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|𝟏𝟕| ➟ 𝐓𝐞 𝐓𝐞𝐧𝐠𝐨。

Sentía como la lujuria y la emoción recorrían todo mi cuerpo. El calor entre mis piernas aumentaba constantemente al igual que el palpitar de mi parte íntima y la humedad era algo que no podía ignorar.

Minju no dejaba de moler su cadera junto a la mía, mientras yo seguía mordiendo su cuello, sus jadeos y respiración pesada se liberaba junto a mi oído y eso me hacía morder más fuerte.

— Si queremos hacer esto bien, vamos a mi habitación — le susurré y contuve mis gemidos.

La sostuve entre mis brazos y al ponerme yo de pie la obligué hacer lo mismo. Ella se aferraba a mí de tal modo que en ningún momento separó su cuerpo del mío, podía sentir su piel junto a la mía y los pequeños roces que se hacían cuando caminábamos a la par.

Llegamos a mi habitación y ella se alejó de mí ofreciéndome un espectáculo fenomenal de su cuerpo, que para mí no tenía ningún defecto. Ella sonrió al notar que tenía toda mi atención, comenzó a quitarse los pantalones de la forma más sensual y lenta posible, llevando la poca cordura que me quedaba al borde de un precipicio.

Incapaz de moverme e imitar su acción, ella se acercó a mí, se puso de rodillas y desabrochó el botón de mi pantalón y lo bajó lentamente, rozando en todo momento la piel de mis piernas. Cuando el pantalón estaba fuera, ella volvió acariciar mis piernas pero ahora con las palmas de sus manos y al tiempo que ascendía se iba poniendo de pie. Al llegar a mi muslo, se desvío un poco y de una forma rápida rozó con ambas manos mi entrepierna.

Un gemido se escapó de mis labios, pero ella no detuvo su camino, siguió ascendiendo, pero esta vez quitó sus manos y colocó sus labios en mi vientre, rozando mi piel. Continuó lo que estaba haciendo hasta que llegó a estar completamente de pie y sus labios junto a los míos, con mis ojos entre-abiertos pude ver como ella desabrochaba su sujetador y lo arrojaba lejos.

— Parece que en esta noche sólo te empeñas en mirar — Mina tomó mis manos y colocó mis palmas en sus senos completamente desnudos.

Estas los cubrían perfectamente y entre mis dedos podía sentir su piel tersa y sus pezones erectos, demostrándome una vez más lo excitada que estaba. Justo ahí me dí cuenta de cuánto en verdad la deseaba y que quería hacer el amor con ella hasta que ninguna de las dos pudiera mantener los ojos abiertos. Y entonces, quería hacerlo de nuevo. Reaccioné después de perderme completamente en su cuerpo y comencé acariciar sus senos con mis palmas. Minju sólo se retorcía ante mi tacto y dejaba salir suspiros acompañados de pequeños gemidos.

Nos acercamos más y ella desabrochó mi sujetador, quedando las dos sólo con nuestras bragas. Ella se separó de mi tacto y se recostó en la cama haciéndome la mejor invitación que había recibido en toda mi vida para acostarme en la cama. Subí sobre ella e inmediatamente surgió una extremada necesidad de volver a poseer su boca, cuando mis pulmones quemaban por la necesidad de aire me separé y como lo había imaginado hace un momento comencé a recorrer su cuerpo con mis labios, dejando un rastro de ellos por todos lados y trazando más recorridos con mis manos.

Llegué hasta el borde de su ropa interior y con extrema delicadeza las bajé lentamente, pude notar como estaban algo mojadas y eso me excitó.

— Deja la delicadeza a un lado, te necesito.

Un escalofrío me recorrió el cuerpo y con un movimiento rápido y ágil me quité la última prenda que estaba sobre mi cuerpo. Volví a juntar nuestro cuerpos, pero ahora estábamos completamente desnudas.

Nuestros pechos se tocaban y nuestras intimidades estaban completamente unidas, ahora no solo veía la humedad de Minju, ahora también la sentía. Comencé a mover mis caderas contra las suyas trazando pequeños círculos. Ella envolvió sus piernas alrededor de mi torso, lo que demandaba más contacto.

— Chae, ah. Más rápido, ah, por favor.

Yo no obedecí su petición, sino en cambio alejé mis caderas de las suyas y llevé mi mano hasta la entrada de su vagina y pasé mis dedos entre su hendidura acariciando más de una vez su clítoris.

— No pares, ah.

— No pretendo hacerlo.

Comencé acelerar los movimientos de mi mano hasta que me di cuenta que estaba en el límite y sin previo aviso hundí dos dedos dentro de ella, penetrándola con fuerza. Ella se estiró acostumbrándose a los dos nuevos intrusos dentro suyo, pero por su gemido supe que le había provocado más placer que dolor, por lo que procedí hacer pequeños movimientos dentro de ella, Minju comenzó a cooperar con algunos movimientos de cadera y así concediéndome el permiso de acelerar el paso pero esta vez metiendo y sacando mis dedos de una manera rápida.

Minju no paraba de gemir y cada vez me demandaba más fuerza y rapidez. Dispuesta a complacerla en toda forma accedí a cada petición, pero siempre añadiendo más de mi parte e incluso me atreví añadir otro de mis dedos.

Sentía como sus paredes vaginales comenzaban aferrarse a estos, se contraían y parecía que trataban de exprimir mis dedos. Yo añadí más velocidad a mis penetraciones, ella estaba cerca del clímax, y con unos cuantos empujones más, ella se aferró a mi espalda de tal manera que sus uñas penetraron mi piel. Un grito inundó la habitación y un líquido emanó de su vagina. Ella temblaba y se aferraba a mí.

Permanecimos un momento en esa posición hasta que sus temblores se redujeron a la nada. Nuestros cuerpos estaban completamente sudados, nuestra respiración era completamente agitada y pesada, sin dejar a un lado nuestro ritmo cardíaco acelerado.

— Creo que sería injusto que fuera sólo yo la que disfrutara — dijo Minju comenzando acariciar mis pechos y haciendo algunos desvíos a mi vientre.

— Créeme, disfruté más de lo que piensas.

— Me gustaría más continuar de una manera un poco distinta a la del comienzo.

Con sus piernas separó las mías y atravesó una de sus piernas entre estas, quedando nuestras intimidades completamente unidas una a la otra. Aún podía sentir el líquido caliente sobre sus piernas, ella comenzó a moverse causando un enorme placer en mi zona íntima. Yo también comencé a moverme junto a ella encontrando el ritmo adecuado. Era algo desmedido y completamente pasional, era tan rápido que incluso la cama comenzó a moverse junto a nosotras, el placer era tan grande que mi cuerpo comenzaba a temblar y también el de Minju, pero ninguna de las dos redujo la velocidad.

Con un grito las dos llegamos al clímax y nos liberamos, sin embargo después de calmarnos nos quedamos en la misma posición.

— No tienes idea de cuánto te he deseado y desde cuánto tiempo he anhelado un momento como este. No sólo te deseo en la cama, sino deseo todo de tí. Deseo presenciar cada sonrisa tuya, cada mañana verte a mi lado y abrazarte hasta que nuestros cuerpos parezcan uno solo, y tal vez ahora mismo pienses que este es un error como las otras veces, pero quiero que sepas que aunque pienses todas esas cosas yo te sigo amando y para mí esto no es un error, más bien es un acto de amor y sí, te amo con locura, pero creo que no hay otra manera de amar sino es esta y sólo te pido una oportunidad. Sólo eso te pido, antes de que te pongas de pie, te vistas y decidas marcharte. Piensa en lo que te estoy proponiendo.

Jamás había hablado con tanta convicción en mi vida, pero quería hacer un último intento antes de que ella hiciera todo lo que había descrito y otra vez me quedara con el corazón destrozado.

— No lo voy hacer... no me voy a ir de aquí, y no pienso que este es un error. Si antes lo pensé fue porque era una tonta que se negaba aceptar sus verdaderos sentimientos y que tenía miedo, mucho miedo de todo, tenía miedo de mi verdadero ser, de mis pensamientos. Tenía miedo de lo demás y no sabía qué hacer. Te ruego que me perdones y la que debería pedir una oportunidad soy yo, no tú. Yo soy la que te debería de pedir que no te vayas y te quedes a mi lado ahora que he tenido el valor de aceptar todo lo que soy y siento sin importarme que pensaran o que vendrá después. Por primera vez quiero intentar ser feliz de una manera genuina y sin estereotipos. ¿Te gustaría ayudarme?

Podría jurar que algo dentro de mí se movió de una manera distinta es como si el mundo hubiera cambiado su rotación y sentía como mi corazón palpitaba pero de una manera distinta como nunca lo había hecho antes.

— Por supuesto que me gustaría.

Volví a besarla, pero como dije antes, todo se había vuelto distinto. Incluso los besos, sus labios, el tacto de su lengua todo me parecía más exquisito y delicado e incluso adictivo.

Volvimos hacer el amor tres veces más hasta que caímos rendidas en la cama y dormimos una junto a la otra aferrándonos en un fuerte abrazo y compartiendo no sólo la cama, sino también el calor de nuestros cuerpos, y fue ahí, cuando supe que esta era la mejor noche de mi vida.

Sin querer le estoy dando una maratón de 5 capítulos, igual la actualizaciones van a ser mas seguidas así que espero que lo disfruten<3

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