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|𝟏𝟐| ➟ 𝐋𝐚 𝐅𝐢𝐞𝐬𝐭𝐚。

Llegué a la mesa donde sólo estaban Yuri, Yena, Yujin y Wonyoung. Ninguna de las cuatro había notado mi presencia.

— Vaya. En esta mesa hay bastante diversión —dije con sarcasmo.

Las cuatro inmediatamente me voltearon a ver y su expresión de asombro fue indescriptible.

— Hasta que por fin te dignas a aparecer — dijo Yena.

— Pensamos que no vendrías — habló Wonyoung.

— Incluso habíamos planeado ir a patearte el trasero cuando llegaras —agregó Yujin.

Todas nos quedamos calladas y a nuestro alrededor solo se escuchaban las conversaciones de todas las mesas chocando entre sí haciendo de estas algo indescifrables.

— ¿Dónde están las demás?

— Están disfrutando de la pista de baile o de la barra libre — dijo Wonyoung.

— ¿Ustedes no iban a venir con pareja? — señalé a Yena, Yujin y Wonyoung.

— No eres la única que es adicta al trabajo — dijo Yena.

— ¿Y a tí Yuri, qué te pasa? No has dicho nada desde que llegué.

— No te preocupes. Ella ha estado así todo el día, ya que no le gustan las bodas. Nosotras tres llevamos casi todo el día tratando de embriagarla para que se divierta y hasta ahora no ha resultado como lo planeamos — explicó Wonyoung.

— ¡Chaewon-ah! Por fin llegaste — dijo Eunbi acercándose a la mesa junto a su esposo. — Aún sigo sin creer que te hayas equivocado de iglesia.

— Siempre fui muy mala para las direcciones.

— Pero dejen esas caras largas, parece que están en un funeral y hoy es un día para festejar, cada vez somos más las casadas.

Eunbi nos obligó a ponernos de pie y seguirla hasta la pista de baile. No tenía ganas de bailar, en realidad no tenía ganas de hacer nada.

Después de dos canciones me escapé hasta la barra, mi plan era tratar de desconectarme del mundo con un poco de bebida. Pero tampoco quería armar un escándalo, salir borracha o en el peor de los casos terminar gritando a los cuatro vientos mis sentimientos por Minju, eso sí que sería un desastre además de que ya tuve suficiente drama por hoy.

Justo frente a mi estaba Yuri sentada en la barra, en su mano tenía una copa que supongo que es alcohol.

Vaya, a esta mujer no solo no le gustan las bodas sino también la deprimen. Decidí unirme a ella y así las dos nos haríamos compañía.

— Parece que en verdad odias las bodas.

— No es que las odie, simplemente... me recuerdan a mi ex-esposo, mejor dicho la vida que tuve con él.

— Tienes una extraña aberración al matrimonio.

— No es eso. Cuando tienes ya un matrimonio fallido te da miedo de que a alguien que aprecias tanto, le pase lo mismo y en cuanto a mí el tan solo pensar que alguien se acerca a tí con la intensión de algo serio...bueno, ya sabes— dijo Yuri

— Vaya, estás bastante traumada.

— No es un trauma, es más bien miedo, un miedo que se aferra a ti como una segunda piel. Si tan solo tuviera el valor de contar lo que ese imbécil me hizo.

— ¿Te golpeó?

— No, jamás hizo eso, pero sus palabras eran más hirientes que cualquier puñetazo o bofetada. Cuando vivía con él no vivía con miedo, sino que el miedo era mi vida y esa es una sensación que jamás quiero volver a experimentar.

— No dejes que el miedo tome el control de tu vida. Tú tienes el poder para decidir cuánto te puede afectar y de qué modo.

— Creo, amiga mía, que te acabas de morder la lengua. ¿Qué el miedo no controle mi vida?, ¿Qué tengo el poder de decidir cuánto me puede afectar? ¿Dime eso te ha funcionado alguna vez? Esas son sólo palabras y tú, mejor que nadie, lo sabe, o dime ¿Cuándo fue que dejaste a un lado el miedo y dejaste que tus verdaderos sentimientos por Minju salieran a la luz sin vergüenza? ¿Y cuando decidiste que no te iba afectar? Incluso en este momento sé, por tu mirada, que tu mundo se viene abajo, así que te pido de favor que no vuelvas a decirme esa bola de estupideces llenas de hipocresía.

— Yo no quería que sonara de ese modo.

— No Chaewon, no sonó de ese modo, así son las cosas, pero creo que me acabo de equivocar en algo, sí has dejado a un lado tu miedo por sacar tus sentimientos, y para ser exacta solo han sido dos veces y ninguna de esas dos resultó como querías, en la primera te rechazó y en la segunda llegaste tarde.

— Yo no...

— No trates de negarlo. No tienes porqué avergonzarte. Lo intentaste y no resultó.

— Tienes razón en todo lo que dijiste. Este fue mi segundo y último intento por tratar de torcer mi inevitable destino.

— No digas cosas de las que después te retractes.

— Jamás me enredaría con una mujer casada.

— Ya te lo dije. No digas cosas de las que después te retractes, además no necesariamente tienes que meterte con ella estando casada, hoy en día la mayoría de las parejas no duran más de siete años casadas.

— No creo que sea su caso, además, míralos se nota que ambos se aman.

— ¿Estás segura de lo que dices?... a veces no logramos ver más allá de nuestra propia nariz.

— Creo que estás más borracha de lo que aparentas. Tu estado melancólico me lo dice, creo que dentro de unos minutos comenzarás a decir bromas de mal gusto sobre las parejas recién casadas.

— Chaewon, estoy bastante sobria. Sé precavida con tu relación con Minju, ellos no se aman como todos e incluso tu crees, estás más que consiente de eso. Si Minju lo amara como me aseguras, no se hubiera encerrado contigo en un baño en su despedida de soltera y justo a unos días de su boda.

— Vale, tal vez no es el amor incondicional, pero yo solo fui su última aventura o locura, además todos lo hacen en sus despedidas de soltera.

— No trates de convencerme de algo que ambas sabemos que es mentira. Te estoy siendo sincera y por lo que he visto en Minju, estoy casi segura de que ella siente algo más que deseo por ti, pero ella no está completamente segura de eso.

— Si ese fuera el caso ella no se hubiera casado, sólo alguien completamente estúpido se casaría estando confundido de sus sentimientos.

— Dejemos esto para cuando no esté tanto público presente, no quiero que esto termine en escándalo.

La fiesta seguía su curso y fue inevitable que Sakura hiciera su magia y el ambiente entre todas nosotras mejoró radicalmente. Ella tenía esa chispa que provocaba que todo a su alrededor se volviera alegre, sólo espero que no vaya muy seguido a funerales.

Esta mujer hace maravillas, en menos de una hora logró que Yuri aceptara bailar con dos hombres, fue su poder de convencimiento y que Yuri ya había tomado algunas copas, incluso yo comenzaba a desconectarme, no sabía si eso era bueno o malo.

— Tenemos que hablar

¿Mi vista y oído me estaban fallando o estaba Minju frente a mí sujetándome el brazo, pidiéndome que habláramos?

— ¿Qué pasa?

— Tenemos que hablar en privado.

— Está bien.

Ambas nos acercamos al estacionamiento que solo estaba habitado por automóviles.

— ¿Qué es lo que tenemos que hablar?

— ¿Está todo bien?

— Sí, estoy bien.

— ¿Está todo bien, entre nosotras?

— Supongo que sí. ¿Por qué lo preguntas?

— Sólo quería estar segura de que está todo claro entre las dos. Lo que pasó esa noche... yo... lo siento no debí besarte.

— Todo está claro entre nosotras, no necesitas recodármelo cada vez que nos vemos.

— ¿Estás molesta?

Claro que lo estoy, estoy furiosa porque siempre que me besas termina siendo un error, y siempre terminas diciendo lo siento como si esas palabras fueran consuelo para mí y además súmale a todo eso que te acabas de casar.

— No lo estoy, es sólo que es incómodo tener que recordar nuestros votos de amistad cada vez que nos vemos.

— Perdona.

— Parece que a la que le pasa algo es a ti, ¿Tienes algo que contarme?

Ella agachó su cabeza ocultado cualquier expresión de mí.

— ¿Minju?

Ella no dijo nada y simplemente me rodeó con sus brazos. Me abrazaba fuertemente, era como si nunca más nos fuéramos abrazar.

— Estaba muy asustada, pensé que no vendrías...

— Creo que debería preocuparte más la ausencia de Jaemin que la mía.

— Pensé que estabas molesta conmigo y que jamás nos volveríamos a ver.

— Lo que pasó en ese baño fue cosa de las dos, además te prometí que vendría.

— Eso era lo que me preocupaba, que sólo vinieras por una promesa.

— No sólo fue la promesa y lo sabes.

— Prométeme que si hay algo que te moleste me lo dirás.

— Te lo prometo.

Vaya estupidez. Estoy prometiendo algo que justo en este momento no estoy cumpliendo.

— ¡Chaewon! ¡Minju!

Se escucharon esos gritos y con una velocidad impresionante ella se apartó de mí. Incluso, a mi parecer, se apartó de mí como si ambas estuviéramos haciendo algo malo.

Nako se acercó apresurada y en unos segundos estaba frente a las dos.

— ¿Pero que hacen ustedes aquí? Minju, todo el mundo pregunta por ti, apúrense y vámonos de aquí.

Ella nos tomó por el brazo y nos llevó de nuevo a la fiesta.

Otra vez volvió a mí la incomodidad ante todos.

Parece que todo lo que pasó los anteriores minutos contrarrestó todo lo que había logrado en dos horas con alcohol, y esto parecía ser el inicio de mi enorme tormenta personal de emociones y pensamientos

Como dije en mi tablero, habrán actualizaciones diarias sisi <3

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