
•31
Él estuvo plenamente consciente de que Minseo estaba con él, por lo que, se pasó toda la noche despertando cada hora para revisar que fuese real y no producto de su imaginación, por lo mismo, cuando dieron las siete de la mañana y abrió los ojos para verla y no la encontró, se levantó, fue corriendo por toda la casa en su búsqueda y la encontró encima del mesón de la cocina intentando agarrar el frasco con galletas que ella misma había dicho situaría lejos de su alcance para evitar caer en la tentación de comerlas todas.
Jungkook puso ambas manos en su cadera y se quedó observándola.
—¿Con esto tendré que cargar los próximos meses?
—Solo quería una, lo juro.
Abrió el frasco, sacó una galleta, la comió, cerró el frasco y lo regresó a su sitio. Extendió los brazos a la espera de que Jungkook la ayudase a bajar y todavía con los ojos entrecerrados, la cargó y regresó al suelo.
—Bien, a la cama— demandó— es domingo, no hay que hacer nada los domingos.
—¿No mencionaste que ayudabas a una vecina a cargar sus compras?
—Lo hacía, luego su esposo se enteró y ahora él se encarga de esa tarea. No me molesta pues era el propósito de la mujer.
Minseo se dirigió a las ventanas, corrió las cortinas y el sol pegó directo al lugar, Jungkook asumió que esa mujer no regresaría a la cama y se quejó en voz alta con gruñidos incluídos, sin embargo, luego él abrió la puerta y tomó asiento en los escalones de la entrada, bostezó y la vista se vio interrumpida con Minseo poniéndose de pie frente a él, cruzada de brazos y en sus shorts diminutos.
—¿Haces esto siempre?
—¿Sentarme aquí? Todos los días.
—Estás en bóxers, las personas pueden verte lucir como una las estatuas de hombres desnudos.
Asintió.
—Lo hacen, las señoras chismosas sin nada qué hacer suelen espiar— encoge sus hombros, Minseo no lo puede creer—pero no es la gran cosa, no te preocupes por eso y ven aquí.
Da palmadas a sus muslos invitándola a sentarse, lo hace luego de hacerse del rogar y entonces ambos están disfrutando del sol de la mañana viendo el panorama con las pocas casas que hay cerca. Minseo apoya su cabeza en el pecho de Jungkook y suspira.
—Esto es lindo— murmura— es placentero cuando no tienes absolutamente nada qué hacer y puedes solo estar así de tranquilo.
—Ciertamente lo es— responde de acuerdo, señala la calle, hay algunos dibujos que en realidad son juegos creados por los pocos niños que hay en el lugar— mi hermana jugaba a eso, me pedía cada cierto tiempo que volviese a dibujar el patrón porque la lluvia o los demás niños lo borraban.
—Bueno, era tu obligación como miembro artista de tu familia.
—Supongo, ni mi madre o hermana sabían dibujar, mi tío intentó enseñarles, no resultó. Solo yo aprendí, también amaba pintar e hice algunos cuadros que terminé vendiendo— Minseo gira un poco el rostro para verle— creo que ese fue mi primer sueldo y tendré que recordar como pintar porque estoy encargado del mural en el jardín de niños... solo hay diez niños, por eso es una escuela tan pequeña, sin embargo, han nacido tres bebés los últimos meses y eso ha llenado de ilusión a todos en este lugar.
Jungkook sintió la calidez en la sonrisa que Minseo le regaló, luego acarició su mentón con el pulgar y peinó algunos cabellos rebeldes. Él la abrazó fuerte, aunque no quería llamar a la mala suerte, sabía que tenía que disfrutar cada momento en caso de que todo se arruinase después, debían entenderlo, él estaba tan acostumbrado a nadar contra corrientes agresivas que el agua calma le ponía los pelos de punta.
—¿Cuando pintarías ese mural?
—El martes después de ayudar bajando la carga de los barcos— apretó una de las piernas de Minseo— también planeaba buscar la manera de ir a verte, pero ya te adelantaste y ahora tengo el temor constante de que mi madre aparezca bajando de un barco preguntando por mi.
Contrario a enojarse, Minseo se carcajeó con fuerza y ruidosa.
—Oh, no creo que pase, ella me ha dicho que no está en sus planes invadir tu espacio a pesar de que tú quieras que esté contigo.
—Tonterías— niega, deja un beso en su frente— yo quisiera que ambas estén aquí conmigo, pero no puedo confiar en que no van a encontrarme y lo último que deseo es arrastrarlas conmigo a un futuro incierto.
Minseo bajó la mirada a sus manos, viendo a sus propios dedos.
—Tal vez pienses que yo no te comprendo, pero, si lo hago, entiendo tu preocupación, así como también entiendo que estás muriendo de los nervios por dentro al tenerme aquí— asiente cauteloso, para que pueda continuar— sin embargo, pienso que si has tomado la riesgosa decisión de escaparte, deberías comenzar a vivir tu vida incluso al límite y sin miedo porque, de lo contrario, no tiene sentido permanecer encerrado aquí cuando ya lo estabas allá y ya ha pasado tiempo. Solo, haz lo que quieras hacer y personalmente, no me molestaría que me arrastres contigo, de igual manera esa es una decisión mas mía que tuya.— vuelve a afirmar con la cabeza, todavía más lento, pensando en sus palabras— Tu mamá si puede quedarse donde esté por varias razones; no querrá sentir que te está estorbando y tu tío va a enloquecer si no sabe dónde está.
Jungkook rió.
—Es verdad, ella siempre está en el mismo lugar y eso lo tranquiliza, si la hago moverse y le pierde la pista, sufrirá un infarto. Ya está muy viejo.
Más tarde ese día, Minseo se aplastó el cabello con las manos y se observó en el espejo del baño antes de ir a atender la puerta en lo que su novio terminaba de vestirse. Observó por la ventana antes de abrir y sonrió amable ajustando sus lentes, aclaró su garganta.
Tres personas, dos hombres y una mujer, claramente una familia y el que se veía más joven seguro el hijo.
—Buen día.
—¿Cómo está, señorita?— reconoció a uno de los hombres que la había ayudado con su equipaje el día anterior y se inclinó un poco, él observó a su esposa— ¿Ves, cariño? Te dije que el joven Jungkook tenía una pareja.
—Lamentamos mucho venir sin más— le da un pequeño golpe a su hijo y este le extiende una cesta, Minseo la toma con esfuerzo pues no es buena cargando elementos tan pesados— queríamos agradecerle a Jungkook por su ayuda y de paso darle la bienvenida a su pareja— asintió— es poco, pero es con cariño.
Eso no era poco.
—Oh, m-muchas gracias— relamió sus labios, llamando a Jungkook con un grito de ayuda o caería al piso con todo y cesta— es un b-bello detalle.
Volvió a llamarlo y ahora sí, llegó corriendo ya vestido. Con una sola mano sostuvo la bendita canasta y así Minseo pudo respirar.
—Eh, hola, Soobin— el chico inclinó la cabeza— ¿Qué tal te fue con ese trabajo?
Resultó ser que Jungkook ayudó a Soobin con su trabajo final, el chico estudia artes plásticas y estaba pasándola muy mal, habría perdido de no ser porque Jungkook lo ayudó con lo que parecía era un escultura en arcilla.
Su novio no dejaba de sorprenderla. Los invitaron a pasar, Minseo les ofreció de beber en lo que hablaban con Jungkook sobre el mural que mencionó en la mañana y otras cosas más referentes al estudio de Soobin.
Ella no dejó de verlo todo el rato, sintiéndose orgullosa de que fuese un ser humano que disfrutase de ayudar. Se notaba que las personas le tomaban mucho cariño aunque él afirmase que no era bueno socializando.
Se prometió que trabajaría duro para que se mantuviese tan feliz como en ese momento el resto de su vida.
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