「️ ☀️ ִֶָ CAPÍTULO 004 !
Después de unos minutos dándole mimos a WooJin, este tomaba una ducha y Bang se dedicaba a ordenar un poco el caos en la habitación de su osito para que no tuviera problemas en acostarse. El coreano estaba siendo consentido por su menor, no sabe en qué momento dejó que Chan entrara de esa manera en su vida, solo de la manera afectuosa no de la manera de confiar plenamente en él contándole todo de su vida.
WooJin estaba sentado en la cama sintiendo como Chan pasaba la toalla por su cabello quitando el exceso de agua, para luego empezar a secar con el secador. El mayor estaba apunto de quedarse dormido justo cuando el australiano terminó de secar el cabello, peino las hebras oscuras para evitar posibles enredos en la mañana y dejarlas bien suavecitas.
—Ya estás listo pequeño, mañana en la mañana vendré para saber como estas —habló Chan guardando el secador donde corresponde.
El chico de apariencia de osito bajo la mirada, quería que Chan se quedará con él, pero ya ha molestado demasiado al menor y el debe de hacer cosas. El australiano ordenó las cobijas de la cama y la almohada, estaba por retirarse cuando Kim lo sujetó de la muñeca sutilmente.
—¿Ocurre algo? —se sentó a un lado del mayor.
—No —habló entrecortado sintiendo como sus ojitos se aguaban.
—Ow, Pequeño —lo abrazó haciendo que los sollozos de WooJin se oigan —. Ya pasó, no volverán a decir eso nunca más y ya te lo dije, eres hermoso. ¿Okey?
El mayor asintió para abrazar la cintura de Chan para tranquilizarse y dejarlo tranquilo de una vez por todas.
—¿Es mucha molestia pedir si te pudieras quedar? —soltó en un jadeo por retener el aire en sus pulmones.
[☀️]
—¿Estás cómodo? —miró hacia arriba para ver al menor asentir.
WooJin se encontraba recostado en el pecho del australiano, sintiendo como este subía y bajaba tranquilamente acorde respiraba. Las mantas lo cubrían hasta la cabeza y parte del pecho de Chan. Sintiendo como este acariciaba su hombro haciendo que se tranquilice y que sus párpados pesarán, la calidez que otorgan las mantas, y más la que le otorga Chan le hacía conciliar el sueño de una manera que jamás sintió.
—Descansa osito —beso su frente para apagar la luz de la mesilla de noche.
—Igual Channie —balbuceo para caer en los brazos de Morfeo.
Chan se acomodó mejor para envolverlo con sus brazos y acurrucarse con él, apreciaba cada rincón del rostro de Kim. Como puro tomó la manita del mayor donde en la palma de esta se encontraba un diminuto lunar, llevó la mano a sus labios para depositar un beso en ella y aspirar el dulce olor del shampoo que utilizó el coreano hace unos momentos.
El australiano había encontrado una nueva dosis mejor que las pastillas para el insomnio, Chan era la nueva dosis para conciliar el sueño en WooJin y para el, teniendo un efecto más rápido que esos antibióticos.
Ambos chicos estaban cómodos en la cama del coreano, el ambiente era tranquilo para una noche desolada en las calles de Seúl. WooJin estaba teniendo todo lo que quiso desde un comienzo de su vida de veinteañero. Pero lo que no sabía, es que, al tercer día de su felicidad sería interrumpida por un llamado inesperado, poniendo en riesgo su salud y preocupando a Chan.
[...]
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