
•25
No daba crédito a lo que sus ojos veían, mientras Minseo procesaba la imagen, Jungkook parecía estar esperando por una reacción, fuese buena o mala, pero cualquiera, incluso aceptaría un golpe.
—Jungkook, por Dios...
—Estás enojada, lo sé.
—¡¿Enojada?!— toma aire, sí, lo está—Enojada porque la última vez que nos vimos tuvimos sexo y una semana después enviaste a tu tío a terminar conmigo y hacerme sentir tan mal que por poco me hundo en la miseria y tú...— cierra los ojos, a punto de llorar— estás fuera, Dios mío.
Imposible.
—Lo sé. Soy una mierda y lo lamento, deberías mandarme al carajo porque no he soportado no tenerte y por eso estoy aquí a pesar de que estaba decidido a dejarte en paz, no pude— Minseo solo puede detallarlo, asegurarse de que está bien, que no está lastimado y lo más importante; que no está delirando— dije que estaba bien con solo saber que seguías viva y bien y que no importaba si conocías a alguien más porque lo mereces pero— observa su rostro, lo ve cerrar los ojos y pinchar el interior de su mejilla con la lengua— ¿Quién demonios es ese tipo con el que te reías tanto hace unos minutos?
Las lágrimas casi se regresaron todo el camino desde sus mejillas hasta sus ojos otra vez.
—¿Es en serio?— acaricia su propio rostro, frustrada— Tú estás poniendo a prueba mi paciencia, Jungkook, deberías estar dándome explicaciones en este instante.
—¿Por qué no estás respondiendo?
—¡JUNGKOOK!
Él observa al techo un momento.
—Quería ver tu graduación.
—¡¿Y cómo es posible que estés aquí?!— él rasca su cabeza— Lo demás es irrelevante, necesito entender cómo es posible que estás visitandome tú a mí y no al revés— tu tío me dijo que te trasladaron.
Niega, tira su cabello hacia atrás, cabello que vuelve a estar muy largo.
—Es lo que dijeron a todos allí— dice— escapé.
Aunque es lo más lógico, Minseo se muestra muy sorprendida.
—¿Estás libre hace cuatro meses?
—Si.
—Y no pensaste en venir conmigo— dice, dolida— al menos con tu madre, qué más da.
—No podía aparecer como si nada, iba a ser peligroso para las dos, cuando alguien de los altos mandos se entere de que no estoy encerrado, mamá será la primera que van a buscar, luego irán por ti. Este soy yo siendo egoísta otra vez solo porque no puedo controlarme y mantenerme apartado de ti, lo que me hace un imbécil.
—Estás prófugo.
—Lo estoy.
Jungkook la mira, ella está observando a todas partes y permanece callada, pensando. Él también se pregunta qué hará con todo lo que acaba de contarle.
Toma su muñeca y la aprieta.
—Tengo que sacarte de aquí.
Entonces él se derrite por dentro.
—Minseo...
—Cúbrete, vuelve a usar la gorra, todo— da algunos toques a la puerta, escucha el seguro ceder— dile a Choi que te lleve a mi casa, usen mi auto— en la toga, busca su cartera, de allí saca las llaves tanto del auto como de su hogar, se las entrega— espérame allí, iré a despedirme del resto, me han visto mal y no quiero preocupar a Jihyo.
—No tienes que preocuparte por mí, está bien, yo solo me iré.
—Estás demasiado expuesto aquí y no vas a desaparecer de nuevo— lo señala— si vuelves a irte, no te lo voy a perdonar y no esperaré por ti de nuevo, nunca más.
Salió sin darle espacio a decir otra palabra, Choi también la miró con cautela, solo le pidió lo mismo; llevar a Jungkook a su casa, él asintió aunque no muy conforme con estar recibiendo órdenes suyas.
Minseo sabía que tardaría un rato largo despidiéndose de sus amigas e intentando desprender a Jihyo y su sobreprotección, por eso, en el camino de regreso intentó controlar su respiración, sus expresiones y de más que delataran su nerviosismo. Solo diría que se encontraba muy agotada.
Escapé.
Sunghoon le había ayudado a escapar y luego les mintió sobre su paradero, todo porque Jungkook así lo pidió, no podía creer que lo había secundado en algo como eso, si Jian lo veía se moriría de angustia y miedo. Se apoyó en la pared, todavía en shock, sintió su teléfono vibrar y cuando revisó, era un mensaje de la misma Jian.
Sunghoon me ha llamado y he tenido que salir de urgencia, lamento tener que irme así, te invitaré una cena en cuanto solucione este problema que no sé cuál sea. Felicidades, mi niña.
Tomó un taxi para llegar a su casa, buscó la llave de repuesto guardada en el marco de la puerta apenas colgó la llamada con Jihyo asegurándole que iría directo a dormir para pasar el malestar, pasaron dos horas hasta que la dejaron irse a su casa y cuando entra, siente pánico, miedo de no encontrar a Jungkook allí como le ha pedido.
Miedo de estar soñando.
Se quita los zapatos y la toga, su casa no es enorme, así que debería encontrarlo rápido pero no parece ser el caso. Hasta que va a su habitación, abre la puerta de golpe y él está allí de pie junto al tocador, estaba observando que todavía poseía los tulipanes que le hizo.
Los dos sabían que el corazón del otro latía desbocado y el alivio que Minseo sintió porque no se volvió a ir e hizo lo que le pidió, fue enorme e indescriptible. Mordió su labio, no quería llorar otra vez.
—Eres un tonto.
Jungkook asintió.
—Ya lo sé— se acerca, sabe los estragos que está causando en ella y se siente culpable— insúltame todo lo que quieras, pero hazlo después.
Parpadea aturdida, su mano va a la de Jungkook que sostiene su rostro.
—¿Después de qué?
Relame sus labios.
—Después de volver a marcarte como mía.
Toma su boca y casi parece que su intención es devorarla, Minseo se siente abrumada de la manera más deliciosa, recordando su sabor, vuelve a reconocer su aroma y de nuevo, pierde la cordura como la primera vez que estuvieron juntos, se le olvida su molestia, porque lo extrañó y porque en ese momento también lo desea y ese deseo puede más que el resentimiento. Enreda sus brazos alrededor de su cuello y salta para que la atrapé y de esa manera también rodea su cintura con las piernas, Jungkook deja de besar sus labios para besar su cuello y mordisquear la piel blanca y sensible dejando marcas pequeñas, el vestido se recoge hasta tener la falda enrollada a la altura de sus caderas cuando siente su espalda tocar la superficia acolchada de la cama, Jungkook parece ansioso pues va más rápido, no le quita el vestido, solo baja su ropa interior hasta sacársela y abrirle las piernas.
Tampoco parece querer desvestirse completamente y de nuevo, solo se baja el pantalón con bóxer incluido, Minseo se apoya en sus codos y pierde el aliento solo mirando a la erección que está a nada de hacerla gritar y delirar pidiendo más y más.
Porque hacerla rogar está entre los talentos de Jungkook.
Él se masturba un poco y esa imagen basta para excitarse mucho más al punto de ser plenamente consciente de sus fluidos escaparse sin más. Jungkook gruñe viéndola abrirse más de piernas para él, dándole todo lo que tiene.
—Entra ya.
Se posicionó, cerniéndose sobre ella y ambos rostros cerca, la respiración de Jungkook chocando contra su boca para sentirlo deslizarse dentro suyo con una amabilidad que la sorprendió luego de lo que parecía un deseo desesperado.
Quería sentirlo todo, entero y palpitando en su interior, volvió a enredar sus piernas en la cintura de Jungkook y aplicó fuerza para atraerlo más cerca, terminando con casi él acostado encima suyo, le provocó un grito satisfecho al sentirlo completo adentro, él también jadeó con fuerza antes de comenzar el vaivén errático e impaciente, atacando sin piedad a su centro.
—Ah, mi vida...— el cuerpo de Minseo se removía en la cama debido a la fuerza de las embestidas— nadie se sentirá así de bien— a Minseo se le escapa una queja aguda, sus manos, una se sostiene de su hombro y la restante arruga la tela del cubrecama— carajo, que buena estás.
Volvió a inclinarse, la punta de su lengua tocó los labios de Minseo pidiendo entrada que le fue concedida y tornándose más intenso, no le permitió respirar hasta que ambos alcanzaron la cúspide del placer y sus cuerpos no podían dejar de temblar sin aliento para moverse.
Jungkook besó una de sus mejillas y escondió el rostro en la curvatura entre el cuello y hombro de Minseo. Ella tomaba bocanadas de aire, tragó y su mano derecha fue a acariciar el cabello de Jungkook, suspirando.
—¿Cuando será el día que nos vamos a desvestir completamente antes de hacerlo?
Escuchó un resoplido que escondía una risa.
—Hoy, en un momento.
Sonrió.
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