「️ ☀️ ִֶָ CAPÍTULO 003 !
Según Kim y Bang habían pasado una semana genial, hasta que llegó el día Viernes. Donde Chan estaba ocupadísimo con sus clases, y WooJin estaba libre tras querer tres días de relajación de su carrera, utilizándolos para ordenar sus cosas, como; el armario o el departamento en general, era algo que hacía cuando el departamento ya estaba al borde del colapso por el desorden.
Toda la ropa ya hacía en la cama de dos plazas del pelinegro, ropa de color a ropa de tonos. Empezó con las camisas y luego por los pantalones, cosa que debió esquivar. Decidió probarse unos pantalones que compró ya hace unos años atrás.
Los dos primeros le quedaron divinos, pero los siguientes, fueron el causante de volver a esos recuerdos.
"WooJin, hijo mío, allí al lado del televisor están unos pantalones. Espero que te caigan, ya que no se que regalarte si todo te queda apretado por estar tan gordo" —exclamó su abuela.
"Hijo, deberías dejar de comer un poquito, ya se que estas en pleno crecimiento pero no le dejes todo a la pubertad" —opinó su padre.
"Amigo, te rechazó. Está diciendo que no cumplías con el estándar que ella quería" —informó Lucas.
WooJin dejó todo en pausa, se fue al baño para mirarse al espejo y vaya que tenían razón esos recuerdos. Sus mejillas estaban muy gordas, al igual que sus piernas y ya tenía pancita. ¿En qué momento había empezado a comer demasiado?¿Chan también se va a burlar de su aspecto?
Ya tenía la solución, y esa era, volver a su yo de quince años. Donde al pasar el tiempo, toda su familia lo elogió por estar "Bien" con su aspecto. La cosa que no sabían detrás de eso, era que pasaba toda la noche desvelado para desechar todo lo que había comido en el día por el baño.
[☀️]
Chan estaba contento, su última clase de la tarde había acabado, y recordar que últimamente ha estado compartiendo seguido con WooJin lo emociona aún más al acabar la clase. En la última semana, Kim le ha demostrado que es un mimoso de primera, muchas veces se ha sentado al lado suyo para pedir caricias en sus hebras oscuras mientras que él estaba terminando unos trabajos.
Bang al salir del campus de humanismo decidió ir a comprar unos pequeños pastelitos para comer antes de la cena. Pastelitos de canela, los favoritos de WooJin y los que odia Chan por su sabor.
—WooJin… ¿Jinnie? —llamó Chan al entrar en el departamento del mayor.
WooJin le dio la llave de repuesto del departamento, así para que llegase y entrará. El australiano dejó la bolsa con los pastelitos en la mesa para seguir buscando a Kim por el departamento, pero lo que no se esperaba era que al entrar a la habitación del mayor la encontraría toda desordenada, cosa que nunca pasaba.
En forma de intuición fue al baño, trato de abrirlo pero este estaba cerrado, y cuya cerradura no tenía manera de ser abierta desde fuera.
—Osito… ¿Qué ocurrió? —le habló a la puerta.
WooJin cubrió su boquita para que sus sollozos no le impidieran oír al chico que estaba en su habitación.
—Mi pequeño, abre para poder ayudarte. No quiero que pases horas encerrado y llorando teniéndome detrás de la puerta. Por favor.
—Me veré ridículo. ¿Por qué no puedo dejar de pensar o recordar esas cosas?¿Porque con la mínima cosa me pongo a llorar?
—No eres ridículo, somos personas que solo aguantan hasta un cierto límite. Tenemos la total libertad de llorar cuando encontramos que no tenemos una salida. Si no abres, me veré con el derecho de tirar la puerta abajo, y eso no es un código civil.
No pasó ni un segundo cuando WooJin se asomó por la puerta. Sus ojitos estaban rojitos y húmedos por llorar, Chan en modo de protección abrió con cuidado la puerta para entrar y abrazar al mayor. Este al sentir el abrazo sollozo para llorar en el hombro del menor.
Bang acariciaba las hebras negras de WooJin mientras que el mojaba el buzo de su menor. Trataba de tranquilizarse pero desde hace tiempo no tenía esos recuerdos.
—¿Quieres comer algo antes de dormir? —habló Chan tratando de moverse, cosa que no resultó porque WooJin se negó a soltarlo.
—¿Pastelitos de canela? —preguntó mientras miraba hacia arriba y limpiaba con su puño su nariz.
—Si, traje los pastelitos de canela que tanto te gustan —sonrió Bang.
WooJin se encontraba sentado en las piernas del australiano, mientras tenía agarrado con sus dos manitas el pastel de canela comiendo tranquilamente. Chan acariciaba la cintura de su mayor pensando el porqué de tanto desorden.
—Chan-ah. ¿Crees que soy gordo? —preguntó de la nada.
—¿Por qué preguntas eso? —tomó a WooJin para girarlo dejándolo con sus dos piernas en el sofá y su cabeza en su hombro.
—Todos a lo largo del tiempo me habían dicho, "Deberías dejar de comer estas muy gordo" "no cumples con el estándar para salir con ella" "La ropa no te cae por estar obeso" —susurro acomodándose en el cuello del menor.
—Opinión propia, para mi eres un angelito, tus mejillas te hacen ver más bonito, tu pancita me hace recordar a un pancito bien esponjoso y tus piernas no tienen ningún defecto —Jugó con las manos de WooJin —. No no se quien te haya dicho eso, pero para mi eres perfecto, desde tu cabello hasta el mínimo lunar que tengas.
[...]
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