Capítulo 74

Kieran, Camino a Villa Versui

[En el océano, lejos de Noroteo]

{En el futuro}

Narra N:

En mi recuerdo:

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— ¿¡Me lo dices en serio?! — gritó una voz femenina, muy enojada.

— ...

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— ¿¡No entiendo hasta qué punto puede llegar tu inutilidad, como se te atreve la insólita idea de llevar Pokémon salvajes a casa?! Cuando llegue tu padre le pediré que te empiece a agredir, inútil!

— ... — callado, mirando el suelo pulcro.

Esa es mi madre.

No.

No, no es, más bien, lo era.

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— ¡Niño de mierda, como te atreves a llevar Pokémon salvajes y esconderlos en tu habitación!?! — me dio un puñetazo en el rostro.

Y ese, mi padre, la persona que más me odiaba.

— ¿¡Cuántas veces has hecho algo de provecho para esta familia?! Exacto, cero! Fuiste el peor hijo que nos podía haber tocado, el peor! — dijo la mujer.

— *escuchaba cabizbajo*

— ¡Feliz será el día en que nos deshagamos de ti, niño inútil! Los Pokémon están prohibidos en casa! — gritó el hombre — ¡Me parece inverosímil ver como nunca aprendes la lección!

— *callado*

No, no hice nada bien ni correcto en mi vida.

Pensándolo de esa manera, pensaba que todo era y fue por mi culpa.

Pero no, yo no hice nada.

Yo no me merecía esto.

No me lo merecía.

— ¡O expulsas a tus amiguitos de la casa o los matamos enfrente tuyo! — refiriéndose a los mismos Pokémon que yo mismo introduje en aquella residencia.

Y no solo eran ellos.

Mi hermano falleció cuando tenía dos años de edad. Y eso quito una gran parte de mi vida social.

Si, exacto, no tenía amigos, y no tengo vergüenza ni miedo a reconocerlo.

No era por mi timidez, ni nada por el estilo.

La respuesta también da sentido al porque me metía en tantos problemas cuando todavía era el más joven de mi casa: Podía entender a los Pokémon.

Intenté demostrarlo con pruebas, pero no había forma, no lo conseguí, todos me miraban con la misma cara, como la luna con la Tierra. La misma maldita cara iluminada por la estrella de nuestro Sistema Solar.

Ahora que pienso en ello, cada vez más me cuesta recordar cómo fue que terminé en la calle a los cinco años, solo recuerdo que desde un punto empecé a verlo todo de color gris.

El brillo de mis ojos se desvaneció como si fuese polvo llevado por el viento. Dejando un gran vacío en medio de ellos, un vacío lleno de aborrecimiento por todo lo que mi opaca pupila visualizaba.

E incluso yo era incapaz de ver el color mis propios ojos en un trozo de espejo. Siempre veía lo mismo, una otra vez, el mismo resentimiento expresado en mi cara todas la veces que me miro en un trozo de cristal.

¿Porque nací?

La vida no me deparó nada bueno en ningún día de mi existencia como un mísero ser humano, ¿pero porque?

Por suerte, mi extraño don me permitió tener unas cuantas amistades, no humanas, por obvios motivos.

Pero ni eso cambiaba, mi vida ya no tenía colores.

¿Porque nací con esta asquerosa irregularidad?

¿Porque, de tantas personas, me tuvo que pasar a mi?

¿En que libro está escrito mi destino?

Siempre soñaba con la idea en el que algún día pudiera tomar mi propia vida por el cuello para así reencarnar en una mucho mejor, pero el valor es algo que muy poca gente puede controlar, o aún peor, tener.

La vida no es un regalo, para mi, es una ofrenda.

Eso sería lo mismo que un maldito esclavo como yo habría dicho. Un miserable niño abandonado.

No me extraña... ser quien soy ahora...

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Narrador Neutral:

— N.

— ...

— N — repitió Ghetsis.

El peliverde, sentado encima de la cabeza de Kyurem Negro, separó los párpados de sus ojos, luego de haber estado recordando cierto momento de su horripilante vida.

— ... ¿Qué? — preguntó con sus descoloridos ojos oscuros en los que la esencia de Giratina se reflejaba.

— Te veo muy pensativo, ¿estás recordando algo?

— Mh, no te mentiré, pero no hablemos de mi, eso no importa — dijo.

— Entiendo, ¿cuánto queda para llegar? — preguntó el sexto general.

— Aproximadamente, dentro de cuatro o tres días — respondió.

— Vaya, eso es mucho tiempo, pero veo que no tenemos alternativa — dijo.

— Obsequiaremos a Adaman unos cuantos días de descanso y entrenamiento, para que se recupere de las heridas que yo mismo cree en su todo su cuerpo — dijo, con una leve sonrisa de superioridad.

Y todo eso mientras Kyurem Negro caminaba por encima del agua con los dos generales encima de él, congelando el agua a su paso gracias a la electricidad criogenizada que podía expulsar de su cuerpo.

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[Comarca de Noroteo, Pradera Gliscina]

Narrador Neutral:

Transcurridos unos cinco minutos, el grupo de entrenadores pudieron avistar el centro de la comarca, formado por una sola montaña amplia y alta con una estructura bastante particular, a la vez que extraña. Alguien podría verlo terrorífico por un lado, pero por el otro, con toda la naturaleza a su alrededor, se podía apreciar lo hermoso que era Noroteo en un todo si alguien tiene buenos gustos y opiniones.

Retomando la caminata, Adaman y Kieran eran los únicos que se hallaban delante de todos, en aquel entonces, Adaman no podía ver, pero Celebi le estaba dando indicaciones para que él supiera dónde debía alargar el paso.

— ¿Te puedo preguntar algo Irida? — le preguntó Liko a la jerarca del ahora extinto Clan Perla.

— Lo que sea — asintió.

— Si no recuerdo mal, Adaman y tú provenís de clanes que estaban totalmente enfrentados cuando todavía habitabais Hisui, ¿como es posible que os conocierais de pequeños? — preguntó con esa confusión.

La rubia analizó la pregunta, pero mucho no le costó responderla de forma correcta y clara.

— Cuando empezó una de las muchas guerras que nuestros clanes tuvieron éramos unos críos que tenían la misma edad, por lo que nuestros padres decidieron resguardarnos en Villa Jubileo al ser tan pequeños e indefensos, ahí se ubicaba la Sede Galaxia y los clanes podrían enfrentar un mayor problema si hacían entrar a ese sede a la guerra, por lo que ese poblado era un lugar seguro para cualquier ciudadano inocente, entre ellos, infantes como yo y Adaman, así nos conocimos, sin saber que éramos de clanes distintos y que algo así era ilegal — explicó.

— Vaya, ¿y nunca supieron que os hablabais desde pequeños? Si es así os habrían castigado, ¿verdad? — deducía la azabache.

— Hubo un momento en el que dejamos de hablarnos, todo porque nuestros padres nos separaron, siempre llega un punto en el que tienes que retirarte y olvidarte lo que dejaste atrás — dijo.

Liko tuvo un recuerdo pasado, como las tres aves legendarias incendiaron el dirigible en que ella siempre viajaba junto a sus ahora difuntos compañeros. Ella también dejó una gran pieza de su vida atrás, pero cuando conoció a Adaman, entendió que debía remplazar esa pieza por una mejor y aceptar lo que la vida tuviese que obsequiar para ella.

— Te entiendo, a todos nos pasa lo mismo — cabizbaja.

Un poco más adelante, lo único que acompañaba a Kieran, Adaman, Victini y Celebi era el agradable ruido que hacían las pisadas en el césped, si, había mucho silencio entre los cuatro.

Por el lado de Celebi y Victini, seguían teniendo miedo de hablar con Adaman, su rostro, aún tapado por esa venda blanca, transmitía seriedad, solo seriedad. Y eso creaba inseguridad en los dos Pokémon singulares, a pesar de haberlo salvado, el aura lo estaba convirtiendo en su muñeco de trapo. Un muñeco que pronto perdería el control total sobre sí mismo.

— ¿Como es tu hermana? — preguntó el jerarca al azabache.

— ¿Ah? Pues a ver... al ser mi hermana mayor, es normal que la trate con más confianza, no lo parece, pero es más activa de lo que aparenta, es hermosa, y creo que tiene tu misma edad, agregando, no diré su nombre porque de seguro le encantaría presentarse — dijo con su tímido tono de voz.

— ... — callado.

— ... ¿Quieres... que te cuente más?

— *asiente*

— Okey, pues, siendo yo, no la soporto, siempre se desahoga conmigo, y para empeorar, nunca logro ganarla en combate, a pesar de tener mucho ego, tiene un talento oculto en los combates, eso es, de seguro, lo que más me cuesta aceptar en toda mi vida: ser más débil que ella— dijo Kieran, mirando hacia delante.

— .... Hm, ya veo, sois alumnos de una academia, ¿verdad? — preguntó.

— ¿C-como lo sabes?

— Tu uniforme azul que llevas detrás de la chaqueta, en las calles de Ciudad Castelia había mucha publicidad acerca de esa academia — serio.

— Okey, ¿pero como puedes ver?

Adaman señaló a Celebi, sabiendo que este estaba a su lado. Kieran entendió que el Pokémon era psíquico y podía comunicarse con él con facilidad.

— Oh, entiendo...

Una vez más el silencio toma lugar, Adaman creaba un ambiente muy incómodo, pero de alguna forma incitaba mucho a los que le rodeaban a obsérvalo con curiosidad.

— Hablemos de ti ahora, quiero conocerte a ti — dijo el jerarca — ¿Qué te impulsa a ser entrenador Pokémon?

— Hm, siendo honesto, no le he hablado a nadie que no sea un familiar acerca de la razón por la que soy quien soy actualmente... — con las manos en la cabeza, mirando al cielo.

— ...

— Veras, soy ese típico niño que sueña con fantasías —.

— ¿Fantasías? — dijo Celebi.

— Al nacer, mis padres ya me introdujeron en la cultura y creencia de Kitakami, no voy a contarte todo lo que yo aprendí, solo quiero decirte que un Pokémon mitológico de dicha creencia entró en una gran parte de mi vida, me obsesioné, demasiado — confesó.

— ¿Con quién?

— *suspira* Es un ogro, un ogro que vivía en esta montaña, pero que misteriosamente desapareció hace dos meses — dijo.

Adaman y Celebi sintieron un rayo en la cabeza al escuchar lo que dijo Kieran.

El Pokémon singular sabía el porqué de su desaparición, lo recordaba como el ayer, lo que le dijo ese ogro desde esa Gloria Ball en la Isla de la Armadura.

Recuerdo de Celebi:

— [Hace tiempo, aproximadamente 10 años, fui víctima de una mentira enorme] —.

— [¿Mentira?]— dijo el Pokémon singular, confundido.

— [Si, provengo de Noroteo, cerca de Paldea, sin embargo ese sitio no es mi región natal, llegue a Noroteo acompañado de un hombre al que consideraba mi amo y mi único amigo, feliz de empezar una nueva vida en esa región, sin embargo, nunca me espere que ser tan diferente a los demás nos haría ser expulsados de una villa repleta de humanos, no nos quedó de otra y nos refugiamos en la montaña, poco tiempo después aparecieron tres ladrones dispuestos a robarme las cuatro máscaras que yo albergaba en mi refugio, todo fue un desastre, mi mejor amigo desapareció y decidí tomar venganza por él, acercándome a la villa a intentar derrotar a estos tres Pokémon malignos, sin embargo, como siempre debí suponer, los humanos eran unos idiotas, me tomaron como un ogro monstruoso y decidieron apoyar a los compatrones, que es así como se les conoce a esos ladrones]"

Fin del recuerdo.

Celebi sintió un escalofrío.

— Su nombre es Ogerpon, un Pokémon legendario propietario de cuatro máscaras fabricadas en esta comarca — dijo Kieran.

— "Celebi..." — dijo Adaman, un poco asustado.

— Adaman... — dijo el Pokémon singular.

— Prometí un día capturarlo y convertirlo en mi mejor Pokémon, nunca permitiré que nadie lo capture, se que suena egoísta de mi parte, pero estoy demasiado obsesionado, si alguien logra capturarlo, nunca le perdonaría, él es mío, y de nadie más — más serio de lo normal.

El azabache se calmó al ver que estaba revelando un lado un poco más siniestro de él, por lo que decidió relajarse y seguir caminando.

— Pero bueno no es tu problema, ¿verdad? Tu también tienes un sueño o objetivo que cumplir, pues yo también tengo el mío — dijo.

— ...

— Adaman — dijo Celebi — Creo que estamos...

— "Jodidos, estamos jodidos" —.

— ¿Porque decís eso, que tiene que ver Ogerpon con nosotros? — preguntó Victini.

— Em, a ver, como te lo explico... — dijo Celebi.

— "Ya lo tenemos" — dijo Adaman, de forma directa e interrumpiendo a Celebi.

— ¿¡Que?! Y eso cuando?!

— Hace dos meses, en la isla de la Armadura, un maestro nos regaló la Pokeball en la que ese legendario estaba metido — explicó Celebi, atemorizado — Okey chicos, estamos en un problema muy grande...

— No, no tiene porque, solo tenemos que ocultar a Ogerpon y así Kieran no sabrá que lo capturamos antes que él — explicó Victini.

— ¿Tu crees que es fácil ocultar a un Pokémon legendario y mantenerlo encerrado en una Pokeball? — preguntó Celebi.

— Ahí puedes tener razón...

— ...

— Por cierto Adaman — dijo Celebi.

— ... "¿Qué?"

— Es acerca del aura, ¿te encuentras bien?, debo confesar que a veces me da miedo hablar contigo, lo siento mucho — dijo el Pokémon singular.

— ... ... *suspira* Yo también lo siento Celebi, pero no puedo disculparme porque si no tendré que hacerlo a cada rato, el aura seguirá controlándome, y cada vez mis emociones se desvanecen con más velocidad, me cuesta admitirlo, pero... realmente me da miedo pensar en quien me convertiré" — explicó.

— ...

— "No quiero dañar a nadie, pero lo haré, no quiero cambiar, pero lo haré, no quiero dejar atrás mis emociones y sentimientos, pero lo haré, ya estás viendo lo muy difícil que es para mí asimilar esto, por lo que mejor no hablemos del aura y sigamos adelante" — explicó, serio.

— D-de acuerdo — asintió, triste.

Kieran disimulaba, pero en realidad le estaba echando mucho ojo a la apariencia y color de cabello de Adaman, estaba un poco confuso y sorprendido.

— "Nunca lo pensé antes, pero esto es muy extraño, es literalmente idéntico a Perrin, el color azul y verde de sus cabellos, el color castaño de sus ojos, son totalmente iguales ¿pero porque? Supongo que serán familiares..." — pensó, hablando acerca de una persona que no conocíamos aún.

Celebi siente como el smartrotom de Adaman no para de vibrar a cada mensaje que cierta persona le enviaba.

— ¿Porque no revisas quien te está enviando los mensajes? — preguntó Celebi, serio.

— "Créeme que no vale la pena, es Raul, que no para de meterse conmigo solo por haber tenido a lo largo de mi vida 18 esposas" — dijo.

— Je, debe tenerte envidia y por eso quiere sentirse superior — dijo.

— "Supongo, aunque igual no es envidia y no entiende que en Hisui eso era normal, bueno, no importa" — pensó.

— Bueno.

— "Tu tampoco te salvas, tú no paras de llamarme poliamoroso"

— Y tú a mí cebolla — molestó.

— "Bueno pues estamos en paz" — dijo.

— ¿Y con Amber que? También tenias su número — preguntó Celebi para saber sobre ellos.

— "En el Smartrotom la tengo agregada como Fiona, así que supongo que tendré que llamarla así"  — contestó Adaman.

La conversación finalizó y ambos, jerarca y Pokémon singular, se concentraron en seguir la ruta que Kieran les estaba enseñando para llegar a Villa Virsui, donde se encontraba su hermana mayor esperando su llegada.

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[Comarca de Noroteo/Kitakami, Monte Ogro]

En una zona rocosa, con mucha variedad de vegetación cerca de una cascada de agua cristalina, el ambiente era cálido y agradable, las hojas se revolvían en el aire llevadas por la fina corriente de viento que pasaba por esa montaña.

Pero de pronto, todos los Pokémon habitantes de ese monte son abrumados por un ruido muy particular, que no parecía provenir de cualquier sitio. De pronto, se escucha el leve ruido que haría una grieta en una pared, una fisura espacio-temporal se abrió en poco tiempo, una garras prismáticas y negras dilataron los extremos del portal para dar paso a un Ultraente a la época del futuro, Necrozma.

Dos chicas que se hallaban encima de él cayeron al suelo rocoso, la fisura empezó a cerrarse, dejándolas con el Pokémon extraño en la época correcta en la que debían estar, con el fin de encontrar a Adaman.

— Te encuentras bien, ¿Sabi? — dijo Akari, bastante mareada.

— Ahora que ya hemos llegado pues estupendamente — contestó la peliturquesa.

— Me alegro, ahora debemos descubrir dónde estamos, Necrozma ya no puede comunicarse con nosotras, así que nos toca averiguar — dijo.

El Ultraente señaló una dirección en la que ellas supusieron que debían seguir, por lo que, después de un breve descanso se levantaron y estuvieron dispuestas a empezar su búsqueda.

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Fin del cap.

La historia continúa...