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Capítulo 87

Capítulo 87

El favor de una ilusión: N

[Región de Noroteo/Kitakami, Soto Sempiterno]

{En el futuro}

Narrador Neutral:

La chica misteriosa también se levantó, se volteó y su mirada se cruzó con la de Adaman, un silencio incómodo se creó entre ellos, pero lastimosamente no se iban a esperar que iban a conocerse en ese oscuro y desolado bosque siendo quienes eran en realidad.

— ¿Quién eres? — preguntó el jerarca.

— Eso no importa ahora mismo, ¿que hacéis solos en este bosque? es muy peligroso ir sin compañía — preguntó la chica.

— No vamos solos, nos acompañaba una amiga antes de llegar hasta aquí, pero nos hemos separado accidentalmente — explicó el jerarca — Aunque lo mismo se podría decir de ti, vas sola.

— Hmf, tengo un Max Repelente, es por eso que no necesito la compañía de nadie, pero como muchos entrenadores viajan sin ese objeto suponía que tú tampoco lo llevarías — dijo.

— Te está dando a espalda — le dijo Celebi.

— "¿De verdad?" Sería un poco más amable de tu parte hablar de frente conmigo — dijo Adaman.

— ¿Uh? Perdóname, estaba arreglando mis-

En el mismo momento que la encapuchada se giró, se dio cuenta de un detalle muy importante y especial de la persona que había salvado, tan solo al ver el color de su pelo se impactó y entró en un silencio muy profundo.

Adaman, al escuchar que se había interrumpido por algo, preguntó que era lo que le sucedía.

— ¿Te ocurre algo? — preguntó el jerarca, con las manos en los bolsillos.

— ... Esto es... increíble — con una voz sorprendida.

La chica empezó a acercarse al jerarca, levantó un brazo y empezó a tocarle el cabello pensando que así podría confirmar que este era del color que ella veía.

— ... y muy extraño — susurró.

— ... ¿qué haces? — preguntó Adaman, sin demostrar incomodidad.

— Eres igual a...

— ¿A quien?

— ...

Cambiando de opinión, y observando como la niebla volvía a empezar a ocupar todos los caminos del bosque, quitó su mano del pelo de Adaman.

— Nada, olvídalo.

La chica retrocedió dos pasos.

— Primero será mejor que estemos en una zona segura para hablar con más tranquilidad, la bestia puede seguirnos gracias a su olfato, por muy lenta que sea — explicó.

— ¿La bestia? — dijeron jerarca y Pokémon singular a la vez.

— Mh, no me extraña que no la conozcáis — se cruzó de brazos — ¿De verdad puedo ser yo la única que lo ve...?

— Mira, todavía no comprendo de qué me estas hablando, pero sí que estoy de acuerdo en alejarnos cuanto antes de aquí, así que no nos detengamos más y huyamos cuanto antes.

— Bien pensado.

...

Por el camino, ambos entrenadores ya se alejaron del centro del bosque, donde más inundaba la niebla, ahora tenían mayor campo de visión, pero debían seguir manteniéndose alerta y caminar silenciosamente, al parecer, la bestia de la que la chica hablaba tenía los sentidos muy desarrollados.

— *pensando* Necesito preguntarte algo — dijo Adaman, con Celebi guiándolo, pegado a su cabeza procurando que no haya nada más en el suelo que aplastar.

— Perrin — dijo.

— ¿Perdón?

— Ese es mi nombre, querías saberlo, ¿no? — deducía.

— Precisamente no iba a preguntarte eso, pero tampoco viene mal saberlo.

— Oh, pues bueno, algo más que ya sabes — con una leve sonrisa.

— Antes vimos un Growlithe de Hisui rondar por aquí, es tuyo, ¿verdad? —.

— Si pero, ¿como sabes que es de Hisui? Según tengo entendido hay un mínimo porcentaje de gente que conoce a las especies supuestamente extintas de Sinnoh — preguntó Perrin.

— Supongo que visite demasiados museos de esa región — mintió — ¿Y la tienda de campaña también es tuya?

— Aja, ahí me resguardo, estoy de expedición por este bosque por un motivo en... concreto.

— Ya veo, me llamo Adaman por cierto, nunca te dije mi nombre.

— ... Je, que nombres tan extraños tenemos, ¿verdad?

— No lo creo, deben haber miles de millones de nombres, más que extraños, diría que nos hacen especiales — dijo.

— Hm, entiendo.

De ahí ninguno agrego nada más a la conversación, por el lado de Adaman, este tampoco tenía mucha curiosidad en ver el rostro de la chica que le hablaba, básicamente porque no podía verla, pero por el lado de esta, aprovechando que este no podía saberlo, lo observaba de cabeza a pies, estaba muy sorprendida observando su apariencia y su color de cabello, ignorando la forma en la que este iba vestido. Pero, como bien lo observaba callada, también no dijo nada al respecto.

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Narra Carmine:

Ya pasaron veinte minutos desde que me separé de Adaman, ¿cómo puede ser que nos hayamos separado? Seguramente será el poder oculto que tiene la niebla en hacerlo.

Sigo maldiciéndome de haberme separado de él, el calor corporal es más importante de lo que creía, porque con su ausencia ahora tengo mucho más frío, supongo que lo que te enseñan en la academia no es para engañarte.

El motivo por el que seguía caminando era obvio, estando parado a alguien le entraba más frío, había que estar en constante movimiento.
Sentí un escalofrío, pero fue raro, el cuerpo me decía que no era el frío del bosque lo que me lo provocó.

— ¿Porque siento que mi hermano estará peleando contra otra persona...? — me pregunté a mí misma.

Carmine... — dijo una voz joven.

Me asusté, voltee mi cabeza y no vi a nadie, pero pareciese que esa voz tan siniestra proviniese de los troncos que se hallaban a muchos metros de mi, me quedé callada.

Por aquí...

En ese momento me auto convencí de que si, había una voz aparentemente fantasmal hablándome a mi, oculta desde la maleza. Cerca, muy cerca, pero muy leve.

— ¿Quién anda ahí...? si es una broma felicidades, me asustaste — dijo, un poco molesta creyendo que lo era.

Pero nadie respondió, más bien lo que siguió después fue movimiento detrás de mí, me giré sintiendo esa aterradora presencia, pero lo único que vi fue una mano blanca, agarrada a un tronco, había alguien detrás de él.

La mano se ocultó y procedí a escuchar como los pasos de la persona que estaba detrás del árbol empezaban a acelerarse, estaba escapando.

— ¡Oye, espera! — dije, empezando a correr detrás de él.

Por aquí — alejándose.

...

Estuve mucho tiempo intentando alcanzar al niño, sabía que era muy joven, porque su mano era bastante pequeña, lo raro era su apariencia, cada vez que la podía visualizar, este sujeto cambiaba de dirección y se ocultaba entre los árboles, tenía un cabello largo y verde, una camisa blanca y un poco rota, con unos pantalones cortos de un marrón claro.

Después de unos 200 metros recorridos entre la neblina, me detuve, lo había alcanzado.

Lo sabía porque lo vi, sentado en una roca, cerca de un camino donde los turistas podían visitar ese bosque sin peligro alguno. Tenía un Zorua a su lado, uno muy grande y extrañamente dañado. El niño estaba deprimido con la mirada perdida, como lo hubiesen maltratado, como si estuviera abandonado.

Supuse que antes de llegar a esta situación tan deplorable era un fanático de la física, tenía un collar de un planeta con anillos, y un cubo de combinaciones atado al pantalón. Me sentí mal por él, pensé que le había asustado mi mala actitud.

Me acerqué con cautela, aunque sabiendo que estaba cerca, él no dirigía su mirada hacia mí, tenía el alma apagada.

— Eh... niño, ¿te encuentras bien, te has perdido? — pregunté, apenada.

— ...

El zorro me ignoró, pero el niño, al escuchar mi voz, volteó su cabeza con lentitud, no había ningún brillo en sus ojos, ¿qué le hicieron, quien era?

— ¿No encuentras a tus padres? – pregunté.

— ...

— ...

— No, son ellos los que no me encontraban a mi... — contestó, levantándose de la roca.

Retrocedí.

— ¿Qué...?

— ... No te asustes, no soy real, no tienes porque preocuparte por mi — explicó, mirándome.

¿No era real? A qué se refería con eso, era un fantasma, o... ¿una ilusión...?

— ¿Porque no debería? — pregunté, preocupada.

— Porque yo ya no soy quien ves, está persona tan inútil, deplorable y maltratada fue eliminada, al igual que este único amigo mío que conocí en un basurero— acariciando a su Zorua.

— ...

— Cuando tenía este cuerpo... tenía un sueño, ver las estrellas con Pokémon, no con humanos, lastimosamente era un sueño que para muchos es la tarea más fácil del mundo, para mi, parecía un reto imposible — dijo.

— ... ¿Para que querías hacerlo...? — pregunté.

— ... Supongo que es porque... era una manera de ver tu felicidad reflejada en el cielo — sonrió por primera vez — Pero yo no nací para ser feliz de esa forma, sea quien sea el ser omnipotente que me vigile, él no escribió mi sueño en el libro que representa mi vida, nunca estuve destinado a ser alegre de la forma en la que quería serlo...

— ... Pues encuentra más formas.

— ...

— Pasó algo parecido con mi hermano, ¿sabes? El piensa que lo odio, es por eso que él también a mí, pero yo lo amo como nadie más en este mundo, porque me mantiene activa y alegre, aunque suene mentira, sin él estaría apagada por dentro, como lo estás tú, en este momento — expliqué.

— ...

— El entrenaba artes marciales, no le gustaban, pero estoy segura de que algún día, muy pronto, la experiencia que obtuvo intentando dominarlas le ayudará a encontrar la felicidad que tu deseas tener — dije — Así que, ¿porque no encuentras encontrar otra felicidad a partir de la experiencia que obtuviste intentando encontrar otra?

— Lo intenté, te lo puedo asegurar, lo intenté.

El niño empezó a llorar, pero estaba muy calmado, pareciese que no fuera consciente de que estaba derramando lágrimas.

— Pero hubo alguien, bueno, más bien, existen demonios.... que se encargaron personalmente de hacerme creer que el sentido de la vida era siendo uno feliz sin importarle la forma en la que lo hiciera, ya sea matando gente... o otras cosas muy parecidas...

Las imágenes de sus padres y la de cierto mercader rubio de la compañía Gingko se proyectaron en la mente del niño.

— ¿Pero sabes? Ya lo descubrí, el sentido de la vida, ya sé cuál es, el problema es que aquí, en este justo momento, no, en este momento pienso que mi superior tenía razón.

— "¿Tu superior...?" — pensé, confusa.

— Así que... te voy a pedir un pequeño favor, chica azabache — dijo, agarrando a su Zorua entre sus brazos.

— El que sea.

— Quiero que le digas esto por mí a Adaman...

— ...

El chico peliverde, llorando pero sin expresar tristeza, sonrió.

Dile que me mate, que mate la persona que soy en esta época, que acabe con la mentira que viví, que elimine mi puesto como general y que antes de hacerlo me revele el verdadero sentido de la vida, solo en ese momento podré descansar en paz, sabiendo que reencarnaré en una persona feliz, en otro mundo, en otra realidad— dijo.

Estaba muy sorprendida al escuchar lo que me dijo, pero pestañee.

Y ya no estaba, había desaparecido, es como si se hubiera desintegrado delante mía, mi suposición era cierta, era una ilusión.

Recordando el favor que me pidió, decidí guardármelo en la memoria y no olvidarme de decírselo a Adaman, en algún momento, cuando pueda encontrarlo. Sin importarme cómo era que había podido comunicarme con una ilusión que en verdad no existía.

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Narrador Neutral:

Regresamos con el jerarca y su compañero singular, que eran guiados por aquella chica misteriosa que usaba una capucha para camuflarse en los arbustos del soto, lo único que se le podía apreciar con facilidad eran unas manillas que llevaba en su mano izquierda, una cámara, unos pantalones vaqueros azules, un cinturón negro y unas zapatillas blancas.

Ya se alejaron mucho de "la bestia" porque llegaron a lo que parecía ser la misma tienda de campaña que Adaman y Celebi visitaron antes, para sorpresa de ellos, el Growlithe sí que estaba ahí, durmiendo.

— Llegamos — dijo Perrin.

— Ahora que lo pienso, ¿porque tú tienda es tan grande, solo eres tú y tu Pokémon no es así? — preguntó.

— Y si, tienes razón, pero ya he tenido que rescatar a muchas otros entrenadores que se aventuraron por aquí sin saber el riesgo al cual se exponían, por ejemplo, tu.

— Perdóname, pero yo sí que vine sabiendo que iba a pasar un mal rato, además, me vi obligado.

— ¿Obligado, porque?

— Los compatrones han revivido, están esparcidos por todo Noroteo.

— ¿¡De verdad?! entonces estáis intentando encontrarlos para atraparlos...?

Adaman miró a Celebi, un poco confundido.

— Recuerda que muy pocas personas conocen las verdaderas intenciones de los compatrones, no saben que son malvados — dijo el Pokémon singular.

— "Cierto, gracias por el recordatorio" Si, digamos que intentamos atraparlos, por algo están ahí, ¿no? Je je...

— Es curioso, me siento demasiado rara viendo cómo todos queréis capturar y yo fotografiar...

— ¿Fotografiar? Es decir, sé que eres fotógrafa, ¿pero porque tendrías que sentirte así? Tu también has capturado Pokémon.

— En verdad no, por ejemplo, el Growlithe que ves ahí me lo regalaron, en mi familia hay Pokémon de Hisui que fueron internados, evitando que se extinguieran por completo, herencia, como quieras llamarlo....

— ... "Está chica es muy rara... necesito verle el rostro..." — pensó el jerarca.

— El cielo se oscurece, será mejor que encendamos una hoguera para aliviar el frío — dijo.

— Pues manos a la obra —.

— Sip, el tiempo es oro, no lo perdamos.

Al escuchar eso, Adaman tuvo lo que parecía ser un pequeño infarto, su corazón se detuvo por unos pocos segundos, este se volteó, pero Celebi ya le advirtió que esta ya estaba buscando ramas para construir la hoguera.

— ¿Te ocurre algo? — preguntó Celebi.

— "Esa frase..." — incrédulo — No nada, tranquilo.

...

Diez minutos después, acabaron de juntar todas las ramas que habían conseguido a rededor de la zona, el Growlithe de Perrin usó Ascuas y encendió la gran hoguera que fabricaron. Se sentaron al rededor de ella.

Celebi se durmió, dentro de la tienda de campaña, Perrin y Adaman ya llevaban un gran tiempo hablando. Siendo los únicos despiertos.

A la chica no le importó desvelar su rostro, porque básicamente nadie podría verla, ni siquiera Adaman, obviamente, porque tenía una venda, aunque a la joven tampoco le importaba, se sacó la capucha de camuflaje.

Nos damos cuenta de que era, claramente, muy parecida a nuestro protagonista.

Su cabello tenía las mismas combinaciones de color que el suyo, azul y verde, sus ojos eran marrones, como el color que Adaman tenía antes de despertar el aura, su parte superior consistía en un top gris con blanco debajo. Parecía ser de la misma edad que Adaman, o al menos, un año por debajo.

— El humo de la hoguera se podrá ver claramente en el cielo, tu amiga perdida no tardará en encontrarnos, así que no te preocupes por ella — dijo Perrin.

— Si, eso ya lo suponía.

— ... Oye.

— ¿Si?

— ¿Qué te pasó en los ojos, no puedes ver, verdad? — preguntó.

— Si y no — respondió — ¿Has oído hablar del ataque en Ciudad Castelia?

— Si, ¿estuviste allí cuando ocurrió el desastre?

— Más bien me tuve que enfrentar sin la ayuda de nadie al monstruo que estaba causando esa destrucción — dijo el jerarca.

"¿¡Cómo has estado Adaman?! Me conoces?! Soy N! Líder del equipo plasma y quinto general de Volo, no sabes cuánto te he estado admirando y cuánto he ansiado probar el sabor de tu sangre, es mi sueño!! — dijo, con una gran sonrisa."

Adaman se maldecía, porque sabía en el fondo que en verdad tendría que haber muerto en ese combate en Ciudad Castelia, N lo ganó con su gran talento e instinto asesino, pero milagrosamente el aura de Dialga despertó para defenderlo. Si no combatía con una estrategia diferente N podría derrotarlo de la misma forma cuando vuelvan a encontrarse.

— ¿De verdad? "Es muy raro... necesito saber más de él..." — pensó Perrin

— Un ataque suyo me cegó y así me ves, pero este buen compañero de aquí siempre me ayuda a recuperar la visión con su poder extraño — mintió — Ahora puedo recuperar la vista poco a poco hasta que la recupere por completo.

— ¿C-como dices, entonces puedes verme ahora mismo?

— No, ahora mismo no, pero puedo hacerlo cuando quiera, aunque agota mucho — dijo.

— Ver a través de una venda... eso es muy raro — con una mano en el mentón.

Un silencio incómodo, en donde los dos entrenadores pensaban en qué decir, Adaman decidió preguntar lo que posiblemente le haría entrar en un caos mental en esa noche. Una pregunta inevitable.

— ¿Quieres que la active ahora? — preguntó el jerarca.

— ¿Qué?

— Mi visión, todavía no te he visto la cara.

— Ehh... si, pero te voy a advertir de algo... — nerviosa.

— El que.

— Cuando me veas te vas a sorprender mucho, te prometo que yo tampoco sé la razón por la que esto está pasando, ¿okey?

— "... ¿A qué se refiere...?" — pensó Adaman.

En ese justo momento, Celebi se empezó a despertar porque Gliscor se había dormido encima de él.

Este lo apartó con telequinesis, todavía somnoliento, estaba a punto de salir de la tienda de campaña hacia el exterior.

Los planetas parecían alinearse, Celebi y Adaman, sin saberlo, iban a descubrir juntos en el mismo momento quién era Perrin en realidad.

El jerarca activo su visión aural, y con esos ojos cambiaron a un brillante color cian.

Por fin, podría verle la cara a la chica.

Cuando empezó a supervisar todo lo que le rodeaba, alzó la cabeza y la mirada para fijarse en la persona que tenía delante suyo, y cuando le vio la cara...

Fue un momento... un tanto único, porque Adaman nunca sintió esa extraña emoción en todo lo que llevaba de vida, en ese momento empezó a desentender el funcionamiento de su cuerpo y de su cerebro.

— ¿Puedes verme...? — preguntó Perrin, un poco incómoda.

Podemos ver que, a Celebi, que ya había salido de la tienda, tenía la mejor de las impactadas expresiones que un Pokémon como él puede expresar, estaba incrédulo, al igual que Adaman. El color de pelo, el color de sus ojos, y ese pequeño símbolo con forma de diamante que llevaba escondido en su ropa...

Todo indicaba a que si, los planetas sí que se habían alineado, no se habían encontrado con una persona cualquiera, en ese desolado bosque, en esa lejana comarca.

— Si, sé que es muy sorprendente — dijo Perrin, levantándose — Y la verdad no sé si es casualidad o no, pero es fascinante que me encuentre a alguien que sea tan igual a mi, ¿tú no piensas lo mismo?

— ...

— ¿Adaman, te ocurre algo...?

.
.
.

Fin del cap.

La historia continúa...

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