Capítulo 66
Capítulo 66
Fin del combate
[Región de Unova, Ciudad Castelia]
{En el futuro}
Narrador Neutral:
Quince minutos antes
Nos encontramos ahora con la batalla contra el sexto general de Volo, Ghetsis, que, aunque pareciese imposible, los héroes conseguían remontar el combate, porque Zekrom estaba luchando a la defensiva.
Además, la tormenta empezaba a amainar dejando que la noche se empiece a avistar, la batalla contra los generales estaba llegando a su fin.
— ¡Glaceon Rayo Hielo! — ordenó Irida.
— ¡Mirada Heladora! — dijo Iono.
— Ditto, Rayo Hielo tú también! — ordenó Leaf a su ditto, que había adoptado la forma del Glaceon de Irida.
Los tres ataques especiales de tipo hielo colisionaron contra el dragón eléctrico, que tenía montado a Ghetsis en su lomo, los ataques perduraron hasta un punto que el Pokémon legendario junto al general fueron totalmente congelados.
— "¿Se han congelado?" — pensó Liko — "Porque ahora...?"
Zekrom no tardó en romper todo el hielo que lo envolvía en pedazos, pero había algo raro, o más bien, algo que cambiado, y Ghetsis podía sentirlo.
— "¿Qué sucede? Acaso los ataques fueron lo bastante directos para congelarnos? no, no es eso, tiene que ser la energía de la maxifruta, está empezando a agotarse..." — pensó el general — No nos queda mucho tiempo"
El general, antiguo líder del clan Plasma, recordó una conversación que tuvo con el mismísimo Volo, en la Ciudad Imposible, en su trayecto de búsqueda al jerarca del Clan Diamante.
.
.
.
"
Ghetsis recibió dos maxifrutas del rubio, acompañado de su fiel Giratina, en aquella dimensión ya se habían plantando miles de maxiarboles, el reino se expandía con el tiempo, y no solo eso, todo estaba gobernado de soldados y súbditos. Y eran millones.
La ciudad había tomado un aspecto mucho mejor que el de hace tiempo, además de tener irregularidades, ya tenía un aspecto avanzado, era gracias a Volo, obviamente, él había viajado al futuro de hace milllones de años para conseguir la mejor tecnología posible.
— Aquí las tienes, dale una de ellas a N — dijo Volo, refiriéndose a las frutas — Quien sabe en qué problema os podéis meter cada uno cuando lleguéis hasta él.
— Entendido, mi señor, ¿me daría un minuto para preguntarle? — pidió Ghetsis.
— Pregunta — con su voz penetrante.
— Tenemos entendido que estas frutas revitalizan y además mejoran el cuerpo de un Pokémon, ¿pero cuál es la razón, que más sabemos de estas misteriosas frutas? — preguntó.
— Hm, sabia que me había olvidado contártelo a ti, porque es bastante importante el poder clave de una maxifruta para que un general lo ignore, cederé y te explicaré, discípulo mío — dijo.
— *presta atención*
— Para empezar, la maxifruta está hecha de una substancia con una energía dentro tal que un Pokémon normal y corriente no podría soportar, es por eso que solo son los legendarios que pueden comer por lo menos una maxifruta y salir ilesos de las consecuencias — explicó.
— ¿A qué se refiere con soportar, que le sucedería a un Pokémon normal al ingerir una de estas frutas?
— Simple, explotaría.
— ¿Literalmente?
— Si, eso se debe por muchas razones, la substancia de esas frutas revitalizan a la vez que multiplican las cantidades de células en un cuerpo, es decir, el cuerpo de un organismo que no está del todo desarrollado no podría aguantar dentro de sí todas las células duplicadas y mejoradas, resultando en la muerte —.
— En cambio el de los legendarios está desarrollado, por lo que ellos pueden mantener la substancia dentro de ellos sin colapsar, ¿verdad?
— *asiente* Ahora que sabes eso, será mejor explicarte la "escala" entera.
Volo levantó el dedo índice.
