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Capítulo 82

Capítulo 82

Sangre y valor

[Región de Noroteo/Kitakami, Elíseo Baldío]

{En el futuro}

Narrador Neutral:

Anteriormente, los Compatrones entraron en acción atrapando a todos los entrenadores en una esfera de fuego, que encapsuló todo el elíseo baldío para no dejar entrar ni salir a cualquier ser vivo que se moviese.

Por dentro aquello parecía el infierno, hacía mucha calor y los pequeños lagos de esa ruta rocosa empezaban a evaporarse.

—  ¡Tenemos que huir en opuestas direcciones, si nos quedamos en grupo tendremos más probabilidades de morir! — gritó Kieran.

Todos lo escuchaban con atención y temor, Fezandipiti cada vez estaba más cerca del suelo.

— ¡Escondeos o seguir huyendo, Victini y Keldeo son nuestra única esperanza! — gritó.

— ¡Ya le habéis oído, hay que empezar a correr! — dijo Hilda.

Pero tampoco se esperaron que Fezandipiti fuera tan veloz, porque a pocos segundos de ejecutar su movimiento Pájaro Osado colisionó contra el suelo agrietado del Elíseo Baldío, creando una nube de polvo y piedras que se expandió por toda la ruta bajo lo que parecía ser un cielo sangriento.

Keldeo y Okidogi resultaron dañados del golpe meteórico, pero aún así ignoraron el dolor y siguieron luchando abiertamente en la nube de polvo, a lo lejos, se podían escuchar el eco que emitían sus espadazos y puñetazos chocar.

Afortunadamente las rocas esparcidas por la onda expansiva no dañaron a ningún entrenador debido a la distancia, pero eso no evitó hacerlos caer al suelo del viento producido.

— *tose* ¡Liko, Calem! — dijo Kieran, levantándose, intentando encontrarlos.

Una silueta se hizo visible en la nube de polvo, estaba observando fijamente al pelinegro, era Fezandipiti.

— "Mierda, me convertí en su objetivo" — pensó maldiciendo la situación en la que estaba.

Pero antes de dar un paso atrás, Kieran se dio cuenta de un detalle, estaba sangrando por la boca.

Cuando bajó su mirada atemorizada de forma lenta a la vez que sentía algo muy extraño en la parte izquierda de su abdomen, la vio, una piedra clavada en esa parte de su cuerpo, creándole un corte muy profundo al ser afilada.

Kieran, aterrorizado, evitó tocar esa piedra que tenía clavada para no empeorar mucho más la herida que esta le había causado. Pero luego de pensarlo bien, respirando con dificultad, se dio cuenta de que si se la dejaba cualquier paso en falso podría abrir toda la herida si se dejaba la piedra clavada, tenía que sacársela, pero no consiguió el valor suficiente para hacerlo.

— "¡Maldita sea! Qué paso para no darme cuenta?! Me dio en un órgano vital...? No, la herida no es lo suficientemente profunda para alcanzar cualquier órgano... pero aún así, ¡duele!" — pensó Kieran.

Fezandipiti, sonriendo con satisfacción, empezó a cargar su ataque Tajo Aéreo para matarlo, mientras este buscaba ayuda, sin poder moverse.

El azabache logró ver a Calem, que estaba a nada más ni nada menos que a ocho metros de él, por alguna razón, en vez de ayudarlo, el entrenador de Kalos estaba parado, observando como se resistía del dolor.

— ¡¡¡Calem, ayúdame!!! — dijo Kieran.

Fezandipiti, cargando su movimiento, estaba empezando a aletear sus alas creando varias ondas de aire que arrasaban con la nube de polvo hacia los entrenadores azabache.

— ...

Calem, después de darle una última mirada de seriedad, lo abandono ahí y empezó a caminar en otra dirección, ocultándose en un laberinto de rocas que se hallaba cerca.

— ¡¡CALEM!! — se quejó del dolor — "¡Oh mierda!"

En aquel momento no tuvo el tiempo de pensar que el entrenador de Kalos lo había traicionado, porque la herida dolía, y con eso solo estaba pendiente a intentar reunir el valor de quitarse la piedra.

El Compatron empleó su Tajo Aéreo, lanzando varios cortes de viento en dirección al herido Kieran, este, pensando que era su fin, cerró los ojos.

— ¡Foco Resplandor!

Milagrosamente Liko apareció para salvarlo, haciendo que su Blastoise disparase dos láseres que anulasen los tajos aéreos del legendario. Creando una cortina de polvo.

— ¡Kieran, huye! — gritó la chica.

— ¡No puedo, te quedarás sola!— se negó.

— Estás herido, tienes que esconderte, resguardarte y procurar taparte la herida, vete ahora mismo, estaré bien — dijo la entrenadora.

— ... ¡Agh está bien! — se levantó.

Sintió el pinchazo de su herida, lo que le hizo volver a quejarse, cuando vio fijamente la piedra que tenía clavada, supo que tenía que quítarsela como sea. Sabía que no podía esperar más, decidió actuar antes de que sea demasiado tarde y se colocó una mano en la pequeña roca ensangrentada.

— ¡AaaaAHHH! — gritó.

Con fuerza se la sacó, y su herida empezó a expulsar toda la sangre que aquella piedra estaba conteniendo.

— ¡Gh...! — se levantó.

El pelinegro empezó a huir a paso lento, procurando que una de sus manos estuviese tapando su herida llena de sangre, dejando a Liko atrás y yéndose en la misma dirección en la que Calem huyó.

— Ahora tu contrincante soy yo — le dijo Liko a Fezandipiti.

...

5
MINUTOS
ANTES

Nos hallamos ahora con el combate de Okidogi, este peleaba a quemarropa contra Keldeo, tantas patadas, tantos espadazos y tantos puñetazos impedían visualizar la pelea culpa de las nubes de polvo que se levantaban a cada segundo.

Keldeo usó Sable Místico, pero Okidogi usó Corpulencia para agrandar sus músculos y devolver el ataque con su pecho.

Con los entrenadores, estos seguían huyendo para llegar a los límites de la cápsula ígnea que Fezandipiti había creado, era la mejor manera para mantenerse a salvo de las intenciones asesinas de los Compatrones.

— "Esto es malo, Victini está envenenado, y Keldeo no podrá pelear todo el día contra ese Compatron, ojalá pudiéramos ayudar de alguna manera, pero nuestros Pokémon serían derrotados al instante, ¡son muy fuertes!" – pensó Irida.

En el combate, la palma de Okidogi se inundó de veneno, estaba usando Puya Nociva, y estaba preparado para golpear en el rostro al potro.

Keldeo se iba a dejar dar para contraatacar, pero a pocos segundos de recibir el ataque tipo veneno recordó algo.

"— Es la habilidad característica de los Compatrones, Cadena Tóxica, hay una gran probabilidad de envenenar todo lo que tocan — explicó Kieran, en tensión."

— [Mierda...] — pensó Keldeo.

El potro agachó la cabeza para esquivar el golpe, al igual que Victini él no podía caer envenenado, si no la derrota de los dos estaría asegurada. Después de esquivarlo retrocedió para evitar el veneno.

— [¿Ahora te dedicas a huir? muy cobarde de parte del famoso aprendiz de los tres espadachines místicos] — dijo Okidogi, sonriendo.

— ["Tampoco mis ataques especiales no funcionarían, es muy rápido, y puede acercarse a mí en cualquier momento...."] — pensó el potro, ignorando la mofa del Compatron.

Victini volvió a aparecer, esta vez estaba dispuesto a causarle un gran daño, por lo que avivó las llamas de la gran V naranja que tenía en la cabeza y se impulsó a mucha velocidad contra el perro ladrón.

— [¡V DE FUEGO!]

El Pokémon singular aplicó un cabezazo en el rostro de Okidogi, pero este, con una sonrisa de superioridad ni se movió de su sitio a pesar de la gravedad del golpe.

— [¿Que fue eso, cosquillas?] — preguntó.

— [¿¡Esta ileso?!] — pensó Victini.

Okidogi, con el cuerpo brillando de forma rojiza agarró su cabeza con una mano y lo lanzó hacías un montón de rocas que se hallaban lejos, el brillo carmesí desapareció.

— [Ese brillo... sabe usar contraataque... y no solo eso, la defensa que incrementó la corpulencia le ayuda a resistir con facilidad nuestros ataques, si este legendario estuviera poseído por la energía de Giratina o una maxifruta como aquellos legendarios en Ciudad Castelia, ¡nos habría derrotado en solo segundos...!] — pensó Keldeo.

Okidogi, luego de apartar la nube de polvo que lo rodeaba de un manotazo, alcanzo a ver como los entrenadores, que eran los que él debía matar, se estaban alejando.

— [¡No tenéis donde escapar!] — dijo Okidogi.

El perro rabioso se impulsó para empezar a correr en dirección a ellos, los Pokémon singulares ya no podían hacer nada, estaban muy dañados.

— "¡Se acerca!" – pensó Nate — Brabiary usa Vendaval!

El ave del entrenador de Unova aleteó las alas luego de salir de su Pokeball para crear un gran tornado horizontal, Okidogi, desprevenido, tuvo que cruzar sus brazos para protegerse aunque sea un poco del ataque.

Varias rocas empezaron a salir dispersadas por todos lados y el Compatron, al no poder resistir la onda de viento se estrelló con una roca enorme que tenía detrás.

— "¿Le dolió?" – pensó Iono — "Claro... Kieran ya advirtió que era tipo lucha, quizá el Braviary de Nate es la única esperanza que nos queda..."

Okidogi se levantó luego de recibir un gran daño, su furia y su sed de sangre aumentó mucho más.

— [Eso no me lo esperaba... ¡VENIR AQUÍ!] — enojado.

Pero cuando avanzó se chocó con una barrera psíquica que lo aturdió.

— [¿¡Que?!] — retrocediendo.

Se confundió cuando al retroceder chocó su espalda con otra barrera, no tardó en darse cuenta de que estaba encerrado en un cubo mágico.

Buscó al causante de ese movimiento psíquico, y quien iba a ser, era Victini, usando Vasta Fuerza, que estaba a punto de caer debilitado culpa del veneno, pero que no iba a dejar que dañase a aquellos humanos.

— [¿Sigues consciente?] — preguntó Okidogi.

— [No dejaré que les hagas daño...] — sangrando.

[Je, que patético...]

— [¡Mh!] — cerró la mano.

El cubo que mantenía preso a Okidogi empezaba a cerrarse, haciendo que el Compatron se resistiera allá dentro al estar tan apretado.

— [Gh...! Con esto no me harás nada, Pokémon inútil!] — apretando los músculos.

Okidogi apretó los músculos de todo su cuerpo y usó corpulencia, rompiendo todas las barreras que lo apretaban a la vez que se aumentó el ataque y la defensa.

Keldeo apareció de forma repentina y de un movimiento sigiloso apareció al otro bando del combate después de estar muy cerca del perro.

Silencio...

— [¿Uh?] — dijo Okidogi, confundido.

— ...

Keldeo, al ver que estaba ileso, revisó que era lo que tenía en la boca, lo consiguió, le había robado un objeto al Compatron.

Y el objeto, era una máscara.

— ["¿Que es esta máscara? Por instinto mi mente me ha obligado a quitársela, pero porque...?"] — pensó Keldeo.

— ["Mi-mi-mi-mi máscara, ¡mi máscara, me robó la máscara!"] — pensó Okidogi, con venas infladas en su frente.

— [Keldeo, huye!] — gritó Victini.

— [¡DEVUELVEMELA!] — gritó el Compatron.

— ¡!

Keldeo tuvo que saltar unas cuatro veces para esquivar todos los puñetazos que dio el perro contra el suelo con los ojos blancos de la ira que sentía al no tener la máscara en su posesión.

Hubo un punto en el que el Compatron le alcanzó y le dio una patada en el abdomen, lanzándolo hacia un muro de piedras.

— [Debo ayudar cuanto antes!] — dijo Victini, levantándose.

Okidogi usó Puya Nociva para rematarlo, pero Keldeo esquivó el ataque haciéndose a un lado, haciendo que el Compatron hundiera su puño en el muro de roca.

— [Gh... esta máscara, posiblemente no será suya, como buen Pokémon insensato que es, se la habrá robado a alguien!] — pensó el potro.

Okidogi sacó su puño del muro luego de excederse y sin más paciencia volvió a acercarse al Pokémon singular, pero como si su velocidad estuviera comparada a la de un rayo Victini apareció para propinarle una Patada Ígnea directa que este bloqueo con sus brazos.

— [¡Imposible! Como sigues vivo?! El veneno ya debe haberte matado por completo, Pokémon inepto!] — dijo Okidogi, incrédulo y molesto.

— [¡Porque soy un Pokémon singular HIJO DE PERRA!] — sonrió.

El choque de movimientos creó un pequeño terremoto en el combate, con Keldeo, este comprendió la razón por la que Victini seguía consciente y aún más, tener la capacidad de aturdir con sus ataques al Compatron.

— ["Claro... Victini representa la victoria, y con eso tiene un poder oculto que impide las derrotas humillantes, en pocas palabras, aumenta las probabilidades de ganar cualquier combate, ahora entiendo porque Adaman y Celebi querían reclutarlo, porque es el Pokémon clave para cualquier combate, incluso si estamos al borde de la muerte, él es capaz de darle la vuelta a cualquier situación"] — pensó Keldeo — [Ahora... debo procurar mantener bajo mi posesión esta máscara, no se porque, pero algo me dice que no es buena idea que ese perro la tenga]

Keldeo se preparó para combatir contra Victini, el combate podía proseguir, a pesar de todos los daños.

— [No perderemos este combate, de igual forma, ¡no tenemos elección!]

Y ahí la segunda ronda contra Okidogi empezó, mientras Liko combatía sola contra Fezandipiti, ahora debíamos centrarnos en los dos entrenadores que se separaron del resto, si, ellos dos.

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— *jadea* — corría lo más que podía.

Buscando a alguien, Kieran recorría una zona repleta de rocas altas y con puntas, parecía más bien un laberinto, el Onda ígnea de Fezandipiti no se acabó, lo que quería decir que todavía no podían escapar del Elíseo Baldío y que el cielo tenía un color carmesí.

Kieran estaba desesperado, ya dijo antes que el Elíseo Baldío era el único lugar al que nunca viajaba, por lo que estaba muy desorientado.
El azabache estaba cansado, y además procuraba tapar con una de sus manos la gran herida que tenía, pero no podía detenerse. Buscaba a Calem.

Cuando vio que tenía tres caminos en los que ir, se quedó parado, sin saber cuál escoger.

— ... — respirando profundamente.

Repentinamente, a Kieran le entra un escalofrío en el cuerpo al recordar que Calem lo había abandonado en aquel momento.

No sabía el que, si era el instinto, o que algo le estaba indicando que debía seguir el camino del medio, algo le estaba llamando y obligando a seguir ese camino.

Sin pensar muy bien la razón, hizo caso a lo que el instinto le pidió y empezó a correr en esa dirección.

...

Después de tanto caminar, Kieran cruzó una esquina rocosa, y de pronto...

Podemos ver como, a por lo menos veinte metros del chico pelinegro se hallaba una niña, vestida de una manera muy abrigada, con una gorra verde, un símbolo de un diamante en su ropa y el dato más visible de ella, un cabello turquesa.

No solo hablemos de su aspecto, hablemos de su situación, está estaba sentada en el suelo apoyada a una roca, inconsciente y sangrando por la cabeza.

A pesar de no conocerla y verla en ese estado tan doloroso, Kieran no se confundió ni tampoco se impactó al verla sola en esa ruta, ¿la razón? Cuando levantó su mirada preocupada, vio cómo al lado de ella se encontraba una persona parada, con una gorra roja, una gafas negras, y un pelo del mismo color.

Kieran entró en shock.

Era Calem.

Y se asustó mucho más cuando el Greninja que tenía al lado suyo tenía en su mano un Kunai de agua manchado de sangre.

— "¿Ca... lem?" — en shock.

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Fin del cap.

La historia continúa...

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