—Sabes que puedes tocarme, somos una pareja— acarició esa sonrisa— debes estar consciente de que las parejas sienten deseo entre ellas y que no soy de porcelana, tampoco voy a enojarme si te sobrepasas un poco más.

La sonrisa de Jungkook solo se hizo más grande, una de sus cejas se arqueó tanto, que volvió a provocar timidez en ella.

—¿Me estás pidiendo que te folle?

—N-No he dicho eso.

—Lo hiciste, con otras palabras más suaves.

Se levanta, comienza a caminar de un lado al otro mientras escucha los nervios de Minseo hablar por ella.

—No es así, solo te digo que puedes dejar de ser tan precavido cuando se trata de mí.

—¿Soy precavido?— enciende lo que él conoce como una luz de escritorio y maniobra con ella apuntando a Minseo— Tal vez lo sea, en ocasiones, pero es porque no tengo idea de lo que pasa por tu mente y tampoco he pensado en preguntarte.

Minseo toma asiento, Jungkook mueve algo de la camilla y esta deja de estar tan alta.

—¿Por qué no?

Inclina la cabeza de lado a lado.

—Creo que no he querido incomodarte, bromeo con el tema, pero no sé si creas que es demasiado pronto para llegar a este punto en el que llego a preguntarte directamente si quieres tener sexo conmigo luego de una sesión de besos bastante intensa— asiente por algo que logró, Minseo no tiene muy claro el qué, pero gracias a la luz tiene un vistazo de su torso desnudo y fuerte— y que tal vez me digas que no te gustaría hacerlo en una cárcel, lo que es comprensible.

Sale de las cortinas que los cubren de la única cámara que puede vigilarlos, tardando menos de un minuto en regresar, Minseo coloca sus rodillas contra su pecho, intentando comprender qué hace, deja una sábana a un lado y la extra que permanece en sus manos, la extiende.

—¿Qué estás haciendo? Y no tiene sentido lo que dices, puedes hablar conmigo sobre sexo.

—Baja un momento— lo hace, el suelo está frío y la sensación le recorre el cuerpo entero a pesar de llevar calcetines— y entiendo, pero no pensé en preguntarte sobre eso, sinceramente, sería raro salir con ese tipo de preguntas de la nada, pensé en que si algún día lo hacíamos, podría resolver mis dudas sobre la marcha.

Termina de extender la sábana sobre la camilla, ahora parece una cama para una sola persona, no es exactamente amplia, pero se ve cómoda.

Cuando la levantó de la cintura, sintió sus manos frías y se retorció por eso.

—¿Qué hiciste?

—Me lavé las manos— vuelve a sentarle en la camilla— entonces... aquí no hay condones, por increíble que parezca, te lo puedo asegurar porque paso gran parte de mis días en este lugar— enrojeció, mientras ella parloteaba, Jungkook preparó el lugar para ambos— no te quedes callada ahora, hoyuelitos.

El apodo cariñoso, sonrió, llevó ambas manos al dobladillo del suéter comenzando a quitarlo, no sabía cuál era el estado de su cabello en ese momento, tal vez desastroso, pero a él poco le importaba eso cuando tenía el privilegio de tener frente a él un cuerpo maravilloso el cuál adorar.

El sostén no combinaba con la braga, ella no tenía idea de que eso pasaría, pero supuso que también era un detalle de poca importancia, le miró, parecía esperar autorización para hacer de las suyas, llevó la mano al borde del pantalón de Jungkook y le atrajo halando de este, le vio pasar saliva.

—No importa— asegura— si a tí no te molesta, a mí tampoco.

—Bien— su cuerpo se emociona— será una despedida perfecta.

Aquello lo dijo tan bajo, que Minseo no lo escuchó.

Se lanza a sus labios, su cuerpo es tan grande que puede cubrir el de ella fácilmente, Minseo abre la boca y jadea sintiendo la lengua de Jungkook enredarse con la suya, mientras sus manos se aferran a su cuello, él usa las suyas para abrirle las piernas y acomodarse entre ellas, solo le suelta para desabrochar el pantalón y bajarlo lo suficiente para tocar la erección por encima de la delgada tela, logra tomarlo y aprieta suavemente.

Él gime contra su boca antes de deshacerse del pantalón, se frota un poco contra el centro húmedo de Minseo y descubre que eso le gusta, también se da cuenta de que ambos han estado emocionandose solo con besos al punto de parecer que ella está lista y expectante a él. Minseo se impulsa en la camilla, invitándolo a subir con ella y no tarda en obedecer, casi parece que gatea seducido por un par de ojos atrevidos y ansiosos.

Jungkook no tiene prisa, solo desea conocer cada punto importante de Minseo y así decidir cómo llevarla a la locura.

—Ven— le pide.

—Todavía puedo detenerme, ya sabes.

—Jungkook— le regaña con el tono que usa.

—Solo por si acaso en algún momento ya no quieres...

—No te estoy pidiendo que pares, estoy pidiéndote que me folles como quieras hacerlo y dejes de tocarme como si me fuese a romper.

Hoy estaba conociendo muchas facetas inesperadas en Minseo.

—No puedo creer que has dicho follar.

Vuelve a abrirle las piernas, un poco más agresivo esta vez, Minseo parpadea preguntándose si su cuerpo no es demasiado pequeño para él que es, al menos desde su perspectiva, enorme. Replanteándose sus decisiones.