— Una, si un Pokémon legendario consume una maxifruta todas las células de su cuerpo se duplicarán, haciendo que el cuerpo empiece a perder espacio y que las capas musculares empiecen a dilatarse, es por eso que aumentan de tamaño, en resumen, obtiene el doble de fuerza que tenía anteriormente.
— ¿Y si consume dos?
El rubio levantó dos dedos.
— Al consumir dos, el cambio llega al cerebro y eso cambia la forma de pensar y actuar del Pokémon, haciéndolo más hostil de lo normal, sin embargo seguirá teniendo la conciencia suficiente para mantenerse en su lugar y atacar con violencia a quien se entrometa en su camino, ah, y no nos olvidemos de lo más importante, el poder del Pokémon se triplicará, sin embargo hay un 50% de probabilidades de que el Pokémon no soporte la energía y colapse — dijo el rubio.
Y finalmente, levantó tres.
— Con tres maxifrutas, todavía no estoy del todo seguro, he estado haciendo experimentos estos últimos días, pero todavía no me he conseguido aclarar, tengo mi propia teoría, y creo que la más cercana: Hay una probabilidad ínfima de que un Pokémon legendario sobreviva al consumir tres frutas, me atrevería decir que menos del 2%, pero si sobrevive...
— ... ¿Si sobrevive...?
— Obtendría un poder ocho veces mayor al que tenía originalmente — sonrió — convirtiéndose en un ser totalmente invencible, a la vez que imparable, recordemos que la energía afectaría los nervios del cerebro, por lo que el Pokémon no tendría control sobre sí mismo y mataría a cualquier cosa que se mueva — dijo — Y con eso termino, con cuatro nadie sobrevive, obviamente. Ah, otro dato más es que todas las frutas tienen tiempo de efecto, con una dura una hora, con dos cinco, y con tres seguramente diez.
— ... Entiendo.
— Eh.
— ¿Si?
— Aunque hayas escudado esto, te advierto, nunca le deis más de una maxifruta a ninguno de vuestros legendarios, nunca — advirtió — Sería un arma de doble filo, y vuestro propio Pokémon os podría matar. Y no hay que decir de tres frutas, está claro.
— No lo haremos, se lo prometo, señor.
— Me retiro, tengo trabajo que hacer, cuéntale lo que te acabo de decir a N, es peligroso que no lo sepa, y más con esa cabeza infantil que tiene — dijo, dando la espalda.
— A su orden, yo también me retiro, señor —.
"
.
.
.
— "¡Debo acabar con ellos cuanto antes...!" — pensó Ghetsis — Zekrom, usa Rayo!
El dragón eléctrico se envolvió de dicho elemento y estaba preparado para electrocutar todo a su paso, pero de pronto...
— Electrotela — ordenó una voz femenina.
— ¿Qué?!
Del cielo, una telaraña gigantesca eléctrica atrapó a Zekrom y a Ghetsis, el Pokémon legendario no tenía la capacidad de absorber la electricidad, por lo que recibió un poco de daño, mientras que el general podía resistirlo bien gracias a la energía de Giratina.
— ... ¿Mh, un Emolga? — preguntó Ghetsis, atrapado en la tela.
— ¡Elesa! — gritó Iono.
— Tenía planteado luchar desde el principio, pero decidí dejar una oportunidad a los demás, sin embargo no he tardado en recordarme de que habéis matado a mucha gente inocente, no os perdonaré lo que le habéis hecho a esta ciudad — dijo la lider de gimnasio.
— Tienes agallas mujer, ¡tu valentía se debe a un trauma de tu infancia, acaso tus padres te maltrataban?! porque lo parece!!! — burlándose de ella.
— ¡Snivy usa Lluevehojas!— ordenó Rosa, interrumpiendo al general.
Un tornado de hojas creado por la hermana de Nate atrapó al general y su Pokémon legendario, además de estar atrapados por la electrotela, estaban creando una prisión.
— "Debo liberarme cuanto antes, ¿cómo es posible que N no haya acabado todavía con Adaman, acaso estará jugando con el?!" — pensó, maldiciendo al peliverde.
— ¡Braviary, Vendaval! — ordenó Nate.
Al tornado de hojas se sumó otro mucho más potente de parte del Pokémon volador del hermano de Rosa, Zekrom perdía la movilidad, y la energía de la maxifruta se agotaba a cada segundo que pasaba.
— "Maldita sea... ¡debo liberarme cuanto antes! — pensó el general, electrocutado.
— ¡Nate, Rosa! — gritó Elesa, desde un edificio.
Los hermanos giraron su mirada para ver que tenía que decir la líder de gimnasio, lo cierto es que muchos Pokémon ya habían caído, y no había mucho tiempo para que Zekrom se liberase, el fin del combate nocturno se acercaba.
— ¡Adaman está herido, está en problemas, tenéis que ir a rescatarlo, ir ya! — dijo.
Nos damos cuenta de que Elesa no había estado combatiendo porque envió a su Emolga a observar la batalla que habían tenido N y Adaman, pues el jerarca estaba sin apoyo y necesitaba asegurarse de su bienestar.
Entonces, sabiendo que Adaman estaba repleto de heridas, sabía que Nate, que era el único entrenador que tenía un Pokémon volador en pie, debía rescatarlo junto a su hermana, antes de que cayese asesinado a manos del quinto general.
— ¡Daros prisa! — dijo.
Nate, con varias emociones en su cabeza, estaba desesperado con que hacer. Tenía miedo de que Ghetsis pudiera liberarse.
— ¡Hermano decídete! — dijo su hermana, sacudiéndolo de los hombros.
El castaño, asumiendo la responsabilidad con determinación, asintió. Todo por el bien de Adaman.
— ¡De acuerdo! Manteneros a salvo!
Braviary cambió de dirección y llevó a los dos hermanos lejos del dragón negro, tenían que darse prisa.
Red, que vio como ellos dos se alejaban en su Braviary, tomó una decisión y se montó en su Charizard Mega evolucionado, Leaf pensó lo peor al verlo montarse en su Pokémon.
— ¡¿Red, adonde vas?!
El entrenador azabache, se colocó bien la gorra roja que tenía, levantó la cabeza y solo le dedicó una sonrisa sincera a su mejor amiga, acto seguido despegó y se fue volando detrás de los hermanos, algo tenía planeado.
Leaf, sabiendo que era muy raro ver a Red sonreír de esa forma se preocupó.
Ya todos los ciudadanos habían evacuado la ciudad, varios barcos y yates habían llegado para rescatarlos a todos, por lo que el bienestar de todas las personas que seguían vivas estaba asegurado. Se dirigían a otra parte de Unova, para mantenerse a salvo de momento.
.
.
.
Y finalmente, volvemos una última vez con N y Adaman.
Anteriormente, el jerarca fue consumido por una ira incontrolable causa de la muerte de muchas personas inocentes, resultando en el despertar de, posiblemente, aura.
El efecto duró muy poco, porque antes de poder matar de una vez por todas al general, el jerarca cayó al suelo culpa del corte de respiración que tuvo. Se estaba ahogando, y al parecer ya no tenía ojos, sus globos oculares estaban completamente blancos.
Se estaba claro lo que le había sucedido, había utilizado aura, sin saber las consecuencias.
— En fin, creo que hemos llegado muy lejos, Adaman, me he divertido luchando contra ti, adiós, y buen combate, mi mejor amigo — dijo N.
N estaba a punto de cortarle el cuello a Adaman con la lanza de Ferropaladin. Mientras este no se daba cuenta de que estaba en los últimos momentos de su vida, o mejor dicho, segundos.
Pero de pronto, un Pokémon aparece de forma muy rápida y tira por los aires la lanza de Ferropaladin que tenía N en la mano, haciéndolo retroceder a él y al jerarca del viento causado por la velocidad.
Era Gliscor, el único Pokémon que se encontraba en perfecto estado, este agarro la lanza de Ferropaladin y miró con odio al general, no iba a permitir que este lo matase.
— "Gh... ¡Ese maldito escorpión!" — pensó N.
Adaman se intentó levantar del suelo, pero lo único que consiguió fue arrodillarse, estaba muy dañado y no podía ver nada. Estaba completamente desorientado.
N, sin perder la oportunidad, cerró el puño y le dio un puñetazo muy fuerte en la mejilla de Adaman. El golpe fue tan brutal que el jerarca perdió el equilibrio y se cayó del edificio, quedándose inconsciente en plena caída.
El peliverde, pensando que había cumplido con su misión, no se esperó que apareciese de forma repentina un Braviary y rescatase al jerarca de una muerte segura.
Nate y Rosa habían llegado a tiempo para salvar a Adaman, la castaña agarró el cuerpo destrozado del jerarca para no dejarlo caer y mantenerlo entre sus brazos. Estaban escapando.
— Rayos, ¿porque la gente tiene tanta costumbre de huir de mi...? — se preguntó N, rascándose la cabeza.
Con ellos tres, Rosa intentaba despertar al jerarca, pero era imposible, estaba muy herido.
— ¡Adaman, Adaman! — preocupada.
— Rosa ahora no es el momento — dijo Nate —.
— ¿Qué estás diciendo?!
— ¿Es que no lo ves? Está inconsciente.
Y eso era cierto.
— ... ¿Y qué con los Pokémon de Adaman, los vamos a abandonar!? — preguntó la castaña.
— ... "¿Qué debería hacer...?"
De repente, las dudas del castaño se aclaran cuando ven que los cuerpos congelados de Keldeo, Ferropaladin, Ferropuas y Ogerpon empiezan a levitar gracias a una fuerza psíquica.
Un Pokémon de color verde se hizo presente siguiendo al Braviary del entrenador castaño, era Celebi, que pudo despertar luego de haber sido derrotado. Aun así las quemaduras seguían doliéndole.
— ¿Q-qué es ese Pokémon? ¡está rescatando a los Pokémon de Adaman! — dijo Rosa.
— Supongo que es otro más de sus Pokémon, aunque no lo conozco... de todas formas es nuestro aliado — dijo Nate.
Celebi se había quitado la invisibilidad, tenía que hacerlo.
— Adaman...— dijo Celebi, de forma débil y esforzándose por llevar los cuerpos de los demás Pokémon detrás de sí para escapar.
Pero el jerarca no respondía.
— *suspira* ¿Adaman, que te pasó...? — preguntó sabiendo que no iba a recibir respuesta alguna.
Todos se asustan y empiezan a escapar a más velocidad cuando sienten la presencia de Kyurem Blanco detrás suyo, este, sin la compañía de N, los estaba siguiendo para intentar matarlos.
El Pokémon singular se esforzaba por hacer levitar todos los cuerpos de los Pokémon de Adaman, mientras seguía al Braviary, que se estaba dirigiendo al edificio central, que muy pronto se iba a derrumbar al estar repleto de llamas.
El quinto general, parado en un edificio, supuso que tendría que ir detrás de ellos al no haberse montado en Kyurem.
— En fin, supongo que también tendré que acercarme... — dijo N.
Pero su paso se detuvo al escuchar un rugido detrás suyo.
N entró en tensión, empezó a sentir calor por la espalda, eso significaba que algo muy caliente se estaba acercando a él, y a mucha velocidad.
Reaccionó, se volteó y recibió en carne y hueso el Envite Ígneo de un Mega Charizard Y, con un entrenador vestido de rojo en su lomo.
El lagarto de fuego lo aplacó hasta estrellarlo en el edificio central, adentrándose en el interior de las llamas de la construcción, en nuestro punto de vista sería una muerte segura, pero la energía de Giratina hacía más fuerte al general, por lo que podía resistir el ataque.
Dentro del edificio, Charizard empujó a N hasta un muro, este ya había sufrido bastante daño, tenía muchas quemaduras.
— ¡Ohhh ja ja! — se ríe — Eso sí que duele...! — dijo el peliverde, tumbado en el muro mientras sangraba.
Del Charizard se bajó el entrenador más fuerte del mundo, proveniente de Pueblo Paleta, Red había llegado para matar de una vez por todas al general, él solo, en aquel edificio, a punto de derrumbarse. Iba a vengarlos, a todos los que murieron.
Iba a terminar el buen trabajo que hizo el inconsciente Adaman.
Fin del cap.
Equipo Normal:
Legendarios:
La historia continúa...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro