|𝟒𝟔| ➟ 𝐄𝐬𝐭𝐨 𝐄𝐬 𝐑𝐞𝐚𝐥。
— He venido por tí — susurró Chaewon al oído de Minju.
La castaña podía sentir cómo sus mejillas se tornaban rojas, podía sentir todo ese calor acumulándose en sus mejillas. La edad jamás te exentará de este tipo de reacciones.
Minju y Chaewon terminaron su abrazo y la menor mantuvo su mirada fija en el piso tratando de ocultar su sonrojo.
— Chaewon, es una sorpresa tenerte por acá, tenemos tanto sin verte. Deberías de acompañarnos a comer, ¿verdad, Minju? — dijo Tzuyu.
— ¿Eh?
Minju estaba tan concentrada en sus propios pensamientos que olvidó prestar atención a los acontecimientos presentes.
— Ay, hermana ya te está afectado la edad.
— Oye, somos de la misma edad — dijo Chaewon rodeando mis hombros con su mano en señal de apoyo.
— Tzuyu, tú eres más vieja.
— Como sea... Te estába diciendo que sería genial que Chaewon nos acompañara a comer.
— Sí, sería genial — dijo Minju sin perder la mirada de Chaewon.
— ¿Te gustaría acompañarnos Chaewon? Claro, si no tienes planes.
— Me encantaría, y por mis planes no se preocupen, de hecho, vengo hablar con Minju.
— Wow, supongo que debe ser muy importante, digo, porque viajar desde Seúl hasta aquí para hablar con Minju, supongo que debe ser algo de gran importancia — dijo Tzuyu haciendo bastantes insinuaciones con su tono de voz.
— No tienes idea de cuánto — contestó sin el mínimo descaro.
Los cuatro ayudaron a llevar las maletas al coche de Minju, que se encontraba justo fuera del aeropuerto, y uno de los más entusiasmados con la comida que iban a compartir era Niki, que a pesar de ver poco a Chaewon, ambos se llevaban muy bien.
Llegaron al restaurante que Niki había elegido durante el camino, lamentablemente el lugar no contaba con valet parking por lo que Minju estaba tratando de encontrar un lugar entre los demás coches.
— Niki, ¿por qué no van tú y Chaewon y apartan una mesa mientras tu madre y yo conseguimos un lugar donde estacionar el auto? — dijo Tzuyu.
— Está bien.
Niki no lo pensó dos veces y bajó del coche, casi al instante Chaewon también lo hizo para no perder de vista al niño.
Tzuyu esperó unos segundos para que los dos se alejaran e inmediatamente inició un interrogatorio contra su hermana.
— ¡No lo puedo creer! Ella viene por ti, viene dispuesta a conquistarte. ¿Qué vas a hacer? Por favor dime, ni se te ocurra rechazarle porque te mato — dijo Tzuyu de una manera apresurada.
Aunque Tzuyu solo sabía pequeñas partes de la historia de Minju y Chaewon, tenía la suficiente información como para saber cuán enamorada estaba su hermana de Chaewon, conocía muy bien a las dos como para saber que el sentimiento era mutuo.
— No lo sé Chewy, es tan complicado — dijo Minju estacionando su auto.
— Minguri no seas tonta, abre los ojos. — Minju apagó el auto y concentró su mirada en su hermana— Ya nada es complicado, ambas están solteras y se aman. La verdad yo no veo el problema.
— Tengo miedo — susurró Minju bajando la mirada.
— ¿Por qué tienes miedo? O ¿De qué tienes miedo?
— El estar con Chae de pronto se volvió solo un sueño, un sueño imposible de cumplir. Era tanto mi dolor que por años intenté olvidarlo o por lo menos reprimirlo. No quiero ilusionarme, fueron tantas veces las que estuvimos tan cerca y simplemente no sucedió.
— ¿Por qué no intentar cumplir un sueño que ya estaba olvidado? Sabes Minju, lo más fascinante de la vida es que las cosas jamás suceden igual dos veces. Siempre por muy parecidas que sean las situaciones, los resultados pueden ser tan distintos; es el momento de que las dos se den esa oportunidad y esta vez hacer las cosas bien.
Minju veía los ojos suplicantes de su hermana y sabía que sin importar lo que le estaba diciendo su hermana, ahora ella terminaría dándole una oportunidad a Chaewon porque tenía la esperanza y sobre todo porque la amaba.
— Prométeme que lo vas a intentar y vas a dejar que ella lo también lo intente.
— Te lo prometo.
— Eso espero... ahora entremos al restaurante antes de que esos dos coman sin nosotras.
Minju y Tzuyu tardaron muy poco en identificar a Niki y Chaewon, cuando se acercaron notaron como los dos jugaban piedra, papel o tijera.
— Sí, gane — gritó Niki cuando ganó la última partida.
— Está bien, la papa es tuya — dijo Chaewon entregándole la papa frita del plato.
Minju y Tzuyu se sentaron junto a ellos, sin incomodar la victoria de Niki.
— No puedo creer que estuvieran peleando por una papa — dijo Tzuyu sobre todo dirigiéndose a Chaewon.
— No puedes culparme, era la papa más grande del plato y los dos la queríamos, así que decidí resolver esto de la forma más justa y democrática.
— Hablaste como su amiga Eunbi — dijo Tzuyu
— Ay, Tengo dos años sin verla, a veces hablamos por teléfono o mensajes, pero es muy poco el tiempo en que podemos contactarnos — dijo Chaewon.
— La última vez que la ví fue hace un año. Nos reunimos en un bar pero también no pudo estar mucho tiempo, tiene una agenda muy apretada — contó Minju
— ¿Cuándo fue la última vez que hicimos una reunión general con todas nosotras? — preguntó Chaewon.
— Creo que fue hace cuatro años, no lo recuerdo bien.
— Muy bien chicas tontas, dejaremos la nostalgia para después, ahora a ordenar, muero de hambre.
No pasaron ni quince minutos cuando los cuatro estaban mordiendo una jugosa hamburguesa a la parrilla. Fue poca la conversación, todos en la mesa estaban más concentrados en terminar su hamburguesa.
— Ah, estoy tan llena — dijo Tzuyu.
— ¿Podemos ir al parque de diversiones?— preguntó Niki
— Es una excelente idea — apoyó Tzuyu — ¿Te parece si tú y yo vamos al parque de diversiones, mientras tu mamá y Chaewon se ponen al tanto de todos estos años?
— Yo quería ir con mamá y Chaewon, pero tienes razón tía, podemos ir todos juntos después — dijo Niki
— Entonces vámonos — dijo Tzuyu poniéndose de pie.
Niki ni siquiera pidió autorización a su madre salió casi al instante del restaurante.
— Nos iremos en taxi, llegaremos a tu casa como en unas tres horas.
— Creo que ya no puedo decir no — dijo Minju.
Tzuyu también salió y siguió a su sobrino para esperar el taxi que los llevaría al parque de diversiones.
Chaewon y Minju se pusieron de pie después de haber pagado, y lo que venía a continuación era algo inevitable, ambas deseaban poder formalizar una relación pero algo dentro de ellas temblaba de miedo y nerviosismo, ninguna de las dos podía creer que estuviera pasando.
— ¿Te parece conversar en mi casa? — dijo Minju con sus mejillas sonrojadas por darse cuenta de todas las malas interpretaciones a la que podía prestarse su invitación.
— Sí, es mejor un lugar tranquilo.
Ambas salieron del restaurante y subieron al automóvil de Minju, el camino a casa de la menor era corto, pero para mitigar la ansiedad las dos charlaron de cosas tan triviales como el clima o la economía.
Cuando llegaron a la casa emociones comenzaron a estallar dentro de ellas, y fue aún peor cuando entraron a la sala. La última vez que las dos habían estado solas en esa misma casa las cosas no terminaron nada bien.
Chaewon tuvo que tragar el nudo que se hizo es su garganta al estar ahí, tuvo que reprimir la necesidad de romper en llanto como una niña y concentrarse en lo que tenía que hacer.
— Pasa — dijo Minju guiándola hasta la cocina.
Con las piernas temblándole y el corazón martilleando contra su pecho entró en la cocina.
—¿Quieres algo de tomar? Tengo café, té o soda.
—Está bien un té.
Minju se acercó hasta su gaveta y sacó la tetera, coloco agua dentro y encendió la estufa. Chaewon tomó una silla del comedor y se sentó, Minju imitó su acción sentándose al otro extremo de la pequeña mesa redonda.
— Entonces...
— Te amo — dijo Chaewon.
Minju estaba completamente sorprendida, sabía que en algún momento de la tarde o noche ambas terminarían confesando sus sentimientos pero jamás pensó que la confesión fuera tan repentina. Estaba muda y aunque ella sentía lo mismo las palabras no podían salir de su boca.
— No tienes porque contestarme nada, estoy consciente de lo que hice y estoy muy arrepentida. Te pido perdón otra vez y te pido que por favor me des una oportunidad, esta vez quiero hacerlo bien... quiero...quiero pasar el resto de mi vida junto a ti.
— Yo... no sé... no sé qué decir, ambas nos lastimamos tanto.
— Sí y es algo que quiero revertir, es algo que quizás no logre borrar pero sé que sí puedo crear mejores recuerdos juntas, sí puedo revertir esas heridas por felicidad, solo necesito una oportunidad.
— Yo también quiero estar contigo, pero han sido tantas las veces que lo hemos intentado y hemos fracasado de la peor manera... tengo miedo de que vuelva a ocurrir.
— Te prometo que no va a pasar. Reconozco que todas las veces que lo intentamos, fracasamos, pero fue por nuestra culpa, hicimos las cosas mal, — dijo Chaewon inclinándose y tomando las dos manos de Minju entre las suyas— pero ahora es diferente, puedo sentirlo y quiero que tú lo sientas.
Los ojos de Chaewon estaban acuosos, las lágrimas amenazaban con salir y sin remordimiento dejó que estas escaparan.
— Esto es real, Minju, lo que te digo es verdad y lo que siento también, ya no quiero estar apartada de ti.
— Yo tampoco.
Chaewon se inclinó lo suficiente para quedar justo frente al rostro de Minju y a centímetros de sus labios.
Ambas deseaban tanto esto, ambas esperaban besarse por fin sin tener que esconderse de nadie, sin remordimientos ni culpas, admitiendo plenamente lo que sienten una por la otra.
La tetera comenzó a silbar indicando que el té estaba listo, se apartaron por instinto, ambas sonrojadas y Minju se puso de pie para quitar el agua del fuego. Tomó dos tazas y comenzó a verter el liquido sobre las tazas.
Derramó algo de líquido cuando se exaltó al sentir dos manos rodeando su cintura, sabía de quién eran esas manos, pero el contacto fue tan repentino que su corazón casi da un salto de la impresión, y ahora palpitaba tan rápido pero por sentir a Chaewon tan cerca, sus manos, su aliento que golpeaba contra su cuello desnudo, su pelvis contra su trasero, cada cosa hacía que su piel se erizara y su piernas se volvieran débiles.
— Ya no mas distractores. —susurró Chaewon—. Por unas horas solo seremos nosotras dos y nada podrá impedirlo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro