|𝟒𝟒| ➟ 𝐘𝐨 𝐋𝐨 𝐒𝐚𝐛𝐢𝐚。
— Quiero el divorcio.
— ¿Qué? ¿De qué hablas?
— No puedo seguir viviendo así, no puedo imaginarme el resto de mi vida con una persona que lo único que hace es ignorarme.
Chaewon acababa de llegar de su trabajo y se encontró con varias maletas en la puerta y con Sohee esperándola a un lado de ellas. Los hechos le decían lo que estaba por pasar pero era mejor escucharlo de los labios de su esposa, y justamente es lo que escuchó.
— ¿Pero qué estuvo mal?
— Todo. Yo por más que trataba de llamar tu atención tu mente siempre parecía estar en otro lado, cada vez que podías me ponías excusas de tu trabajo, jamás me trataste como tu esposa. Me cansé de toda esta tontería.
— Yo creía que estaba todo bien, incluso ni peleamos, no entiendo.
— Chaewon, ni siquiera en las peleas me prestabas atención, cada vez que te reclamaba algo tú me ignorabas y seguías en tu propio mundo, en el que me quedó muy en claro que yo no estoy, ahora dudo si alguna vez me amaste.
— Soso no digas eso, yo si te quiero.
— Pero nunca como a ella.
— ¿De qué hablas?
— Las dos lo sabemos: Minju siempre estuvo primero. Yo veía cómo la tratabas, cómo la veías, como la abrazabas, cada una de tus interacciones con ella decían a gritos que la amabas, incluso en el día del funeral de la abuela.
— ¿Ella te dijo algo para que decidieras hacer esto?.
— Ella no me ha dicho nada, ¿o acaso hay algo que mi prima me deba contar?
— No, nada.
— Entiéndelo Chaewon, no fueron solo mis celos hacia Minju lo que provocó que tomara esta decisión, me voy porque tú nunca me tomaste en serio o por lo menos jamás como a una esposa, yo quiero sentirme amada y deseada y tú no me puedes dar ninguna de las dos. Dentro de unos días te llegaran los papeles el divorcio.
Chaewon se quedó estática ante las declaraciones de su esposa, aunque no lo aceptaba abiertamente ella sabía que todo era verdad y se sentía mal al no poder hacer nada al respecto.
— Solo quiero decirte que no te guardo ningún rencor y deseo que te vaya bien, y sobre todo espero que me entiendas, te agradezco porque a pesar de que no me veías como a una esposa, viví muchos momentos hermosos contigo.
Sohee se acercó y besó la mejilla de Chaewon para finalmente tomar sus maletas y marcharse en su auto dejando todo atrás y esperando que el regresar con su familia le hiciera sentir viva otra vez.
Chaewon no sabía qué hacer, ni siquiera estaba segura de qué sentir, todo sucedió tan rápido que aún no terminaba de procesar lo que había pasado. Terminó sentándose un momento y su mirada quedó fija en el piso.
Se sentía mal, pero se sentía mal al no tener ni siquiera las más mínimas ganas de llorar.
Como un recurso llamó a alguien con quién pudiera desahogarse, no estaba segura de a quién llamar y terminó llamando a Yena, que era la única que estaba segura de que contestaría su celular a esa hora.
Fue muy difícil para Chaewon explicarle que su esposa acaba de pedir el divorcio y la había abandonado, pero bastó solo pocas palabras para que Yena colgara y en menos de una hora estaban en su casa ella, Yuri, Eunbi y Yujin que eran las únicas que habían permanecido en Seúl, además de que iban acompañadas de varias botellas de Soju.
— Qué loco es todo esto, yo creía que entre tú y Sohee iba todo bien — dijo Eunbi sirviéndose más Soju.
— Eso mismo creía yo, pero yo lo veía desde la perspectiva de que no peleábamos.
— Sí, para que un matrimonio vaya bien no significa no tener peleas, todo va más allá y creo que es sano tener una discusión de vez en cuando con tu pareja — dijo Yujin
— Bueno al parecer yo no entendí eso hasta muy tarde.
— Creo que más bien lo ignorabas, sabias que tu matrimonio estaba mal pero no la amabas lo suficiente como para querer rescatarlo, al contrario querías que terminara — dijo Yena
Yuri le golpeó el brazo en señal de que cerrara la boca.
— No te preocupes Yuri, Yena tiene razón.
Todas guardaron silencio y siguieron bebiendo hasta que la segunda botella quedo vacía.
— ¿Por qué no lo intentas con Minju? — preguntó Yena
— Yen... este no es el momento — dijo Yuri—. Además, ella tiene novia.
Sí eso era, Minju hace algunos meses le confesó a toda su familia su verdadera preferencia además de que les presentó a su ahora novia, pero ninguno de sus familiares se sorprendió o por lo menos no como Minju esperaba, esta era una noticia que no pasó desapercibida por Chaewon.
— Por favor, si no se detuvieron cuando Minju estaba casada, ¿por qué se detendría por una novia de algunos meses?.
La revelación de Yena causó que Eunbi escupiera todo el líquido que estaba en su boca ya que era la única que desconocía el romance de Minju y Chaewon mientras la primera estaba casada.
— ¡¿Tuviste una aventura con Minju?! — preguntó Eunbi dirigiéndose a Chaewon.
— Es claro que Yena está borracha— Chaewon tomó aire y continuó—, y sí Eunbi, tuve una aventura con Minju y fue hace ya años, no sé en qué estábamos pensando cuando lo hicimos.
— Estaban pensando en ser felices, estaban por fin pensando en ustedes y no en complacer a otras personas o en qué dirán — dijo Yujin
— ¿Y por qué terminaron?
— Fue cuando me enteré que Minju estaba embarazada..
— Qué idiota eres Chaewon, ¿cómo la pudiste dejar por eso? — dijo Eunbi que estaba a punto de golpear a Chaewon, era la única alterada, el resto ya conocía la historia a la perfección pero la habían mantenido en secreto por petición de Minju y Chaewon.
— Déjame terminar, no nos separamos por solo ese motivo, nos separamos porque ella me lo pidió y yo estaba más que dispuesta a dejarla ir después de que me dijo que quería que su hijo creciera en una familia normal. Desde que comenzamos con nuestra aventura ella me aseguró que se separaría de Jaemin y después de que ella me dió esa noticia yo estaba furiosa.
— Oh vaya.
— Y eso no es todo, debo confesar que me acosté con ella cuando yo estaba casada con Sohee.
— ¡¿Qué?! — ante esta declaración todas reaccionaron, nadie excepto Minju y Chaewon lo sabían.
— Sí, nos acostamos un día antes de que yo me mudara a Seúl.
— ¡¿Cómo se te ocurrió hacer eso?! — gritó Yujin
— Ni si quiera yo sé lo que estaba pensando en ese instante. No lo sé, algo dentro de mí tenía miedo a no volverla a ver y quería pasar una noche inolvidable con ella.
— ¿Cuándo fue la última vez que hablaron?— preguntó Yuri
— Fue hace seis meses en el funeral de su abuela.
— Ella debió estar muy enfadada.
— Cuando se enteró de que me iba a mudar ella estaba muy furiosa y dolida por obvias razones y en el funeral de su abuela simplemente me hablaba con indiferencia. Después de eso no volvimos a cruzar ninguna palabra.
— Es porque las dos son idiotas, han tenido muchas oportunidades para estar juntas como deberían y siempre una de las dos termina cagándola, deberías dejar de perder tiempo e ir por ella— dijo Yena
— No creo que ella me reciba, además ya mismo cumplo treinta años, soy demasiado vieja para estos juegos.
— No digas tonterías, treinta son apenas lo que podría ser casi la mitad de tu vida y tú dices que ya estas vieja. El promedio de vida en Seúl es de ochenta y dos años, imagina que vives hasta los ochenta estamos hablando de pasar casi la mitad de su vida con ella, claro si tú haces algo para que suceda — dijo Eunbi
— No tiene caso seguir hablando de esto — dijo Chaewon dando un último trago a su vaso.
— Sólo piénsalo, ya has desperdiciado mucho tiempo por idioteces, tal vez es el momento de hacer las cosas, y esta vez hacerlas bien — dijo Yuri
La noche continuó y aunque los temas comenzaron a ser solo bromas al azar, Chaewon se mantuvo al margen y cientos de pensamientos la comenzaron a atormentar. Eran tantas cosas en su cabeza y al mismo tiempo tantas emociones que estaba a punto de explotar.
Las primeras en irse fueron Yuri y Yena, tenían que pasar con su vecina por su pequeño retoño de diez años; a la media hora se fueron Yujin y Eunbi.
Chaewon se quedó sola en casa con sus pensamientos que la acompañaron hasta su cama.
Justo como dijo Sohee a los tres días de que ella se marchó, los papeles del divorcio llegaron.
Ese día Chaewon no fue a trabajar, se quedó sentada en el sofá con un bolígrafo en su mano y con los papeles en su mesa del centro, estuvo observándolos detenidamente, los había leído diez veces desde que los había recibido. Estaba de acuerdo con todo lo establecido, la firma de Sohee estaba presente y lo único que faltaba era su firma.
Con su mano temblando tomó los papeles, los leyó por última vez y finalmente los firmó.
— Lo hice — susurró para ella.
Como si veinte kilos hubiesen bajado de sus hombros, se puso de pie e inmediatamente le envió de regreso los papeles a Sohee.
Chaewon tomó su computadora, estaba dispuesta hacerlo, estaba más decidida que nunca, era el momento de hacerlo, no le iba a importar si no recibía respuesta, pero quería hablar con Minju.
Comenzó a redactar un correo, que borraba una y otra vez, cada vez que comenzaba o terminaba, el correo electrónico era borrado.
— Esto es tan difícil — dijo Chaewon jalando de su cabello.
Decepcionada se fue a la cama pero no pudo conciliar el sueño, se quedó todo el tiempo contemplando su techo como si en él hubiese una obra de arte, pero en realidad estaba sumergida en sus pensamientos.
Antes pasaba horas imaginando que en sus cuarenta estaría exactamente en el estado que se encuentra ahora: solitaria, sin nadie con quién compartir su cama, sin nadie con quién hablar de tu día o alguien que te contara cómo fue el suyo. Muchos aman la soledad, incluso a veces para ella era un preciado tesoro, pero nada de lo que se imaginó un día se compara con la triste y dura realidad del hoy.
Cuando sintió que todo su ánimo se venía abajo se puso de pie, ella estaba renuente a rendirse, volvió a tomar su computadora y volvió a escribir.
Lo escribió otras cien veces hasta que por fin escribió algo que sería perfecto, tardó una hora más para armarse de valor y presionar el botón de enviar. Cuando vió el reloj se dio cuenta que eran las seis de la mañana y era tiempo de alistarse para el trabajo, y como si hubiera dormido sus ocho horas continuas, se dirigió a tomar una ducha.
Minju se encontraba en su oficina revisando algunos pendientes cuando se dió cuenta que tenía un nuevo correo enviado esta mañana. Sin pensarlo abrió su buzón y jamás se esperó recibir un correo de Chaewon. Nerviosa y con un nudo en el estómago lo abrió, y lo que tenía escrito era más inusual que el haber recibido el correo.
Kim Chaewon:
Hola
Gracias por los 5k de vistas<3
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