•15
Dos semanas.
Aunque todavía le parecía extraño denominar a Jungkook como su novio, lo hacía y le causaba cierta alegría. Minseo pensó que no volvería a tener una pareja en su vida y ahora que tenía una, era algo emocionante, no mentiría, lo único que no le gustaba tanto era el hecho de no poder decirlo en voz alta, le encantaría contarle a Jihyo que tiene novio y que le gusta mucho este chico, sin embargo no podía hacerlo.
No, no le avergonzaba la situación de Jungkook, eso era lo de menos, él mismo fue quien le pidió que no le contase a nadie sobre ambos, el problema era que si hablaba de eso con Jihyo, no sabía cómo podría tomarse la noticia y lo más probable sería que le recordaría su falta de profesionalismo y lo incorrecto de toda la situación. Ella lo sabía, no quería pensar más en eso.
Cerró sus cuadernos, libros y guardó sus notas, había estudiado lo suficiente y ahora solo quedaba esperar a los exámenes. Confiaba en que estaría bien, revisó sus mensajes desde la laptop y sonrió contenta al leer a la madre de Jungkook contándole sobre su trabajo y lo bien que se sentía allí, incluso le envió una fotografía del pastel que había aprendido a preparar, prometiendole que le enseñaría a hacerlo cuando volvieran a verse, recordándole que ella iría a visitar a Minseo en un par de días.
Le reenvió la foto a Jungkook, sorpresivamente él apareció en línea segundos más tarde y envió una solicitud de videollamada, le pareció extraño que a esa hora del día pudiese mensajear. Aceptó y su rostro algo pálido apareció en pantalla, le sonrió, llevaba puesto el gorro que ella le había regalado.
—Mi hoyuelitos— de esa forma la saludaba.
—Hola— también le sonrió— ¿Y esto? No esperaba verte hasta la próxima semana.
—Mm, no me han dejado salir al patio con el resto, pero antes de que preguntes qué hice— arqueó una ceja— debes saber que la víctima he sido yo.
—¿Qué ocurrió?
—Uno de los nuevos me ha tomado con la guardia baja— relame sus labios— me apuñaló con un palillo en la pierna.
Minseo amplió la mirada, procesando lo que escuchó.
—¿Disculpa? ¿Pero por qué?
—Nadie sabe, está loquito, creo que tiene problemas en la cabeza— hace una seña con el dedo trazando círculos en su sien— y la ha tomado en mi contra, antes de apuñalarme, me cacheteó la cara, me enojé y lo mandé lejos de un solo puño, es pequeño, pero tiene fuerza. Estoy seguro de que no le he hecho nada, no lo conozco— se acomoda mejor — y su intento de asesinarme ha hecho que los guardias me envíen a enfermería, me quedaré aquí hasta que todo se calme y vuelva a caminar decentemente.
Asiente, eso no calma su preocupación, pero al menos le han apartado del hombre aquél.
—Por eso las paredes son blancas— suspira— ¿Te duele mucho?
—No, ya no, solo es molesto. Iba a hablarte pero pensé que estarías en la universidad.
Negó, enseñándole uno de sus cuadernos junto a ella.
—Hoy mis clases acabaron pronto y llegué directamente a casa a estudiar, terminé hace un momento y estaba leyendo los mensajes de tu mamá— le sonrió— por cierto, ella vendrá a verme en unos días, me enseñará a cocinar el pastel que te envié— lo ve tratar de no reírse— ¡Seré buena cocinando! Es uno de mis propósitos.
—Lo vas a lograr, ya no se te evapora el agua, eso es bueno.
—No me agradas a veces— se estiró por encima de la laptop para alcanzar algunas hojas— aquí tengo algunas recetas de platillos sencillos, aprenderé, lo prometo.
—Tienes que calmarte, ir a tu ritmo, no hay apuro, hoyuelitos.
Quiso decirle que quería aprender para poder cocinarle cosas deliciosas en el futuro, porque Minseo en sus pensamientos más privados, pensaba siempre en que el tiempo pasaría muy rápido, que Jungkook saldría y ellos seguirían juntos, entonces ella sería la mejor cocinera y esa sería su manera de demostrarle su amor.
