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🍭 ─── Capítulo Diez

Luego de muchas noches de insomnio, estrés, nervios y el apoyo de cierto tailandés bonito, Yugyeom tenía preparado un enorme proyecto para presentar. Su profesor de Psicología infantil le había pedido presentar un caso clínico real, con su respectivo diagnóstico y aportes por cada uno.

Hubiese sido una exposición fácil para los alumnos de esa clase, pero el profesor había organizado un tipo de evento; apartó el auditorio de la universidad e invitó a varios de sus colegas para presenciar las exposiciones de cada uno.

Un mes le fue dado para preparar toda la presentación y ya el tiempo había acabado; estaba acostado, repasando la información con esmero, para estar listo para mañana.

Le habían dicho que podía invitar a algún acompañante e inmediatamente se lo dijo a Bambam, puesto que su novio había estado ahí para él en todo momento. El tailandés había aceptado emocionado y prometió estar allí para darle todo su apoyo.

Decidió que ya era tiempo de dormir y dejó sus apuntes de lado. Arregló su ropa para el día de mañana, las cosas que llevaría, le deseó buenas noches a Bambam y se acostó a dormir, nervioso por el día de mañana.

Estaba en la puerta del auditorio a esperas de que comenzara el pequeño evento. Habían varios de sus compañeros en conjunto con sus invitados y él se encontraba ahí, solo.

Había llamado un par de veces a Bambam pero su teléfono se encontraba apagado, también había dejado unos cuantos mensajes pero el chico no respondía.

¿Dónde estás, Bambam? Se preguntó mientras miraba a todos lados en busca de su novio. Su profesor junto a sus colegas no habían llegado por lo que tenía chance de llegar. Claro, Yugyeom se lo diría si Bambam atendiera el celular.

Comenzó a escribir otro mensaje cuando sintió una mano en su hombro y giró rápidamente encontrándose a Jungkook. Su mirada esperanzada decayó y miró a su amigo con una mueca.

—Oye, te veo un poco ansioso, ¿Sucede algo? —preguntó Jungkook, denotando preocupación en su voz.

—Invité a Bambam pero aún no llega y no contesta mis llamadas y mensajes. Estoy preocupado por él.

Yugyeom miró de nuevo el celular, esperando que entrara algún mensaje o llamada por parte del mayor pero nada. Bambam no daba señales de vida.

—Quizás le salió algún compromiso de último momento y por eso no ha llegado —habló Kook tratando de consolarlo—. De todos modos debes estar calmado y concentrarte en esto; es un proyecto muy importante y lo sabes. No lo puedes arruinar.

—Si, lo sé. Solo que... me preocupo por él, ¿Si? Pero no olvido lo importante que es esto para mi. Daré lo mejor de mi en esa exposición.

Jungkook sonrió y dio unas palmadas en su hombro, —Yo se que si. Lo harás increíble, Yug.

Yugyeom sonrió un poco avergonzado y Jungkook de despidió de él para ir juntos a unos chicos que lo acompañaban. Miró de nuevo su celular y cuando iba a llamar a Bambam, su profesor había hecho acto de presencia.

Aguardó de último, esperando ver a Bambam correr apresurado hasta él pero no. Entró al lugar y vio como cerraban la puerta. Una presión se instaló en su pecho pero decidió dejarla de lado; debía concentrarse en este proyecto y ya luego buscaría la manera de hablar con su novio.

Su exposición había sido un éxito. Tanto su profesor como los otros psicólogos se encontraban muy satisfechos por su trabajo. Muchos de sus compañeros se acercaron a él para felicitarlo y Jungkook, bueno, Jungkook sólo se le lanzó encima para bromear un poco. 

Bambam nunca llegó al lugar, tampoco había contestado sus mensajes o había llamado. Su preocupación estaba en niveles mayores y por eso se encontraba en el departamento del chico a esperas de que llegara. Eran las once de la noche y no había noticias del tailandés.

Yugyeom intentó su llamada número cien cuando escuchó la puerta abrirse. Se acercó de manera rápida hasta la entrada encontrándose a Bambam dejando sus zapatos a un lado y colgando su abrigo sin notar la presencia del otro.

—¿¡Qué mier-

Gritó Bambam al ser apresado entre los brazos de alguien. Si no fuese porque conocía a Yugyeom ya habría empezado a golpearlo. Yugyeom se separó y comenzó a revisarlo, buscando algún daño en el mayor.

