|𝟒𝟗| ➟ 𝐄𝐱𝐩𝐥𝐢𝐜𝐚𝐫𝐥𝐞。
— ¡Minju! ¡Chaewon!
— No puede ser, es Tzuyu.
Chaewon sacó rápidamente sus dedos del interior de Minju causandole el gemir de dolor por el movimiento tan brusco, pero había poco tiempo para quejarse, tenían que actuar rápido, empezando por vestirse, pues ambas se encontraban semidesnudas y con marcas por todo el cuerpo.
Las dos volteaban para todos lados intentando encontrar una solución a su tan vergonzosa situación.
— Vamos, tenemos que vestirnos — dijo Minju empujando a Chaewon para llegar a las escaleras.
Ambas corrieron hasta la habitación de la menor y buscaron sus prendas, el vestirse se convirtió en la tarea más difícil y lo complicaba más el hecho de que Tzuyu tocara el timbre cada cinco segundos.
Con la blusa torcida y los pantalones sin abrochar, Minju bajó las escaleras y corrió hasta la puerta, abrochó su pantalón y abrió la puerta preparada para ser bombardeada de preguntas y burlas de su hermana mayor.
— Por fin abres, llevamos media hora allí afuera— dijo Tzuyu entrando a la casa de Minju de la mano de Niki
— No fue tanto tiempo, no exageres.
Minju se agachó y abrazó a su hijo.
— ¿Cómo la pasaste con la tía Tzuyu? ¿No te hizo sufrir?
— Me divertí mucho, subimos a muchos juegos, y me compró un coche de juguete pero lo olvidé en casa de mi tía.
— Bueno después iremos a recogerlo — dijo Minju consolando a su hijo.
— ¿Chaewon se ha ido? — preguntó Niki.
Inmediatamente Tzuyu se rió en secreto de su hermana, jamás la había visto tan sonrojada y ambas agradecen que YoHan aún sea un niño inocente, sino ya hubiera descubierto lo que pasó entre su madre y la mujer que se encontraba en la habitación de Minju.
— Cariño, ella está arriba.
— ¿Puedo ir a buscarla?
— ¡No! — Niki se sorprendió por la respuesta tan agresiva de su madre y Minju se dió cuenta de su error— Lo siento cariño, mejor iré yo por ella.
Minju entró a la habitación aún con su corazón latiendo muy rápidamente y la región entre sus piernas no dejaba de palpitar rogando por terminar lo que había iniciado en la cocina con Chaewon.
Encontró a la mayor sentada en el borde de su cama, su mirada expresaba preocupación, pero también estaba esa pequeña chispa traviesa que significaba que también estaba pensando en cosas idas.
Al cruzar sus miradas ambas sonrieron cómplices de su pequeña travesura. Chaewon se puso de pie y abrazó fuertemente a Minju enterrando su cara en el cuello y dejando pequeños besos en algunas de las marcas expuestas.
— Chae, tenemos que bajar.
— Lo sé, vamos.
Chaewon tomó su mano y ambas salieron de la habitación con las manos entrelazadas. Llegaron a la sala donde Tzuyu y Niki estaban viendo dibujos animados en la televisión. Tzuyu apartó su vista de los dibujos y observó cómo su hermana y Chaewon entraban tomadas de la mano lo que confirmaba sus sospechas.
— ¿Y qué tal chicas, la pasaron bien?
El sonrojo de ambas ante la pregunta de Tzuyu las puso en evidencia, ninguna de las dos podía negarlo, pero el que Michelle o el resto de su familia lo supiera era lo de menos. Lo que le preocupaba a Minju y Chaewon era la reacción de Niki, que aunque era un niño, era ya alguien consiente sobre las relaciones del mismo sexo, pero una cosa era ser consiente y otra muy distinta era que formara parte de tu vida.
— No es necesario que me contesten, ya está todo más que claro, me gustaría quedarme a charlar y muero por hacerlo, pero lamentablemente tengo unos asuntos pendientes...pero Minju tenemos mucho de qué hablar — dijo Tzuyu tomó su bolsa y salió casi corriendo de la casa.
Niki apartó la vista de la televisión y por fin se concentró en las dos mujeres que se encontraban delante de él. Ambas se sentaron junto a él y rogaron por tener el suficiente valor de decirle a Niki lo que ambas sentían una por la otra.
— ¡Chaewon! Qué bueno que te quedaste.
— Bueno pequeño, creo que me estarás viendo más seguido por aquí.
— ¡¿En serio?! ¡Eso sería genial!, ¿podemos ir a jugar ahora?
Antes de que Niki se pusiera de pie, Minju le tomó de la mano de una manera sutil.
— Antes de que vayan a jugar, Chae y yo tenemos algo que decirte.
— ¿Pasa algo mamá?
— Bueno, ¿recuerdas a tu amigo, Henry?
— Sí, es el niño que tiene dos papás. ¿Qué pasa con él?
— No sé si tú...no sé, tal vez has pensado...que quizá...
Minju estaba muy nerviosa, sus manos estaban temblando al igual que sus piernas, no sabía cómo explicarle esto a su hijo, además de que la opinión de Niki era algo muy importante para ella.
— ¿Tú conoces a los padres de tu amigo Henry?— preguntó Chaewon tomando las riendas de la conversación.
— Sí, los he visto algunas veces.
— ¿Qué opinas de ellos?
— Son muy divertidos... ¿Por qué me preguntas esto?
— ¿Te molestaría que tu familia fuera igual que la de Henry?
Minju que se había mantenido callada sentía que el corazón estaba a punto de salirse de su pecho, solo dos personas habían logrado esto en ella, la primera fue Chaewon y ahora su hijo.
— ¿Cómo podría tener dos papás?
— Yo me refería a tener... ¿dos mamás?
Niki al ver las manos de las dos mujeres frente a él logró darse una idea a lo que se refería Chaewon, sus ojos se abrieron casi el doble.
— ¡Sería genial!
Minju dejó salir todo el aire contenido en sus pulmones en forma de suspiro, pero aún era incapaz de hablar.
— Niki, tu mamá y yo...somos una pareja ahora, espero que no te moleste.
— ¿Vivirás aquí?
Chaewon y Minju compartieron una mirada, antes de que la mayor le contestara.
— No, aún no, pero en un futuro estoy segura que sí.
— Pero... tú y mi tía Sohee eran una pareja. ¿Qué pasó con ella?
— Ella y yo nos separamos.
— ¿Se van a casar como los papás de Henry?
— Espero que sí, en un poco más de tiempo.
— Oh ¿Entonces tú amas a mi mamá?
La pregunta las tomó por sorpresa a las dos, jamás imaginaron que Niki hiciera una pregunta tan profunda.
— Sí, la amo mucho.
— ¿Entonces por qué no se casan?
Les enterneció lo inocente y puro que eran sus pensamientos, a su edad todo parecía ser tan simple.
— Sabes Niki, esa es una muy buena pregunta, muero por casarme con tu mamá. Ese ha sido mi sueño desde que tenía dieciocho años o incluso antes, pero hay algo que también siempre desee con todas mis fuerzas, y fue el disfrutar de un noviazgo con ella, venir a su casa y charlar hasta quedarnos sin alientos, invitarla a salir, hacer esos pequeños y grandes detalles, y ¿sabes? creo que será mejor de lo que imaginé porque ahora no solo vendré a charlar ella, también vendré contigo.
— Los adultos son raros.
Este último comentario hizo reír mucho a Chaewon.
Los días siguieron su curso, y como Chaewon le había dicho a Niki, iba todos los días a la casa de él y Minju. Los visitaba, hablaban mientras cenaban o comían, veían películas, juagaban, ya fuera en casa o iban a un parque cercano. A veces Niki dormía con su tía Tzuyu, el aún no comprendía muy bien esa parte, se suponía que solo salían a cenar, no entendía por qué no podía regresar con ellas a casa, aunque la idea tampoco le desagradaba tanto ya que se divertía mucho con sus primos.
Era un viernes y Chaewon había invitado a salir a Minju, este día Niki había ido a dormir a casa de su abuelo, ambos tenían programado un maratón de películas Disney, por un instante Chaewon se había tentado a quedarse con ellos, pero lo que tenía que hacer era más importante, cada día, cada hora era importante para las dos; habían desperdiciado tantos años que ahora aprovechaban cada minuto al máximo, habían discusiones pero lo más que había durado molestas eran quince minutos y las reconciliaciones duraban horas.
— ¿A dónde vamos? — preguntó Minju impaciente en el asiento del copiloto.
Había pasado por la mayoría de los restaurantes que les gustaba frecuentar, no tenía ni las más mínima idea de a dónde la llevaba Chaewon.
— Es un secreto.
Entraron a una zona residencial y las cosas se pusieron aún más extrañas. Se estacionó frente a una casa bastante grande pero no caía en la exageración.
— Acabo de comprar esta casa hace algunos días y me ha costado mantenerla en secreto, me quiero mudar aquí en un mes. ¿Qué te parece?
— ¡Wow! Es muy bonita.
— Sí, el departamento que estaba rentando tiene vecinos desagradables, odio las fiestas universitarias.
— Eso pasa cuando te mudas al lado de una fraternidad.
— Aprendí mi error, el quejarme me hace sentir más vieja. Pero eso no importa, lo relevante aquí es que me libraré de ellos y quiero que me ayudes a decorar, ya sabes no soy muy buena en esa cosas.
— Me encantaría, pero después no te vayas a quejar.
— Por eso estaré supervisándote, no quiero que la casa termine completamente rosa o azul.
— No exageres, ya lo superé.
— No opinan lo mismo las paredes de tu habitación.
— Espero que no estés intentando iniciar una discusión.
— Está bien, lo siento. ¿Qué le parece bella mujer si mejor le muestro el interior de la casa? — dijo Chaewon sosteniendo entre sus dedos las llaves de la casa.
Ambas bajaron del coche y entraron a la que sería la nueva casa. Al ver el interior Minju casi se desmaya, era la casa perfecta, era hermosa a pesar de necesitar algo de pintura, lucía perfecta. Ella se dejó guiar por Chaewon, le mostró cada una de las habitaciones, los baños, la piscina, la cocina y terminaron el recorrido en el balcón.
— La vista es hermosa — dijo Minju dejándose tocar por la leve brisa que refrescaba su rostro— La casa es muy bonita. Eres muy afortunada, es muy difícil encontrar casas agradables hoy en día.
Chaewon se acercó y abrazó por detrás a Minju.
— Podría ser más perfecto.
— Por supuesto, con un poco de pintura y algunos toques aquí y allá terminará siendo la casa ideal.
— Yo no me refería a eso.
— ¿Entonces?
— Minju, por favor, cásate conmigo
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