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Capítulo 89

Bueno gente aquí está el capítulo 89 de mi historia y debo informar que he tenido que dividir el enfrentamiento en dos partes porque me estaba quedando muy largo. (7000 palabras aproximadamente)

Lo que quiero destacar es que no me ha sido fácil escribirlo y eso es lo que me enorgullece, espero que os guste.

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Capítulo 89

El último jerarca Vs El último Ursaluna [1]

[Región de Noroteo/Kitakami, Soto Sempiterno]

{En el futuro}

Alejándose del Ursaluna Luna Carmesí, ambos entrenadores se movían sigilosamente para después empezar a correr en la dirección contraria, pensando que así el oso no pudiera olerlos o verlos. Sin embargo no tuvieron en cuenta que este tenía una habilidad muy única.

Con ellos, la Ocaso Ball de Adaman, donde descansaba Aegislash se estaba moviendo ocasionalmente, pero aún así la espada maldita seguía sin querer salir al exterior.

— "¿Qué le ocurre?" — preguntó Adaman, refiriéndose a su Pokémon.

— No sé... pero tengo un mal presentimiento, ir vosotros delante, yo os cubro las espaldas — dijo Celebi, serio.

— "De acuerdo"

— Date prisa — dijo Perrin, corriendo — Por aquí.

— ¿Estas segura de que te sabes el camino de vuelta? — preguntó Adaman — Perdóname pero ahora estoy desorientado al no poder ver nada...

— He estado caminando por este bosque durante todos los meses de este último año, podría decirse que sí — respondió.

— ¿Y porque ese Ursaluna anda por ahí suelto? Los habitantes de Villa Versui no encuentran peligrosa la presencia de esa bestia en el Soto?

— La verdad es que sí, pero realmente nadie ha podido detenerlo, ese oso se niega a salir de aquí y matará a cualquiera que se le oponga — dijo.

— ... "Me recuerda al Ursaluna del Pantanal Carmesí, era igual de feroz y violento que este, pero esta vez, del que estoy huyendo esta completamente desarrollado, tengo que ir con cuidado, y sin nos alcanza defender a Perrin" — pensó, siendo guiado por Celebi.

Lo que interrumpió la huida de los dos entrenadores fue un resplandor carmesí que provino del mismísimo cielo, la luna, el bello satélite que acompañaba a la Tierra, ahora tenía un color sangriento y terrorífico, había cambiado totalmente de color.

Y eso no era nada bueno.

— ¡GRRRR......! — gruñía mientras sus enormes y robustas patas pisaban el suelo.

Adaman y Perrin se voltearon, pensaban que no los había seguido, pero no, Ursaluna los alcanzó a ver, y lamentablemente para ellos decidió considerarlo como sus presas, sin embargo cuando voltearon no vieron a nadie, el camino estaba vacío y desolado.

Pero no podían bajar la guardia, que el Pokémon de Hisui ya no este era mucho peor, eso significaba que estaba consiguiendo acercarse sin que ellos noten su presencia.

— ¿Ves algo? — dijo Adaman, tenso.

— No... — contestó Perrin.

— ...

Celebi, en tensión, empezó a concentrarse para intentar sentir con su poder mental alguna presencia al rededor suyo, pero no, ese Ursaluna tenía un método increíble para no ser visto.

Y... ese Pokémon estaba más que preparado para empezar su cacería.

— ...

— ...

— *mirando al rededor*

Silencio...

Lo único que reinaba en aquel instante era el silencio, un silencio horrible y tenso.

En el que cada persona y Pokémon sabrían que tendrían que actuar rápido para sobrevivir y luchar.

A Adaman, sin su intención y a través de la venda, se le iluminaron los ojos de color cian, dejándole ver todo lo que le rodeaba.

Y en su cabeza resonó la frase que nunca habría deseado escuchar.

— ... Detrás de ti ... — dijo la voz de Dialga.

El jerarca, luego de escuchado lo que el aura le dijo, se volteó lo más rápido que pudo para intentar esquivar o bloquear lo que se acercaba por detrás, pero no pudo, fue demasiado lento.

Un cuerpo enorme apareció detrás de Celebi a una velocidad vertiginosa, mientras este Pokémon singular no podía reaccionar, la bestia alzó una garra al cielo rojo.

— "¡¡¡Celebi, cuidado!!!" — dijo Adaman.

Celebi no pudo esquivar la garra de Ursaluna, este oso enorme, sabiendo que tan solo estando cerca de él podría derrotarlo y sacarse una molestia de encima para matarlos, lo agarró por su cabeza y lo estrelló con todas sus fuerzas contra el suelo. Creando una gran explosión de polvo que empujó a los dos entrenadores peliazules.

Adaman y Perrin se recuperaron, pero Celebi estaba siendo aplastado contra el suelo por la gran mano de Ursaluna.

— ¡Celebi!

— ¡Adaman no te acerques! — dijo Perrin.

El jerarca, haciendo caso a sus advertencias, tuvo que detenerse, teniendo Fe en que Celebi pudiera quitarse de encima al Ursaluna Luna Carmesí. Pero era incapaz, Perrin tenía razón, aún con su poder psíquico, no podía mover ni un centímetro al oso, era muy pesado y poderoso.

El Pokémon de Hisui, sabiendo que ya lo podía derrotar con facilidad lo levantó con su mano para intentar propinarle su ataque más poderoso y así salirse con la suya derrotando primero al Pokémon más fuerte de Adaman.

La luna empezó a brillar con potencia y la marca roja que tenía Ursaluna en la frente también, un ataque destructor se avecinaba.

La marca con forma de luna llena empezó a llenarse de una siniestra pero poderosa energía, aunando potencia.

— ¡Adaman cúbrete! — advirtió Perrin.

— "Oh mierda"

Ursaluna Luna Carmesí utilizó Luna Roja.

Ursaluna liberó la energía, expulsando un láser frontal de color rojizo que derritió todo a su paso, Celebi recibió de pleno el ataque, siendo empujado y enviado al otro extremo del Soto sempiterno, el resultado fue una explosión gigantesca, y las cortinas de viento no tardaron en alcanzar a los entrenadores.

Adaman estaba impactado, nunca había visto tanto poder destructivo viniendo de un Pokémon salvaje, y uno que era de su época, uno que sobrevivió miles de obstáculos en sus más de 300 años de vida.

Cuando todo el humo se disipó, Celebi cayó al suelo, desgraciadamente y totalmente debilitado al haber recibido lo que sería un golpe crítico.

Los dos estaban muy sorprendidos y aterrorizados, no solo era porque Ursaluna había podido derrotar a un Pokémon singular tan solo al principio del combate, si no porque a este no se le veía agotado, después de utilizar un ataque especial tan poderoso no se le veía exhausto, si no con más ganas de pelear.

Perrin no sabía qué hacer, pero Adaman, furioso, se le adelantó, agarrando y lanzando tres Pokeballs a la vez para combatir a la bestia. De ellas salieron Empoleon, Kommo-o y Ogerpon.

— "Trepa por los árboles y rescata a Celebi" — le ordeno Adaman a Ogerpon a través de la mente. Muy enojado por ver como su amigo estaba dañado.

Ogerpon asintió, se puso la máscara turquesa y usó sus látigos como lianas para subirse por los árboles y empezar a correr encima de ellos. A Ursaluna no le importó que uno de sus enemigos se ocultara, el oso solo se centró en sus dos oponentes que tenía delante, Empoleon y Kommo-o.

— Adaman, ¿estás seguro de combatir?

— Si, tampoco podremos huir de igual manera, mantente detrás de mi — dijo, serio.

— S-si...

Ursaluna rugió con fuerza y enojo, preparado para pelear. Con la derrota de Celebi, el combate podía empezar.

— Empoleon usa Hidroariete "Kommo-o usa Esfera Aural" — ordenó dos movimientos, siendo los dos supereficazes.

Las alas afiladas del pingüino se envolvieron en agua afilada, Empoleon arremetió para combatir cuerpo a cuerpo contra el Pokémon de Hisui mientras el dragón cargaba en sus manos una aura esfera.

Ursaluna no se acobardó y sin utilizar ningún movimiento pudo contrarrestar el corte acuático de Empoleon con sus robustos puños, era fuerte.

Después del primer choque de golpes, la dos Pokémon empezaron a intercambiarse cortes y puñetazos, Empoleon se apartó, y Kommo-o lanzó su ataque especial.

Sin embargo, ya se habían olvidado de que Ursaluna era capaz de incendiar todo el bosque con tan solo un ataque.

El oso desintegró la bola de aura con Luna Roja, lanzando otro láser que esta vez todos pudieron esquivar.

Mientras ellos peleaban, Ogerpon aterrizó donde se hallaba el inconsciente Celebi, este agarro su cuerpo con sus látigos, y se quedó al lado de él por si Ursaluna cambiaba de idea y decidiera matarlo.

— ¡Fragor Escamas! — ordena Adaman.

Kommo-o frotó todas las escamas de su cuerpo para expulsar una poderosa onda de energía draconiana, en dirección a donde se hallaban Empoleon y Ursaluna combatiendo cuerpo a cuerpo. A cambio de una disminución en su defensa física.

El oso hizo retroceder al pingüino emperador con un puñetazo que este pudo bloquear con sus alas de acero, pero no evitó recibir la onda de energía, aun así, no le dolió mucho. Este, furioso por ser dañado, clavó un pie en el suelo haciendo erupcionar toda la superficie en dirección al dragón, usó Tierra Viva.

— "Esquivalo" — dijo Adaman, necesitaba pelear de esa manera, con un Pokémon a la ofensiva física y otro a distancia.

Kommo-o salto con fuerza y esquivó todo el ataque tipo tierra, retrocediendo a la vez.

Rayó Hielo —.

— ... — Perrin solo observaba callada.

Empoleon, cansado, se esforzó para aparecer detrás del oso, lanzando por la boca un rayo helado que congeló el brazo derecho de Ursaluna al intentar bloquearlo.

— "¡Estruendo!"

Adaman lanzaba de una manera u otra las órdenes para acostumbrarse mejor a los combates dobles, con un Pokémon hablaba, y con otro se comunicaba de forma mental gracias al aura, era una manera de confundir al enemigo.

Kommo-o creó un onda expansiva de sonido que hizo cubrirse al oso, lo estaban atacando por todos lados, pero este no parecía debilitarse.

— "¿No le hice daño...? Esfera aural" — Adaman lo volvió a intentar.

Pero Ursaluna, antes de recibir la bola de energía, se levantó con el brazo derecho congelado y con la mano izquierda pudo agarrar la esfera aural.

— "¡¿Qué?!" — pensó Adaman.

Y se impactó mucho más al ver como Ursaluna sacaba provecho de su inteligencia transformando la Esfera Aural en Fuerza Lunar, uno de sus cuatro ataques que estuvo guardando para esa ocasión.

Si este ataque tipo hada alcanzaba al dragón lo derrotaría al instante al ser también de tipo lucha.

A una velocidad increíble, el oso lanzó la esfera de energía, devolviéndola a quien se la lanzó.

Kommo-o intentó esquivarla, pero extrañamente no pudo, la esfera lo alcanzó.

Eso se debía a la habilidad característica de Ursaluna, Ojo Mental, que permite al poseedor de esta dañar a los Pokémon de tipo fantasma con movimientos de tipo normal o lucha, además de nunca fallar ningún ataque que emplee.

El dragón no aguantó tanto dolor y cayó derrotado, siendo guardado en su Pokeball.

Ahora tocaba el turno de Empoleon, Ursaluna se desplazó corriendo para alcanzarlo y darle un puñetazo frontal, rompiendo el hielo de este, ya que era el brazo derecho. El pingüino fue aturdido, y el oso volvió a utilizar su movimiento favorito, Luna Roja.

Adaman hizo todo lo que pudo, pero no lo consiguió. Ursaluna Luna Carmesí expulsó por la marca de su frente ese ataque especial tan poderoso, aparte de Empoleon, el ataque también llegó hasta donde estaban Ogerpon y Celebi, creando una última explosión.

Los cuatro Pokémon fueron derrotados, Ursaluna se llevó la victoria de la primera ronda.

Adaman estaba en shock, su fuerza era tremenda al igual que su defensa, pero no podía bajar la guardia, ni rendirse tampoco, le quedaban tres Pokémon todavía. Pero eso es lo malo, solo eran dos, sin contar a Miraidon, ni más ni menos.

La bestia gruñó y saltó en dirección a ellos dos, Perrin retrocedió mientras que Adaman se apartó esquivándolo con una voltereta. El oso se estrelló contra el suelo, cayendo donde estaban ellos dos y separándolos a la vez.

— "No puedo... no soy capaz, es demasiado fuerte, ¿de verdad su poder se iguala al de un legendario? O es que este es realmente su territorio? De todas formas es capaz de derrotar a cualquier oponente con ese láser... solo me quedan tres Pokémon..." — pensó el jerarca — "No puedo rendirme.... No lo haré"

Ursaluna volteó la cabeza para ver a Adaman, lo miró como su presa, y empezaba a acercarse lentamente mientras este la veía agachado.

— ¡Perrin! — dijo Adaman.

Pero...

El jerarca tuvo un corto trance al ver como Perrin ya no estaba ahí, es más, se estaba alejando, estaba huyendo, corriendo en la dirección contraria, fue el momento más confuso de su vida.

Fue también un momento doloroso y peligroso para la sanidad mental de Adaman, porque si, su deducción era cierta, su descendiente, Perrin, lo estaba abandonando.

Lo estaba dejando ahí, tirado, sin importarle su bienestar, tal como hizo Calem con Kieran en el incidente del Eliseo Baldío.

Sin saber si había un buen motivo para que esta lo traicionase o no, Adaman tenía una mezcla de defraudación y confusión en la cabeza.

— Perrin... — dijo, mirándola a lo lejos.

Lo único que sabía es que si, todos los problemas vinieron en grupo, ahora debía aceptar lo que la vida le deparó, tal como le dijo Celebi en la charla que tuvieron hace poco.

Con la mirada incrédula y perdida, el jerarca no sabía que Ursaluna estaba delante suyo.

Adaman recibió un tremendo puñetazo en el estómago de parte del Pokémon de Hisui, sus ojos quedaron en blanco y de su boca la sangre salió y se dispersó por el aire. Cayó en el suelo luego de haber recibido semejante gancho, inconsciente.

De un momento a otro, la zona quedó sumida en un nuevo silencio bajo la luna roja, todos los Pokémon estaban inconscientes, debilitados y rendidos ante la fuerza sobrenatural que Ursaluna Luna Carmesí tenía. Con la ausencia de Perrin, claro está.

Con esta última, seguía corriendo entre los árboles después de haber utilizado la cámara, le dolía haber hecho lo que hizo, pero si, como bien suponíamos, había un motivo por el que traicionó a su propio ancestro.

— "Finalmente tengo las fotos... ahora lo único que me queda es escapar con vida, si es que quiero cumplir mi sueño de la infancia..." — pensó Perrin, corriendo y jadeando.

Con Ursaluna, después de haber noqueado a Adaman y rugir con fuerza hacia la Luna carmesí, notó cierto olor en el aire, el olor de Perrin. Este se puso a cuatro patas y como bien hacían los Ursaluna en Hisui, empezó a rastrear ese olor y a correr en la dirección que Perrin había huido.

Sabía dónde estaba, iba a perseguirla para intentar matarla. Aprovechando que ya nada ni nadie se lo podía impedir.

El problema es que el oso estaba en su territorio, con eso más velocidad alcanzaba y en menos tiempo alcanzaría a la chica, esta debía de cambiar de estrategia si no quería ser atrapada.

Ursaluna usó Luna Roja, obligando a Perrin a agacharse para no ser extermina por ese láser desgarrador que cortó por la mitad unos cuantos árboles a su alrededor. La chica volvió a empezar a correr, cada vez la salida era más cercana, pero lo mismo se podía decir de Ursaluna.

Sabiendo que en pocos segundos la alcanzaría a ver, Perrin se escondió detrás de una roca grande que ocupaba esa tierra, Ursaluna se detuvo también, sin saber que tenía a su presa al otro lado de la roca. El olor estaba a su alrededor, el oso sabía que estaba cerca.

La descendiente de Adaman se tapó la boca, para evitar que la bestia pudiera escuchar su respiración agitada.

— ...

— Grr.....

Ursaluna volvió a olfatear el suelo, pensando que eso le ayudaría a llevarle hasta ella. Mientras ella solo pensaba la razón por la que estaba en esa situación: al límite de la muerte.

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Narra Perrin:

Cuando yo era una niña, un día me interese por la fotografía.

Los primeros momentos fueron inolvidables para mi, la gente que me rodeaba, incluyendo mi familia, todos ellos me elogiaban y me alababan por este raro interés que surgió dentro de mi.

Sin embargo, llegó el día en el que empecé a madurar y a preocuparme por mi futuro.

El tiempo es oro... siempre me decía esa frase a mi misma para nunca perder o desaprovechar el tiempo, hasta un día soñaba con poder descubrir quién había inventado esa frase en mi familia.

Mi trabajo empezó a no convencerme, no era por la pasión o diversión, era porque no ganaba ningún premio, ni siquiera la admiración de nadie, era, solamente, un interés inservible e inútil.

¿Quién iba a querer fotografiar cuando puede viajar por el mundo con Pokémon? Pues esa era yo.

Esa pasión que tanto me hacía única empezó a desvanecerse con el tiempo.

Pero cuando oí el nombre de una especie que muy pocas personas habían avistado: Ursaluna Luna Carmesí, algo me dijo que debía revivir mis recuerdos, volver a la fotografía e intentar capturarlo en cámara, de esa manera conseguiría todo lo que no pude obtener en mi infancia.

Estos últimos meses, intentando hacer esto, me preguntaba si mis ancestros estarían orgullosos de mi, esa era la mayor pregunta a la que obviamente no sabía responder.

Y si, lo conseguí, le tomé más de tres fotos a la bestia a la que nadie pudo fotografiar, pero... visto lo visto, veo que fue en vano.

El Ursaluna empezó a acercarse a la roca, confirmándose a sí mismo que yo estaba ahí escondida.

Use a un humano para hacer mi sueño realidad, tardé bastante en darme cuenta de que ese iba a ser el mayor error de mi vida, fui tan egoísta que use como si fuera un objeto la vida de Adaman, aquel chico que tanto se parecía a mi. Ahora, pienso que esta muerto, por mi culpa, por mi orgullo de mierda.

El oso se paró enfrente de mi, la marca roja que tenía en la frente brilló, y sus garras se afilaron.

Me lo merecía, no me mentía, me lo merecía.

Ahora debía pagar todo lo que hice con Adaman con la muerte, aún así, duele no haber podido encontrar una buena pasión en esta vida.

Pero me gustó, me gustó haber nacido en este mundo lleno de criaturas fantásticas.

...

Narrador Neutral:

Ursaluna alzó una garra al cielo, preparado para desgarrar en pedazos a Perrin, esta cerró los ojos, sabiendo que ya había llegado su fin.

¡SLASH!

Del gran corte la roca se partió en pedazos, pero Ursaluna se sentía raro, sentía que no le había dado a la chica. Que no la había dañado.

Se dio cuenta que Perrin no estaba delante de él, se confundió y se levantó para mirar a sus alrededores, pensando que algo la había salvado de forma rápida.

Detrás de la bestia, a unos cinco metros, se hallaba Perrin siendo cargada de brazos por un jerarca agachado y adolorido.

Adaman había llegado en el momento perfecto para salvarla.

Ursaluna se sorprendió, pensó que un puñetazo suyo bastaría para matarlo, pero lo que no sabía es que el aura le daba la robustez que el jerarca necesitaba para aguantar por lo menos un puñetazo.

— ¿Adaman, que haces aquí...? — preguntó Perrin, impactada.

— ...

El oso usó Tierra Viva, causando erupciones en el suelo, pero el jerarca fue lo suficientemente rápido para esquivarlas saltando y alargar la distancia.

— ¿Porque me salvaste?

Adaman pensó muy bien esa pregunta, pero, ahora que tenía a un enemigo poderoso delante no tenía tiempo suficiente para pensar con calma.

— Digamos que... algo dentro de mí me obligó a salvarte — respondió.

— *sorprendida*

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QUINCE
MINUTOS
ANTES

Adaman estaba sangrando por la boca, en el suelo, noqueado luego de haber recibido el gancho del Pokémon de Hisui. Mientras sus Pokémon también yacían inconscientes.

¡Adaman.... Adaman despierta...!

El jerarca empezaba a despertarse porque oía una voz fuera de su mente, una voz del exterior. Cuando abrió los ojos con lentitud reconoció tanto a la voz como a la persona que lo intentaba despertar. Era Carmine.

— Carmine...

— ¿Qué te pasó? Estás muy herido necesitas que te traten — dijo la azabache.

— No, no, todavía no podemos llamar a nadie — se empezó a levantar.

— ¿Qué, porque no? — confundida.

El jerarca ignoró esa pregunta.

— Carmine, sé que no vas a entender nada, pero tengo que pedirte un favor por si todo sale mal.

— ... ¿Cuál?

— Quiero que regreses a Villa Versui y alertes a todos los habitantes de allí que en este bosque hay un Pokémon fuera de control, por si la bestia escapa del bosque, estos ya estarán resguardados y protegidos, hazlo por mi.

— ... — mirándolo sin saber la razón.

Adaman le dio una Ultra Ball a la azabache.

— Mi Ferropaladin te acompañará, él te ayudará a cumplir mi favor — dijo — ¿Lo harás?

— ... ¿Me prometes que no te morirás?

— Por algo estoy planeando esto — confirmó, sonriendo.

— ... *sonríe* Buena suerte.

Adaman levantó el pulgar, diciéndole que iba a estar bien, está se volteó y con la compañía del Pokémon paradoja empezó a retirarse del bosque.

Ahora el jerarca volvía a estar solo.

— *respira profundamente y se voltea* "Solo me quedan dos Pokémon..."

El jerarca guardo en sus respectivas pokeballs a todos sus Pokémon debilitados menos a Celebi.

— "Ya regreso, Celebi" — dijo — "Bueno, supongo que me toca esforzarme un poco más..."

Sabiendo que Ursaluna y Perrin se habían alejado por la dirección que estaba mirando, Adaman tomó una postura correcta para empezar a correr, pero antes de eso, pensó una última cosa al cerrar sus ojos.

— "Papá, dame fuerzas"

Adaman se impulsó, adentrándose al bosque preparándose para salvar a su descendiente. Sin importarle que esta lo hubiera traicionado.

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QUINCE
MINUTOS
DESPUÉS

Ursaluna se enojó por no haber matado a su presa, este usó Fuerza Lunar, lanzando una bola rosada de energía, Adaman, con Perrin en sus brazos, esquivó la bola y se alejó todo lo posible del oso con su velocidad sobrehumana.

El Pokémon de Hisui, sabiendo que iba a tardar en llegar hasta ellos, usó Luz Lunar para recibir fuerzas de la luna y sanarse las heridas.

Se preparó para volver a rastrearlos.

...

Luego de perderse en el bosque, Adaman se detuvo, escondido entre los árboles, ya exhausto de tanto correr.

— ¿Estás bien? — preguntó el jerarca, pero fue interrumpido por ella.

— ¿¡Eres idiota, porque me salvaste si te antes de traicione?! te abandoné y me merecía la muerte!

— ...

La chica peliazul esperaba una respuesta que la pudiera convencer.

— No importaba lo que me hicieras, siendo quién eres no podía dejarte morir — dijo.

— ¿Qué...?

— ... Perrin, dudo que esto puedas creértelo, pero voy a intentarlo.

— ... ¿El que?

— ... ¿Me prometes que me vas a creer cuánto te lo diga?

— Adaman, ahora que me has salvado, tengo que creer en todo lo que me digas, además, necesito saberlo — dijo.

Un silencio profundo invadió el pequeño espacio que estos dos peliazules ocupaban.

— ... Somos familia.

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Fin del cap.

El combate continúa...

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