Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

|𝟏𝟑| ➟ 𝐏𝐫𝐨𝐛𝐥𝐞𝐦𝐚𝐬。

Seis meses después...

— Lo siento Minju pero tengo que colgar. En estos momentos tengo que salir a una entrevista.

— Está bien, después hablaremos.

— ¿Segura que estás bien? Te escuchas bastante rara.

— Ya sabes, lo usual. Otra vez peleamos.

— Apenas llevan seis meses casados y sólo se la pasan peleando. ¿Cuándo van aprender?

— Esto es tan raro. Cuando éramos novios rara vez peleábamos, pero ahora sólo nos vemos y es lo único que hacemos.

— Tal vez solo les falta adaptarse un poco a la vida de casados, ya verás que pronto las cosas van a mejorar.

— Será mejor que ya no te entretenga. Te llamo después.

— Bien, adiós.

— Adiós.

Apenas habían pasado seis meses después de la boda. Durante ese tiempo Minju y Jaemin me habían llamado cientos de veces contándome una nueva pelea, no parecían ser grandes peleas, la verdad me sorprende que discutan por tan pequeños detalles y ambos me ponen en una situación difícil. 

Los dos me piden consejos para dejar de pelear pero me quedo sin palabras. Mi conciencia no me deja decirles: Solo dejen de ser tan idiotas, esa es la solución. A mi parecer esas palabras serían bastante grotescas, aunque es la verdad y esa es la solución.

Después de la boda comencé a trabajar en un nuevo álbum que Woolim tenía preparada para mí y esta apenas se estrenó hace tres meses. El estar completamente ocupada me alejó de mi tristeza y me recordó que mi vida va mucho más allá de Minju, aunque reconozco que sería fantástico tenerla a mi lado como mi novia o esposa, pero como dicen por ahí, no se puede tener todo en la vida.

Es un álbum excelente. De toda mi discografía este es mi favorito y al parecer también el del público. En los programas de música he recibido excelentes críticas por mi trabajo, los premios han llenado mis estantes y eso me hace sentir aún más orgullosa porque cada canción que interpreto lleva una parte de mí y que esa parte de mi pueda lograr tantas cosas me hace pensar que nada es imposible y cuando esa sensación me llena, me provoca una inmensa felicidad.

En estos momentos es cuando volteo al pasado y me repito que valió la pena. Incluso hace dos días me llamaron ofreciéndome hacer el soundtrack de una película de Hollywood. Es una nueva experiencia para mí y tan solo de pensarlo me pongo nerviosa.

Había terminado una entrevista y estaba más que preparada para llegar a mi departamento y tener la mejor bienvenida de todas, la de mi cama. Llegué e hice justamente lo planeado, ni siquiera me importó cambiar mi ropa.

Pero al parecer al jodido universo no le gusta que descanse yo en paz. Mi celular comenzó a sonar. Mi cabeza me decía que dejara que entre al buzón, pero mi conciencia apareció en el peor de los momentos y me obligó a contestar.

— Chaewon, por fin me contestas. Cómo es posible que dejes esperando a tu madre. ¿Qué es más importante que contestar una llamada de la mujer que te dió la vida?

— Dormir.

— Me estás diciendo que dormir es mas importante que yo. Imagínate que fuera secuestrada y tú estuvieras dormida. Seguro me muero antes de que tú levantes tu trasero flojo de la cama...

— Mamá no estoy diciendo eso, es solo que estaba dormida y no sabía quién estaba llamando. Perdón por no contestar.

Si algo he aprendido toda mi vida es que las mamás son las mejores en todo. Pero si en algo se destacan es en su forma de dramatizar, llega el punto en que tú te sientes mal y no sabes porqué.

— Más te vale, Kim Chaewon, porque el que tengas 25 años no significa que debas dejar a un lado tu familia y hablando precisamente de la familia hace mucho que no vienes a visitarnos, iríamos nosotros como la ultima vez, pero tu papá está algo enfermo.

— ¡¿Qué le pasó a papá?! ¡¿Está bien?!

— Sí, es sólo una gripa, pero ya sabes que es un viejo exagerado, sólo se la pasa diciendo que se va a morir, aunque el doctor le dice que está completamente saludable, ya sabes que es un terco.

— No te preocupes mamá. En unos dos días estaré desocupada y podré ir unos días a visitarlos.

— También te llamaba para decirte que tu primo está muy interesada en la hija mayor de la vecina de enfrente y ese hombre no nos dice nada a tu padre y a mí. Nosotros nos enteramos por los vecinos. Espero que por lo menos a tí te cuente algo.

— Mamá, espero que esto si sea verdad, no como la última vez que me dijiste que le gustaba la hija de tu amiga Naeun y solo me dijiste eso porque a Jiwoo le saludó cuando pasaba por la calle.

— Yo como iba a saber que eran compañeros de clase.

— Aún no lo puedo creer... bueno me tengo que ir a dormir nos vemos después. Saluda a mi papá y a Jiwoo de mi parte, te quiero adiós.

— Adiós, duerme bien.

Uff, por fin lograré dormir, sólo espero que esta vez no insista en que debo casarme y tener una familia, que si no lo hago moriré sola. A veces mi mamá me da miedo.

Llegaron los dos temibles días en las que mi madre me bombardearía con temas del matrimonio y la importancia de formar una familia. Yo no creo que para ser feliz sea muy necesario casarte y tener familia, claro que algunas veces lo he pensado y no me desagrada tanto la idea, pero lamentablemente con la única persona con la que he soñado hacer esto está totalmente fuera de mi alcance.

Pero qué le vamos hacer, mi madre es mi madre y la quiero mucho, espero que estos días me relajen y no aumenten mi estrés.

De camino a casa, mi celular comenzó a sonar, como ya era costumbre. Sin mirar el remitente contesté con el manos libres.

— Hola, ¿Quién habla?

— Soy Minju. ¿Dónde estás? Llevo horas esperándote enfrente de tu departamento.

— ¿El portero no te dijo que salí?

— Sí, pero pensé que para estas horas ya estarías aquí.

— Minju, voy camino a mi casa, a visitar a mi familia.

— ¿Por qué no me lo contaste?

— No creí que fuera necesario.

— Claro que es necesario... ¿Por cuánto tiempo vas a estar allá?

— Dos días. Mi agenda no me permite más.

— Necesito hablar contigo.

— ¿Otra vez pelearon?

— Sí.

— Ya te he dicho que las cosas no siempre van a salir como tú quieres y que debes dejar de llevarle la contaria. No sé qué les pasa a los dos que siempre quieren ser ustedes los que "ganen" las peleas. No se dan cuentan que los dos quedan como unos patéticos perdedores.

— Es que no soy yo la del problema.

— La cuestión no es buscar quién tiene el problema o quién se equivocó, sino buscar la solución. Es difícil acostumbrarte a ver a una persona la mayor parte del día cuando solo la veías un par de horas cuando tenías suerte.

— ¿Entonces por qué contigo no peleaba tanto?

— ¿Disculpa?.. Bueno es que nosotras estábamos acostumbradas a vernos casi todo el día los trescientos sesenta y cinco días del año, y desde que nos conocimos fue así. Estoy apunto de llegar a la casa de mis padres y si mi madre me ve llegar manejando y hablando por el celular me va a matar. Te llamo luego.

— Adiós.

— Adiós.

Estacioné mi auto justo frente a la cochera. 

Todo a mi alrededor estaba casi en silencio, en la calles solo había unas cuantas personas, contando a la Sra. Kwon que parecía estar hablando con sus flores. Después de que todos sus hijos se graduaran y se marcharan de casa jamás volvieron y muchos dicen que soy una ingrata por no frecuentar a mis padres, esas personas no saben lo que en verdad es ingratitud.

— Buenos tardes. —saludé a la Sra. Kwon cuando pasé cerca de ella.

Ella sólo levanto su rostro me sonrió pero nunca me contestó, haciendo caso omiso a eso, decidí entrar a mi casa.

— ¡Feliz cumpleaños!

— ¿Eh?

— No puedo creer que seas tan distraída para olvidar tu propio cumpleaños. — dijo mi padre acercándose a darme un abrazo.

¿Hoy es mi cumpleaños? Vaya, soy un desastre. Dentro de mi casa habían bastantes personas, la mayoría parecían desconocidos para mí.

— Ven, pasa a saludar. — dijo mi madre tomándome del brazo.

Muchas personas se acercaban abrazarme y besarme en la mejilla. Tantas personas me sofocaban y lo peor de todo es que estas personas parecen conocerme y yo no reconozco a nadie más que a mi familia.

— Chaewon, pareces asustada. — dijo mi primo rescatándome de entre toda la multitud.

— Tú también lo estarías si todas esas personas desconocidas te abrazaran y besaran.

— ¿Desconocidos? ¿No hablas enserio? Ese chico de allá — señaló a un chico que estaba en un rincón tratando de calmar el llanto de un bebé que tenía en brazos—, era uno de tus mejores amigos de secundaria.

— Soobin. No lo puedo creer.

— Pues créelo. La última chica que te felicitó antes de que yo te rescatara, es Shin Yuna. Es la vecina del frente con la que jugabas todo el día y así te podría decir de todos los invitados pero sería bastante tardado.

— Vaya, cambiaron bastante con el tiempo.

— Trata de disimular que no los recuerdas, sobre todo porque ahí viene mamá.

— San, deja que Chaewon acabe de saludar a los invitados y después los dos podrán hablar.— mi madre adoptaba la misma posición de sus manos en las caderas cada vez que nos llamaba la atención. San y yo éramos algo traviesos cuando éramos niños, ya que él desde siempre había vivido conmigo y era como mi hermano. Mi padre se reía de nosotros mientras mi madre nos regañaba.

— Chaewon te quiero presentar a una chica que quiere conocerte. Ella es Kim Sohee, es sobrina del Sr.Choi.

La chica logró colocarse frente a mi madre para poder verme y que yo la pudiera ver. Era un mujer guapa eso no lo podía negar, inmediatamente hizo una reverencia y yo le respondí de la misma manera. No pude evitar sentirme molesta. Por primera vez desde que pasé los veinte, pensé que al pasar por esa puerta mi madre no intentaría algo para que yo sentara cabeza.

— Mucho gusto, Sohee.

— El gusto es mío. Nunca imaginé que algún día te conocería en persona.

— Doyeon es pintora. Dice que tus canciones siempre la inspiran. —intervino mi madre.

Ahora es un hecho que quiere emparejarme con ella.

— En realidad sólo soy pintora en mis tiempos libre, soy maestra en la universidad Dongguk.

— Wow, creo que no hace falta que mencione a que me dedico, y aprecio mucho que mis canciones te inspiren.

— Será mejor que las deje solas para que puedan platicar más cómodas — dijo mi madre y se fue con otro grupo de invitados

Al instante una pregunta y un hecho invadieron mi mente "¿De qué le voy hablar?" "Esto es muy incómodo."

— Creo que por tu carrera no me está permitido preguntarte si tienes pareja o no.

— No quiero sonar dura pero creo que mi mamá ya te tiene al tanto de esa situación.

— Creo que lo estás malinterpretando. Fui yo la que insistió en conocerte, no tu madre, como tú piensas. Y sí, me gustas, pero a quién no. Seamos realistas, por lo menos a un treinta por ciento de la población de Seúl está interesado en tí.

— Ni siquiera me conocen.

— Eso no impide que alguien se fije en tí.

Me agradaba mucho su sinceridad, ella perece ser una mujer que no le da muchas vueltas a las cosas. Realmente es agradable platicar con alguien. Lo que a mi parecer iba ser una fiesta tediosa, terminó siendo bastante agradable. 

Después de hablar con Sohee e intercambiar números. San me arrastró hasta las conversaciones con mis viejos amigos. Al principio en el ambiente dominaba la incomodidad, pero conforme hablábamos esa barrera de incomodidad fue remplazada por una de intriga al querer conocer que había sido de la vida de los demás.

La gran mayoría estaba casado y con hijos. A mi edad la mayoría de los eventos sociales a los que se asiste es a bodas o fiestas de cumpleaños de niños de entre siete y dos años, pero lo que me reconforta es que aún no paso la edad de pasar de funeral en funeral, para eso todavía falta mucho.

Mi teléfono comenzó a sonar y para mi desdicha mi mamá estaba lo suficientemente cerca para escucharlo. Ella solo me sonrió malévolamente y me dedicó su típica mirada asesina de "Si vuelve a sonar alguien morirá". Mi mamá tenía la idea de que en los eventos sociales no se trabaja y en mi caso el ochenta por ciento de mis llamadas son de trabajo.

