Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 64

Saludos a todos, disculparme por interrumpir en un momento así pero me veo obligado a decirlo.

No sé si sabéis, pero desde luego, si que soy consciente de lo muy rápido que estoy publicando los capítulos de esta historia, básicamente por que lo hago diariamente.

El tema es que he estado viendo muchas otras historias y he pensado que voy a tomármelo con más calma, ya me entendéis, subiré un capítulo por lo menos cuando haya transcurrido de dos a cinco días.
De esa manera dejaré de estar tan presionado por acabar un capítulo para mañana.

Espero que me entendáis, ale, a leer el siguiente capítulo.

Pero no os asustéis, seguiré escribiendo esta historia porque es lo que me gusta hacer, es una de mis pasiones.

.
.
.
.

Capítulo 64

Adaman cae en la locura

[Región de Unova, Ciudad Castelia]

{En el futuro}

Narrador Neutral:

Como si fuera causa de un milagro, Adaman, a pesar de estar destrozado, recibió el apoyo de Keldeo y eso hizo que pudiera remontar un poco el combate más difícil que había tenido hasta el momento.

— Hay que ver Adaman, realmente me estoy divirtiendo contigo, asesinar a cualquier entrenador me habría costado segundos, mientras que contigo llevo dos horas — dijo N, rascándose la cabeza, calmado.

— *empieza a inhalar y exhalar*

— Uh? Jaja! Quien iba pensar que estabas ocultando tu verdadero y debilitado estado?

— ... a qué te refieres con eso... — preguntó Adaman, tapándose la herida quemada del hombro.

— Cualquier persona ya se habría desmayado con tanta pérdida de sangre, en tu caso supongo que la adrenalina te ha impedido perder el conocimiento, pero ahora que estoy viendo te estás empezando a relajar y con eso la frecuencia cardiaca de tus latidos empieza a bajar— dijo N.

— "Tiene razón, no me queda mucho tiempo para que caiga inconsciente, debo derrotarlo pronto... si no, me matará y aprovechará para matar a los demás, no puedo dejar que eso pase... debo aguantar un poco más..." — pensaba, inhalando y exhalando.

Keldeo miraba con preocupación al jerarca, ciertamente, con la ropa desgarrada y quemada se le veía en un estado horrible.

— No te preocupes por mi, Keldeo, puedo aguantar — dijo Adaman.

— *asiente, inseguro*

— "Es obvio que miente, pero aún así no tengo buenos presentimientos, debo estar atento a cualquier cosa que haga" — pensó N.

— "Maldita sea... de haber impedido que Celebi cayera derrotado podría curarme las heridas..." — pensó Adaman.

— ¿Ya has descansado? — preguntó N, amable.

— Si, gracias por la espera — dijo Adaman — Puedo aguantar un poco más.

— Me alegra, amigo mío, te felicito, estás aguantando mucho más de lo que deberías, pero antes de nada, quería advertirte sobre un pequeño dato...

El jerarca se sorprende al ver que Keldeo empezaba a congelarse por sus cuatro patas, pero era extraño, ninguna llama gélida lo alcanzó.

— "¿Qué sucede...?"

— Digamos que tuve un plan desde el principio, verás Adaman Kyurem Blanco es capaz de esparcir partículas ya sean ígneas o gélidas a través de su piel, cuando comande Garra Dragón, logré pegar partículas congeladas en los pies de tu querido compañero singular, supuse que tardarían en hacer efecto, pero mereció la pena, pronto Keldeo se inmovilizará — dijo.

— "Maldición... ¿quién iba a pensar que detrás de la mente de un asesino se encontrase una persona inteligente...? Que debería hacer ahora?"

— Sorpréndeme Adaman, realmente no quiero que este combate se acabe, por eso quiero que encuentres una solución, ¡venga sigamos peleando, Kyurem, Lanzallamas!

Adaman se confundió al ver detenidamente como N señaló arriba suyo para indicarle a su Pokémon donde lanzar el movimiento.

Lo cierto es que Adaman no estaba en la cima del edificio, estaba en un tejado, pero el edificio tenía dos, uno en la mitad y otro en la cima, N le estaba pidiendo a Kyurem que destrozara la pared del edificio para que todos los escombros cayeran encima de ellos dos.

El dragón expulsó por su boca el ataque especial de tipo fuego, colisionando contra la pared, Adaman, para evitar ser aplastado por los escombros, tenía que saltar al otro edificio cercano, no se preocupó por Keldeo, porque este fácilmente podría cortar las rocas con su cuerno a pesar de estar roto.

Pero N ya sabía eso desde el principio.

— "He ganado" — pensó N — Llama Gélida.

— "¡Mierda!" — pensó Adaman, suspendido en el aire.

La fusión volvió a expulsar esas llamas congeladas que podrían cortar por la mitad al jerarca, este vio que no tenía escapatoria, no había forma de esquivar el ataque en el aire.

Keldeo gritó de pavor al ver cómo iba a morir.

— ¡MUERE, ADAMAN! — gritó N.

Pero, de forma imposible, Adaman se movió en el aire de forma rápida para evitar ser cortado por la mitad, aún así la llama gélida lo alcanzó y le corto media cintura, causándole mucho dolor y haciéndole perder mucha más sangre.

— Gh — N se impactó — "¿Pudo hacerse a un lado? Como lo ha esquivado?! Es decir, no lo esquivó, pero juraría haber apuntado a su pecho, debería haberlo matado...!"

Adaman cayó destrozado en el otro edificio, mientras Keldeo cortó todos los escombros con su sable, intentó deshacerse de la congelación y llegó hasta él para ver su horrible estado, le había creado un corte enorme.

El jerarca volvió a levantarse.

— "¿Sigue consciente?!" — pensó N — "A pesar de haber perdido tanta sangre sigue consciente?!"

— "¿Qué-que pasó? No fui yo quien esquivó el movimiento... mi cuerpo se movió solo" — pensó Adaman, confundido — "Quema... quema mucho, ¿y porque rayos no estoy muerto, que me está pasando?"

— Eres una caja de sorpresas Adaman — dijo N.

— ¿Uh? —.

— ¿Estas seguro de que eres un humano normal? — serio.

.
.
.

Vayamos con la batalla contra Ghetsis, cerca del edificio central de la ciudad, todos los compañeros del jerarca se estaban enfrentando a la vez contra el poderoso Zekrom imbuido por la maligna energía de la Maxifruta. Nos damos cuenta de que varios Pokémon ya habían sido derrotados.

¡Mirada Heladora! — ordenó Iono a su Articuno.

¡Furia Candente! — le dijo Liko a su Moltres.

— ¡Venusaur Rayo Solar! — ordenó Leaf.

Red comandó a su Mega Charizard usar Lanzallamas.

Los cuatro ataques especiales se acercaban al Pokémon legendario del Trio Tao. Que llevaba consigo a Ghetsis para evitar que los entrenadores le intentaran hacer daño.

— ¡Es inútil! — dijo Ghetsis, sonriendo — ¡Rayo!

El dragón negro prendió la energía eléctrica de su cola con forma de taladro y la expulsó en varios relámpagos, los cinco movimientos impactaron en medio de la carretera y crearon una explosión gigantesca. Ahi se demostró cuánto poder tenía Zekrom, con solo un movimiento pudo contrarrestar otros cuatro, al igual que Adaman lo tenía con N, sus amigos lo tenían complicado con el sexto general de Volo.

— ¡Garra Brutal! — ordenó Nate.

— ¡Golpe Calor! — dijo Hilda.

— Atacarme no os va ayudar en nada, en este mundo los más fuertes sobreviven, utiliza Garra Dragón! — ordenó Ghetsis.

Las garras de Zekrom se envolvieron de esa energía draconiana y empezó a contrarrestar los ataques físicos de sus oponentes, esquivando y retrocediendo para contraatacar mientras volaba sin cansancio. Finalmente pudo derrotar al Emboar de Hilda, mientras que el Braviary de Nate salió muy dañado.

— "Mierda, no podemos detenerlo, parece que vaya a aguantar todo el día peleando así...!" — pensó el hermano de Rosa.

— ¡Patada Relámpago! — le ordenó Aoi a su Zapdos.

— ¡Ataque fulgor! — ordenó Ghetsis.

Los dos Pokémon legendarios, imbuidos por electricidad, colisionaron sus patadas creando un choque de electricidad, lamentablemente Zekrom resultó ganador e hizo retroceder a la ave legendaria.

