|𝟐𝟏| ➟ 𝐑𝐮𝐢𝐝𝐨𝐬 𝐄𝐱𝐭𝐫𝐚𝐧̃𝐨𝐬。
— ¡Kim Chaewon! ¡¿Qué haces con esa correa?!
El corazón casi se me para cuando escuché la voz de Minju. Rápidamente traté de esconder el artefacto en la mesa detrás de mí, pero yo sabía que era demasiado tarde, ella ya lo había visto.
La busqué con la mirada y ella ya se venía aproximando hasta donde yo estaba completamente roja y tratando de inventar una excusa de porqué yo tenía una correa en mis manos hasta hace unos segundos. Sólo pasó un instante y Minju ya estaba de pie frente a mí, mi respiración se detuvo y mi mente no había logrado formular una mentira así que me limitaré a decirle la verdad.
— Es un regalo de Yuri —murmuré con mi mirada baja.
— ¿Por qué no me sorprende que Yuri te enviara este tipo de artefactos?. — ella se acercó bastante a mí, estiró la mano y tomó la correa— Si quieres experimentar con esto sólo debías decírmelo, no te preocupes no me molesta.
Las palabras no salían de mi boca y mi mente estaba completamente sumergida en las palabras que acababa de decir Minju. ¿Pensará que soy una loca pervertida? ¿En serio está dispuesta a experimentar con este tipo de juguetes conmigo o sólo estará jugando?
Yo no sabía si sería capaz de usarlo, había visto como se usaban en algunos videos porno, pero jamás pensé en adquirir uno.
— No tienes porqué estar avergonzada... espera un momento, ¿Por qué ella te regala esto?, ¿has tenido algo con ella? O ¿Sabe de nosotras?
— Yo nunca he tenido nada con ella, y sí, ella sabe de nosotras pero yo no se lo dije, ella sacó sus propias conclusiones. Hoy cuando llegó al departamento y encontró tu ropa interior en mi piso, ella pensó que estaba con alguien y yo lo negué, quería hacerle creer que era mío y que mi departamento estaba desordenado pero cuando tu saliste de mi habitación y le contaste que te quedabas conmigo y te querías divorciar ella sacó sus propias conclusiones, además de que ella sabía que yo tenía sentimientos por tí.
— ¿Por qué no me contaste la verdad?
— Sé que te asusta que alguien más se entere de lo nuestro y no quería que te preocuparas. Pensé que no me creerías cuando te dijera que ella nos guardaría el secreto.
— Pero aún así debiste decírmelo.
— Te lo iba a decir más adelante, pero yo tenía miedo de tu reacción.
— Está bien lo entiendo, pero si alguien más llega a enterarse tienes que decirme.. ¿Quién más sabe de tus sentimientos por mí?
— Eunbi y Sakura.
— ¿Crees que lleguen a sospechar?
— No lo creo, ambas están muy ocupadas con sus maridos e hijos, pero es mejor no subestimarlas.
Pensé que esta escena terminaría en algo caliente, pero después de esta conversación creo que ninguna de las dos tiene planes de estrenar la correa.
— Vamos a dormir — le dije extendiendo mi mano para que ella la tomara.
Al principio lo dudó pero al final aceptó mi mano y ambas nos fuimos a la habitación de esta forma. Me metí a la ducha, mientras Minju se quedó acostada en la cama mirando una serie de televisión. Cuando regresé a la habitación ella ya estaba dormida, yo me acosté a su lado y abrazándola por la cintura la acerqué a mí. Comencé a vagar entre los canales y terminé viendo las noticias, luego de media hora apagué el televisor y me quedé dormida.
A mitad de la noche varios sonidos extraños me despertaron. Al pensar que podría ser un ladrón me levanté rápidamente y noté que Minju no estaba en la cama. Salí de la habitación a buscarla pero no ví ninguna luz encendida, no recuerdo que Minju fuera sonámbula, lo cual me preocupó mucho y comencé a buscarla en la sala y cocina, pero no había nadie.
Otros sonidos extraños captaron mi atención y venían de la habitación de invitados. Me acerqué para comprobar mis sospechas, la puerta estaba cerrada, así que coloqué mi oído en la puerta y esperé a que más sonidos se hicieran presentes, sólo tardo unos segundos en que los sonidos se volvieran a producir y yo conocía muy bien eso sonidos que no eran más que gemidos tratados de ser ahogados.
¿Pero qué estaba pasando en esa habitación?
Abrí lentamente la puerta lo suficiente para poder ver lo que pasaba dentro. Mis ojos se agrandaron y mi boca se abrió el doble de lo normal al ver lo que en realidad estaba pasando dentro.
Minju estaba sobre la cama, semidesnuda, con una de sus manos entre sus piernas y la otra acariciando su seno. Ella gemía, pero trataba de ahogarlos mordiendo fuertemente sus labios. Era tan erótico y tan tentador, ningún video porno se comparaba con lo que está justo frente a mí.
—Chae, mmm...Chaewon.
Ella gimió mi nombre y sentí cómo mis sentidos trabajaban mejor de lo que lo había hecho en toda mi vida. Mi sangre corría más rápido, mis manos comenzaron a sudar y temblar, era tan poco el control que tenía sobre mi cuerpo que justo ahora abrí toda la puerta causando un pequeño rechinido y llamando la atención de Minju.
Ella dejó lo que estaba haciendo y ocultó su rostro en la almohada, estaba avergonzada. Me senté al borde de la cama estudié cada parte de su figura y después me acosté junto a ella.
Me acerque hasta que mi boca quedo cerca de su oído.
— No te detengas, me gusta observar lo que haces.
Ni siquiera yo podía creer lo que estaba diciendo, pero ahora el deseo estaba sobre mi cordura y ya no hay nada que pueda hacer.
— No puedo, es tan vergonzoso.
Ella no me daba la cara pero podía ver sus orejas rojas y la delataban completamente.
— Conmigo no tienes que tener vergüenza
Ella lo consideró y lentamente volvió a la posición que antes estaba. Ambas compartimos miradas, aunque ella parecía rehusarse a seguir masturbándose frente a mí.
Decidí tomar la iniciativa, tomé su mano y la coloqué entre sus piernas, le ayudé a comenzar con algunos movimientos y varios suspiros salieron de su boca.
— Ya no tienes porqué retenerlos, déjalos salir para que podamos disfrutar ambas
— Eres tan sucia
— Y no sabes cuánto, esto apenas está empezando, quizá podemos estrenar el regalo de Yuri.
— Y decías que yo era la de las buenas ideas
— Por ahora concentremos en esto
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