|𝟐𝟒| ➟ 𝐈𝐫𝐫𝐢𝐭𝐚𝐝𝐚。
— Me desperté bastante asustada.
— Eso no va a pasar.
— Aún sigo asustada, tengo miedo de que pase.
— Sólo fue un sueño.
— Sí, lo sé, y quizás pienses que estoy loca, pero no puedo dejar de pensar en esa posibilidad.
— Sólo llevo tres días aquí y nos hemos hablado más de cinco veces y nos mandamos mensajes cada cinco minutos, para mí también es poco y te extraño mucho. Ninguna llamada se va a comparar a estar junto a tí y créeme que ni tú ni yo permitiríamos que se formara una distancia entre las dos.
— Tienes razón ahora mismo estoy conteniéndome para no terminar en la puerta de tu casa y que cuando me abras besarte con pasión y hacerte el amor en la puerta si es posible.
— Tal vez podríamos vernos hoy — dijo con una voz sensual e inmediatamente mi corazón aumentó su palpitar casi al doble.
— Eso me gustaría mucho.
— ¿Puedo ir a tu departamento?
— Las puertas siempre están abiertas para ti.
— Entonces será mejor que me prepare, en unos minutos estaré ahí.
Yo estaba impaciente en mi departamento, cada cinco minutos revisaba el reloj deseando que el tiempo avanzara más rápido y que cuando ella llegara se detuviera.
Sólo deseaba escuchar el timbre o el golpeteo en la puerta. En recepción la conocían perfectamente por lo que ya no la detenían para pedir mi autorización, ellos sabían que Kim Minju siempre era bienvenida en mi casa.
Pasó una hora, que después se convirtieron en dos.
Estaba sentada en el sofá y mis rodillas no me dejaban de temblar, ¿y si ese sueño era una advertencia de lo que iba a pasar? Volví a verificar la hora, pero ya habían pasado cuatro horas desde que la llamé. Quizás surgió alguna emergencia y no pudo venir.
Mi corazón se detuvo cuando escuché el timbre de la puerta. Me tropecé con mis propios pies cuando corrí a abrir la puerta.
¡Sabía que vendría! ¡Sí, yo sabía!
Me detuve en la puerta y antes de abrir traté de relajarme y mantener la compostura, abrí la puerta y ahí estaba ella. Sin esperar más la recibí con un fuerte abrazo que terminó en un beso profundo y toda aquella compostura que quería conservar hace unos segundos se fue apenas y la ví frente a mí. Si alguien nos viera pensaría que llevamos meses o años sin vernos, quizás no sea verdad, pero así lo sentí yo y estoy casi segura de que ella también.
Me separé del beso aunque ella parecía resistirse a tal distancia entre nuestros cuerpos y a pesar de su oposición logré crear una distancia prudente para poder hablar.
— Será mejor entrar.
Ella asintió con la cabeza y lo que pareció un gemido. Ambas pasamos la puerta y apenas la pude cerrar porque Minju tomó de mi mano. Fue un fuerte tirón que expresaba bastante su desesperación. Ella me guió hasta el sofá y me empujó sobre él, yo caí acostada y después ella se subió a caballo sobre mí, pero un dolor agudo llegó a mi trasero y tuve que detener a Minju con ambas manos.
— ¿Qué pasa?
— Tengo el control de mi televisión enterrado en el trasero.
— Tienes un control ahí — dijo entre risas señalando mi trasero.
— Yah, no es divertido, ese control me provoca todo menos placer. Creo que me acabo de hacer un moretón en una pompi.
— Debes estar bromeando — Minju seguía riendo
— No, es en serio, ¿podrías por favor sacarlo?.
— Está bien, espero que esta no sea una trampa para que yo te toque.
— Entre tú y yo no son necesarias las trampas para tocarnos.
— Está bien, me has convencido.
Ella deslizó una de sus manos por mi espalda y después bajó hasta mi trasero, Minju comenzó a tocar un poco más de lo debido y su sonrisa maliciosa la delataba, por fin encontró la caja y la sacó.
— Esto no es un control remoto.
— ¡Sorpresa!.. ábrela.
En realidad no era el control lo que lastimó mi trasero, era una pequeña caja donde venía un collar que le había comprado a Minju hace poco; el collar tenía forma de un pequeño corazón.
— Es precioso — dijo sacándolo de la caja y admirándolo ahora desde la palma de su mano
— Tiene una pequeña sorpresa más.
Tomé el collar de su palma y con un pequeño movimiento el corazón se dividió en dos y dentro estaba la forma de un candado.
— Lo recuerdas — le mostré la figura dentro del candado.
Ella hizo un pequeño chillido y presionó sus manos contra su boca.
— Por supuesto que lo recuerdo.
Le devolví el collar y ella lo presionó contra su pecho también con ambas manos, la presionaba tanto que parecía que estuviera sosteniendo un tesoro invaluable.
— ¡Espera!.. ¿Y el tuyo?
— Aquí — dije bajando el cuello de mi camisa y mostrándole un collar similar al suyo y también dividí el corazón para mostrarle que la figura dentro de mi corazón era la de una llave.
— No puedo creer que lo hicieras.
Los ojos de Minju se tiñeron levemente de rojo mientras se humedecían. De pronto ella me abrazó, enterrando su cabeza en mi cuello, pude notar como comenzaba a sollozar y sus lágrimas eran absorbidas por la tela de mi camisa. Yo la abracé más fuerte, sabía que sus lágrimas eran porque estaba conmovida, pero aún así el saber que estaba llorando despertaba en mí un instinto protector.
El sonido del timbre interrumpió un momento bastante conmovedor. Minju se apartó de mí y limpió sus lágrimas con el dorso de su mano.
— ¿Esperas a alguien?
— No, pero será mejor que vaya, tal vez sea Yuri y Sakura, ellas son las que más me visitan.
Abrí la puerta, pero ninguna de mis suposiciones fue acertada. En la puerta estaba parada Joohyun junto a su hija.
— ¡Hola Chaewon! — Ella se acercó y me abrazó fuertemente.
No la había visto desde la reunión de emergencia que había tenido y eso sí fue hace ya un par de semanas. La pequeña a un lado imitó la acción de su madre y también me dió un abrazo, había conocido a su hija Yeri en una de las sesiones que había tenido con Joohyun y ella estuvo en el escritorio jugando.
— Perdón por no avisarte que vendría, pero surgió de improviso.
— No te preocupes, pasa.
Las dos entraron y pude notar que Joohyun tenía algunas bolsas de plástico en su mano, que guiándome por el olor eran comida, yo cerré la puerta y las acompañé hasta la sala donde ahora estaba Minju esperándome.
— Chae...— Minju miró sorprendida a Joohyun y su hija, pero en su mirada de sorpresa también había una mirada de irritación.
— Hola Minju — ella la saludó con bastante entusiasmo — ¿Cómo has estado?
— Hola Joohyun, estoy muy bien ¿y tú?
— Bastante bien. Mira, te presento a mi hija — la niña se acercó a su madre y ella continuó con la presentación—, se llama Yeri, Yeri ella es Minju.
Como era de esperarse de la pequeña abrazó a Minju y esto sorprendió mucho a Kim, por lo general los niños no se comportaban de esa manera y mucho menos con ella, la gran mayoría se escondía detrás de su madre y se reusaba a saludar a los desconocidos, pero Yeri era una niña muy diferente y me lo hizo saber desde el día que la conocí.
— Oigan, traje comida, ¿por qué no comemos todas juntas?
— Me parece perfecto.
Joohyun fue la primera en levantarse y caminar a la cocina junto con las bolsas y Yeri la siguió de cerca.
— ¿Qué hace ella aquí? — me susurró Minju.
— Ella es mi amiga ya te lo dije, no tienes por qué preocuparte.
— Estoy tan irritada, ella acaba de arruinar nuestro momento.
— No lo planeó.
— Sí, lo sé, pero seguiría irritada sin importar quién o qué fuera lo que nos interrumpiera.
— No te preocupes tenemos toda la noche para nosotras.
Entramos a la cocina donde Joohyun acomodaba la comida sobre la mesa, con ayuda de Minju saqué algunos platos y vasos para poder comer.
— Y dime Minju, ¿cómo te ha ido?
— Bastante bien, pero supongo que a tí te ha ido mejor, me contó Chaewon que ahora eres una gran inversionista dentro de Woolim.
— Bueno, creo que eso es gracias a mi ex esposa y mi madre, realmente no me interesaba dedicarme a esto, el dar terapias era cómodo.
— ¿Entonces que te llevó a tomar esa decisión?
— Algunas veces uno tiene que salir de la zona de confort para poder experimentar cosas nuevas. Antes de asumir un puesto en una empresa como lo es Woolim, le dije madre que si no me gustaba volvería a mi puesto en el hospital, pero descubrí que lo que hago ahora es mi pasión.
— Ahora confirmo que te ha ido bastante bien— dijo Minju dando un pequeño sorbo a su bebida, aun irradiaba irritación.
La tarde-noche trascurrió hasta que Minju se tuvo que ir de improviso, Jaemin la había llamado diciéndole que sus padres habían ido a casa y la estaban esperando para poder ir a cenar a un restaurante. Ella se fue a regañadientes y yo tampoco estaba muy feliz con su partida, apenas había pasado tiempo a solas y ahora lo que parecía que iba a ser nuestra noche terminó convirtiéndose en la noche de ellos, era un plan donde simplemente yo no podía entrar.
En un lapso no más largo de cinco minutos, Joohyun también comenzó a despedirse, tomó a su hija de la mano y la acompañé hasta la puerta.
— Chaewon... ten cuidado con lo que estás haciendo.
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