Jungkook tira de la braga y con ella en sus manos, está satisfecho, la tira junto a su pantalón para no perderla y murmura maldiciones viendo su centro liso y brillante por los fluidos, humedece sus labios, han pasado años desde que saboreó un orgasmo y siente como poco a poco se pierde en su deseo, en su hambre. Comienza a bajar.

Minseo quien pensaba que simplemente iría al punto, parece confundida porque nunca le han hecho tal cosa.

—Jungkook— respira profundo.

—¿Mm?

Esa respuesta golpea contra su clítoris hinchado, casi brinca en su lugar, él abraza sus piernas y presiona la cara interna de sus muslos para mantenerla en esa posición mientras termina. Ella quisiera apreciarlo mejor, pero tira la cabeza hacia atrás con la primera lamida y parece el inicio de su fin, su pecho sube y baja cuando la respiración se torna demasiado pesada, Jungkook debe emplear más fuerza para que Minseo no pueda cerrar las piernas, no puede evitar que arquee la espalda o gima menos fuerte, pero debe continuar porque necesita que ella esté más húmeda.

Comienza a impacientarse cuando no puede mantenerla tan quieta como desea, jadea al detenerse, limpia las comisuras de sus labios antes de jalar las piernas de Minseo y girar su cuerpo, da una palmada en su trasero y ella lo interpreta al instante de la manera correcta, deja su pecho contra la camilla, se pone en sus rodillas y las separa tanto como el espacio le permite, todavía jadeante y en espera, sabe que Jungkook debe estar sufriendo por culpa de su dolorosa erección, pero no puede pedirle que se apure ya que él parece decidido a volverla un desastre de fluidos y gritos antes de satisfacerse él mismo. Sintió un dedo deslizarse dentro y soltó un grito ahogado, deseaba moverse.

—No me has dejado comerte bien.

Otra palmada junto a un segundo dedo que empezaron a penetrarla impaciente, solo escuchaba el sonido húmedo y obsceno, pero Jungkook disfrutaba de la escena de Minseo en cuatro permitiendo que sus fluidos se deslicen por sus largas piernas mientras se pregunta si embestirla en esa posición sería lo mejor. Vuelve a detenerse justo cuando siente que ya acabará y la escucha lloriquear frustrada por la tortura que está aplicando.

Logra apoyarse de nuevo en ambas manos, lo observa por encima del hombro y se molesta más cuando lo ve sonriendo, totalmente ajena a que eso es lo que busca, hacerla enojar para ver qué hará.

Ambos ahora están sobre sus rodillas, Minseo se deshace de la última prenda que trae encima y libera sus senos, creando otra distracción para Jungkook, ella solo vuelve a besarlo lo suficiente para embelesarlo y que su poca fuerza logre sentarlo, le toma desprevenido cuando trepa sobre su regazo, siente una punzada de dolor mínima en su pierna la cuál ignora, jadea complacido con los senos de Minseo casi en su rostro y se digna a mirarla, tiene los ojos entrecerrados cuando ella misma toma su miembro, le saca del boxer y frota la punta contra su entrada lista para recibirlo.

—Estás jugando conmigo— pronuncia.

—Quizá— de igual manera, él ya se encuentra a su merced— toma el control, es lo que quieres. Después de todo, nunca obedeces a lo que te pido y estoy seguro de que en el sexo no es diferente— toma sus caderas, presiona para que empiece a bajar— vamos, voy a dejar que me montes esta vez.

—¿Solo esta vez?

Lentamente, iba sentándose, Jungkook estaba llenandola deliciosamente.

—Voy a joderte tan bien la próxima, no vas a poder pronunciar otro nombre que no sea el mío— Minseo gimió, terminando de sentarse, Jungkook blanqueó los ojos viendo al techo— oh, carajo.

Jadeó contra su boca.

—Está tan duro...

—Como una maldita piedra— Minseo sonriendo sobrellevada por la excitación era el cuadro perverso más bello jamás apreciado— salta, bonita, y grita todo lo que se te antoje.

Así lo hizo, se levantó, sacando casi toda la extensión antes de caer con fuerza y golpease duro en su interior, empezó lento hasta que pudo adaptarse a un ritmo más rápido e intenso con la ayuda de Jungkook quien la guiaba con sus manos en las caderas, llevó su boca hasta tomar uno de los pezones y chupó con fuerza consiguiendo que Minseo enterrase las uñas en su espalda y aumentara el deseo del momento.

Pensó que ya estaría agotada, pero cuando intentó encargarse, no lo dejó, siguió moviendo sus caderas encima, así que buscó un soporto y se acopló al ritmo de su mujer, ambos moviéndose en sincronía y viéndose a los ojos, Jungkook consiguió correrse primero, Minseo lo siguió solo segundos después. Jungkook acarició las piernas temblorosas de Minseo mientras él terminaba de correrse con tanta fuerza, que se sintió drenado.

Suspiró sobre sus labios.

—Caliente...

Jungkook recuperó aire y soltó una risilla, asintiendo.

—Vas a matarme— respondió, Minseo descansó la cabeza en su pecho, ambos estaban bañados en sudor— no te duermas, hoyuelitos, estamos en un extremo de la camilla, un mal movimiento y-

La estructura no resistió y cayeron al suelo, Minseo parpadeó, Jungkook le abrazó antes de caer, así que estaba segura encima suyo. La espalda de él, no tanto.

—¿Estás bien?

—Maldición— ella comenzó a reír, Jungkook suspiró girando la cabeza para verla— imagínate morir follando, no suena divertido.

Se carcajeó con más fuerza.