ﾠﾠᥫ᭡ ֹ ﾠ珍珠 ﾠ- # 𝗖𝗔𝗣. 𝗢𝟯 . 🥀
̶P̶̶R̶̶O̶̶V̶̶O̶̶C̶̶A̶̶C̶̶I̶̶Ó̶̶N̶ ̶S̶̶I̶̶L̶̶E̶̶N̶̶C̶̶I̶̶O̶̶S̶̶A̶  | ﾠsin editarﾠ𝘙𝘖𝘚𝘌𝘚 𝘈𝘕𝘋 𝘊𝘏𝘈𝘔𝘗𝘈𝘎𝘕𝘌
escrito porﾠﾠ⬦ﾠ H̆̈4n̆̈ă̈m̆̈ĭ̈x̆̈ 🥂

✹ ꒷ Su danza es de pasión y resistencia
Un juego de seducción, donde ambos pierden y ganan Lee Wong, atrapado en la malla de Adam, con el poder de desatar el corazón de Lee Wong, con un solo susurro.

──Así que... ¿No tienes pareja? ──Lee Wong tuvo un tic en el ojo ante la décima vez que escuchó esa pregunta por parte de Adam

──No. Ya te dije que no ──respondió de forma seca, tratando de mantener su paciencia

          Aunque con Adam sería casi imposible, todo el tiempo haciéndose el tonto, fingiendo no ver la frustración de Lee Wong o el arma de Caesar que "ocasionalmente" apuntaba a su dirección.

          El abogado suspiró, pasando una mano por su cabello desordenado por el estrés. Al notar un extraño silencio giró su cabeza en dirección al hombre de ojos arcoiris, solo para encontrarlo siendo asfixiado por Caesar quién usaba sus propios brazos para matarlo.

──¡Caesar! ¡¿Qué creés que haces?! ¡Suéltalo! ──rápidamente se dirigió hacia ellos tratando de liberar a Adam

          Lee Wong miró a Adam con pánico al notar que no se movía, por un momento lo creyó muerto. Hasta que El Zar abrió un poco más los ojos y detuvo sus movimientos, aunque aún no soltaba al rubio cenizo quién estaba casualmente callado con él rostro enterrado en el pecho del Ruso.

──¿Acabas... De morderme una bubi? ──murmuró y miró hacia abajo por la diferencia de alturas, observando como una pequeña mancha de sangre se iba formando en su traje, en la zona donde los dientes filosos de Adam estaban encajados, perforando la piel

          Él solo sonrió levemente, sin dejar de morderlo y un brillo de diversión atravesó sus ojos arcoíris.

──A mi no me amamantaron de chiquito ──dijo con voz torpe al tener a Caesar aún con los dientes aferrados a su pecho, sintiendo el sabor de la sangre a causa de la fuerte mordedura

          Caesar permaneció inmóvil, su mirada fija en Adam con una intensidad que parecía atravesar el aire. El dolor punzante que Adam le infligía se convirtió en una corriente eléctrica que recorrió su espalda, descendiendo hasta su entrepierna, donde se acumuló en un nudo de placer. Su cuerpo parecía haberse rendido a la sensación, y su rostro reflejaba éxtasis.

          Lee Wong... El solo estaba ahí, mirándolos con cara de haber visto todos los misterios de la vida.

          La puerta se cerró detrás de él como una losa que sepulta un secreto. El silencio que siguió fue como un velo de luto que cubría la pequeña habitación, donde los muebles desordenados y manchados de moho parecían ser testigos mudos de una vida que se desmoronaba. El techo, a punto de caerse, parecía una metáfora de la esperanza que se desvanecía.

          Leonardo, el joven de cabello azabache y ojos turquesas, entró en la habitación con la familiaridad de quien ha visto demasiado. Su mirada se suavizó al ver el rostro enfermo de su madre, quien yacía en la cama, rodeada de medicinas y un pequeño oxígeno que luchaba por mantenerla con vida.

──He llegado, madre ──dijo con voz serena y tranquila

          La mujer abrió suavemente los ojos, buscando con la mirada a su hijo formando una suave y maternal sonrisa en sus débiles y demacrados labios.

──Estás aquí, Leonardo ¿Cómo te fué en la escuela? ──preguntó alzando una mano con venas marcadas y oscuras débilmente hacia su hijo

          El jóven se acercó inmediatamente, arrodillándose al lado de su madre y sosteniendo su mano en un gesto cariñoso y a la vez frío como su expresión, que no revelaba emoción alguna.

──Bien ──respondió con simpleza── ¿Tomaste todos tus medicamentos?

          La mujer asintió suavemente su cabeza con debilidad, mirando a su hijo con adoración.

──Me alegra que te haya ido bien en tu escuela, eres mi mayor orgullo, Leo ──dijo de forma soñadora, acariciando su mano con el pulgar

          El azabache apretó la mandíbula, su cuerpo se tensó. Solo asintió con la cabeza.

          Porque su madre no sabía que sus calificaciones fueron tan malas que lo expulsaron de la escuela, porque su madre estaba enferma y comenzó a robar para recibir una paga miserable de su jefe y tener la mínima esperanza de poder comprar los medicamentos para el tratamiento de su madre.

          Leonardo simplemente guardó silencio. No podía contarle que su vida se estaba desmoronando, que estaba luchando por sobrevivir. Así que se quedó en silencio, sonriendo débilmente, y dejando que su madre creyera que todo estaba bien.

          Pasó una mano por su cabello con frustración, llevaba todo el día revisando documentos, sin mencionar que la presencia del rubio oji arcoiris lo ponía extrañamente inquieto, además de irritado.

          No solo se las arregló para seguirlo a la mansión de Caesar, si no, que también lo siguió a donde vivía actualmente. Lo que hacía pensar seriamente a Lee Wong si ese hombre tenía una vida.

──¿Acaso no tienes algo que hacer? Digo, posiblemente tengas una casa, quizá algún hijo, una esposa, un trabajo. Lo que sea ──dijo mirándolo de reojo

          Adam, quién estaba sentado en el borde de la cama del abogado, solo sonrió con desdén.

──Quizá, pero quiero estar aquí. Es más entretenido verte, Lee Wong ──la forma en la que dijo su nombre le hizo sentir un escalofrío en la espalda

          Soltó un suspiro y giró medio cuerpo para verlo directamente, observó a Adam con detalle de pies a cabeza.

──En serio, ¿Por qué sigues aquí? ──preguntó sin tratar de ocultar su irritación

          El rubio simplemente se encogió de hombros, posó su codo en la rodilla y la cabeza en su mano, mirando a Lee Wong con intensidad.

──Simplemente disfruto mirarte, ¿Hay algún problema con eso?

          El corazón de Lee Wong dió un pequeño vuelco, giró su rostro de nuevo a los papeles de su escritorio, pasando algunas hojas de las que tenía.

«¿Qué es esto? Mi corazón late tan fuerte que puedo escucharlo, ¡Cálmate, cálmate!» pensó tratando desesperadamente de ignorar el ardor en sus mejillas.

──¡Oh! ¡Eso es adorable! ──dijo Adam con voz, chillona──. Me pregunto que otras expresiones puedes hacer, Abogado ──su tono cambió repentinamente a uno más oscuro

          Al escuchar ese tono de voz, su piel se estremeció con una sensibilidad casi palpable, como si cada célula de su cuerpo hubiera sido despertada por una caricia invisible. Una ola de electricidad sensual recorrió su cuerpo, dejando a su paso un rastro de calor y excitación que hizo que su respiración se volviera más superficial y su corazón latiera con una cadencia más rápida. Un pequeño suspiro de placer se escapó de sus labios, como si su cuerpo quisiera rendirse a la seducción de ese tono de voz.

«¿Por qué siento esto? No es normal excitarme así ¡¿Qué mierda te sucede Lee Wong?!» pensó con frustración.

──¿Qué sucede, abogado? ¿Por qué de repente estás tan callado? ──cuestionó en tono burlón

──No es nada ──murmuró tratando de sonar neutral

──No me digas que te excitaste solo por mi voz.

──¡Claro que no! ──el coreano se giró a su dirección con brusquedad, para encontrarselo frente a frente de forma repentina

          Adam sonrió de forma sarcástica, estiró su mano y acarició la mejilla de Lee Wong, pasando el pulgar por su labio inferior.

──¿De verdad? ¿Estás seguro de eso? ──murmuró como un ronroneo acercándose a su rostro al punto donde ambas narices rozaron

          Sus ojos negros se entrecerraron y detuvo su respiración por un momento, sus labios se entreabrieron tratando de formular alguna respuesta.

──Aléjate ──murmuró con voz entrecortada

──¿De verdad quieres que lo haga? ──puso una mano en su cintura, acercándolo más al punto donde ambos labios estaban a un centímetro de distancia──. Tu rostro está muy rojo, cariño ──Adam río levemente

          Bajó su rostro hasta pegar la nariz en el cuello del azabache, respirando su aroma.

──Hmm... Dime, cariño ¿Acaso Caesar aún no te ha tomado? Creo que es un poco torpe, si yo fuera el ya te habría marcado como mío desde hace mucho tiempo ──susurró con los labios contra su oreja

          La cabeza de Lee Wong daba vueltas, sintiéndose mareado por las sensaciones que tenía en ese momento.

──Aléjate ──murmuró torpemente

──¿Por qué lo haría? Ambos queremos estar así, juntos. Sin un centímetro de distancia entre los dos ──susurró y en un movimiento, ambas caderas quedaron pegadas, dejando sentir a Lee Wong una pequeña dureza que se estaba creando

          La proximidad de Adam era como una llama que lamía su piel, haciendo que su cuerpo reaccionara de manera involuntaria. Lee Wong sintió que su autocontrol se desmoronaba, como una barrera que se derrumbaba ante la marea de la pasión. Puso sus manos en los antebrazos de Adam, como si intentara aferrarse a un salvavidas que lo mantuviera a flote en un mar de deseos.

          Su garganta se secó de repente, y tragó saliva con nerviosismo, como si intentara deshacer el nudo que se había formado en su interior. Abrió los labios, intentando encontrar las palabras para responder, pero en su lugar, un pequeño gemido ahogado escapó de su boca, como un susurro de rendición.

          Lee Wong no entendía porque Adam tenía ese poder de seducción sobre él.

──Ese fué un sonido bastante bonito ──dijo entre risas tontas y torpes, sus labios dejaron besos fugaces sobre la manzana de Adán de Lee Wong, dejando un rastro de fuego que poco a poco, lo hacía temblar de anticipación

          El coreano simplemente emitió un suave y ronco gemido en voz baja, movió su cabeza hacia atrás en un movimiento que el mismo se sorprendió de haberlo hecho, su cuerpo andaba el contacto de Adam como si fuera el aire que respira, y Lee Wong se estaba dejando llevar por el mar de sensaciones que recorría su cuerpo de pies a cabeza.

          Adam, al notar ésto. Sonrió contra su cuello y lo encaminó a su cama, dejándolo tumbado y subiéndose arriba suyo, con un brazo ayudándolo a no perder el equilibrio, y el otro extendido Hacia abajo, acariciando los muslos por encima del pantalón del Abogado.

          Lee Wong soltó un suspiro entrecortado, con un bulto creciente en sus pantalones como muestra de la excitación que sentía en ese momento.

──Eres tan sensible, Lee Wong... Será divertido follarte hasta dejarte temblando ──rió bobamente, llevando las manos al cinturón y desabrochandolo

🥀-- Como me gusta dejar las cosas hot.

Muchísimas gracias por el apoyo que le dan a mi historia, no saben cuanto me alegra ver qué hay gente a la que le gusta ésta historia, y espero que a los lectores fantasma les guste <3

★ 𝘿𝙞𝙢𝙞𝙩𝙧𝙞 𝙡𝙚𝙨 𝙢𝙖𝙣𝙙𝙖 𝙪𝙣 𝙗𝙚𝙨𝙤
𝙚𝙣 𝙡𝙖 𝙣𝙖𝙡𝙜𝙖 𝙥𝙤𝙧 𝙡𝙚𝙚𝙧 𝙝𝙖𝙨𝙩𝙖 𝙚𝙡 𝙛𝙞𝙣𝙖𝙡 !!