Salí al patio trasero para poder contestar. Al abrir las puertas corredizas, el aire frío impactó en mi cara. Traté de conservar el calor abrazando mi cuerpo. Saqué el celular de mi bolsa y contesté antes de perder la llamada.

— Kim Chaewon. No vas a creer lo que estoy a punto de decirte.

Era mi manager que parecía estar de muy buen humor. Esto sólo significaba una cosa ¡Buenas noticias!, sólo espero que sean vacaciones.

— ¿Qué pasa?

— Espero que estés preparada porque te estoy a punto de dejar caer una bomba.

— Deja las tonterías a un lado y ya dime.

— Estas nominada para un grammy.

— ¡No lo puedo creer! ¡Debes estar bromeando!

— ¡No es broma! Me acaban de confirmar. Yo tampoco lo creía y sabes que jamás jugaría con algo como esto.

— ¡Sigo sin creerlo! ¡Es imposible!

— Vamos tampoco es tan difícil de creer. Cuando regreses de casa de tus padres, tenemos que festejarlo en grande.

— Pero será en tu casa.

— No me queda de otra. Tengo que colgar, ah y antes de que lo olvide, feliz cumpleaños.

— Gracias, nos vemos en dos días.

— Adiós.

— Adiós.

Podría saltar de alegría y rodar por todo el patio, pero las puertas corredizas son de cristal. Sí, me da algo de pena y solo dejé que mi alegría saliera en forma de una enorme sonrisa que estaba justo ahora en mi rostro.

Mi celular volvió a sonar y al ver mi pantalla pude ver que era Minju quién llamaba. Quería contarle lo que había pasado así que contesté la llamada.

— Hola.

— Chaewon, en verdad necesito hablar contigo. Me estoy volviendo loca.

Por su tono de voz sabía que estaba triste, furiosa y había pelado con Jaemin.

— Otra vez pelearon.

— Sí, otra vez. Sólo se la pasa quejándose todo el día. Me vuelve loca en el peor de los sentidos.

Mi madre se acercó a la puerta corrediza y desde adentro me hizo una señal para que entrara y de no hacerlo estaría en problemas.

— Minju, necesito colgar. Te marco en cinco minutos.

Mi plan es entrar para no hacer enfadar a mi madre, después decirle que necesito ir al baño y después volverle a marcar a Minju.

— ¿Por qué? ¿Pasa algo?

— No, nada sólo necesito encontrar un lugar más privado.

La puerta corrediza se abrió y la piel se me erizó del tan solo pensar que mi madre había salido al patio.

— Chaewon. ¿Qué haces aquí afuera sola? Vamos, entra. — dijo Sohee.

— ¡¿Me quieres colgar por estar con esa mujer?!— gritó Minju a través del teléfono.

Sohee volvió a entrar a la casa y ahora estaba sola en el patio con Minju furiosa en el teléfono.

— No es eso, ya te dije porqué te voy a colgar.

— ¡Sólo tratas de engañarme! Estoy segura de que no volverás a marcarme.

— Jamás te he hecho algo semejante.

— Pero ahora que estás con una mujer seguro que lo harás.

— Si lo hiciera, que no es el caso, tengo todo el derecho de estar con quién quiera a la hora que sea y no soy la encargada de resolver tus problemas matrimoniales. Así que, por favor Minju, deja de comportarte como si sólo tus problemas fueran importantes o como si mi vida fuera para servirte ti.

Sin dejar que me contestara colgué el celular y lo apagué antes de que volviera a marcarme.¿Alguna vez han sentido que están en la cima de todo, que eres la persona más feliz del mundo y de pronto alguien llega y te lo jode todo?, pues es lo que me pasa ahora.

Minju tiene este enorme efecto sobre mí. Ella es la persona que me puede hacer feliz con tan solo dedicarme una sonrisa. Pero es esa misma mujer la que me hace experimentar el dolor que hasta el día de hoy no se ha comparado con ningún otro y hablo de ese dolor que te arranca el alma y el corazón.

Todas sus acciones hacen que llegue a aborrecer el amor que siento por ella. No logro dejar de quererla y odio ese sentimiento.

Pocos o nadie lo entenderán.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro