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|𝟑𝟐| ➟ 𝐃𝐞𝐬𝐩𝐞𝐝𝐢𝐝𝐚 𝐃𝐞 𝐒𝐨𝐥𝐭𝐞𝐫𝐚 𝐃𝐞 𝐘𝐮𝐫𝐢。

Chaewon y la mujer de la caja registradora me miraban como si yo fuese una criatura de otro mundo. Yo seguía en la puerta con mis ojos completamente abiertos y tratando de pellizcarme para saber que ver a Chaewon sosteniendo un consolador y una correa solo era parte de un sueño húmedo que solía tener con ella en algunas ocasiones, que ambas no terminaríamos teniendo relaciones sobre el mostrador y después mágicamente aparecería una cama de la nada.

— Minju, ¿qué haces ahí parada? — dijo jalándome del brazo y acercándome al estante donde ella estaba.

La cajera solo regresó a su labor y dejó de prestarnos atención.

— Chaewon... ¿Qué hacemos aquí?

— Estoy comprando el regalo de bodas de Yuri y Yena — ella apenas seguía concentrada, parecía tener una batalla interna sobre cuál comprar— ¿Cuál crees que sea mejor?

— ¿Yo cómo lo voy a saber? — dije aterrada.

— Vamos, no te comportes como si tuvieses quince años.

— No me estoy comportando como si tuviese quince años, me estoy comportando como alguien normal.

— Minju, esto es normal. Toda pareja llega a un punto donde necesita tener un repertorio más amplio en la cama, y no estoy hablando de dormir.

— Sí, te entiendo, pero deja de apuntarme con ese consolador.

— Como sea. Parece que tendré que preguntarle a la chica de la caja.

Antes de que pudiese dar un paso, le sujeté fuertemente del antebrazo.

— Ni se te ocurra...creo que la correa — dije en un susurro.

— ¿Qué dijiste? No te logré escuchar.

— Dije que la correa está bien — volví a susurrar.

— Creo que algo está pasando con mi oído porque la verdad no te escucho nada.

— ¡La correa!

La chica de la caja volteó a verme y ahora me miraba como si en verdad estuviese frente a una completa loca, mientras Chaewon solo se reía por mi estupidez.

— Parece que tú eres la que se comporta como una niña.

— Yo no fui la que grité que quería una correa, como si estuviese desesperada por sexo.

— Por favor no digas eso.

— Tranquila Minju, solo estaba jugando.

Ella seguía husmeando alrededor de la tienda a pesar de que ya tenía la correa. Ni siquiera era capaz de describir todo lo que me provocaba verla con la correa en mano, la sensación que recorría mi cuerpo iba mucho más allá de la excitación. Me recordó todas aquellas veces en las que ella me hizo el amor usando uno muy parecido y que casualmente era un regalo de Yuri.

— ¿No quieres llevarte algo?

— No gracias.

— Bueno creo que llevaré algunas otras cosas.

Al verla pasearse y observando cada cosa que podría utilizar ahora, ya no me provocó más que asco y un hueco en el pecho, quizás porque recordé que lo que ella está por comprar será para satisfacer a mi prima y que jamás los utilizará conmigo, por más que me muriera por que eso pasara, sabía muy bien cuál era mi realidad.

— Mira — dijo acercándose a uno de los disfraces de enfermera y que por cierto era bastante provocativo—, se te vería bastante bien.

Inmediatamente me deshice de mi pensamiento anterior y mi corazón dió un salto. Ella me estaba imaginando en este tipo de prendas. Sentí cómo mis piernas temblaban de tan solo tener una idea de todas las cosas sucias que podrían estar pasando por su cabeza.

— Mejor olvídalo — se dió la vuelta y caminó hasta la caja registradora.

Preferí ignorar lo que Chaewon había comprado. Era suficiente tortura verlas frente a mí como para tener que soportar saber cuáles son los juguetes que utilizan durante sus sesiones de sexo.

En dos días sería la despedida de soltera de Yena y mañana sería la de Yuri. Las despedidas de soltera no me vienen muy bien, por lo general termino completamente ebria y haciendo cosas de las que después me arrepiento, y el tener a Chaewon tan cerca no me inspira mucha confianza, no me fio de mí misma.

Para mi mala suerte, ella se ofreció a recogerme en mi casa.

Durante la mañana me la pasé con Niki y aseando un poco la casa. Antes de que se ocultara el sol, Jaemin lo llevó a pasear por el parque y así me daría tiempo de arreglarme.

Jamás había tardado tanto en elegir un atuendo o en maquillarme y peinarme, incluso Niki ya estaba dormido y Jaemin apunto de también caer. Logré terminar justo cuando el timbre se escuchó por toda la casa.

Abrí la puerta y Chaewon estaba de pie, su atuendo era completamente casual. Llevaba unos jeans ajustados con una playera.

— Vamos, llegaremos tarde.

Yo no tardé en tomar mi bolsa y salir junto a Chaewon, cerca ví su coche estacionado. Me acerqué junto con ella y casi se me para el corazón cuando la puerta del coche se abrió desde adentro.

— Minju, qué bien te ves hoy — dijo Sohee en el asiento del copiloto.

¿En serio Minju?, ¿en serio pensaste que solo irían Chaewon y tú?

Resignada me senté en el asiento trasero, sí el lugar perfecto para ver cómo ambas no pueden mantener sus manos fuera una de la otra, ¡genial! En serio que nunca se me pasó por la mente que un día vería a Sohee hacer este tipo de cosas.

Finalmente llegamos a la despedida de soltera. Esta vez Yuri había rentado toda la noche un bar en el centro de la ciudad.

— Llegamos señoritas. Recuerden no excederse tanto. Hoy tendré que abstenerme porque soy la conductora, pero eso no quiere decir que tienen que ahogarse en alcohol, y lo digo por las dos, las conozco muy bien.

Las tres bajamos y entramos al bar que ya estaba hasta el tope de mujeres, ¿desde cuándo Yuri tiene tantas amigas?

Le resté importancia y comencé a buscar a la chica que dentro de tres días estaría frente un altar diciendo acepto.

— Minju. Ven, vamos, por acá está Yuri con Nako.

Las dos estaban muy animadas platicando, que apenas y notaron que estábamos a su lado.

— ¿Ya no nos saludan? — dijo Chaewon provocando que las dos se asustaran.

— Por fin llegan — habló Nako saludándonos a las tres con un beso en la mejilla.

— ¿Las demás ya llegaron? —le pregunté.

— Sí, pero están todas regadas, la mayoría llegó directo a la barra — respondió Yuri

— No me sorprende. Por cierto, ¿no saben si Hitomi ya puso fecha de boda? — le pregunté y todas compartieron una mirada esperando a que la otra contestara.

— Por lo que sé, va aplazar su boda hasta el próximo año.

— Me parece que los dos están muy sumergidos en sus trabajos que ni siquiera le prestan atención a su compromiso — contestó Yuri

— Ambos son raros. — concluyó Chaewon — ¿Y tú Nako?

Parece que ahora la que no quiere saber nada de bodas eres tú.

Estúpida conciencia

— No estoy segura, es que es algo raro, lo último que quiero es equivocarme.

— No te presiones más, que nadie sabrá cuando es el momento adecuado, aunque si quieres tener hijos de manera natural tendrás que apurarte.

— Sabes, yo estoy casi desesperada por ver su boda, me parece que será demasiado linda. ¿Han pensado en hijos? — preguntó Yuri mirando a Chaewon y Sohee.

— Hemos visto una niña de siete años en un orfanato. Ella es realmente linda, en cuanto llegamos ella quedó fascinada con Chaewon.

Vaya, esto va muy en serio. ¿Ellas en verdad quieren eso?

Todas estas noticias, todo lo que ha pasado en mi vida estos días me ha dejado impresionada y alterada a tal punto en el que apenas y puedo dormir. Sé que yo soy la causante de todo esto, que todo lo que siembras un día se cosecha, todo lo que hice tuvo un precio y parece que es el momento de que yo pague la factura y debo admitir que me atemoriza, me da miedo no ser demasiado fuerte, me da miedo el pensar hacia dónde va a parar mi vida.

Me pregunto si Jae y yo estamos condenados a vivir juntos sin siquiera amarnos.

Ahora es cuando en verdad me pregunto si la vida que le vamos a ofrecer a Niki es la ideal para él.

Tengo miedo que llegue un día y me reproche por haber crecido en un matrimonio donde ninguno de los dos sentía amor por el otro. Se me revuelven las entrañas el tan solo pensar que cuando él crezca, termine en una situación igual que la nuestra.

Con la cabeza llena de todas esas ideas dejé solas a las chicas que seguían charlando sobre algo que ahora ignoraba. Me acerqué a donde encontraría a mi compañera ideal para estas situaciones, la bebida. No quiero terminar ahogada en el alcohol pero creo que ahora es la única escapatoria.

El ambiente era bastante bueno, si no fuera por mi lamentable estado de ánimo, estaría disfrutando y conversando animadamente, poniéndome al corriente de las vidas de mis viejas amigas con las que apenas y he conversado. Cada año que pasa hace que se incremente la distancia entre cada una de nosotras.

Vaya, toda esta nostalgia me está matando.

Creo que estoy llegando a ese momento de tu vida donde te preguntas si cada decisión
que tomaste durante toda tu vida fueron las decisiones correctas. Donde te cuestionas si esto es lo que querías para tu vida o si algún día esto fue lo que soñaste o te dejaste engañar por la lamentable ilusión del momento.

— Vaya, qué ánimos tienes Minju — bromeó Yujin acercándose a la barra y apoyándose en mi hombro— Tenemos meses sin hablar y el día que nos encontramos te escondes en la barra. Tengo el presentimiento de que nos estás evitando a todas— rió.

— Jamás haría tal cosa, solo estaba tratando de quitarme algunos pensamientos de la cabeza.

— Por el tiempo que tienes aquí y por tu aliento a alcohol parece que lo que buscas es noquearte con tanto licor. Venga, vamos con las demás, tenemos que festejar que otra vez estamos juntas, bueno casi todas, falta Yena, sabes que tiene prohibido estar aquí esta noche.

— Está bien.

Tomé mi copa y me dejé arrastrar por Yujin hasta uno de los rincones del bar donde había una mesa y siete mujeres sentadas.

— ¿Minju, dónde estabas escondida? — preguntó Eunbi dándome una copa con vino tinto, mientras yo tomaba asiento entre ella y Yujin.

— Otra vez juntas, y déjenme decirles que en este tiempo que no nos hemos visto puedo ver que a más de una ya se les notan las arrugas y eso de aquí está oscuro — dijo Yujin ganándose más de un golpe y risas en su gran mayoría.

— Debemos estar agradecidas por estar otra vez casi todas reunidas, y estoy segura que en este momento Yena debe estar teniendo un ataque de nervios por no saber qué está haciendo su querida Yuri. Sé que las dos también están agradecidas por saber que están aquí para no solo despedir su soltería, sino también para acompañarlas en un momento tan especial que es su boda — habló Eunbi.

— ¿Les parece si hacemos un brindis? — propuso Chaewon levantando su copa, el resto repetimos su acción— Por el futuro matrimonio Choi y su futura familia.

Todas chochamos nuestras copas y tomamos el vino.

— Hyewon, no has bebido nada.

— Estoy en ley seca aproximadamente por unos siete meses más.

— No puede ser... ¡Estás embarazada! — gritó Wongyoung.

Hyewon no dijo nada y solo asintió con su cabeza. Fui la primera en darle un fuerte abrazo y felicitarla. Apenas y me separé del abrazo y todas ya estaban sobre ella, todas hacíamos preguntas al mismo tiempo haciendo que fuera imposible contestarlas o siquiera entenderlas, apenas y podía escuchar lo que yo decía.

— Oigan chicas, no les entiendo nada — dijo Hyewon abriéndose espacio entre nosotras.

— ¿Cuándo te enteraste? — preguntó Sohee.

El tan solo verla ahí técnicamente en el regazo de Chaewon, hacía que mis músculos se tensaran y el escuchar su voz hacía que mis dientes comenzaran a rechinar. ¿Desde cuándo me incomoda la presencia de mi prima? Ah, ya sé, desde que me enteré que era la prometida de Chae.

— Me enteré hace dos semanas, ninguno de los dos podía creerlo. Lo habíamos planeado desde hace seis meses, pensamos que quizás alguno de los dos tenía algún problema, y justo cuando estábamos a punto de ir con un médico a chequearnos, quedé embarazada.

— Eso es genial. Tener un hijo te ilumina la vida, te hace querer hacer todo, enseñarle lo más pronto posible pero al mismo tiempo tienes miedo. Te felicito Hyewonnie — dijo Sakura.

— Ahora que lo mencionas, creo que tendré que pedirles algunos consejos de cómo cuidar a un bebé, porque yo no tengo ni idea.

— Y déjame decirte que los esposos son los menos de fiar. Por las tardes viven pegados a ellos, pero cuando se trata de levantarte por las madrugadas te las tienes que ver tu sola — "aconsejó" Eunbi algo frustrada.

— Creo que tenemos otro brindis — dijo Yujin llenando su copa— y tampoco olvidemos que en dos meses Chae y Soso se casan.

— Hay mucho por qué brindar esta noche. — dijo Chaeyeon — Parece que te veremos más seguido Sohee, y espero que le hayas pedido permiso a Minju para poder casarte con Chaewon; ella siempre fue algo celosa cuando se trata de Chae. Tal vez no te lo hayan contado, pero después de verse seguidamente con Somi y Chungha, ambas decidieron comenzar a decir que estaban casadas y eran novias, ¿puedes creer eso?, siempre fueron muy unidas y mira, ahora terminarán siendo familia — rió

Vaya Chaeyeon, tú sí sabes cómo hacer que algo se vuelva incómodo.

— Sabía muy bien la relación que estas dos chicas tenían y creo que sí olvidé la parte de pedir permiso a Minju. Creo que por eso me ha mirado de una manera extraña estos días — se burló acercándose más a Chae.

Ay Sohee, no tienes ni idea de todo lo que ha pasado entre Chaewon y yo.

— No te preocupes, creo que Minju sabe comprender la situación. Creo que desde que se casó con Jaemin entendió que Chaewon ya no podía seguir siendo su esposa o novia — dijo Yuri haciendo una que otra insinuación.

— Oh, para nada, Chaewon sigue siendo mi esposa, no importa si yo estoy casada o si ella se vaya a casar con mi prima.

— Te lo advertimos Sohee — dijo Wongyoung.

— Bueno, ya basta de bromas, creo que es hora del brindis — interrumpió Eunbi levantando su copa ya con vino.

Yo no estaba bromeando. Yo sé que Chae sigue siendo mi esposa y yo sigo siendo su esposa.

Seguimos bebiendo, a excepción de Hyewon, y charlando. La plática se amenizó cuando todas ya estábamos bajo los efectos del alcohol. Varias cosas salieron a relucir, algunos secretos y conforme avanzaba la noche algunas mujeres del bar se despidieron de Yuri diciéndole que no se perderían su boda.

Claro, esta boda tenía la atención no solo de familiares y amigos de Yuri y Yena, sino también de algunos medios de comunicación coreanos, a pesar de que la mayoría de nosotras llevábamos mucho tiempo alejadas de los escenarios y cualquier actividad del medio artístico. Eso nunca fue impedimento para que los paparazzis nos siguieran de vez en cuando.

Y en cuanto a Yuri y Yena, siempre han estado sobre ellas desde que anunciaron su relación, todos querían saber cuál era su historia, es esa historia que ellas se niegan a contar a los medios, para ellas eso es algo íntimo y personal.

Cuando por fin logré salir de mis pensamientos, mi vejiga se encontraba llena y no había más remedio que ir al baño, aunque en mi camino noté que estaba más ebria de lo que pensaba. Conforme avanzaba, algunas cosas comenzaron a dar un par de vueltas.

Con mucho esfuerzo llegué hasta el sanitario que estaba solo, después de terminar de hacer mis necesidades, me refresqué lavándome la cara, quizás con eso se bajaría un poco mi mareo. Me apoyé en el lavabo esperando a que todo se quedara quieto.

— Oye... ¿Te encuentras bien?

Alguien a un lado mío me tocaba el hombro y al parecer llevaba rato llamándome y preguntándome cosas que mi cerebro no procesaba. No podía distinguir quién era porque ahora mi visión se ponía algo borrosa.

Pero aun con todos esos impedimentos, yo sabía muy bien quién estaba a mi lado. Esa voz, quizás mi cerebro no la procesaba bien, pero el resto de mi cuerpo la tenía más que grabada, mi piel se erizaba, mi corazón palpitaba, en mi espalda sentía era como si tuviese mil hielos y mis pies casi se derretían.

Sí, esa voz era de Chaewon.

Yo traté de ponerme derecha para estar frente a ella, pero mi equilibrio no era el mejor y terminé apoyándome otra vez en el lavabo, instintivamente ella tomó mi mano y sentía como si toda mi palma se encendiera ante un simple contacto. Alcé mi rostro y traté de concentrarme en ella. Mi vista comenzó a aclararse y las cosas de pronto se quedaron quietas. Ahí estaba ella con su vista fija en cada uno de mis movimientos, era más que obvio que estaba preocupada por mí y a pesar de todo ella seguía sosteniendo muy fuerte mi mano y sentía como lentamente acariciaba mi mano con su pulgar.

Sentía una necesidad inmensa de besarla, de volver a sentir esos labios que tanta falta me hacían. Tenía tantas ganas de que ella me sostuviera entre sus brazos y me robara la respiración con cada beso, de esa misma forma que lo hacía hace dos años.

Me atreví a cerrar un poco la distancia acercándome con dos pasos, ahora me miraba preguntándose qué era lo que estaba haciendo, pero pude sentir que ella sabía lo que se aproxima. Sin el más mínimo pudor, me acerqué más hasta que el espacio fuese casi inexistente. Estábamos tan cerca que podía escuchar esa respiración pesada, alcé la mirada y el contacto de nuestros ojos casi hace saltar chispas, era como si fuésemos a dejar salir todos aquellos sentimientos reprimidos estos dos años en un solo instante, solo hacía falta un empujón y nuestros labios terminarían conectados.

Por un momento recobré la cordura y me pregunté si en verdad estaba dispuesta hacerle esto a mi prima, a alguien que en verdad quería y que era parte de mi familia, ¿en verdad lo valía?

Pero justo antes de que me arrepintiera, volví a mirar esos ojos y me dí cuenta de que no podía ir en contra de lo inevitable, habían sido tantas cosas que había sacrificado en estos años, tratando de no dejarme llevar por estos sentimientos y lo único que conseguí fue desdicha, y no solo era mía, sino que había arrastrado a Jaemin con ella.

Dí un último vistazo a sus ojos, cerré mis párpados y me incliné.

ya estamos a nada de llegar a 4k vistas, gracias<3

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