🌸⠀⠸⠀𝘀𝗲𝘃𝗲𝗻𝘁𝗲𝗲𝗻⠀᛫⠀✧゚
El dolor en sus dedos producto de varios pinchazos con alfileres le molestaban, Jaemin estuvo toda la mañana uniendo telas viendo si los pedazos quedaban bien y si había un solo milímetro que no lo convencía, volvía a hacerlo ganándose algunos pinchazos de por medio.
Decidió dejarlo como estaba y colocarse unas banditas en sus cuatro dedos doloridos; al final esta pieza es una prueba.
—Se ve bien —halaga Donghyuck entrando en el ahora departamento/estudio dónde el rubio vive con su novio.
Jaemin se asustó al verlo entrar, ni siquiera había notado la puerta siendo abierta— Dios, que susto —el peliazul sonrió divertido, entregándole una malteada rosa al más bajo—. La manga está muy baja.
—Yo la veo bien.
—Está un milímetro abajo que la otra —Donghyuck lo vio confundido y un poco sorprendido por esa observación increíblemente detallada que nadie notaría —, me causa conflicto.
—Sí, al brazo ese milímetro le hará caerse —Jaemin rodó los ojos al tono sarcástico de su amigo, ambos tomaron asiento en el sofá— ¿Sucede algo? La última vez que te vi no eras un obsesivo compulsivo.
Era obvio inclusive para él que el problema no era su tarea— Sabes que llevo una semana viviendo con Jeno hyung.
—Sí y agradezco que usen protección.
Jaemin tomó uno de los cojines y se lo tiró a su amigo, quien se reía de la indignación de su rostro— ¡No iba a hablar de eso! —exclamó apenado— la cosa es que yo me mudé con él para ayudarlo, pero siento que es su lugar hago que se esfuerce más.
Donghyuck asintió comprendiendo el tema— No me sorprendería —confiesa—, a Jeno le encanta cuidarte y mimarte.
—En cualquier momento aceptaría eso, me gusta eso de él, pero no en el momento donde el más se esfuerza, hablando específicamente de los cuidados —el rubio se acuesta de lado en el asiento del sofá— Siempre que viene ya ha ordenado comida, revisa todo el lugar si hace falta algo, siempre quiere ayudar con tareas que me ya he hecho y limpia la mayoría del lugar antes de irse, cuando yo sigo dormido.
—Vaya que es un caso —acostándose sobre su amigo, Donghyuck acaricia el cabello del rubio quien tiene una mueca frustrada— ¿ya le has dicho de ello?
—"No tengo problema de hacerlo, cariño" —responde imitando el tono de voz de su novio—, no se como hacerle saber que no necesito tantos cuidados, él los necesita ahora.
Ambos volvieron a sentarse y tomaron un sorbo de sus respectivas bebidas— Creo que ya sé cómo —susurra Donghyuck, ganándose toda la atención de Jaemin—, creo que Jeno ha visto casi solo tu parte mimada y por ello lo sigue haciendo tanto.
—¡Eso no es cierto!
—¿Quién fue quien rentó un estudio para su casi novio por un año? —el pelirosa lo mira de forma acusatoria mientras Jaemin abre su boca sin saber qué decir.
—¿Eso que tiene que ver con ser mimado?
—Que obtienes todo lo que quieres si algo como eso es de tan fácil acceso —explicó Donghyuck—, no es que sea malo, solo que de seguro no quiere que te esfuerces más de lo usual y por ello actúa así.
Jaemin puso mente en lo dicho por,su amigo, tal vez tenía razón, desde que conoció a Jeno, éste le ayudó con cosas pequeñas y algunas grandes, mientras que él fue con algo que se puede conseguir únicamente con dinero, no le quita mérito pero era diferentes escenarios— Creo que ya se por dónde empezar.
[💗]
La mayoría de personas en el lugar comenzaron a salir del lugar puesto que ya es hora de almuerzo, muy probablemente volverían a retomar su visita después de llenar sus estómagos.
Jeno se dirigió a la sala tres de esculturas encontradola con solo unas tres personas que ya comenzaban a salir del lugar, se despidió de ellos cortésmente y les indico la dirección de la cafetería del lugar; así de grande es la galería de su hermano.
Suspiró cansado yendo hacía la sala dos a repetir lo hecho, había ido a primeras horas a la universidad, después se dirigió a la galería y en la tarde le tocaba volver a la universidad para revisar algunas cosas, por suerte su trabajo ahí sí contaría como práctica por lo que de ello se está liberando.
—Jeno —el pelinegro volteó, encontrándose con su hermano— ¿no deberías estar comiendo?
El menor rodó los ojos— Lo haré, solo estoy viendo las salas, me faltan la dos y uno.
—Yo me encargo de la dos, revisa rápido la uno y ve a comer — Eric lo miró serio, siempre había sido un hermano mayor muy atento y preocupado.
—Sí papá.
El mayor se dirigió a la sala dos, cuando Jeno se acercó a la sala uno dio un rápido vistazo al pasillo, regresó su vista hasta este al creer reconocer una figura que se acercaba. No tardó en reconocer a su novio quién se acercaba a paso rápido— ¡Hyung! —le llamó, comenzando a correr hacía él.
—Cariño ¿qué haces aquí? —preguntó una vez que el rubio estuvo frente a él— ¿sucedió algo?
Jaemin sonrió y negó con la cabeza— ¿Ya has comido? —esta vez fue turno de Jeno para negar— Te traje comida, este platillo no lo había hecho antes por lo que perdón si no quedó bien.
Por primera vez, el pelinegro reparó en el bento que el menor traía en su mano, este le extendió el contenedor— ¿En serio preparaste y lo trajiste?
Su novio asintió— ¿Es tan difícil de creer? —preguntó fingiendo indignación— Si hyung no la quiere, me la puedo llevar yo y compartirla con Donghyuck.
Jeno extendió su mano junto al bento cuando el rubio intentó tomarlo— ¡Hey! Nunca dije que no, la comería, es mía —ambos comenzaron a "pelear" por la comida, cuando en verdad no podían mantener las sonrisas a raya—. Mi novio me la preparó a mí, no es de Donghyuck.
—¡Pero yo la preparé! —Jaemin se pone de puntillas intentando alcanzar el recipiente sin éxito, mucho menos cuando la otra mano del pelinegro rodea su cintura y lo sostiene— ¿por qué eres más alto?
La falsa discusión continúa hasta que Jeno le roba un par de besos y Jaemin se olvida del porque estaban jugando— Gracias por traer comida, pequeño.
Esta vez fue turno del rubio para robarle un beso al mayor— No hay que agradecer, también ya estoy planeando la cena así que no vayas a ordenar nada.
Las palabras de Jeno no salieron de su boca cuando notó a su hermano mayor acercándose— Tú debes ser Jaemin.
Rápidamente Jaemin miró al mayor y lo saludó con una reverencia— Sí, soy yo, un gusto conocerlo al fin.
—Digo lo mismo, Jeno me habla de ti casi cada día —ríe el mayor cuando el pelinegro le da un golpe en el pecho.
—Debería hacerlo todos los días, no casi todos —bromea el rubio—, solo venía a dejarle el almuerzo a hyung ya dejaré que coma, fue un placer conocerlo y espero que pronto nos pueda visitar.
Unas cuantas palabras de despedida más y el menor salió feliz del lugar, mientras que los hermanos se dirigieron a la cafetería para poder comer al fin. Eric no pudo evitar sentirse feliz viendo al menor comer alegremente su comida; sin dudas el menor lo ayudaba a recargarse.
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