— Ah... no puedo explicar mi nivel de soberbia— dijo Ghetsis, sonriendo — ¿Incluso con tres Pokémon legendarios sois incapaces de hacerme retroceder? Este combate parece un chiste!

— ¡Cállate! — gritó Leaf — Vosotros no sois conscientes de la cantidad de almas inocentes que habéis arrebatado, de todas las familias que habéis destrozado?! Os hacéis las víctimas diciendo que no sois los villanos, pero lo que está hecho hecho está, nadie os perdonará en vuestra miserable vida!

— Cierra la boca niñata, tú nunca entenderás la mente de alguien más sabio que tú, Trueno!

Un relámpago caído del cielo creado por Zekrom cayó sobre Leaf, pero fue un alivio al ver como el Kilowattrel de Arven la había salvado con su habilidad Absorbe Electricidad.

— ¡No podéis hacer nada! El fin y el reinicio de todo se avecina, no os interpongáis en el camino de Volo! — gritó Ghetsis.

— ¡Concha Filo! — gritó una voz masculina.

— ¡Gh! — el general reaccionó.

Fue a duras penas que Ghetsis sobrevivió, porque una concha de mar proveniente de un Samurott se acercó a su cabeza a una velocidad notable, este movió su cabeza para atrás, pero aún así no pudo evitar recibir un corte largo en su frente, que le hizo mancharse todo el rostro de su propia sangre.

— ¡Le ha dado! — dijo Marnie.

Zekrom miró con una ira incontrolable a Hilbert, quien era quien había atacó junto a su Samurott al general. Este último también giró su mirada para verlo y sintió un odio inimaginable hacia él.

Te vas a arrepentir de haber hecho eso, niño — dijo, con una voz que intimida.

— ¡¡¡Hermano, huye!!! — gritó Hilda.

Garra Dragón — ordenó Ghetsis.

Hilbert empezó a huir, pero grande fue su sorpresa que Zekrom ya estaba a dos metros de él preparado para desgarrarle de un solo ataque, pero Samurott intervino para proteger.

¿La consecuencia? Zekrom le arrancó la cabeza de un solo corte al Pokémon de Hilbert, matándolo presa de la rabia.

— Samurott... — susurró Hilbert.

— ¡Ah, Hilbert reacciona! — advirtió Arven.

Pero era demasiado tarde, Zekrom apareció delante de él y con una fuerza increíble lo cortó por la mitad con su boca, como si de un dinosaurio carnívoro se tratara. Esparciendo toda la sangre de los órganos que se esparcieron por el aire del mordisco. La parte inferior del cuerpo de pobre entrenador devorado cayó al suelo de forma miserable.

Todos se quedaron atónitos al ver como otro entrenador había muerto, esta vez, estaba siendo peor que la Isla de la Armadura, habían matado a dos entrenadores inocentes, Víctor, hermano de Gloria, y Hilbert, hermano de Hilda, afortunadamente, Gloria no se dio cuenta de la muerte de su hermano, de momento.

— ¡HILBERT! — gritó Hilda, empezando a llorar.

— Cometió el error de haberme cortado la frente, tú cállate niña, tus gritos me irritan — dijo Ghetsis, enojado.

— ¡MALNACIDO! — gritó Nate — PÁJARO OSADO!

Zekrom recibió un tremendo placaje frontal de parte del Braviary de Nate. A pesar de haberlo hecho con toda su fuerza, no iba a a hacer retroceder al dragón con un ataque poco eficaz.

— Hilbert... ¡¡¡Hilbert fue mi mejor y primer amigo, él lo fue todo para mí en mi infancia, es una parte de mi corazon, porque lo mataste!!!?! — gritó Nate.

"
— Dijo que sería un peligro para nosotros estar a su lado — dijo Hilbert — Pero es por eso que los humanos nos apoyamos los unos a los otros, ¿no creéis? Necesitamos aprender qué hay que asumir riesgos, y qué detrás de esos riesgos se encuentran vidas humanas, en mi opinión, yo creo que no importa el peligro, si alguien no ayuda a los demás, la vida humana no tendría sentido.

"

Nate se puso a llorar de la impotencia cuando recordó lo que dijo su amigo en el río, a la vez que estaba mirando con enojo el rostro ensangrentado de Ghetsis.

— ¡Desde siempre nos ayudó, nos apoyó y siempre estuvo con nosotros, sin él, mi vida no habría tenido sentido!

— ¿Y que me importa a mí tu vida? — preguntó Ghetsis — Solo era un inútil, y tú, seguramente mucho más, nunca os merecisteis la vida

Un silencio muy triste invadió la zona, todos los entrenadores ya estaban cansados, sus Pokémon agotados, se estaban quedando sin herramientas para intentar derrotar a Zekrom, todo empezaba a verse de un color muy oscuro, la cosa no iba nada bien.

Sin embargo, Irida apretó los puños además de estar cabizbaja. Recordó perfectamente una frase que dijo cierto entrenador rubio.

"
— No hay otro camino, no hay otra alternativa, debo ser yo, debo ser yo quien toque la mano de dios, a la gran deidad que vosotros, débiles jerarcas, veneráis — dijo Volo.

"

— ¿Que no nos merecemos la vida? — dijo Irida — ¿A qué te refieres con que no nos merecemos la vida? Tú eres consciente... de todas las almas sin rumbo que has tomado por tu cuenta, te das cuenta de la dignidad que cada una de ellas tenía? ERES CONSCIENTE?'

— ...

— Los humanos no nacemos por un motivo en clave, si, pero sí que podemos crearnos nuestro propio sentido de vida, somos capaces de cambiar nuestra vida, eso es lo único que podemos hacer de forma asegurada, ¿y tú dices que no nos merecemos la vida? Luego de esforzarnos tanto, luego de vivir tanto, y luego de sufrir tanto?

— Bien, si es cierto lo que dices, a dónde quieres llegar, jerarca — preguntó Ghetsis.

— No, yo no tengo nada a lo que llegar, debería ser a ti quien debería preguntarle eso, pero ya no hay marcha atrás, las gente muerta no resucita, no hay manera de perdonar tus pecados, por eso tomaré la oportunidad de castigarte yo misma, seré yo quien te mate! — prometió Irida, al igual que lo hizo Adaman con N.

Lo cierto es que lo decía con una determinación tal que Ghetsis sintió una sensación extraña en su cuerpo, pero no supo describirla.

— ... ¿Y a qué estás esperando? si tan determinada estás, pues mátame — dijo Ghetsis, desafiante.

.
.
.

Y volvemos con la pelea más importante, alejados del edificio central, N y Adaman estaban experimentando una de las batallas más largas e intensas de su vida. Por un lado N estaba en perfecto estado, no había recibido tan siquiera un solo rasguño, y seguía teniendo la motivación suficiente para seguir sonriendo con superioridad.

Mientras que Adaman estaba destrozado.

Tenía heridas profundas en su hombro, a la vez que quemaduras que no ayudaban en lo absoluto, mientras que en un cintura tenía un corte que le atravesaba de adelante hasta atrás, aún así, a pesar de haber perdido mucha sangre y de empezar a perder el conocimiento, Adaman se estaba empezando a comportar de una manera extraña.

N lo sintió, primero se preguntó porque el jerarca no se desmayaba, y segundo se confundió al ver como había esquivado un ataque mortal en el aire de forma imposible, pensó que algo raro estaba pasando, y no era Keldeo.

— *inhala y exhala aire con concentración* — vigilando cualquier posible acción que N hiciera.

— Mírate Adaman, estás completamente destrozado, quizá es un milagro verte consciente luego de tantas heridas causadas en tu cuerpo, pero sea como sé que termine este combate, ¿estás seguro de que podrás recuperarte después, estás seguro de que tu compañero singular te podrá sanar correctamente? — preguntó — Piénsalo bien, sea cual sea el resultado, todo va a acabar mal, no puedes hacer nada Adaman, ríndete.

— *sigue respirando de forma profunda y correcta* —.

El motivo por el que Adaman ignoraba lo que N decía y por el que respiraba de esa manera era obvio. Debía mantenerse consciente la mayor cantidad de tiempo posible, desmayarse en aquel momento era como la muerte asegurada, no podía dejar que eso pase. Y Keldeo también se preocupaba por su bienestar.

— *inhala y exhala* "Tiene razón, sea cual sea el desenlace, no será nada bueno para mi, Celebi ni nadie podrá recolocarme el hombro... me quedaré sin un brazo, estoy totalmente perdido" — pensaba con dificultad.

— Te lo repetiré otra vez, ríndete amigo, te recomiendo hacerlo.

— ... ...

— ...

— ...

— ¿No te vas a rendir?

— ...

— Cierto, supongo que a estas alturas ya no podrás ni hablar, aunque también dudo que puedas pensar con claridad, la poca sangre que te queda no te debería llegar al cerebro —.

— Si puedo hablar... idiota... — débil.

— ¿Y eso en qué te ayuda? Estas muy debilitado, morirás pronto.

— ...

De repente, la conversación se ve interrumpida por la voz de otra persona.

— ¿Pero bueno podéis dejar de pelear? intentando resguardarnos de la tormenta! — dijo un anciano inocente.

Había subido las escaleras para llegar al tejado donde se encontraba Adaman, no pudo haber aparecido en un peor momento, porque N lo miró de forma asesina.

— ¡Intentamos dormir...!

Adaman se enojó a la vez que se preocupó, ¿acaso no sabía que la ciudad estaba siendo atacada por dos monstruos?

— ¡Vuelva a su casa, huya! — gritó Adaman, histérico.

Pero... cuando N recordó que en los edificios estaban las personas escondidas...

Llama Gélida —.

Gh, "mierda!" — dijo Adaman.

De un momento a otro. Kyurem desató de nuevo todas sus llamas congeladas, que provocaron cortes enormes en todos los edificios y construcciones de la zona, un auténtico desastre que hizo que todas las construcciones empezaran a derrumbarse.

Adaman no tardó en ver y en quedarse atónito como todas las personas que estaban resguardadas del desastre estaban llorando a la vez que sangrando, ¿el motivo? Sus familiares estaban muertos, cortados por las llamas de Kyurem, niños, niñas, padres, madres, abuelos y abuelas, N había matado a más de doscientas personas en un solo segundo.

— ¡Noooo, mi hijo, mi hijoooo!!! — lloraba desconsoladamente una mujer agarrando el cadaver de su hijo de tres años asesinado.

— ¡Qué alguien me ayude, mis padres no respiran, ayuda! — gritó una niña histérica con la sangre de sus padres en su ropa.

Todo se convirtió en el infierno mismo.

La respiración de Adaman se cortó por completo.

— ¿Q-q- que ha pasado? Que está sucediendo...?! — preguntó el anciano, asustado.

— Señor... — dijo Adaman.

— ¿Ssss si?!

— Vuelva a su casa, y no salga — amenazó el jerarca, con un tono de voz completo distinto.

— V-vale...! — asustado por su cambio de actitud.

— Vaya vaya, te veo un poco cambiado y consternado Adaman, ¿tan empatico tenías que ser? — dijo N, sonriendo de forma diabólica.

Escuchando sollozos por todos lados, la ira crecía como un líquido caliente dentro de Adaman.

— ¿Porque lo hiciste? — preguntó, con los ojos muy encogidos.

— Porque son todos unos imbeciles, ninguno de ellos tuvieron la capacidad suficiente de darse cuenta que estaban en peligro, los humanos estamos aquí para intentar ser perfectos, si basura inmunda como esas personas que acaban de morir nacen para ser unos inútiles no se merecen vivir, que se pudran en el infierno — dijo N.

En ese momento, lo único que borro la vista y los pensamientos de Adaman....

Fue la furia más incontrolable de su vida.

Sin saber que ya no estaba respirando, transformado en una persona totalmente diferente al escuchar a N decir eso, fue totalmente poseído por la ira.

Y entonces, sus ojos encogidos pero pavorosos empezaron a cambiar de color.

Mientras varias venas cubrían todos los límites de su rostro. Adaman se había transformado, literalmente, en lo que juró destruir: la locura.

N vio como sus ojos cambiaron de color a la vez de tener venas rojas, se dio cuenta de que si, por lejos, el verdadero combate no había ni empezado.

Algo dentro de él le decía, que haber hecho lo que hizo fue el mayor error de su vida.

.
.
.

Fin del cap.

Equipo Normal:

Legendarios:

El combate continúa...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro