?
—¡Vete!
Una vez más aquel guardia le dió otro empujón al chico intentando alejarlo. Sin embargo los chicos se interpusieron entre el guardia y Thomas, antes de los habitantes sujetarán a su amigo con fuerza.
—¡Más vale que controlen a su amigo! —gritó bastante molesto el guardia.
—¿¡Por qué no puedo verlas!?
El grito de Thomas resonó por todo el lugar, aumentando los murmullos. Janson se acerco lo más rápido que puedo, en cuanto se percató de lo que sucedía.
—Oigan, ¿qué pasa aquí? —preguntó Janson, interponiendose entre el guardia y Thomas, dedicandoles una severa mirada de frustración —. Thomas, ¿y la confianza que existía? Todos aquí somos un equipo.
—¿De verdad? —cuestionó Thomas, reflejando su ahora clara desconfianza hacia sus supuestos aliados.
El hombre solo se quedó callado por unos segundos, a la vez que en su rostro una malvada sonrisa se formaba en su cara. Thomas estaba descubriendo que no todo es lo que parece.
—Llévenlos a sus camas —ordenó rapidamente Janson, para luego marcharse lejos.
——— ✮✧☾✧✮ ———
Los habitantes fueron llevados a su habitación, siendo escoltados por varios guardias que sin más utilizaron más fuerza de la usual para hacerlos pasar.
Una vez dentro todos fueron
encerrados posiblemente a causa del mal comportamiento de Thomas.
La mayoría de los chicos estaban un tanto molestos con el chico ya que por su culpa todos estaban metidos en aquella situación.
—¿Qué fue lo que paso?
—¿Enserio creíste que te iban a dejar pasar? —soltó Newt, igual que Minho, algo molesto.
—No. Claro que no —respondió
Thomas, sacando de su bolsillo la tarjeta que le había quitado al guardia para que la vieran —. Voy a averiguar que hay detrás de esa puerta.
Al escuchar las palabras de Thomas los chicos soltaron un suspiro de pesadez.
Estaban cansados de la impulsividad
y curiosidad por parte del chico que a medida que avanzaba terminaba causandoles algo malo siempre. Sin embargo se resignaron y asintieron.
Sin embargo Newt era quien de algún modo parecía aun no terminar de aceptar aquella desconfianza por parte del chico.
—Ocultan algo importante, ¿okey? Estas personas no son quien dicen ser.
—¡No Thomas, no puedes saberlo! —comenzó a decir el rubio, perdiendo la paciencia —. Lo único que si sabemos es que nos salvaron de CRUEL. Nos dieron ropa nueva, nos dan comida, nos dieron dónde dormir. Muchos no teníamos eso desde hace años.
—Si, pero...
—Algunos más años que otros, ¿recuerdas? —le recordó Newt, interrumpiendolo.
De pronto el sonido de unas rejas se robaron por completo la atención de todos en el lugar. Una vez que está se abrió un chico salió de aquel ducto.
—Hola, Thomas. ¿La conseguiste? —preguntó el chico rubio, se veía reflejada en sus ojos esperanza.
Todos los habitantes quedaron aún
más confundidos al ver a dos chicos desconocidos salir de la nada de un ducto y aún más al hablarle con tanta confianza a su amigo. ¿Qué rayos estaba ocurriendo?
—¿Pero que... lo conocen?
—cuestionó Minho, más que confundido de esta situación.
—Sí, vamos —respondió Thomas
para comenzar a meterse en el ducto bajo una de las literas —. Tal vez tengan razón y soy solo un paranoico pero me aseguraré. Solo cúbranme. Volveré lo antes posible.
Y sin más Thomas desapareció por el ducto, acompañado de los dos chicos del laberinto de niñas: Aris y Jack.
Newt se quedó en completo silencio, meditando las palabras de su amigo por unos segundos. Probablemente él tenía razón, algo estaba mal o eso parecía.
Además algo que lo tenía muy preocupado era que no podía ver a cierta chica y eso era bastante alarmante. ¿Dónde estaba y como se encontraría?
——— ✮✧☾✧✮ ———
Luego de unos cuantos minutos de ir
por entre los ductos, los tres jovenes llegaron a su destino. Con suma cautela quitaron la tapa y bajaron sutilmente. c
Thomas se aseguró de que no anduviera nadie por la zona, para después poder deslizar la tarjeta por aquella cerradura electrónica. Rápidamente una luz verde se hizo presente y la puerta se abrió permitiéndoles el acceso.
