🍭 ─── Capítulo Veinticuatro
—Te amo, Yugyeomie.
—Yo te amo más, Bambie.
—¿Cómo puedes decir eso? —cuestionó Bambam—. Tú no sabes cuánto te amo yo, así que es imposible definir quien ama más a quien.
—Sólo lo sé —respondió Yugyeom y sonrió—. Mi corazón me dice que te ama mucho.
—¿Ah, sí? Pues el mío también dice que te ama mucho, así que no sé cómo vamos a hacer ahora.
Yugyeom tiró del brazo a Bambam y lo abrazó, comenzando a repartir innumerables besos por todo el rostro del mayor, ganándose las hermosas carcajadas del mismo por las cosquillas que seguramente le hacía.
Un poco más lejos de esta pareja, se encontraban tres chicos incómodos y sin saber que hacer.
—Si sabía que iban a estar así no los hubiese invitado —murmuró Jackson, mirando como Yugyeom y Bambam comenzaban a comerse la boca sin ningún inconveniente.
—Al menos tú los estás viendo solo ahora, yo los tenía que ver en la universidad casi todos los días —comentó Jungkook ya acostumbrado a ese tipo de escena, pero sintiéndose incómodo de todos modos.
—¿Los detenemos ahora o les dejamos la casa sola? —preguntó Jaebum y los otros dos hicieron una mueca de asco, más aún Jackson, ya que se encontraban en su departamento.
Lisa salió de la cocina con paquetes de frituras y las lanzó en el mueble, para luego acercarse hasta los novios, tomándolos de la cabeza y separándolos.
—Reunión de amigos, así que está prohibido coger con sus novios en frente de nosotros —habló y se sentó en uno de los muebles individuales.
—Ahg, eres un grano en el culo —se quejó Bambam y se sentó correctamente en el mueble, apoyándose de Yugyeom y siendo sus hombros rodeados por el brazo del menor.
—Lo siento, no quería incomodar —dijo Yugyeom dulcemente, haciendo que el ambiente se calmara notablemente.
Jackson había tenido la increíble idea de invitarlos a pasar el rato en su departamento para compartir entre todos.
—¿Tu madre ya está en Tailandia? —preguntó Jaebum y Bambam asintió.
—Se fue hace dos días.
—¿Y cómo te llevaste con tu suegra, Yug? —cuestionó ahora Jungkook.
—Bien. Creo que me quiere más a mi que a Bambam —respondió Yugyeom y todos rieron.
—Ah, la señora Bhuwakul queriendo más a todos que a su propio hijo —habló Lisa, ganándose un mirada mala por parte de Bambam.
—Con un hijo como Bambam, hasta yo quisiese a todos más que a él. Tienen que darle el mérito a la señora por no haberlo dado en adopción.
—Maldito chino, te voy a matar.
La persecución entre Bambam y Jackson había comenzado por todo el lugar, haciendo reír a todos por las escandalosas expresiones y gritos del mayor, quien corría ágilmente por su departamento para no ser atrapado por un furioso Bambam.
—¡Yugy, controla a tu novio loco! —volvió a gritar Jackson.
Yugyeom sonrió de manera abierta y miró a Bambam detrás de él, quien miraba fijamente a Jackson, —Mi amor, ven conmigo.
Bambam relajó sus facciones y miró a su novio, luego miró a Jackson e intercaló la mirada entre ambos, para finalmente ir hasta el menor y sentarse a su lado, siendo recibido con un beso en la frente.
—Dios, es que a Bambam lo tienen totalmente domado —dijo Lisa de manera burlona.
—Cállate, bruja.
—Yugyeom, tu novio me llamó bruja, dile algo.
—Mi amor, Lisa me estaba molestando —dijo Bambam, dejando un beso en la mejilla de Yugyeom.
El pelinegro se encogió de hombros y miró a la chica, —Lo siento, Lisa. No molestes a mi novio.
—¡Ah! ¡Que Yugyeom también lo tienen domado! —exclamó Jungkook y todos comenzaron a reír.
—La palabra clave es "mi amor" —dijo Jaebum—. Se dicen "mi amor" y ya se tienen comiendo de la mano del otro.
Yugyeom y Bambam escuchaban las burlas de sus amigos, pero más allá de molestarse, les divertía la situación. Se miraron a los ojos y sonrieron, para luego acercarse y unir sus labios en un suave beso, donde sus lenguas hacían un recorrido por la boca contraria, disfrutando del sabor del otro.
—¿¡Acaso no recuerdan lo que les dije!? ¡Reunión de amigos! ¡Que alguien los separe y se van a seguir comiendo enteros!
—Jugo de manzana y un sándwich con jamón, queso y tomate para el mejor novio del mundo.
Bambam recibió la comida en una bandeja de madera, —la misma en donde él le había servido a Yugyeom cuando se encontraba enfermo— y sonrió complacido por los alimentos preparados.
Habían llegado de la casa de Jackson hace un par de horas y se encontraban en la habitación del mayor para pasar la noche. Siempre hacían eso; cada cierto tiempo iban a la casa del otro a dormir. La idea de vivir juntos había sido tocada por ambos en una conversación pasada, pero estuvieron de acuerdo en no concretarla por el momento y tomar las cosas con calma y a su tiempo.
—Soy un pésimo anfitrión —dijo Bambam con gracia—. Estás en mi departamento y tú eres el que me anda haciendo la cena.
—Me gusta complacerte, lo sabes.
Bambam sonrió y dejó un beso en los labios de Yugyeom para comenzar a comer.
—¿Y tú no vas a comer? —preguntó Bambam con las mejillas llenas de comida.
Yugyeom tomó una servilleta y limpió la comisura del labio de su novio que tenía migas de pan, —No tengo hambre. Comí tanta comida chatarra en casa de Jackson que no quiero nada más.
—Me haces sentir como un glotón, porque yo comí más que tú y tengo espacio para la cena y más.
Yugyeom rió y negó con la cabeza, haciendo que Bambam sonriera al verlo tan contento y cómodo a su lado.
—Me gustas así. Te amo así —dijo cuando terminó de reír, mirando a Bambam con cariño.
Las mejillas de Bambam se sonrojaron y una cálida sensación se alojó en su pecho. Yugyeom lo hacía sentir seguro, cómodo y amado, aceptando cada parte de él como lo más valioso en su vida.
—Eres increíble, Yugyeom... —habló suave, bajando la mirada hasta sus manos al sentirse tímido tan de repente—. Me haces sentir como alguien único e irreemplazable cuando la verdad es que soy bastante común. ¿Qué fue lo que viste en mi? Y no lo digo por tener baja autoestima o algo parecido, sino de que cuando tus ojos se posan en mi, brillan. ¿Qué ves en mi que hace que tu mirada se ilumine tan bonito?
Yugyeom parpadeó un poco, sorprendido por las preguntas de Bambam, pero luego solo sonrió de lado, estirando su mano hasta la barbilla de su novio y levantar su rostro para mirarlo a la cara.
—¿Quieres que te diga un secreto? —susurró y Bambam asintió—. Eres totalmente diferente a todo lo que me esperaba que fueras.
Las cejas de Bambam se fruncieron sin entender, —¿A qué te refieres?
Yugyeom soltó la barbilla contrario y se sentó más cerca de Bambam.
—Tú eras mi crush, y siempre te miraba de lejos cuando no me acercaba a ti.
—También te aprendiste mi horario para chocar conmigo —dijo Bambam y Yugyeom lo miró con los ojos abiertos de par en par. El mayor rió por la situación—. Bebé, eras muy obvio, pero me parecía un acto muy lindo y me gustaba estar contigo, así que nunca te dije nada.
—Todos este tiempo haciendo el ridículo con mi crush —dijo Yugyeom con voz lastimera, haciendo que Bambam riera más fuerte. Miró al tailandés reírse con gusto y sonrió complacido por eso—. Ignoremos ese terrible intento de coincidir contigo. Como dije antes, eras mi crush y te miraba de lejos, deseando lograr tener algo con alguien como tú.
—Dices eso como si fuese algún tipo de ídolo.
—Ahí es donde está todo. Al mirarte de lejos, yo comencé a hacer una imagen de ti en mi mente, diseñado a mi manera y en base a lo que veía —hizo una pequeña pausa y rió levemente al recordar esa etapa de su vida, donde no tenía fe en sí mismo—. Mi crush era responsable, gracioso, se llevaba bien con todos, tenía seguridad en sí mismo, un chico inteligente y con muchísima gente a su alrededor. Alguien con quien todos desearían estar y que todos quisieran ser.
—Vaya... me idealizaste como el chico ideal.
—Sí, así te veía —dijo y miró a su novio, peinando sus platinados cabellos—. ¿Sabes qué es lo mejor de todo? Que el verdadero tú es mil veces mejor que el que me imaginaba.
Bambam miró a Yugyeom con ironía, —¿Cómo te va a gustar más un chico ordinario que el ideal?
—Porque fui capaz de ver más allá de lo que demuestras. Porque pude ver tus miedos, inseguridades, peores momentos y todo aquello que los demás ni se imaginan. Yo sentía que no era suficiente para alguien como tú, pero cambiaste eso. Me gusta saber que soy útil en tu vida, que puedo servirte de apoyo. Me gusta tu lado humano. Me gusta más Bambam que me crush.
Yugyeom tomó la bandeja de las piernas de Bambam y la dejó a un lado, acercándose más a él y tomando sus manos. »No sé si lo que digo tenga algo de sentido para ti, pero me gusta haber descubierto esta versión que nunca imaginé de ti. El que me sorprendieras día a día con cosas nuevas. Estar contigo todo este tiempo fue como conocer alguien nuevo. Alguien que me gusta más.
—No sé que decirte —susurró Bambam, embelesado en la mirada de Yugyeom—. Mi corazón late con fuerza y mi mente está hecha un lío. ¿Por qué pensabas tan mal de ti? Quisiera darte la habilidad para que te veas a través de mis ojos y puedas ver al increíble chico que tengo al frente. Nunca pienses que eres inferior a alguien, ¿Sí? Ni siquiera yo, porque incluso cuando no éramos más que amigos, yo veía en ti a alguien grande, capaz de lograr cosas inimaginables.
Bambam rió. »Es algo graciosa la situación. Tú veías en mi a alguien inalcanzable, pero no eras capaz de ver la magia que tienes dentro. Vamos a trabajar en eso, ¿Te parece? Quiero que seas consiente de la preciosa persona que eres.
—Trabajaremos en todo, siempre y cuando te tenga a mi lado.
—Ahí estaré.
Acercaron sus rostros y se besaron con calma, sintiendo al otro y amándose con un simple acto. Eran tan diferente entre los dos, pero su amor los volvía iguales, los sumaba y los unía. Eran del otro, se pertenecían, sus corazones y almas, eran una sola.
—Amor —dijo Yugyeom una vez de separaron, tomando a Bambam entre sus brazos—. Todos ven a ese chico inalcanzable, así que gracias por presentarme al real Bambam, al amor de mi vida.
El mayor sonrió y se lanzó a capturar los labios de Yugyeom en un beso más intenso, siendo correspondido sin problemas. Dedicándose a amar sus cuerpos y almas, sintiéndose y teniendo la luna de testigo de como se volvían uno solo.
Porque en las fantasías de Yugyeom, su crush era un ser perfecto. Pero en la realidad, el Bambam real era mejor que el que imaginó, y amaba cada parte de él.
FIN
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