—Oh, Bam, ¡Estuve muy preocupado por ti! ¿¡Dónde te metiste!? —preguntó Yugyeom con la cara bañada en preocupación—. Te estuve esperando en la universidad pero nunca llegaste. Pensé que te había ocurrido algo.

Bambam abrió los ojos y se llevó la mano a la cabeza, —¡Hoy era tu exposición del proyecto! ¡Dios, Yugy, lo siento tanto!

—¡L-la exposición no importa! —excusó de manera rápida—. Solo quiero saber si te encuentras bien y en donde estuviste todo el día.

—No, Yugyeom, la exposición si importa. Yo lo siento tanto, bebé. No me lo vas a perdonar.

Bambam se veía tan arrepentido que Yugyeom se sintió un poco confundido por todo. Tomó la mano del mayor y lo llevó hasta el sofá, sentándose junto a él. Tomó la otra mano del contrario y lo miró con curiosidad.

—¿Por qué dices que no te perdonaré, Bam?

El tailandés parecía tener un conflicto en su interior. Mordía sus labios con nerviosismo y suspiró. Miró a Yugyeom con la mirada más arrepentida que pudo y apretó sus manos.

—Y-yo, esto... ¡Yugyeom no me vayas a odiar!

Yugyeom soltó las manos de Bambam y se cruzó de brazos, —Habla.

El mayor tragó en seco por la forma tan seca con la que hablo Yugyeom. Sentía que el corazón se le iba a salir de la garganta y tenía muchísimo miedo. Miedo de que Yugyeom lo dejara.

—Hoy era el último día de Lisa en el país y me pidió que lo pasara con ella ya que no sabía cuando sería la próxima vez que nos volviésemos a ver —dijo Bambam en un murmullo y con la cabeza gacha.

La sala quedó en un completo silencio y el mayor no se sentía capaz de levantar la cara y ver a su novio. Luego de unos minutos se escucharon unos sollozos y Bambam de manera inmediata miró a Yugyeom, encontrándose con una imagen desgarradora; el chico con la cara roja y las mejillas llenas de lágrimas. Lágrimas que él había ocasionado.

Sintió su corazón dolerle de una manera intensa y estiró su mano temblorosa al hombro del chico, ocasionando que este rompiera en llanto y cubriera su cara con ambas manos. Yugyeom lloraba con fuerza, con muchísimo dolor y Bambam quería lanzarse del último piso del edificio por provocar las lágrimas en el ser más noble e inocente que ha conocido jamás.

Sin soportarlo más, incontables lágrimas bajaban por el rostro de Bambam. Se tapaba la boca con la mano para no dejar salir ningún ruido. La había cagado y en grande, lastimando a la persona que le ha dado su apoyo en todo momento. ¿Por qué? ¿En qué momento pensó que ir con Lisa estaba bien? Se sentía horrible; había descuidado a alguien de su presente por alguien que ya era parte de su pasado.

El llanto de Yugyeom fue mermando poco a poco hasta solo soltar pequeños sollozos y balbuceos tontos. Limpió sus mejillas y respiro hondo, mirando hacia el frente sin algún interés. Bambam estaba al pendiente de cada uno de sus movimientos. Intentando descifrar lo que haría el contrario.

—Me fue bien en la exposición —habló Yugyeom sin dirigirle la mirada—. Me felicitaron mucho. Al principio estaba nervioso porque no respondías mis llamadas pero Jungkook me dijo que no me preocupara tanto ya que era algo importante. Logró calmarme, fue de ayuda.

Se le hizo inevitable rodar los ojos ante la mención del otro chico. Aún sentía cierta desconfianza hacia él.

—Claro, Jungkook siempre es un buen apoyo para ti —dijo con ironía y malicia.

—Mi "apoyo" se olvidó de mi para pasar el día con otra persona, así que estoy muy agradecido con Jungkook que al menos se preocupó por mi.

La manera en la que Yugyeom habló fue tan directa y malintencionada que Bambam lo sintió como varios cuchillos atravesándole el corazón. No reclamó, los tenía muy bien merecido.

—Yug, yo lo-

—Dime una cosa Bambam —interrumpió Yugyeom, quien se giró y ahora si veía de frente al tailandés—. ¿Qué tan importante soy para ti? ¿Qué definición tienes de novio? Porque cuando te compro cosas, te consiento, estoy para ti y te apoyo en los momentos difíciles, me siento tu novio. Pero en estos momentos sin importancia, como una exposición en la cual me he estado esforzando día y noche, tu decides que pasar el día con tu ex novia es más importante. Siento que el día en que vuelva a necesitar de ti, encontrarás algo mejor que hacer y me dejarás de lado. Entonces dime, Bambam, en esta relación, ¿Yo soy tu novio pero tu no eres el mio? Porque eso es lo que me das a entender.

