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Final pt.1

Jungkook terminó el mural más rápido de lo esperado, tal vez fue su afán de evitar encontrarse a Tara todos los días o el hecho de que tenía que despedir a Minseo en el muelle. Se iría en el último barco, dos de los mejores guardaespaldas enviados por su tío cuidarían de ella procurando un exitoso regreso a la ciudad. Uno de ellos, Yoongi, se acercó a Jungkook y solo asintió en su dirección, ambos se alejaron unos cuantos pasos, aprovechando a Minseo distraída con sus maletas.

—¿Todo en orden?

—Si, tu madre estará esperando por ella. No sospechan nada.

—Trata de explicarles a ambas la razón por la que serán trasladadas a casa del tío— Yoongi asintió— hazlo cuando lo veas conveniente, sin asustarlas, si lo dices muy rápido, Minseo no querrá irse sin respuestas.

Respuestas que él no tenía, todo sucedió demasiado rápido, por eso improvisaban sobre la marcha. Recibió una llamada de su tío la noche anterior cuando ayudaba a Minseo a empacar y por un segundo, pensó que tendrían que salir corriendo lejos, para su buena o mala suerte, no fue el caso, pero en los planes del mayor estaba enviar a las féminas a su hogar, el único lugar en todo el país donde podían estar seguras dos mujeres Jeon.

Jungkook intuyó que algo malo había pasado y si era grave, no dudaría en ayudar con lo que estuviese a su alcance. Asumía que era grave si tenían que aislar a sus mujeres favoritas en el mundo.

Dio una palmada al hombro de Yoongi, este se apartó y alejó cuando Minseo fue al encuentro con Jungkook para una última despedida que ninguno de los dos deseaba dar, pero tenían qué. Ella lo rodeó con ambos brazos, no les importó que pudiesen verlos.

—No quiero irme— musitó a forma de confesión— pero sé que tengo qué.

—Tampoco quiero que te vayas, pero, es necesario. Volveremos a vernos, con suerte en muy poco tiempo.

—Solo, tienes que prometerme que vas a comer bien y que vas a cuidar de ti mismo.

—Creo que puedo hacer esa promesa— enredó un mechón de su cabello detrás de su oreja, le sonrió— gracias por ser tan necia y haberme hecho compañía estos dos meses.

—No puedes deshacerte de mi tan fácilmente.

—Tampoco planeaba hacerlo ahora que sé que amas tanto. Es lo que necesito, lo que siempre quise.

Le miró risueña, sintiéndose cálida por esas palabras.

—Te amo, hombre rebelde.

—Y yo a ti— correspondió— por eso voy a darte un par de órdenes.

—No...— parecía a punto de hacer berrinche.

—Vas a obedecer a esos dos, en especial a Yoongi— puntualizó— para absolutamente todo, acude a él, escúchalo, obedece.

—Bien, señor. Pero no uses ese tono, me causa nervios, siento que algo va a suceder y me muero del miedo.

Él también sabía que algo iba a suceder, suspiró, negando con la cabeza.

—Ve a casa, piensa en mí, pero no tanto, haz otras cosas también— agradeció la caricia que acunó sus mejillas, ese gesto le pertenecía solo a Minseo— cuídate, cuida a mi madre, por favor. Protejanse entre las dos.

Asintió, sonrió dulcemente antes de fundirse ambos en un beso profundo que reflejaba lo mucho que iban a extrañarse uno al otro. Minseo subió al barco, sacudió la mano despidiéndose y Jungkook no se movió de ahí hasta que los perdió de vista, botó todo el aire retenido en su pecho y se dio la vuelta para regresarse él solo a la casa, preparándose mentalmente para irse a dormir solo y despertar igual de solo.

Caminó tranquilo, como si tuviese todo el tiempo del mundo pues las calles se encontraban vacías salvo por una o dos personas que apenas estaban llegando a sus hogares para descansar luego de un largo día. Él también llegó a la casa, sacó la llave de su bolsillo, pero terminó únicamente empujando la puerta y entrando sin más, comenzó a tararear, no encendió las luces, caminó directo a la cocina, abrió uno de los cajones encontrando el frasco lleno con calletas que Minseo dejó para, se apoyó en la encimera.

Sonrió.

—No usas perfume cuando vas a invadir propiedad privada.

Escuchó unos pasos, la luz de la sala se encendió y Jungkook esperó encontrarse a cualquier persona menos a quien le sonreía desde el umbral usando todavía la ropa de la prisión. Dejó de masticar.

—Siempre he envidiado tres cosas de ti, tu vista, tu fuerza y tu oído— Sunghoon se burlaba y regocijaba por haber logrado sorprender a su sobrino y mano derecha— ahora también tengo que envidiar tu olfato, muchacho.

Y se carcajeó.

Horas más tarde, Minseo caminaba por el aeropuerto con su recién asignado guardaespaldas Min Yoongi caminando detrás suyo, se suponía que habrían policías vigilandola, por eso estaban allí, para despistar.

Pero ella no veía a nadie y cuando le preguntó a Yoongi este le dijo que no tenía que volver a preocuparse por policías molestándola. La dejó pensativa.