Rápidamente entraron a la habitación, llevándose una escalofriante sorpresa.
Pudieron ver perfectamente como al lado derecho de la habitación habían varios tubos de cristal ordenados en un orden seguido. Lo curioso de esto era lo que había dentro de cada una de ellas. Una criatura extraña y desconocida.
Thomas rápidamente encontró el gran parecido de esas bestias asquerosas con un penitente.
Siguieron caminando, pero las sorpresas aún no terminaron pues al abrir la otra compuerta que los llevaba al otro lado de la habitación se encontraron con algo que los dejo atónitos a los tres.
Thomas había tenido la razón, algo
muy raro estaba pasando y ahora lo comprobaba. Todos ahí corrían mucho peligro.
—¿Qué es esto?
Frente a ellos se encontraban cientos de cuerpos de jóvenes, todos ellos estaban conectados a una inmensidad de cables desde extraños aparatos. Una máquina a la que estaban conectados los cuerpos parecía estar extrayendo un raro líquido azul de estos.
Todos los chicos estaban igual, dormidos o eso parecía lo más probable es que todos estuvieran sedados.
Thomas siguió caminando por el pasillo con suma cautela, pero se apresuró en cuanto su mirada dió con una extraña cabellera de color castaño oscuro.
Su mente lo traicionaba pues el temor
de tan solo pensar que podían ser esas dos chicas le causaba gran temor.
—¿Lía?
Al estar más cerca de la qué tal vez podría ser su amiga, Thomas quitó cuidadosamente el cabello del rostro de aquella chica. Pero afortunadamente no era ella, eso lo tranquilizó de cierta manera.
—Es Rachel —murmuró Jack con algo de nostalgia en la voz.
Al escuchar a Jack, Thomas se giró hacia él y supo por el tono de voz del chico que hablar de ella le traía algo de tristeza.
—Se la llevaron la primera noche —contó Aris al ver el rostro confuso del azabache —. Le dijimos que estaría bien.
De pronto el sonido de la compuerta abrirse hizo que los tres adolescentes reaccionarán a tiempo y se escondieran rápidamente para no ser vistos.
—¿Enserio es tan urgente?
—Fue muy específica, señor.
Aquella voz fue reconocida al instante por Thomas, se trataba de Janson. No puedo evitar sentir una ira descomunal al escucharlo pues según tendrían una nueva vida libre de todo lo que les hacía daño y aquel hombre solo había jugado con ellos. Los estaba engañando.
—Dijo que quería hablar con usted en persona.
—Como si no tuviera suficiente —se quejó Janson, a la vez que caminaba algo nervioso junto a uno de sus asistentes.
—Solo sea paciente. Hay interferencia por la tormenta.
—No importa, David. Solo haz la conexión.
Rápidamente Thomas asomó un poco
la cabeza desde su lugar, la curiosidad estaba siendo uno de los detonantes del chico.
Janson solo apresuraba al otro hombre de poca cabellera que lo acompañaba así que este acató la orden y comenzó con la conexión. Ahora frente ambos podían ver a la persona que solicitó hablar con Janson.
El chico quedo más que atónito al ver
a aquella mujer, a la que creyó desde un principio muerta. ¿Cómo era posible?
—Buenas noches, doctora Paige. Qué gusto verla de nuevo —comenzó a decir Janson con una amabilidad fingida a la mujer de la videollamada —. Aunque la verdad no esperaba saber de usted tan pronto.
Las dudas comenzaron a aumentar. ¿Como era posible que siguiera viva después de que vieron como esa bala había acabado con su vida? Todos la habían visto morir.
Y hay estaba ella, la mujer que les arrebato su vida por años, quién hizo que su mundo se volviera añicos.
Pero después de todo se trataba de CRUEL una organización que tenía hasta el mas detalle más pequeño en control.
Se trataba de la organización que por años les había echo vivir el infierno en carne propia, en la que cual creyeron con todo y mentiras.
—Cambio de planes, Janson. Llegaré
un poco antes de lo esperado mañana temprano —explicó la mujer antes de levantarse de su asiento para estar cara a cara con su asistente.
—Perfecto, será encantador verla aquí. Estará satisfecha con los avances que hemos logrado.
Rápidamente con un gesto, Janson
pide indirectamente a su asistente que comienze a mostrar prueba de los avances. El hombre transpasa una lista de códigos y varios gráficos de su tableta a la pantalla para que la doctora vea.
—Como vera los primeros resultados han sido muy prometedores. Lo que esta haciendo en los laberintos si funciona.
—No es suficiente —confesó la mujer con frustración, logrando confundir un poco a su asistente —. El consejo acaba de dar su aprobación. Quiero a los individuos restantes sedados y preparados para antes de mi llegada.
—Doctora Paige, hacemos todo
lo que está a nuestro alcanze —se apresuró a decir Janson intentando
no perder la paciencia —. Además, seguimos con las pruebas...
—Sea más eficiente —rapidamente interrumpió la mujer en tono demante —. Hasta que pueda garantizar su seguridad, este es el mejor plan.
—Pero la seguridad es mi trabajo. Estamos en completo aislamiento. Yo le garantizo a usted que los sujetos están seguros.
—¿Encontro al brazo derecho?
—No aún...
Thomas, quien aún seguía escondido detrás de uno de los cuerpos buscó la manera de acercarse y oír mejor.
—Los detectamos en las montañas...
—¡Siguen ahí afuera! ¡Y ya atacaron dos de nuestras instalaciones! —gritó la doctora, perdiendo la paciencia debido a la frustración —. Quieren a estos jóvenes tanto como nosotros. ¡Y no puedo! No tolerare otra perdida más, señor Janson. No ahora que estoy tan cerca de la cura. Si no tiene la capacidad buscaré a alguien que si la tenga.
—Eso no va a ser necesario —
las palabras de Janson, lograron
hacer que Ava Paige se detuviera —. Recomiendo que iniciemos con los
que acaban de llegar.
—Quiero que dejen a la recluta A0 conciente una vez que retiren el neutralizador, necesito hablar con ella —explicó la doctora.
En cuanto aquellas palabras salieron de la boca de Ava, Thomas se hizo una idea de que probablemente la recluta A0 era nada más y nada menos que Lía, así que prestó el doble de atención a la conversación.
—Perfecto. Lo más probable es que el proceso de extracción se adelante y para mañana esté lista tal como pidió. Ahora por el momento empezaremos con sus compañeros —explicó el hombre.
—Solo hágalo —respondió la doctora,
cediendo finalmente. Janson y su asistente comenzaron a caminar lejos
de la pantalla pero Ava hizo que se detuvieran —. Y Janson, no quiero
dolor de ningún tipo.
—No sentirán nada.
Y así Janson y el hombre que lo acompañan salieron rápido del lugar una vez que la pequeña reunión terminó, dejando atrás la pantalla y ese sentimiento de éxtasis se hizo presente en aquel hombre.
Sabía que ya iba siendo hora de que las cosas cambiarán, era hora de ponerse a trabajar.
Thomas se escondió en cuando ambos hombres pasaron por donde él se encontraba. Estaba más que nada asustado y con los nervios al tope. Él siempre había tenido la razón algo muy malo estaba pasando en este lugar.
Para ellos ya era hora de escapar antes de que terminaran siendo una vez más víctimas de CRUEL.
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SEGUNDO CAPÍTULO EDITADO
ALV ESTA FUERTE TODO
ESTE ASUNTOOOTEE xd. Hellou mis lindos manguitos, ¿cómo están? Espero que bien. Aquí está el capítulo que prometí, bien responsable la morra JAKJKAAJJAJA
Como que la cosa cada vez se va poniendo mejor ¿no creen? Ya era hora de los madrazos 🥊
Anymore, que opinan ustedes.
¿Quién podrá ser ese tal
Jack? No se ustedes pero a mí me huele raro, pinche escritora de seguro nos esconde algo 🤷
¿Y Lía? ¿Dónde creen que la tengan a la pobre criatura? ¿A qué de refería Ava cuando hablo de ella?
Eso ya lo descubriremos más adelante, por ahora enfiquense en comentar, votar y si se puede agregar el fic a sus listas de lectura ozi bb 😼👏
Gracias por tomarse el
tiempo de leer, se les aprecia a toditxs. No más por eso dejen le doy un becerro 😩💋 Hasta lueguitooo.
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