Pero no quería que la rechazara o le dijese que no pensara tanto en un futuro con él, pues Jungkook se había enamorado primero de ella, pero Minseo estaba mucho más entregada a él, no sabía decir si era bueno o malo ser de esa manera, si soñar tanto sobre cosas tan recientes era exagerar o ir mil pasos más adelante, pero ella no podía evitar ser así.
No podía no querer con fuerza.
—¿Qué pasa?— notó la intensidad con la que estaba mirándola y rió—¿Me veo demasiado bonita incluso en pijama?
—Muy bonita— está de acuerdo— ¿Tienes frío acaso?
—Un poco— arruga la nariz—¿Por qué preguntas?
Jungkook sonríe.
—Eso parece. Quédate quieta, tomaré captura porque te ves bonita.
Tres días más tarde, Minseo tuvo que ir para verificar el estado de Jungkook porque aquél hombre había vuelto a herirlo y esta vez en el rostro, le cortó la mejilla y requirió puntos. Ella tomaba su cara y revisaba cada lunar luego de que el médico terminase de suturar.
—Tranquila— le dijo— el otro está peor.
Miró a Jungkook luego de esa declaración.
—Intenté no reaccionar con violencia, pero se pasó esta vez.
La pierna todavía le molestaba para caminar.
—Me parece que ese prisionero debería estar internado en una clínica psiquiátrica antes de ser remitido a una prisión.
El médico levantó ambas manos.
—Yo no decido eso, mi trabajo es atender golpes, usualmente es él quien hace mis días largos golpeando a todo el que se le cruza, hoy fue al revés— se levanta— los dejaré un momento, el guardia está afuera, no intenten nada gracioso.
Jungkook esperó a escuchar la puerta cerrarse para sonreír y bromear sobre que al menos había obtenido una visita de Minseo, cosa que a ella no le pareció divertido en absoluto.
—Lo siento, no volveré a hacer chistes con esto— prometió— pero no es algo para alterarse, son cosas que suceden aquí y a menudo. Oye, he estado tranquilo y sin buscar problemas como me lo pediste, pero si me atacan tengo que defenderme.
Suspira.
—Eso lo sé, no digo que esté molesta contigo por eso, solo me fastidia la situación— lo ayudó a levantar la pierna para acostarse, también peinó su cabello hacia atrás para que no estorbase en su mejilla, crecía demasiado rápido— no quise avisarle a tu mamá para no preocuparla— murmura.
—Pero te has preocupado tú. Mírate, pareces a punto de llorar.
Negó con la cabeza, su flequillo balanceándose, en realidad si estaba muy triste, pero no podía dejar que la situación la sobrepasase o de lo contrario Jungkook no volvería a contarle nada para evitarle malos ratos.
—No, solo quiero cuidar de ti.
—Está bien, cuídame este ratico que estaremos juntos— buscó rodear su cintura con un brazo para acercarla— estoy muy bien, te lo prometo.
A veces olvidaba que Jungkook vivía en un ambiente lleno de peligro al cuál él estaba más que acostumbrado, ella no, tampoco creía poder acostumbrarse pronto, de hecho, no iba a asimilarlo nunca.
No quiso hablar mucho más, se inclinó para darle algunos besos mientras mantenía una de sus manos apoyada en su pecho, sintiendo los latidos del corazón de Jungkook recordarle que seguía ahí presente para ella y que mantuviese su humor de siempre, le hacía sentir un poco mejor.
—Tal vez podremos compartir otro momento cuando venga a asistir a los estudiantes de la universidad en el evento que harán aquí— el que llevaba un tiempo en planeación y siempre lo pasaban a otra fecha— tendremos que fingir que no nos conocemos, pero...
—Voy a verte que es lo que importa— suspiró pesadamente— pero si me causa... no intentemos nada ese día ¿Si? Habrá otro momento para vernos, pero no en frente de todos.
Entendía un poco el porqué le pedía aquello, prefirió no cuestionarlo.
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