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Capítulo 99

Capítulo 99

Quinto General de Volo: Vs. N [Ronda 4]

[Tercer ataque del Imperio 3]

[Comarca de Noroteo/Kitakami, cerca del Soto Sempiterno]

{En el futuro}

Narrador Neutral:

Después de lo ocurrido en la única villa de la comarca, volvemos a centrar nuestras vistas expectantes en el combate devastador que N, quinto general del imperio, inició cerca del Soto Sempiterno, en unos montes de pequeñas proporciones cercanos al Monte Ogro.

Todo se disputaría en dos distintos enfrentamientos, Carmine combatiría contra el general, mientras los otros cuatro entrenadores pondrían su esfuerzo en adormecer a Kyurem Negro.

Sin embargo, el combate ya había iniciado tiempo atrás, aproximadamente diez minutos, seamos conscientes de quien está ganando la ventaja en el duelo de Carmine y N, pues casualmente en este participaban dos zorros.

¡Tajo Umbrío! — ordenó N, sonriendo y estirando su brazo.

Su Pokémon más fuerte, un feroz Zoroark, se acercó muy rápidamente al Ninetales de Carmine, aunando en su garra una energía oscura.

— ¡Esquívalo y retrocede! — dijo la azabache.

El zorro de nueve colas fue ágil y se agachó para esquivar la garra, luego saltó para mantenerse lejos del Zoroark, que creo una gran grieta en el suelo pastoso al estrellar sus garras contra este, para luego gruñir del fastidio mientras esperaba el movimiento con el que Ninetales contraatacaría luego de alejarse.

— ¡Lanzallamas! — ordenó Carmine.

— ¡Tu también! — dijo N, con esa horrible sonrisa todavía marcada en su rostro.

Los dos Pokémon lanzaron una gran cantidad de llamas desde su boca, creando un choque de ataques especiales en el medio del campo de batalla, los ataques se anularon, creando una explosión ígnea que empezó a quemar el césped de los alrededores, si el fuego se propagaba, el pequeño incendio podría convertirse en un mar de llamas si llegaba al Soto Sempiterno.

— No les dejemos descansar Zoroark, que sepan que la resistencia será lo importante para la victoria en combate — dijo N — ¡Pulso Noche!

No obstante, el entrenador de pelo verde no era consciente de que no se estaba enfrentando a una entrenadora cualquiera.

— ¡Anulación!

— ¿¡Uh?! — N se sobresaltó.

Ninetales, debido a un poder misterioso que salió de sus ojos rojos, anuló el movimiento tipo siniestro de Zoroark, impidiendo que naciera una catastrófica onda de energía oscura.

— Esto no me lo esperaba, debo admitirlo— pensó N — No eres una entrenadora insignificante si has podido sobrevivir diez minutos en un combate contra mi, agradecido estaría de saber tu nombre.

— Carmine, que se te quede en la cabeza, porque no te lo repetiré — sería.

— Tienes agallas — N se ríe — De seguro antes de ser lo que eres ahora eras una persona completamente diferente, siempre es la misma historia, ¿no crees? — preguntó el peliverde.

— Tu no tienes el derecho a decir eso — respondió Carmine.

— ¿Mh? — frunció el ceño.

Un extraño silencio invadió su zona de conversación, Zoroark y Ninetales, ambos Pokémon, detuvieron la violenta pelea que protagonizaron.

— No te conozco, cierto, pero algo dentro de mí me asegura de que no hiciste todo lo que hiciste por diversión o placer, o al menos eso es lo que intentas aparentar para parecer un sujeto intimidante.

— ... ¿A qué intentas referir? — con una expresión seria.

— En mi punto de vista, existen tres tipos de personas en este mundo, por un lado las inocentes, aquellas personas malvadas sin motivo alguno y por otro lado, las que no podrían ser categorizadas, aquellas que hacen lo que les apetece — dijo — Como tú.

— Insinúas que no soy un loco ni tampoco una persona buena, ¿qué te ayuda a aprobar eso? Tu misma dijiste que no me conoces, después de todo — dijo el peliverde.

— Tu también dijiste lo mismo, "es la misma historia", siempre, las personas como vosotros, sois así porque no sabéis como lidiar con los que os rodean, culpa de vuestro pasado, culpa de varios motivos que os borran las ganas de ser buenos con los demás — dijo.

— ...

— En pocas palabras, no lo sé, pero estoy segura de que tu pasado fue muy diferente al resto, porque es la misma historia, sois así por la misma razón — terminó la azabache.

— Tu no sabes nada acerca de mi pasado, tú tampoco tienes el derecho de opinar — un poco más molesto.

— ... *suspira* Tu forma de hablar me lo confirma.

Una vena enorme se inflama en el rostro de N al escuchar eso.

Onda Certera — con una mirada terrorífica.

— ¡!

Zoroark creo una esfera brillante encima suyo, mucha más grande que cualquier otra, el Pokémon Disfrazorro, sin dejar tiempo a su enemigo a reaccionar, lanzó su movimiento especial con mucha fuerza.

— ¡Ninetales, esquiva- ... ¿uh? —

Carmine se interrumpió a sí misma al darse cuenta de cierto detalle importante, la Onda Certera no iba dirigida a su Pokémon, ni tampoco a ella, iba directa al suelo, si colisionaba con este, crearía un temblor seguido de una explosión imposible de evadir.

Y eso ocurrió.

La explosión empujó a Carmine, pero esta se pudo mantener en tierra firme, sin embargo Ninetales no tuvo esa suerte y fue empujado fuera del escenario, cayendo de un precipicio hacia al vacío.

— ¡Ninetales! — preocupada.

— Carmine — dijo N, rascándose la cabeza y acercándose a ella poco a poco.

— ¿Uh? — se voltea.

— Es cierto que no ha pasado mucho desde que inició nuestro combate, pero tengo que decir que ya estoy un poco harto de ti, no hables de mí cuando no me conoces — dijo con una expresión enojada pero tranquila.

— ... *levantándose*

— Como precio que tendrás que pagar, voy a divertirme un rato contigo, que placer me da tan solo imaginarme la reacción que tendrá tu querido hermano pequeño al verte en el estado que te voy a dejar — con una expresión diabólica.

El peliverde, con su temible Zoroark, empezó a acercarse a la derrotada chica.

— No te tengo miedo — dijo Carmine, tratando de defenderse.

— No me importa — contestó N, cortante.

El paso del peliverde se detuvo al estar delante de ella.

— ...

— ...

Ambos entrenadores se miraban en un profundo silencio, acompañado de una silenciosa brisa que revoloteaba sus largos cabellos.

— No sé si seré capaz de cambiar todo lo que te paso, pero sí que te puedo asegurar que cambiaré tu futuro — dijo N, amenazándola.

— Tu di lo que quieras, pero no podrás cambiar tu pasado — Carmine, sonrió.

La chica recibió inesperadamente el tremendo arañazo que Zoroark le aplicó en el hombro. La sangre, como lo haría el agua de un mar embravecido por una tormenta, se dispersó en el aire.

Las heridas provocadas por esas garras eran muy profundas, y la sangre que brotaba de ellas era mucha, si seguía así durante toda la noche, moriría desangrada.

— *grita del dolor*

— Ya te dije una vez que no hables de mi pasado — dijo N, enojado — ¡Tu no sabes nada! Solo hay una sola persona en esta realidad que puede hablar de mi pasado aparte de mi, ¡solo una!

— ...

— Y ahora... — sonrió — Vas a sufrir las consecuencias que siempre mereciste en toda tu vida.

El Disfrazorro del general volvió a afilar sus garras para crear un profundo arañazo de tres cortes en la parte izquierda del abdomen de Carmine, la sangre salía seguía saliendo al exterior y la pobre entrenadora seguía quejándose del dolor.

— Ni siquiera podrás comparar esto con lo que me sucedió a mi, no serás capaz... — dijo N, viendo como sangraba.

— ...

Zoroark prosiguió a crearle varios cortes en las rodillas, ocasionando que esta dejara de mantenerse de pie y se viera obligada a arrodillarse en frente a N, que la miraba con superioridad.

— ¿Sabes porque...? ¡¡¡Porque los que entran en esta guerra ya debían estar preparados desde los primeros segundos de sus vidas!!!

El peliverde, sonriendo y gritando lo que decía, empezó a golpear repetidas veces el rostro de Carmine, colisionando sus nudillos con sus mejillas hasta el punto de hacerla inmóvil.

— ¡¡¡EN ESTA GUERRA, LA GENTE MUERE PORQUE SE LO BUSCA, SE LO MERECE, Y NO TENDRÁN TIEMPO EN EL MÁS ALLÁ DE ARREPENTIRSE DE SUS ACCIONES, NO LO TENDRÁN, Y TAMPOCO LO TIENEN AHORA!!! — N la golpeaba con su tremenda fuerza.

La sangre se derramaba por el suelo... pero milagrosamente el peliverde no entró en la locura y se detuvo de inmediato, de esa manera no dejaría inconsciente a su víctima, pues todavía no era suficientemente sufrimiento y dolor el que había hecho, al menos no para él.

N veía con una sonrisa horrible a la poseedora de la sangre que se derramaba de sus puños.

— ¿Como va a matarme a mi una chica... que no es capaz de entender que no podrá hacer todo eso? — dijo N — Una hermosa entrenadora... que no es consciente de los infiernos que el futuro conlleva.

— ... ... "Adaman dijo que tendría que huir si me veía en una situación mortal... pero ahora que me encuentro delante de él... veo que es imposible escapar y recuperarse de las heridas..." — pensó Carmine, herida.

— ...

— *suspira* "Sin embargo, dadas las circunstancias y viendo el estado en el que estoy... es muy probable que no vaya a sobrevivir a esta batalla, lamentablemente" — pensó la azabache.

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8
MINUTOS
ANTES

Poco tiempo antes del horrible desenlace del combate de Carmine, Kyurem estaba siendo obliterado por todos los ataques de los cuatro entrenadores, aún así, su resistencia era inigualable y no parecía caer a pesar de todas las explosiones que lo cubrían.

La razón por la que Kyurem no logró derrotar todavía a ningún Pokémon era porque de forma inteligente todos atacaban en masa, por eso, al recibir un ataque, no tenía el tiempo a contraatacar ya que recibía otro.

— ¡Tajo Umbrío! — ordenó Calem.

Su Greninja materializó un Kunai de agua en una de sus manos, se acercó rápidamente al dragón y creó un corte transversal en su pierna.

— ¡ROOAAAARGGH! — rugió Kyurem Negro.

Sin embargo el Pokémon de Calem no se esperó que su piel fuese tan dura como para no ser herido tan siquiera un poco. El Pokémon Legendario al fin tuvo la oportunidad de contraatacar y le propinó un manotazo del que Greninja se intentó defender con el brazo.

El Pokémon de tipo Agua y Siniestro pudo resistir bien, pero la tremenda fuerza sumado el tamaño de la mano de Kyurem fue más que suficiente para lanzarlo por los aires del empuje, colisionando contra un muro lleno de rocas.

— ¡¿Arven, aún no puedes dormirlo?! — preguntó Aoi.

— ¡Sigue demasiado alterado para que la Espora de mi Toedscruel le afecte, eso se debe a su adrenalina, tenemos que cansarlo de alguna manera, o derrumbarlo! — dijo el rubio.

— ¡¿Ahg y entonces como lo debilitaremos?!

— .... ... — Kieran se esforzaba, pensando en cómo derrumbar a una bestia tan poderosa como la que tenía delante suyo, pero, gracias a su buena inteligencia y paciencia, logró pensar en una jugada que podría resultar útil — ¡Zumbido! — ordenó Kieran.

Su Pokémon insecto, un Yanmega, se posicionó detrás de Kyurem para ensordecerlo y dañarlo con una ráfaga de ondas de sonido producidas por la libélula misma. Al estar entorpecido, Kyurem empezó a perder el equilibrio.

— ¡Aoi, ahora, derríbalo! — exclamó el pelinegro.

— "Que buena idea" ¡De acuerdo! ¡Quaquaval usa Patada Baja!

Su pato bailarín se acercó para a continuación aplicar una patada directa en una de las piernas del dragón helado, de esa manera, lo derrumbó, cayéndose al suelo y creando un pequeño temblor.

Kyurem, furioso, intentó levantarse con sus manos al tener una de sus patas inmóviles. Pero Calem se anticipó, y tan pronto como lo vio empezando a levantarse le ordenó a su Pokémon dejarlo inmóvil.

— ¡Hierba Lazo! — comando el azabache.

— "¿Hierba Lazo? Quien en este mundo piensa en enseñarle ese movimiento a Greninja...?" — pensó Aoi, confusa.

Pero la castaña se sorprendió al ver que Calem no tenía un mal plan en la cabeza, le había leído la mente a Kieran, y sabía qué hacer a continuación.

Su Greninja hizo brotar lianas del suelo, unas lianas que se apresuraron en inmovilizar todas las extremidades del dragón derribado, haciéndolo vulnerable a cualquier ataque.

No obstante, Kyurem todavía no se iba a rendir, no quería recibir un ataque así como así, la gran cola que tenía empezó a brillar eléctricamente, tenía las intenciones de congelarlo y electrocutarlo todo usando Rayo Gélido.

Pero Kieran lo previno.

— "¡Lo sabía!" ¡Arven, Teracristaliza y usa Tierra Viva con tu Toedscruel! — dijo Kieran.

— ¿¡Tierra Viva?! — confuso.

— ¡Si usamos ese ataque anularemos y bloquearemos sus rayos congelados, ya que el tipo Tierra tendrá inmunidad contra el Eléctrico, a la vez que sobre calentaremos su cuerpo y no podrá ejecutar ataque helados al tratarse de un ataque eruptivo, hazlo!

— ¡¡¡Deprisa, antes de que muramos todos congelados!!! — gritó Calem.

Arven sacó su Orbe Teracristal, mientras su Toedscruel se preparaba para envolverse en ese fenómeno.

El rubio cerró los ojos.

— "Mamá... Papá... siento no poder habernos conocido tanto como lo haría una familia común, pero al menos.... ¡¡¡Pero al menos... dejarme compensar todo este tiempo de soledad y depresión que compartimos... con esto!!!" — abrió los ojos.

Tantos recuerdos, tantos momentos que pasaban por su cabeza, un infierno de vida que pasó sin las supuestas personas que tendrían que ser sus seres más amados, pero en el fondo, en el rincón más profundo de su corazón, ellos estarían ahí, mamá y papá, apoyándolo.

Por mucho que la muerte los separe, Arven debía aceptar la vida y seguir viviendo solo, sin familia. Sin ningún ser de la misma sangre a su lado, sin nadie que le haga la comida cuando era niño, sin nadie que le abrace o le de un beso de buenas noches, sin nadie con el que jugar, sin nadie con el que entrenar o combatir, sin nadie a quien amar, sin nadie... con quien estar.

Una bella corona de cristal que representaba la Tierra misma se materializó en la cabeza de Toedscruel.

— ¡TIERRA VIVA! — gritó Arven.

Con la potencia aumentada gracias a la Teracristalizacion, Toedscruel empleó el movimiento más poderoso que podía utilizar, esparciendo de su corona miles de partículas brillantes.

El suelo debajo de Kyurem empezó a erupcionar, y antes de que este pudiera usar Rayo Helado, lo impidió haciendo salir del suelo erupciones de lava y rocas afiladas.

En torno al dragón, se hizo una explosión de partículas brillantes a su alrededor, creando una cortina de viento que dejó en silencio a toda Noroteo. Kyurem Negro, después de que el humo que lo rodeaba se disipó, cayó rendido al suelo, todavía consciente, pero inmóvil al sufrir tanto daño.

El Greninja negro de Calem aterrizó encima de la cabeza del dragón abatido, una vez allí se esforzó por abrirle la boca al Pokémon legendario.

— ¡Espora! — ordenó Arven, finalmente.

Su Pokémon lanzó desde su boca una nube gigantesca de esporas que, gracias a Greninja, pudo entrar en la boca y la nariz de Kyurem, sin poder resistir el efecto de estas.

Kieran lo consiguió junto a su equipo, gracias a su plan, Kyurem fue totalmente adormecido, cayendo inconscientemente al suelo y creando una pequeña nube de polvo, según todo indicaba, cumplieron con su misión, por lo que ganaron su primera ronda.

— ¡Lo hicimos! — dijo Aoi.

— No estamos seguros de cuánto tiempo estará dormido, pero al haber absorbido todas las esporas podríamos calcular que bastante necesitará para levantarse otra vez — dijo Calem.

— ... ¡! Atentos! — advirtio Calem.

Lejos de los entrenadores, un Klinclang y un Carracosta se hicieron presente, como bien sabíamos, eran de N, este último habia sido precavido y dirigió apoyo a su Pokémon legendario, la ronda dos ya podía empezar.

— ¿Más enemigos...? — dijo Aoi, sorprendida.

— ¿Qué hacemos ahora, vamos todos contra ellos? — preguntó Calem, agachado.

— No todos, lo siento pero debo asegurarme de que mi hermana está bien, debo ir a ayudarla — dijo Kieran, empezando a correr.

— ¡Eh pero- Kieran espera!

— ¡¡No os preocupéis por Kyurem, tendréis el tiempo suficiente para derrotar a esos Pokémon, cuando lo hagáis venir a ayudad, ¡cuento con vosotros!! — gritó Kieran, corriendo hacia la ubicación de su hermana.

— *suspira* Supongo que no iba a ser tan fácil, preparaos — dijo Arven.

— *los dos asintieron*

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8
MINUTOS
DESPUÉS

Volvemos con la horrible situación de Carmine.

Esta había perdido contra N en su combate Pokémon, su Zoroark estaba a otro nivel, incomparable al de cualquier otro que ella tuviera, ahora se hallaba muy herida, al filo de la muerte, delante del quinto general.

— ¿En fin, te es demasiado temprano para soltar tus últimas palabras? — preguntó N, con las manos en los bolsillos.

— ... — respirando con dificultad.

— Me lo temía, pensaba que eras una mujer mucho más dura y madura, pero como no, tristemente todas mis víctimas creen que son capaces de cosas imposibles, ¿puedes entender la injusticia que tengo y siento? — preguntó el peliverde.

Carmine, levantando la cabeza, se esforzó por forzar una sonrisa burlona, sin temerle a la muerte, por muy cerca que esté de ella.

— Para mí lo que es injusto... es que, aunque sea más débil que yo, él sí es capaz de ganarte — sangrando.

— ¿Nani? — confundido.

Tan rápido como el viento actual en sí, Kieran apareció siendo impulsado por la fuerza de alguno de sus Pokémon para propinarle una gran patada en el rostro, N tampoco estuvo preparado para el retroceso y no pudo evitar caerse del precipicio, cayendo al vacío.

— ¡Hermana! Estás bien?! — dijo Kieran, preocupado.

— Tardaste mucho en venir, poco más y me mata — dijo la azabache.

— ¡Lo siento mucho!

— *suspira* ¿Murió? — preguntó, refiriéndose a N.

— ... *voltea su cabeza* No lo creo, es un general, de alguna manera se las habrá apañado para amortiguar la caída — explicó.

— ...

— Estás sangrando mucho, debes irte — dijo Kieran, levantándola.

— ¿Irme?

— No seas testaruda Carmine, tú ya escuchaste a Adaman, a la mínima herida, debíamos retirarnos para que nos traten en la cueva, y tú estás hecha polvo, te estás desangrando — dijo el pelinegro, observando su horrible estado.

— Me duele dejarte solo... tu eres aún más testarudo que yo, ¿no te vas a morir ni sacrificar cierto? — preguntó Carmine.

— ... No te puedo prometer nada — triste.

— Lo sabía...

— Pero por favor Carmine, te lo ruego, vete, todavía somos cuatro, tenemos ventaja, derrotaré a N, lo mataré y conseguiremos ganar esta batalla.

— Está bien — se voltea y empieza a caminar.

— ... — cabizbajo.

— Quizá no le tienes miedo a la muerte enano, pero te recuerdo que si pierdes la vida entonces no te lo perdonaré, ¿y estoy segura de que no quieres morir con el odio de tu querida hermana, verdad? — sonriendo.

— ... Si, lo sé — sonrió de forma sincera.

— "Conviértete en un héroe, Kieran" — empezó a correr.

Pocos minutos, Kieran se quedó completamente solo debajo de la noche de Kitakami, se acercó al acantilado, cuando se fijó bien, debajo de la montaña había un hueco enorme en ella que creaba como una especie de lugar plano donde estar, deducía que N habría sobrevivido aterrizando allí.

— *respira profundamente* Allá voy, N.

Sacó de su Pokeball a Gliscor, se sujetó fuerte de su cola y empezó a descender a la mitad de la montaña. Donde se hallaba esa extraña zona plana de piedra.

El combate tan reñido que Kieran esperaba había llegado, era hora de superar los límites una vez más, con el fin de salvar el universo entero.

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[Villa Versui]

En todo este tiempo, la villa dejó de ser lo que era antes.

Las residencias, todas estaban derrumbadas, trozos de madera esparcidos por todos los rincones del pueblo, llamas que consumían todo a su paso, el humo que contaminaba el aire que todos respiraban, Villa Versui había sido víctima de un suceso apocalíptico, y su deplorable estado lo confirmaba.

Movámonos por partes, anteriormente podíamos observar tres combates en todo el pueblo:

Los Espadachines Místicos contra sus versiones paradoja, estos dos bandos formados por criaturas legendarias habían finalizado su combate, siendo un empate, los seis espadachines yacían derrotados en diversas partes del terreno, todos habían caído inconscientes al mismo tiempo.

Ogerpon y el grupo de Akari contra los Compatrones de Noroteo, podríamos decir de alguna manera que el bando de Ogerpon se llevó la victoria, sin embargo no como lo creíamos, los ladrones de máscaras dejaron inconscientes a todas las entrenadoras menos a Akari y Irida, los Pokémon estaban debilitados, y Ogerpon, al exceder sus fuerzas, cayó inconsciente al igual que sus tres enemigos.

Con las dos entrenadoras de Hisui, Akari estaba herida, iba a perder el conocimiento.

— ¿¡Puedes aguantar?! — preguntó Irida.

— No moriré, pero creo que me voy a desmayar...

— ¿De verdad...? — lamentada.

— Me temo que solo quedas tú Irida, detrás de todo el desastre, sigues en pie — con una voz leve.

— ...

— Retírate y encuéntrate con Necrozma, estoy segura de que él y Celebi te podrán mantener a salvo — dijo.

— ¿Y ustedes? no os voy a dejar solas aquí!

— No nos moriremos, estaremos aquí hasta que acabe la noche — explicó.

Podían morir por todos los incendios que se propagaban por la zona, pero no les quedaba de otra más que rezar, no había tiempo para salvarlos a todos, no había tiempo de lamentarse, había que actuar, los generales no podían ganar una vez más.

— Ganaremos esta vez, os lo prometo — dijo Irida, levantándose.

— Vete — dijo Akari.

La rubia empezó a correr, en dirección a la plaza central de la villa, dejando en soledad a todas las entrenadoras que cayeron derrotadas en esa dura pelea junto a Ogerpon.

...

En la susodicha plaza central del pueblo, donde se disputaba el combate más mórbido, era donde más caos reinaba. Decenas de Pokémon derrotados y debilitados en los alrededores, llamas doradas que lo consumían todo a su paso, y un duelo todavía inacabado en el centro.

Enfrentando a Ghetsis, solo quedaba en pie una sola y pobre entrenadora, Iono. Todos los demás, todos sus amigos, todos ellos se encontraban inconscientes a su alrededor. En excepción de los Pokémon, quienes eran Necrozma y Celebi, Victini y Keldeo ya estaban fuera de combate bajo la tremenda fuerza de Reshiram, al parecer, el poder de la victoria del Pokémon singular no era suficiente bajo el poder de Giratina.

Iono, vete a la cueva y resguárdate con todos los refugiados, este ya no es tu combate — dijo Necrozma, agotado.

— ¿¡Qué?! Nos han derrotado a casi todos...! Si me voy yo ahora la probabilidad de ganar será incluso menor...! — dijo preocupada.

— Puedes verlo y comprobarlo Necrozma — dijo Ghetsis — No importa cuantas camaradas tengas a tu lado, siendo solo un contrincante tuyo, mi dragón es más poderoso que cualquier ejército, no podéis ganar, ahora ya no —.

— ... — Celebi pensaba en cómo lidiar con la complicada situación.

Iono, vete —.

— ¡Pero- ... ... De acuerdo... — asintió, empezando a correr.

— [¿Se te ocurre alguna idea...? porque creo que ya no tenemos más opciones] — preguntó Celebi, muy cansado.

— [Mejor dicho, se nos acaban las opciones] — dijo Necrozma.

— [...]

— [¿Que me dices? Vamos a bocajarro contra ellos?] — preguntó el ultraente, tomando una pose de combate.

— [Si es lo último que haremos antes de morir, si] — asintió Celebi, haciendo lo mismo.

— El ego es el mayor enemigo de organismos vivientes como nosotros, junto a la soberbia, ambos son innecesarios, que haber llegado hasta el final de este combate no os motive mucho mis queridas presas — dijo Ghetsis, con una sonrisa — ¡Vais a caer como moscas, igual que todos vuestros compañeros!

Reshiram rugió con mucha ira, a decir verdad él también estaba exhausto de tanto combatir, aún así, por mucho que estuviera poseído no se iba a rendir tan fácilmente. No en esa batalla crucial.

Pero, repentinamente, una buena cantidad de redes arácnidas se acercaron hacia el Pokémon legendario del Trio Tao.

— ¿¡Pero que- — dijo Ghetsis, desprevenido.

Disparos Demora, Redes Viscosas y Hilos Venenosos, todos estos ataques de tipo Bicho y Veneno paralizaron las extremidades de Reshiram y con eso su movilidad. El dragón hincó una rodilla al verse atrapado por tantas telarañas.

— "Esas redes..." — pensó Celebi.

— ¿¡Qué insecto fútil osa enredar a mi bestia de sus asquerosas redes orgánicas?! — gritó Ghetsis, enojado.

— Supongo que por muy insignificante que sean, tenemos refuerzos — dijo Necrozma.

Celebi volteó su cabeza, en la dirección este, por donde la gente se dirigía al Centro Cultural, se hallaba una gran manada de Ariados y Spinarak, furiosos. En efecto, ellas eran las mismas arañas que se toparon con Celebi y Adaman en el Soto Sempiterno.

— [¡Son ustedes! — dijo Celebi, aliviado — ¿¡Porque habéis decidido ayudarnos?!]

— [¿Que por qué? estos malditos humanos no han respetado nuestros hogares, deben pagar el precio!!] — dijo el alfa de la manada.

Celebi sonrió, era cierto que tenía un trato pactado con la familia arácnida de Noroteo, pero también debía recordar que no eran sus enemigos, ni mucho menos. Junto a ellos, Necrozma y la llegada inminente de Irida, podrían tener una ínfima posibilidad de vencer al sexto general de Volo.

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[Cerca del Soto Sempiterno]

En una montaña rocosa y musgosa, observamos con dificultad como un escorpión volador descendía rápidamente con sus alas oscuras con un joven entrenador azabache agarrado a su cola morada.

— ...

Había mucha tensión en el ambiente, eso indicaba un combate inminente.

Un combate que ninguno de los participantes de este mismo nunca olvidarían, que se quedaría grabado en su mente y su carne, como una cicatriz que nadie pueda borrar.

...

Ya era medianoche, y la luz de la luna irradiaba más que nunca, como si se tratara de una segunda estrella blanquecina. En un hueco del monte, donde se hallaba una zona de piedra plana y inusual, nos encontramos con un entrenador de cabello verdoso que caminaba con dificultad luego de amortiguar su caída hasta ese sitio.

— Tch... — dijo N, sin saber a dónde ir — "¡Maldito sea! poco más y mi Vanilluxe no alcanza a salvarme de una muerte segura...!" — pensaba.

Se detuvo en medio del terreno plano, sin saber adonde ir ni cómo ubicar a su Kyurem.

— "Ahora debo pensar en la manera de bajar... No debo olvidarme de Adaman, él es el objetivo principal..." — pensaba N, malherido.

No tan rápido.

¿Uh?

Un entrenador, en ese mismo instante, entró en escena.

Kieran, el hermano menor de Carmine, aterrizó con su Gliscor luego de descender mitad de la montaña, N lo veía con incredulidad, o más bien, lo que veía sorprendido eran las enormes agallas que un entrenador como él tenía para enfrentarse solo contra él, al mismo general del imperio del mundo distorsión.

Él era Kieran, un entrenador que empezaría su travesía, ahora mismo, en este mismo momento.

— Que desagradable, ver a un niño débil desarrollándose para ser un gran hombre debe ser duro para una madre, ¿o es que acaso ella se olvidó de ti? — preguntó N, parándose.

— ... — lo mira fijamente.

— ¿No quieres hablar conmigo? — serio — Te recuerdo que tu hermana hizo lo mismo y ya viste cómo acabó.

— No tienes derecho a hablar de mi familia, desgraciado — molesto, empezó a hablar.

— Y vosotros tampoco de mi pasado — replicó.

— ...

— Es a eso a lo que me intentó referir, le hacéis creer a las nuevas generaciones que la humanidad comprende el equilibrio en su totalidad, tal y como la conocemos, ¡pero para mí eso eso es una mierda de mentira, tratar de ocultar la realidad a gente inocente y humilde... ni siquiera vosotros sabéis lo que hacéis! Si vosotros os metéis en mi pasado entonces yo podría hacer lo mismo! — enojado.

— ¿¡Y quién demonios te dijo que comprendíamos el equilibrio?!

— ¿A mí? Nadie — contestó — Lo que sucede es que me habéis hecho pensar eso.

— ...

— Por alguna razón no me está gustando mucho el tema por el que nuestra conversación se está desviando... así que..

N sacó la Pokeball de Zoroark, Kieran la identificó.

— Si me disculpas, voy a matarte — levantó su mirada.

Kieran agarró una Cebo Ball, estando atento a lo que el general hiciera de ahora en adelante.

— Realmente Adaman tenía un don para hacerme sentir algo más allá de la alegría, nunca disfruté un duelo más que aquel de Unova, en cambio ahora, me siento como la típica bestia a la que no paran de dirigir camaradas para matarla — dijo N.

El entrenador levantó la Pokeball a la vez que apuntaba con su dedo índice a su nuevo contrincante: Kieran, entrenador procedente de Villa Versui.

— Y tú... tu eres una de esas camaradas, guerreros que caen como insectos, en una guerra fatal — dijo N, muy serio.

— ...

— Una guerra... ¡¡como esta!! — gritó.

N sacó de su Pokeball a su Pokémon Disfrazorro, mejor conocido como Zoroark, el Pokémon ilusionista. Que tan solo caer en el suelo puso una pose de combate mientras miraba con hostilidad a Kieran.

Antes de sacar a su Pokémon, el niño pelinegro cerró los ojos.

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Recuerdo:

Después de un largo dia de escuela y entrenamiento, Kieran abrió la puerta de su casa con sus propias llaves.

— ¿Donde está papá? — preguntó Kieran, con una expresión deprimida.

Carmine, que estaba sentada en el sofá viendo vídeos de cierta streamer con su SmartRotom, agudizó el oído mientras disimulaba que no oía la conversación.

— ¿Salió para dar un paseo, acaso tienes que hablar de algo importante con él, cariño? — preguntó la madre del pelinegro.

— No, no es eso...

— ¿Sucedió algo malo? — preguntó Carmine, con poco interés.

— Me han vuelto a dar una paliza en el colegio... — confesó.

— ¿¡Qué?! — Carmine se sobresaltó — ¿Y porque no me lo dijiste a mí antes ena-

La chica azabache se interrumpió a sí misma al darse cuenta de que su hermana la veía con mucha tristeza, algo más le sucedía.

— ¡Carmine, ya te dije que debes estar atenta a tu hermano pequeño...! — la mamá la riñó.

— ¡NO! — dijo Kieran.

— ¿Qué sucede hijo?

— No la culpa a ella... no tiene la culpa... en cierto modo, yo me lo busqué — admitió.

— ¿Qué?

— ...

— Les dije que quería convertirme en un entrenador Pokémon que capturaría a Ogerpon, y como si fuera algo irrealista se encargaron de borrar mis ideales de esa manera... dándome a golpes.

— ...

— ...

— ...

— Cariño.

— ¿Uh?

— No puedes sentirte mal por decir en voz alta lo que quieres llegar a ser, es más, es algo que no todos podemos llegar a hacer — dijo, con una sonrisa consoladora.

— ...

— En algún momento, esas personas dejarán de reírse de ti, ¿sabes porque? Porque se darán cuenta de que tenías razón, de que no te rendiste, que llegaste a ser lo que te propusiste ser.

— ...

— Aprieta los dientes y ve siempre adelante.

Quien iba a saber, que esas fueron las últimas palabras que dijo su abuelo antes de morir por un cáncer terminal en una camilla después de ocho largos meses de tratamientos...

Fin del recuerdo.

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Luego de recordado aquello, Kieran abrió los ojos, con los dientes apretados y con la cabeza alzada lanzó una Cebo Ball.

De la cual salió un Pokémon que tendrá ventaja contra el tipo siniestro de Zoroark, evolución de Poliwhirl a través de la Piedra Agua, Poliwrath, el Pokémon Renacuajo.

Tipo Agua y Lucha

Capaz de utilizar sus robustos brazos y piernas para correr por la superficie del agua, este Pokémon por alguna razón prefiere la tierra firme.

*se ríe* ¡Cuánta defraudación me recorre el cuerpo! ¿¡Piénsatelo bien niño, de verdad crees que me vas a poder ganar a mí con esa basura de Pokémon?! — dijo N, preparándose.

— ... — se prepara también.

Cuando el silencio apareció, ambos entrenadores sabían que había llegado la hora de concentrarse únicamente en lo que tenían delante: ellos mismos. No obstante, Kieran se anticipó antes de que el peliverde comandara su primer movimiento, sacando un Orbe Teracristal del bolsillo.

— ¿Huh? — N se sorprendió.

— "No voy a perder, no quiero... y no puedo" — pensó Kieran con toda la determinación que tenía.

En la cabeza de Poliwrath se formó a partir de los cristales internos del orbe una corona con forma de un puño cerrado, la Teracristalizacion de tipo Lucha. Ahora si, Kieran tendría una pequeña posibilidad de llevarse la victoria.

— ¡No me importa cuánta ventaja tenga mi enemigo, tú no eres como Adaman, no tienes su talento, tus probabilidades de ganarme siempre serán ínfimas, inútil! — dijo el peliverde.

— Adaman Adaman y Adaman... ¿¡cuántas veces vas a repetir su nombre, acaso es la envidia lo que te recorre las venas?! — dijo Kieran, provocándolo.

Todas las venas del rostro del general se inflaron, Kieran le había dado al punto débil, se enojó.

— ¡¡¡No te atrevas a decir eso malnacido!!! Tajo Umbrío!!

El combate, finalmente, inició.

— ¡Puño Dinámico! — ordenó Kieran.

Los dos Pokémon se acercaron para colisionar sus dos puños, rodeados de las partículas que la corona de Poliwrath irradiaba, luego del primer choque vino un segundo, un tercero y de ahí se creó un intercambio de puños y tajos que parecía interminable.

El suelo se agrietaba y las ondas de viento levantaban las piedras del terreno, estamos presenciando un combate legendario.

— "Increíble... Siendo tipo lucha y estando Teracristalizado ni siquiera puedo penetrar las defensas de su Zoroark, qué tipo de energía Giratina les dio?!" — pensó Kieran, asombrado.

— ¡Pulso Noche! — dijo N.

— ¡! "Si sus manos tocan el suelo...!" — pensó — Agárrale las manos!!!

Poliwrath fue veloz y agarró las muñecas del zorro, impidiendo que este pudiera destrozarlo todo con su energía oscura, sin embargo N era inigualable con la improvisación en combate, porque sabía qué hacer en una situación como esa.

— Quémale la cara a ese renacuajo con Lanzallamas — dijo N.

Zoroark, al no poder moverse, aprovechó utilizando la única parte de su cuerpo con la que podía atacar al Pokémon que tenía de frente: la boca.

Poliwrath no pudo evitar recibir un Lanzallamas directo en el rostro de parte del zorro, retrocediendo hasta que el ataque se anuló.

— "Gh... ¡es fuerte!" — pensó Kieran — "No me extraña que Adaman hubiera perdido contra él..."

— "Si el pobre y cobarde renacuajo no se mueve de su sitio entonces lo haré moverse a la fuerza" Acércate con Onda Certera! — dijo N, con una sonrisa superior.

— ¡Poliwrath en guardia!

El Pokémon teracristalizado se puso en guardia la espera del Pokémon del general, que venía en camino con una bola de energía en la mano derecha.

Zoroark saltó levemente para intentar lanzarle la Onda Certera de cerca como si de una bola de béisbol se tratara, pero Kieran clavó el punto de flaqueza en su oponente que estaba suspendido en el aire.

— ¡Ahora, Hipnosis!

El renacuajo, con la espiral negra que tenía en su vientre, hipnotizó al zorro en el aire, este, desconcertándose por la somnolencia, falló la bola de energía, lanzándola la lado de Poliwrath.

— Vaya... — susurró N, serio.

— ¡Demolición!

Aprovechando que se hallaba delante de él, Poliwrath propinó exitosamente un puñetazo teracristalizado en el vientre de Zoroark, tan poderoso como supereficaz, lanzó por los aires al zorro, estrellándolo contra una pared de rocas detrás de N.

— "¡Bien! Le di!" — dijo Kieran, serio y concentrado.

— "No me lo esperaba... el niño sabe que movimiento usar dependiendo de la distancia que tenga con su oponente, aún así... es demasiado novato al estar celebrando tanto, que patético se ve, nunca será como mi mejor amigo" — pensó, sonriendo.

Zoroark se levantó del muro, somnoliento, pero todavía no debilitado.

— "¿¡Aguanto el ataque?! Qué clase de defensas son esas...? A qué tipo de monstruos... me estoy enfrentando?" — pensó el pelinegro, incrédulo.

Al verse a punto de dormirse, Zoroark recordó una recomendación que su entrenador le dio y, sin miedo, estrelló su frente contra la pared rocosa, haciéndose daño si, pero quitándose la somnolencia.

"¿¡Qué?! Colisionó su cabeza contra la pared a propósito para quitarse el sueño?! Hay que tener mucho valor para hacer eso...!" — pensó Kieran.

— El espectáculo solo acaba de empezar niño, no menosprecies a los entrenadores más poderosos — dijo N, sonriendo.

— "Debo tener cuidado" ¡Hidrobomba!

— ¡Acércate y ve esquivando su ataque!

Zoroark empezó a correr, esquivando con facilidad el torrente de agua que el Pokémon de Kieran expulsaba desde su vientre. El Pokémon Disfrazorro estaba recordando un plan que N le aconsejó utilizar a la hora de luchar, sonrió.

Ya, estando muy cerca, Kieran debía detenerlo de alguna manera.

— ¡Puño Dinámico!

— ¡Tajo Umbrío!

Poliwrath de alguna manera logró dirigir su puño más rápidamente al rostro del zorro, pero... antes de que sea demasiado tarde...

... Zoroark se transformó en un Joltik.

Habiendo olvidado el detalle de que Zoroark era un Pokémon capaz de transformarse, Kieran y Poliwrath se impactaron.

Siendo un Pokémon tan diminuto, Poliwrath falló su Puño Dinámico, dándole al aire.

Zoroark anuló su transformación, volviendo a adoptar su forma original, y ahora detrás del renacuajo, pudo encajar un buen Tajo Umbrío que resultó ser un golpe crítico. Haciendo retroceder mucho al Pokémon de Kieran.

— "Mierda... Aprovecho su capacidad de transformarse para esquivar mi ataque..."— pensó Kieran — Este combate no va a acabar tan pronto..."

Ambos Pokémon, recibiendo la misma cantidad de daño, se posicionaron cerca de sus entrenadores para descansar mutuamente, mirándose con odio.

— ...

— ...

— Debo confesar que te subestimé, no eres débil, pero tampoco muy fuerte, eres un novato, en pocas palabras — dijo N, parándose y viéndolo con una mirada serena.

— ... — sin decir nada.

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Fin del cap.

El combate continúa...

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