❏ » O N C E
Ran te tenía en la palma de su mano, no hacías nada que el no te pidiera.
Claro, tu trabajo era una excepción, ya que eso no podías parar, pero si Ran te decía algo lo cumplias.
Y eso era de momento ya que no sabias cuando tendrías que volver al cielo o cuando te reencontrarias con Raziel.
No sabias que harías si en algún miento Raziel se llegaría a enterar de Ran.
Seguías cuidando al pueblo, veías la gente pasar, pero algo no estaba bien.
Y no era necesariamente en el pueblo, si no en ti. Poco a poco sentías que pérdidas fuerzas al volar.
Pensaste que era el desgaste que tenías, y lo ignoraste.
Seguías en el mismo lugar de siempre, en la punta de un árbol abrazando tus piernas mientras veías todo desde las alturas.
— Angelito, baja de allá arriba — ordena Ran
— Claro...
Extiende tus alas para volar hacia abajo, pero nuevamente estás te empiezan a fallar.
Ya te empezabas a acostumbrar, así que no hiciste escándalo y seguías moviendo tus alas en forma de esperar alguna respuesta.
Pero no hubo ninguna, normalmente estas siempre respondían al los pocos segundos.
Pero esta vez no fue así, y simplemente dejaron de obedecerte y de moverse.
Caíste al suelo, sentías que te dolía el cuerpo del impacto, era la primera vez que sentías dolor.
— Qué tonta eres Angelito... — dice con burla Ran
— Qué gracioso...
— Verdad que si? En fin, dame la mano.
Este te extiende su mano para luego, pones los ojos en blanco para luego tomar su mano y te ayudará a levantarte.
Una vez te levantaste el demonio te queda mirando intensamente.
— ¿Qué? Tomé tu mano que tanto miras — reclamas
Aquel ángel tierno que no decía nada se había esfumado, Ran había hecho que te convirtieras en otra.
Lleva una mano a tu cintura haciendo que sus cuerpos se junten, con la otra mano te toma del mentón haciendo que se vean fijamente.
— Vuelve a poner los ojos en blanco y te daré una buena razón para hacerlo
Soltó el con una voz grave haciendo que tus piernas temblaran con tan solo escucharlo.
Ibas a responder pero escuchas un crujido atrás de ti, como si algo o alguien que estuviera atado tratara de escapar.
— Qué es ese ruido
Mencionas, das la vuelta lentamente y ves a Raziel amarrado al tronco del árbol.
Solo que no tenía lazos o sogas de humanos, si no cadenas negras que parecían ser de Ran.
— Taran~ tenemos un invitado especial — canturrea Ran
— ¿Raziel? ¿Ran qué significa esto? ¿Por qué Raziel esta aquí?
Una ola de preguntas llegaron a tu cabeza, no sabias como ni cuando había llegado ahí.
— Linda, solo traje a tu prometido para ver nuestro show — comenta Ran con sonrisa
No sabias a lo que se refería Ran, te acercaste a Raziel y le quitaste la mordaza que tenía
— Raziel yo...
— Sueltan ahora mismo si no quieres que llame a mis refuerzos — suelta de golpe Raziel hacia Ran
El demonio empieza a reírse a carcajadas ante las palabras de este.
— ¡Deja de reírte y escuchame! — exclama Raziel
— No, escuchame tú — dice Ran — Tu prometida y yo te daremos un lindo show, de hecho será el último que tendrás...
Estaba claro lo que Ran iba a hacer, primero iba a hacer que el corazón de Raziel se le destruyera en mil pedazos al ver lo que él haría con su prometida.
Para después matarlo.
Ran se acerca hacia ti, te toma de la cintura para apegarse los dos, mientras que tus ojos estaban clavados en Raziel.
No sabias por qué razón pero las lágrimas ya empezaban a brotar de tus ojos. No sabias como reaccionar.
— Quien diría que de todos mis pecados tu serias el favorito. Y el que podría destruirme
Te susurra Ran al oído para luego tomar posesión de tus labios y besarte frente a Raziel.
Desde aquí veías, por donde iba esta situación.
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