Si se pelearan Miguel le llevaría cada noche serenata hasta que se reconciliaran y le cantaría "Bésame mucho" y otras más.

La pagina del libro que leía el nipon fue cambiada lentamente, para que él muchacho pudiera seguir su lectura a gusto en la fría noche. En su hogar no había televisión solo una radio que pasaba programas entretenidos algunas veces que solía escuchar con su abuelo.

"Un cuento es como una carta. Querido, diría. Sólo querido, sin nombre. Porque si

agregara tu nombre, te agregaría al mundo real, lo cual es más arriesgado y más

peligroso: ¿quién sabe cuáles son tus posibilidades de supervivencia? Diré querido,

querido, como si fuera una antigua canción de amor. Querido puede ser cualquiera.

Querido pueden ser miles.

Te diré que no corro un peligro inminente.

Haré como si me oyeras.

Pero no está bien, porque sé que no puedes"

Lagrimas escaparon de sus ojos. "Querido" hace ya un buen tiempo que no escuchaba esa palabra, Miguel le decía querido. Dolía a mares, dolía no tenerlo cerca por una tonta pelea que había tenido hace semanas. Más lagrimas cayeron de sus ojos que sutilmente limpio con las mangas de su camisa que simulaba una yukata.

Cerro el libro con delicadeza dejando la pagina marcada con una figurilla de origami aplastada de un mariachi.

Música llego a sus oídos. Su abuelo seguramente había encendido la radio para pasar el rato en la sala escuchando música mientras leía, Pero esta se escuchaba tan fuerte como si estuviera frente la radio. Bajo de su habitación con cuidado, reviso toda la casa sin llegar a encontrar a nadie. Reviso la radio estaba apagada y desconectada.

"Soy ese vicio de tu tu piel que ya no puede desprender, Soy lo prohibido"

Corrió rápido a la puerta, como un idiota casi se callo como un niño pequeño teniendo en cuenta que actualmente tenia 23 años.

"Soy esa fiebre de tu ser que te domina sin querer, soy lo prohibido"

Casi llegando a la puerta se detuvo tomando aire y tranquilizando su respiración, limpio su cara con la parte interna de la camisa, cuando estuvo presentable abrió la puerta.

"Soy esa noche de placer, la que entregas sin papel, soy tu castigo"

Afuera se encontraba Miguel con un serenata(algo grande), él moreno seguía cantando mirándolo directamente. Kubo se tapo la boca por la impresión y dio unos paso hacia adelante miro a los lado encontrándonose rodeado por la familia Rivera y su abuelo.

Él Nipon y él Latino se miraron al terminar la canción, al primero le temblaban las rodillas de la emoción y el otro estaba firme con el corazón acelerado.

—Miguel

—Kubo

Ambos pronunciaron el nombre del contrario al mismo tiempo antes de abrazarse y susurrar un" lo siento" al mismo tiempo.