En un mundo de colores, yo soy un lienzo en blanco,
Sin emociones que me muevan, sin pasión que me haga cantar.
Mi corazón es un bloque de hielo, duro y frío como la piedra,
No siento nada, no amo, no odio, solo existo.

Soy un espectador de la vida, un observador de la humanidad,
No participo, no me involucro, solo miro y analizo.
No tengo miedo, no tengo dolor, no tengo alegría,
Soy un vacío emocional, un agujero negro en el espacio.

Algunos dicen que soy un monstruo, un ser sin alma,
Que no tengo corazón, que no tengo conciencia.
Y es la realidad, porque mato sin piedad incluso si es el cuerpo de un recién nacido.

Asi que condename, manipulame, ámame y ódiame, haz lo que nadie es capaz.

Soy un enigma, un misterio, un ser sin emociones,

Pero soy humano, y eso es lo que importa.

Atte: Adam

Durante toda su vida jamás mostró interés o preocupación por los demás. Era un egoísta en toda la palabra, jamás sentía arrepentimiento o culpabilidad ante todas las atrocidades que cometió, era un cascarón vacío que solo servía para causar dolor y repulsión entre miles de inocentes. Adam ni siquiera disfrutaba ver los rostros desesperados de las víctimas, suplicando por clemencia, arrodillados frente a su presencia. No tenía satisfacción ver a personas inocentes implorar por su perdón, y aún así lo hacía.

Adam gastaba su dinero en tonterías, en cosas que ni siquiera eran necesarias, cosas que simplemente terminarían en la basura en menos de un día y sin ser desempacadas, Adam era alguien que quería llenar el vacío a través de poder, dinero y mujeres. Pero cada vez que una mujer salía por su puerta, el vacío en su pecho se hacía más profundo. Pero claro, él solo lo ignoraba.

Como integrante de una peligrosa Mafia Alemana, su más grande pasión eran las mujeres hermosas, a quienes violaba y después conservaba sus cadáveres dejándolos en los huesos, tratandolos, vistiendolos y peinandolos como si estuvieran vivos. Era conocido por ser uno de los más locos de esa mafia.

Aunque en realidad habían peores locos en esa mafia.

A pesar de que siempre tenía una sonrisa idiota en su bonita cara, solo eran sentimientos fingidos, Adam solo era un pobre insensible y no esperaba la ayuda de nadie, siempre tuvo la idea de que los sentimientos era algo inexistente y que todos lo fingían para darle "entretenimiento" a la vida.

Adam escuchaba con aburrimiento aquel relato de uno de sus seguidores, quien le suplicaba por recibir un milagro para que su hija enferma pudiera salir de su triste agonía.

El nació con unos ojos bastante peculiares y hermosos, una combinación de colores que los hacía ver cómo un arcoiris, ese hecho hizo sorprender a muchos en un pequeño pueblo donde vivía desde que nació. Sus padres no perdieron el tiempo, ambos al ser unos flojos, con falta de dinero y encima unos fanáticos de la religión, se les ocurrió la brillante idea de decir que Adam era un ángel mandado por Dios, capaz de escucharlo y hablar como si se tratara de un segundo Moisés. Cuando el era solo un niño fué tratado con riquezas entregadas por los del pueblo, creyendo en las palabras de sus padres, empezaron a visitar el templo del niño, llevando obsequios, regalos costosos, comidas deliciosas y demás, a cambio de recibir algún milagro que solucione un problema de sus vidas.

Si bien, después de la muerte de sus padres él siguió con su papel de ángel, vió por sus ojos pasar un sin fin de sentimientos en cada persona, lo que le hizo preguntarse el porqué él no tenía esas emociones, así que concluyó que no eran más que farsas de las personas.

Desde que él era pequeño reflexionaba y siempre llegaba a la misma conclusión, los humanos son unos idiotas, creen en divinidades y les rezan, a los ojos de un niño ateo como él le parecía absurdo el ver a una persona suplicando porque sus problemas sean resueltos en vez de hacer algo por ello.

Según él, los sentimientos no existían, ni el cielo ni el infierno.