En la salida, alcanzó a ver a Jian sacudir sus brazos a manera de saludo y no pudo evitar correr hacia ella para darle un necesitado abrazo, la mujer reía mientras era estrechada por Minseo, cuando se separaron, notó la camioneta negra con vidrios blindados donde Yoongi estaba acomodando su equipaje.

—No creas que no me alegra verte, pero es sorpresivo verte aquí.

La madre de Jungkook suspiró, asintiendo.

—Hablé con Sunghoon ayer y me dijo que debería venir a recibirte, si él lo sugiere es porque no hay riesgo alguno.

—Dado que no he visto policías en todo el camino hasta aquí, supongo que podemos creerle.

Subieron al auto, quien cuidaba de Jian sería el conductor asignado, Yoongi iba en el copiloto y bastaron minutos para arrancar.

La conversación inició con Minseo contándole a detalle cómo se encontraba Jungkook de inicio a final, le aseguró que él estaba comiendo bien y que seguiría igual pues se lo prometió antes de dejarla ir, Jian no dejaba de observarla con una pequeña sonrisa.

—Te ves radiante, mi niña— halagó— me alegra mucho que ese tiempo para ambos les haya hecho bien. Aunque Jungkook se haya quejado tanto al principio.

—Si, digamos que la sorpresa no le hizo mucha gracia— se cruzó de brazos, ninguna estaba pendiente del rumbo que estaban tomando— pero al final, yo no quería irme y él no quería dejarme ir. Ya lo extraño.

Habían más cosas que deseaban hablar, pero ambas deseaban llegar primero al apartamento y sentarse en la comodidad del sofá para comentarlo todo. Minseo recostó la cabeza contra la ventana y se dedicó a mirar los demás vehículos pasar hasta que llegaron al semáforo en rojo, Yoongi llamó a la señora Jeon y comenzaron a hablar, no prestó atención, una motocicleta se detuvo junto a ellos y quien la conducía giró la cabeza hacia ella, frunció el ceño pensando que al igual que ella, se había quedado viendo los vidrios, porque ella podía verlo, pero él a ella no, lo que era un poco gracioso y aterrador al mismo tiempo.

—Yoongi— lo llamó, Jungkook le había dicho que acudiese a él para lo que sea, Jian también le dio su atención— estos vidrios...

—Si, son blindados, nadie puede vernos—el hombre dejó de ver hacia el auto cuando el semáforo volvió al verde, Minseo no dijo nada, pero Yoongi se dio cuenta de todo, suspiró y se dirigió a su compañero— toma una ruta diferente, nos están siguiendo el paso.

Jian amplió la mirada, volvió a acomodarse en su lugar. Minseo sintió el nerviosismo de ella y suyo recorrerle el cuerpo.

—¿Estás seguro?

—Lo vamos a descubrir en un minuto— Minseo vio el arma en su mano y su corazón comenzó a latir desbocado— da la vuelta y entra por el callejón a la izquierda.

Jungkook le lanzó una de sus camisetas, Sunghoon terminó de cambiarse, observaba el ceño fruncido de su sobrino pasar de ser confusión a enojo.

—¿Entonces has perdido el tiempo vigilando a Lee?

El mayor asintió, tirándose al sofá.

—Cuando te fuiste, él fue el primero en celebrar, pero no pasó mucho tiempo antes de enterarse de lo que en verdad sucedió— extendió los brazos— fue a reclamarme, alegando que sabía exactamente dónde encontrarte y lo hizo después de mi discusión con nuestro verdadero dolor de cabeza; el jefe de guardias. Él estaba escuchando cuando le dije que si de verdad sabía sobre tu paradero, que compartiese información conmigo porque tampoco tenía idea y en los días siguientes, esos dos estaban hablando.

—¿Saben dónde estoy o no?

Sunghoon asintió, Jungkook maldijo.

—No te preocupes, nos iremos de aquí en un rato, logramos retener a sus hombres lo suficiente para que Minseo pudiese partir.

—¿Tienes que volver?

—Sería lindo, pero, con Lee crucificado en el patio y el jefe de la cárcel arrestado por ayudar a tu salida y aliarse conmigo...

—En resumen, estamos en la misma situación.

—Claro, si me atrapan, me matan. Ahora el jefe de guardias es el jefe de la cárcel y nuestro nuevo objetivo. También somos el suyo, tu mataste a su esposa, yo no le caigo bien...— se colocó de pie— todavía tenemos buenos aliados en la policía, conozco gente que puede ayudarnos.

—¿Y Minseo estará bien? ¿Mamá?

—Lo estarán cuando pongan ambos pies en mi propiedad, allí no entra nadie que yo no autorice.

Sunghoon se quedó esperando a que Jungkook volviese a pronunciar palabra, parecía estar pensando y él le daba su espacio para eso, de igual forma, Jungkook es más listo que nadie y sus ideas suelen ser buenas, por lo que...

—¿Y si regresamos a la cárcel?

Parpadeó.

—¿Qué mierda?

Final de la primera parte de Prisoner, espero que hayan disfrutado de la paz en esta parte porque en la siguiente no hay mucha... pero las risas no faltaron.

Espero que les guste, las tkm y besitos rojos.

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