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|𝟓𝟎| ➟ 𝐏𝐨𝐫 𝐅𝐚𝐯𝐨𝐫, 𝐂𝐚́𝐬𝐚𝐭𝐞 𝐂𝐨𝐧𝐦𝐢𝐠𝐨。

— Minju, por favor, cásate conmigo

Los ojos de Minju se abrieron casi el doble de lo normal. Se llevó las manos a la boca y comenzó a llorar de una manera descontrolada, su llanto llegó a ser tan fuerte que Chaewon estaba asustada, el pánico comenzaba apoderarse de su razón y tenía miedo de lo que estaba a punto de pasar. Temía que algo malo pasara, siempre había algo que terminaba jodiendo todo lo que ellas habían construido y esta podría ser la ocasión que lo arruinara todo.

¿Había sido demasiado pronto? Se preguntaba la mayor sin saber realmente lo que debía hacer.

Con miedo de ser rechazada, se acercó a Minju y con las manos temblándole, las acercó a su rostro y comenzó a limpiarle las lágrimas que no dejaban de fluir. Al sentir cómo Minju apoyaba su cuerpo en ella un alivio la inundó y por fin la dejó respirar.

Cuando vió que el limpiar sus lágrimas era inútil, la rodeó con sus manos sumergiéndola en un abrazo, dando pequeñas caricias a su espalda, mientras Minju lloraba sobre su hombro. Chaewon desconocía el motivo del llanto de la menor, ella había escuchado que algunas mujeres lloraban cuando se les pedía matrimonio pero jamás había visto o escuchado de algo como lo que estaba sucediendo ahora.

Luego de unos minutos el llanto de Minju se fue apaciguando hasta que desapareció completamente.

— Perdón... Es que yo.

— Tranquila, te entiendo, puedo esperar.

Chaewon le sonrió para que Minju entendiera la sinceridad de sus palabras y que ella esperaría para casarse hasta que ella estuviera lista.

— Te amo y esperaré a que estés lista — dijo la mayor y le besó la frente.

— Chae, no es eso.

El corazón de Chaewon comenzó a palpitar más rápido y una gota de sudor le recorrió la espalda causándole escalofríos y en su mente rogaba porque no volvieran a estar separadas, "ya no por favor".

— Yo quiero casarme contigo.

Chaewon no pudo evitar dejar salir todo ese aire retenido en sus pulmones, ni tampoco pudo contener toda esa felicidad que la embargaba. Tomó el rostro de Minju entre sus manos y la besó varias veces hasta que el beso se volvió profundo y las dejó sin respiración. Se apartaron y ambas compartieron esa conexión de ojos y una sonrisa profunda.

Chaewon tomó la mano izquierda de Minju y en el dedo anular le colocó el anillo que formalizaba su compromiso y que anunciaba la futura boda.

Minju tomó el otro anillo de la pequeña cajita que tenía Chaewon en su mano y repitió la acción colocando el anillo en el dedo de la mayor. Ambas finalizaron el ritual con otro beso.

— ¿Entonces, por qué llorabas?

— Es que... me es tan difícil creer que esto esté pasando. No puedo creer que después de todo tú y yo estemos aquí, que las cosas estén funcionando, que mi familia y tu familia lo hayan aceptado, que Niki esté encantado con la relación. Todo me hace enormemente feliz, no tengo palabras para describir lo que siento, ni para describir cuánto te amo Kim Chaewon — los ojos de Minju se volvieron acuosos— Estoy tan agradecida contigo y no sé si me alcanzará la vida para agradecerte y demostrarte todo lo que te quiero.

— Solo permanece a mi lado, déjame hacerte la persona más feliz y de esta manera yo también seré feliz, déjame crear una familia contigo, déjame demostrarte también lo mucho que te amo.

— Oh Chaewon, si pudiera comerte a besos ahora, lo haría.

— Entonces hazlo.

Chaewon se acercó sus labios hasta los de Minju, la besaba con lujuria y sobre todo con amor, con ese amor que solo ellas dos habían logrado consumar a pesar del tiempo y a pesar de las circunstancias, y eso, eso era algo precioso.

Chaewon puso sus manos en los senos cubiertos de Minju. Le acariciaba con pericia, el calor en sus cuerpos era cada vez mayor, sobre todo al sentir sus cuerpos tan cerca y en un contacto tan íntimo. Minju se apartó jadeando por el candente beso y por el palpitar entre sus piernas.

— No podemos hacerlo aquí.

— ¿Por qué no?

— No hay nada.

— Por lo que recuerdo, lo único necesario para hacer el amor es nuestros cuerpos.

— Lo sé, es solo que es algo extraño no tener donde apoyarte.

— Te puedes apoyar en mí, no me molestaría en lo absoluto — dijo Chaewon metiendo sus manos entre el cabello de Minju y acariciando sus finos mechones que se colaban entre sus dedos.

— ¿Por qué es tan difícil decirte que no? — preguntó Minju provocando el primer contacto de sus caderas.

— Es que soy irresistible.

— Y modesta.— añadió Minju con sarcasmo— Bueno, si vamos hacerlo será mejor entrar y no hacerlo en el balcón.

— Podemos hacerlo aquí.

— Chaewon, alguien podría vernos. Además aquí afuera me daría frío.

— Te aseguro que yo me encargaría de que eso no sucediera, pero está bien vayamos adentro.

Chaewon se aferró a la cintura de Minju y entraron a la casa.

El celular de Chaewon no dejaba de sonar dentro de la habitación de Minju, y en la cama se encontraban dos mujeres aferrándose la una de la otra, completamente desnudas y con solo una delgada manta cubriendo su desnudez.

Chaewon comenzó a moverse y despertarse por el constante sonido de su teléfono, y lo primero que hizo fue sonreír al ver a su pronto esposa aferrada a su cintura. No pudo continuar observando tan maravillosa vista debido a su teléfono, suponía que se trataba de alguna urgencia debido a la insistencia así que con todo el dolor de su corazón se puso de pie y buscó sus pantalones.

Cuando lo encontró, sacó su teléfono del bolsillo delantero y al ver el remitente casi arroja su teléfono.

— Hola, Yena.

— ¿Por qué diablos no contestabas?

— Estaba dormida.

— ¿A las dos de la tarde?... Bueno, creo que ya sé lo qué pasaba. No importa. Lo que importa es que necesito que enciendas tu televisor.

— ¿Ahora qué pasó?

— Míralo tú misma.

— Espera un momento.

Salió de la habitación y bajó las escaleras, no quería despertar a Minju con el sonido de su televisor así que prefirió bajar y encender el de la sala.

Al encenderlo se encontró con el canal de dibujos animados.

— ¿Qué canal? — le preguntó a Yena por teléfono.

— Cualquier noticiero está bien.

Sintonizó el canal 140 y un mal presentimiento la puso nerviosa.


Y tenía razones para estarlo, el control remoto cayó de sus manos al ver las imágenes en el televisor

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