|𝐎𝟗| ➟ 𝐃𝐞𝐬𝐩𝐞𝐝𝐢𝐝𝐚 𝐃𝐞 𝐒𝐨𝐥𝐭𝐞𝐫𝐚。
Maratón 1/3
Dos meses después...
— No puedo creerlo Chaewon. ¿Cómo puedes hacerme esto?
— Minju tengo que hacerlo.
— ¿Por qué?
— No puedo hacer nada al respecto. Yo no lo planee así.
— ¿Pero por qué precisamente tienes que salir de viaje justo cuando solo faltan tres días para mi boda?
— No exageres. Ya te dije que volveré para la boda.
— Más te vale, porque si no vas a mi boda jamás te lo perdonaría.
Minju se acercó y se recostó junto a mí en el sofá. Estábamos en mi departamento. Casi siempre nos juntábamos aquí ya que yo casi no tenía tiempo, y ella está un poco más libre que yo. Minju tenía dos años algo retirada del medio. A veces aparecía en programas o modelaba en revistas pero eran pocas las veces.
— Sabes que no me perdería tu boda por nada.
— Sí, lo sé, pero es mejor recordarte lo enfadada que me pondría sí faltaras.
— Hablando de faltar ¿No deberías estar preparándote para tu despedida de solera?
— Apenas son las cuatro de la tarde. Además pienso irme de aquí contigo.
— Después no digas que no te lo advertí.
— No pienso arriesgarme a que no vayas.
— ¿Y perderme la última noche loca de Kim Minju? No lo creo.
— No es mi última noche loca.
— Es tu última noche loca como soltera. ¿Todas van a ir?
— Sí. Ayer Nako y Hitomi fueron las últimas en confirmarme.
— ¿Estás segura de que será completamente privado? No quiero que después se arme un escándalo.
— Estás preocupada de que se haga un escándalo por la despedida de soltera, pero no te preocupó cuando fuiste al club gay.
— Minju. Por favor no comencemos con eso otra vez.
— Como sea. ¿Vamos a ver la película o no?
Tres horas después
Minju había organizado su despedida de soltera días antes de su boda y no un día antes como la mayoría de las veces se acostumbra. Ella dijo que no quería tener unas horribles ojeras o resaca en su boda, además de que quería disfrutar la noche entera y el que lo hiciera un día antes se lo impedía.
Llegamos justo a tiempo para comenzar la fiesta. Ella había rentado un pequeño salón donde se podía gozar de absoluta privacidad, lo cual me resultaba muy cómodo.
No habían muchas invitadas, solo estábamos las más cercanos a ella. Yo estaba muy emocionada. Después de varios años por fin volveríamos a estar reunidas, las doce en un solo lugar. Siempre manteníamos la comunicación y de vez en cuando nos juntábamos, pero siempre que intentábamos juntarnos las nueve algo le sucedía a alguien.
La primera vez fue mi culpa, se supone que llegaría tarde por una entrevista y cuando salí me quede atascada en el tráfico por lo que no logré llegar.
Apenas y entramos por la puerta cuando las otras diez chicas que integraban IZ*ONE corrieron hacia nosotras. Extendí mis brazos como si fuera un reflejo y la inevitable colisión sucedió.
Comenzó la invasión de los abrazos.
El resto de las invitadas no lograron ignorar el espectáculo. Comencé a sentirme algo avergonzada con el resto de las invitadas y por lo que veo también el resto de las chicas. Después en unos cuantos segundos los abrazos se habían acabado.
Sakura me arrastró hasta una mesa, mientras Minju iba del lado completamente opuesto al resto. Seguramente tenía que saludar al resto de las invitadas.
En medio de botanas y bebidas alcohólicas, Sakura comenzó a mostrar todas las fotos y videos de sus dos retoños. Esos dos niños eran la adoración de su madre, solo hacía falta ver sus ojos cuando los mencionaba y podías notar ese pequeño resplandor que solo aparece cuando en verdad amas a alguien.
La mayoría de nosotras escuchaba con atención cuando Sakura nos contaba como Minami a su corta edad ya mostraba su talento musical. Casi todas parecíamos emocionadas al ver el video de Minami cantando una canción con un pequeño micrófono. Dije casi todas porque durante toda la conversación Yuri se mostró algo incómoda.
Estoy segura que quiere saber qué ha sido de cada una de nosotras en todo este tiempo, pero resulta molesto tener que escuchar como todas ellas tiene lindas historias de amor de sus novios o esposos y tú no puedas incluirte en la categoría de 'esposas/novias' felices.
Sé lo que se siente porque yo tampoco entro en esa categoría, pero para ella el sentimiento es más fuerte.
Intentando ayudarnos a ambas, yo trataba de desviar la conversación, pero siempre caímos en el mismo pozo. Supongo que esto forma parte del plan de Sakura; según ella, Yuri y yo necesitamos escuchar historias de amor reales para que nos atrevamos a amar otra vez.
Su plan tiene bastante lógica, pero no creo que sea la solución; cuando Yuri escucha este tipo de anécdotas simplemente se burla y dice que es imposible que alguien sea tan feliz como todas ellas aparentan y yo concuerdo con ella.
Por todo el tiempo que vivimos juntas sé que más de una se guarda muchos problemas y francamente eso me molesta demasiado. Me pregunto en qué momento dejamos de confiar unas en las otras ¿Fue el tiempo y la distancia o la necesidad de aparentar por el miedo a ser juzgadas? ¿O ambas? Espero que sea el tiempo.
Llegó el tan esperado tiempo de cantar y bailar. Con un poco de música el mal rato pasó. No recuerdo la última vez que me la pasé tan bien. Seguimos bebiendo pero mi cuerpo ya me reclamaba el exceso de alcohol; tuve que ir al exterior para tener un poco de aire.
Trataba de inhalar la mayor cantidad de aire puro, aunque hablando de Seúl no creo que sea posible.
— ¡Chaewon!
¡No puede ser! ¡¿Por qué me pasa esto a mí?!
— ¡Chaewon!
Me giré para comprobar lo obvio. Justo detrás de mi estaba Jessica sosteniendo un vaso en su mano derecha y por su apariencia casi podría decir que se le pasaron las copas o mejor dicho los vasos.
Ella se acercó a mi tambaleándose un poco. La sujeté del brazo libre para ayudarla a que se mantuviera de pie.
— Yo te amo Chaewon. Te amo tanto.
— Jessica. No sabes lo que dices, estás borracha.
— No, yo sí sé lo que digo. ¿Tú cómo podrías saber cómo me siento si ni siquiera te dignas a contestar mis llamadas o responder mis mensajes? ¡Solo usaste mi cuerpo para satisfacer tus necesidades! ¡No soy tu maldita muñeca inflable!
— Lo siento, pero...
— ¡Pero nada! ¡Eres una maldita! ¡Te odio!
— Ves que no sabes lo que dices. Primero me decías 'Te amo" y ahora dices que me odias.
— Es porque eso es lo que siento por ti. Amor y odio al mismo tiempo. ¿Qué acaso eso es imposible?
— Para mí si
— ¡Sí que eres idiota!
— ¡Basta! Ya me cansé de que me insultes cuando todo este tiempo la que me ha estado haciendo pasar un mal rato has sido tú a mí y no al revés como pretendes hacerme creer. Y sí, solo te tomé como mi aventura de una noche, pero pensé que así era para las dos; me dí cuenta de mi error hasta que a mitad del sexo comenzaste a decir que me amabas. Al principio pensé que solo decías eso por el calor del momento pero conforme lo repetías me di cuenta de mi error y ahora pago las consecuencias. Serás muy bonita pero siendo sincera estás loca.
— ¡Imbécil! — dijo Jessica tirándome todo el contenido de su vaso en la cara.
— ¡Jessica! ¡Chaewon!
Al parecer teníamos algunas espectadoras. La gran mayoría de las invitadas estaban paradas en la puerta y algunas afuera; nos miraban fijamente, preguntándose qué pasaba. Estoy segura de que nuestros gritos atrajeron la atención de toda la fiesta.
Aún empapada por todo el alcohol que derramó Jessica en toda mi cara y parte de mi camisa, entré al establecimiento y me metí en los baños; así evitaría todas las miradas, podría lavarme el rostro e intentaría arreglar mi camisa. Incliné mi rostro en el lavabo y con agua extremadamente fría me lavé la cara.
— Toma.
Mi cuerpo entero se tensó del susto. Por el reflejo del espejo pude ver a Minju detrás de mí ofreciéndome una toalla. Estiré mi mano derecha aún con el rostro en el lavabo, tomé la toalla y después sequé mi cara.
— ¿Por qué esa chica te llamó imbécil y te arrojó su bebida?
— Es una larga historia. Solo te diré que ella fue la chica que conocí en el bar gay.
— ¿Ella buscaba algo serio?
— Sí, pero no sé por qué buscaba algo serio cuando yo estaba borracha. No creo que cuando buscas algo serio vas a un bar; hubiera sido mejor pedirme una cita o yo que sé.
— Bueno es que tal vez ella no se pudo resistir. Tú eres una tentación muy grande.
— ¿Qué...?
Apenas y pude terminar una palabra cuando ella me calló con su labios. Esto no debe estar pasando, esto no puede ser real.
Pero sí es muy real, pude sentir su lengua colarse dentro mi boca. Lograba saborear el alcohol dentro de la suya y aunque es difícil concentrarse, también es difícil olvidar.
Recuerda lo que pasó la última vez. Ella se va a casar.
Con eso en mi cabeza me aparté bruscamente.
Sin embargo, ella seguía buscándome. Besaba mi cuello tratando de aumentar mi excitación, pero tenía que mantenerme firme. Volví a apartarme de ella y puse algunos metros entre las dos, aunque lamentablemente ella quedo del lado de la puerta y arriesgarme a otro beso terminaría derrotándome. Será mejor intentar que entre en razón.
— Minju, por favor no me hagas esto. Ambas sabemos cómo va a terminar y no es bonito.
— Chaewon, es mi última noche loca, sería ilógico si no hiciera locuras.
— Pero esto sobrepasa los limites.
— ¿Quien lo dice?
— Yo.
— Para mí es lo más normal.
— Lo que tú intentas es engañar a tu prometido.
— Seguramente él también lo hará en su despedida de soltero. Solo quiero un último beso de tu parte.
Qué manera de arreglar las cosas. 'Un último beso' esa oración me recuerda que mi vida amorosa está más que jodida. Gracias Minju.
— Solo uno, por favor.
— Solo uno.
— Sí, solo uno.
Con las manos y cuerpo temblando, me acerqué a ella sabiendo que era la peor decisión de mi vida. Coloqué mi mano derecha en su cintura y la izquierda en la parte trasera de su cabeza. Ella estaba muy ansiosa y yo muerta de los nervios al no saber si lograríamos parar. Ella acarició mi cuello y se acercó más a mí. Nuestras bocas estaban a escasos centímetros de tocarse, su respiración acariciaba mi rostro.
— ¿Me vas a besar o no?
Ella me retó y eso fue lo que llevó a mi mente a por fin probar sus labios. Trataba de que fuera lento, pero ella lo llevó a otro nivel; devoraba mis labios y la lujuria invalidó mis pensamientos desatando en ese momento mis más profundas pasiones.
Invadí con mi lengua su boca tomando el control de la situación. Minju se recargó en el lavabo mientras yo recargaba la mayoría de mi cuerpo en ella. Mis manos buscaban el dobladillo de su blusa y cuando lo encontraron ambas manos se colaron dentro de la camisa llegando hasta los senos y acariciarlos con pericia. Ella comenzaba a gemir dentro de mi boca y molía sus caderas contra las mías.
Besando suavemente su piel descendí hasta llegar a su delicado cuello, justo en ese lugar mis besos se volvieron más delicados para no dejar marcas, pero estos llegaban a excitarla aún más. Queriéndome devolver el favor, ella buscó el botón de mi pantalón
— No vamos a ir hasta allá
Ella entendió y se alejó de la zona. Seguimos embriagándonos, pero esta vez con el olor de nuestra piel, con las caricias de nuestras manos y el sabor de nuestros labios.
— Quien sea que esté en el baño salga que necesito usarlo por favor.
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