«𝗖𝘂𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗺𝘂𝗲𝗿𝗲𝘀 𝘀𝗶𝗺𝗽𝗹𝗲𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲 𝘁𝗲 𝗰𝗼𝗻𝘃𝗶𝗲𝗿𝘁𝗲𝘀 𝗲𝗻 𝗻𝗮𝗱𝗮 𝘆 𝗱𝗲𝗷𝗮𝘀 𝗱𝗲 𝘀𝗲𝗻𝘁𝗶𝗿, 𝘁𝘂́ 𝗰𝗼𝗿𝗮𝘇𝗼́𝗻 𝘀𝗲 𝗱𝗲𝘁𝗶𝗲𝗻𝗲 𝘆 𝘁𝘂́ 𝗰𝗲𝗿𝗲𝗯𝗿𝗼 𝘁𝗮𝗺𝗯𝗶𝗲́𝗻, 𝘁𝗲 𝗱𝗲𝘀𝗰𝗼𝗺𝗽𝗼𝗻𝗲𝘀 𝘆 𝘃𝘂𝗲𝗹𝘃𝗲𝘀 𝗮 𝗹𝗮 𝘁𝗶𝗲𝗿𝗿𝗮. 𝗠𝗶𝗲𝗻𝘁𝗿𝗮𝘀 𝘀𝗲𝗮𝘀 𝘂𝗻 𝘀𝗲𝗿 𝘃𝗶𝘃𝗼 𝗲𝘀 𝗶𝗻𝗲𝘃𝗶𝘁𝗮𝗯𝗹𝗲, 𝗻𝗼 𝗵𝗮𝘆 𝗻𝗮𝗱𝗮 𝗺𝗮́𝘀 𝗮𝗹𝗹𝗮́ 𝗱𝗲 𝗹𝗼 𝗲𝘃𝗶𝗱𝗲𝗻𝘁𝗲.» era uno de sus muchos pensamientos, Adam sabía que no podía hablar con Dios y solo le siguió el juego a sus padres por aburrimiento.

Al terminar sus sesiones del culto del "Paraíso eterno" Adam lloraba sabiendo que todo se trataba de una farsa, pero sus lágrimas se derramaban sin emoción o sentimiento. Eran lágrimas de vacío.

Adam tenía una gran manipulación sobre el pueblo donde vivía, haciéndolo una de las zonas más peligrosas debido a la pobreza y delincuencia. A sus quince años de edad fué contactado por un mafioso, ofreciéndole trabajar para él, después de todo tenía más de lo necesario para ser un gran asesino. Adam no tenía intenciones de aceptar hasta que se enteró de todo el dinero era capaz de reclutar, fué entonces cómo terminó siendo parte del crimen organizado.

──Por favor, le suplico, dígale a Dios que cure la enfermedad de mi pequeña, ella es solo una niña ──el hombre rompió en un llanto desesperado

Aunque el contrario solo lo miraba con lástima fingida en sus facciones.

──Oh, pero qué difícil situación. No se preocupe señor de quién se me olvidó el nombre, mandaré el mensaje a Dios para que su hija se mejore ──espetó con su voz gentil y melosamente indiferente

──¿De... De verdad? Mi hija está en fase terminal, ¿Cuando recibiré el milagro? Es la tercera vez que vengo aquí ──declaró con desesperación

Adam solo se encogió de hombros con indiferencia y despreocupación, haciendo un ademán con su mano para que se fuera.

──Solo Dios sabe el porqué de las cosas, ahora shu shu, tengo cosas que hacer.

──Pero-

──Dije que te vayas.

El hombre solo suspiró e inclinó la cabeza a forma de mostrar su respeto, finalmente se levantó del suelo y salió del templo. Adam suspiró con aburrimiento, pensado en alguna tortura que podría cometer para pasar el tiempo

Pero, él no disfrutaba de las torturas, no le daba satisfacción ver a las personas morir y rogar por sus vidas. Entonces, ¿Por qué lo hacía?

Cuando sus seguidores lo dejaban a solas en la oscuridad de la noche, él, con el brilloso filo de una navaja cortaba sus muñecas, sus ojos coloridos observaban la sangre escurriendo de su mano como si de agua se tratara, muchos de sus sirvientes lo veían y lo llevaban al médico, luego limpiaban la sangre que dejó y la bebían creyendo que era un tipo de bautizo.

Adam se torturaba, pero él no era capaz de sentir dolor físico, no tenía emociones, no tenía urgencia sexual. No sentía nada.

En el fondo, él estaba encerrado en una jaula, una jaula donde la llave no estaba a su alcance. Dónde su liberación emocional estaba lejos de sus manos.

Adam se torturaba por la desesperación de querer sentir algo, incluso si fuera doloroso. Pero él quería sentir algo.

Ganaba miradas de los curiosos y habían susurros en más calles, Adam solo caminaba como perro por su casa entre las calles de Moscú. Aunque la verdad ni siquiera él sabía dónde estaba parado, pero tampoco haría la vergüenza de demostrar que él no era un adulto responsable que hace cosas responsablemente responsables.

──Dios, ¿Viste sus ojos? Se ven hermosos ¡Seguro serán pupilentes! ──murmuraban unas jóvenes poco discretas

Otro hombre que veía a Adam pasar se atrevió a hablar.

──Estaría seguro de que ví esos ojos en algún lugar, pero no recuerdo dónde ──murmuró un hombre de edad media tratando de recordar los acontecimientos que declaró

Una "sonrisa" arrogante se formó en los labios del rubio cenizo, no tenía satisfacción o alguna emoción similar al llamar la atención como tanto "le gusta". Pero habría que fingir para hacerlo interesante.

A veces Adam se preguntaba por qué no fué actor.

El suave sonido de pequeñas campanas sonaron cuando entró a la cafetería buscando algo caliente para beber. No le tomaba importancia las miradas curiosas (chismosas) de su alrededor.

Adam fué a Rusia con el único propósito de seguir órdenes y ver a un militar usando a un oso polar como transporte o cañón de guerra. Ver cómo los niños descubren los secretos del gobierno en un teléfono de juguete y su actividad favorita: Ver a religiosos peleándose con homosexuales.

Rusia es un país muy homofóbico, sin dudas. Dejando de lado ese tema, Adam había ido hasta Rusia por órdenes de su jefe.

Reclutar a más personal como si se tratara de Movistar. La mafia de su jefe empezó a caer, sus enemigos empezaron a tomar ventaja, mataron a muchos de los suyos. Cada vez había más traiciones, más muertes, menos dinero.

¡Adam no podía quedarse sin dinero! Si bien lo que el culto le daba era lo suficiente para vivir una vida de lujos, Adam era ambicioso.

Salió de la cafetería tomando un sorbo de su café negro y con siete sobres de azúcar. Estaba claro que a él no le importaba en lo absoluto su salud.

En realidad, a nadie le importaba.

Se mantuvo con un semblante sereno, incluso si fácilmente podía sentir una fría y penetrante mirada en él.

Adam podría ser idiota pero no tonto, caminó tranquilamente y se alejó del lugar. Tampoco le interesaba quien lo veía con tanta frialdad, si lo secuestraban los únicos arrepentidos serían los secuestradores. Por cada secuestro que sufrió, sus secuestradores lo liberaban por ser irritante y fastidioso.

Ni para ser secuestrado lo querían.

A la distancia, unos ojos grisáceos lo siguieron hasta desvanecerse en una esquina de las calles. Sin expresión, su mirada era fría como la nieve y su rostro indescifrable.

Un pelinegro se acercó a él con el rostro ligeramente rojizo de vergüenza y rabia.

──No era necesario que compraras ese libro de resetas cocina ──dijo antes de darse cuenta de su mirada fija en un punto específico, su mirada siguió la de él, pero no había nadie── ¿Qué sucede?

Hubo un momento de silencio, antes de que el más alto sonrió suavemente mirando a su acompañante quien lo miró con aún más confusión.

──No era nada, solo una rata ──dijo dándose la vuelta y caminando lejos de la puerta de la librería

El abogado lo siguió no sin antes dar un último vistazo al lugar donde el Zar miraba con anterioridad.

Después de todo, Caesar reconoció a Adam sin dificultad. Sus peculiares ojos eran imposibles de olvidar.

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🥀-- 𝗠ás prólogo de mrd no podía ser, en fin. ¿Les gustó? Digan algo, no sé, porno, pitos negros o algo así, pero digan algo 😔

🥀-- 𝗦i ven una falla te ortografía digan con confianza 👍