Yugyeom sabía que eso no era cierto. Si, Bambam lo había dejado de lado por irse con Lisa, pero su novio ha estado para él cuando lo necesita. Y, ¿Sacarle las cosas en cara? ¿En serio había hecho eso? Se sentía un ser miserable por recalcarle ese tipo de cosas al mayor, pero el enojo habló por él y cuando se dio cuenta, ya había soltado una gran cantidad de veneno en contra del tailandés. Sin embargo, no decayó en ningún momento y siguió mirando con expresión dura al contrario.

Las palabras dejaron mudo a Bambam e hicieron que sus ojos se llenaran de lágrimas. Toda acción tiene su reacción y él estaba pagando por las suyas. Abrió y cerró su boca en busca de soltar algunas palabras que alivianaran la situación pero no encontró ninguna.

—Necesito que hables conmigo, Kunpimook.

Su nombre nunca le había dolido tanto como en ese momento. Se abrazó a si mismo y se encajó las uñas en los brazos en busca de algo que lo distraiga del momento.

—Y-yo lo siento tanto, Yugyeom. Debía estar para ti como siempre estás para mi. S-soy el peor novio del mundo y si quieres t-terminar con esto, lo entenderé. N-no mereces que n-nadie te haga l-llorar, m-mucho menos yo.

Bajo la mirada avergonzado. Se sentía como una escoria.

Sintió las manos de Yugyeom tomar las suyas, alejándolas de sus brazos, —los cuales tenían pequeñas marcas ocasionadas por él mismo— y aprentándolas con suavidad. Miró de nuevo al menor, encontrando una mirada seria por su parte.

—Yo no quiero terminar, Kunpimook. Sólo quiero que me des la seguridad de que esto no volverá a pasar y me des a entender que si puedo confiar en ti como mi novio.

Bambam abrió los ojos en grande y se abalanzó hacia Yugyeom, llorando a mares y apretándolo entre sus brazos. El menor correspondió su abrazo pero sin exceder su cariño; estaba molesto aún.

—¡Prometo que no volverá a pasar! ¡Prometo que mejoraré y haré tu vida mejor! ¡Prometo que te daré tu lugar y serás mi prioridad así como yo soy la tuya! ¡Prometo que te llenaré de felicidad y que esto quedará en el olvido como un pequeño bache en nuestra relación!

Bambam se separó de Yugyeom y tomó su rostro entre sus manos »Eres lo más importante que tengo en mi vida, Yugyeom. Soy un desastre y tiendo a arruinar las cosas pero por favor, ¡Dame la oportunidad de enmendar mis errores y te aseguro que no te arrepentirás! Te quiero, Kim Yugyeom. Y me encargaré de demostrártelo todos los días de mi vida.

»Eres el mejor novio que he tenido y no lo digo porque en estos momentos la cagué en grande, lo digo en serio. Gracias por existir, Yugyeom. Gracias por aceptarme. Gracias por quererme. Gracias, gracias, gracias.

Bambam volvió a abrazar a Yugyeom y este lo abrazó de vuelta. El menor miró al techo y suspiró. Aunque le dolía lo que había hecho Bambam, el chico se miraba tan arrepentido que no tenía corazón para abandonarlo. A demás de que él mismo no quería.

—Espero y esto sea como dijiste; un bache en nuestra relación. A pesar de todo, confío en ti, ¿Si? No me decepciones nuevamente —dijo con voz suave. Bambam asintió de manera rápida y lo abrazó con más fuerza—. Espero que no estés cansado porque quiero repetir mi exposición para ti.

Bambam se alejó de Yugyeom y movió la cabeza afirmativamente, —¡Tengo mucha energía! ¡Te escucharé exponer cinco y seis veces! ¡Haré preguntas para que me expliques todo! ¡Absolutamente todo!

Yugyeom sonrió y negó con la cabeza. Volvió a abrazarlo y dejó un beso en su cabeza.

Bambam creía que Yugyeom nunca se enfadaría tanto con él porque era un chico pacífico. Pero en realidad, su novio se volvió otra persona y lo hizo darse cuenta de sus errores.

» nandaslovely «

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