Capítulo 63
Capítulo 63
Quinto general de Volo: Vs. N [Ronda 2]
[Región de Unova, Ciudad Central]
{En el futuro}
Narrador Neutral:
N miraba con superioridad a Adaman, no se esperó que fuera tan fácil, pero sabía que no se podía confiar, no era un mal entrenador.
Podemos escuchar con claridad y tensión como la respiración agitada de Adaman empezaba a entrecortarse causa de la pedida de sangre, pero el jerarca lamentablemente tuvo que aceptar que no podía hacer nada frente a la fusión de dos legendarios que tenía delante de él, mientras sus dos Pokémon todavía no podían derrotar a Carracosta, Adaman sabía más que nadie que Gliscor no podría derrotar a ese dragón junto al Klinklang.
— Y bien, ¿qué vas a hacer Adaman? — preguntó N, sonriendo.
Pero el jerarca lo ignoró.
— "Celebi..."
Era inútil, el Pokémon singular yacía inconsciente lejos de él al haber sido derrotado por Reshiram, Adaman se maldijo, de haber entrenado un poco más podría haberse igualado a ese poderoso general.
— "No puedo hacer nada... ¿de verdad es tan complicado igualarme a un solo general, de verdad tanto tendré que esforzarme para vencer a los demás generales...?" — pensó Adaman.
— ... ¿No vas a decir nada, no tienes últimas palabras? — preguntó N, con su típica sonrisa.
— ... — cierra los ojos.
Un extraño silencio que transmitía calma invadió esa zona, el viento contaminado de todas las explosiones e incendio revoloteaba los cabellos de los dos entrenadores.
— Es una lástima... de seguro Volo espero mucho de ti, viajero del tiempo — dijo N — Bueno, muere.
— "¡No puedo hacer nada...!" — se maldijo Adaman.
— Kyurem, Llama Fusión —.
El dragón fusionado activó sus poderes ígneos para crear una esfera enorme en su boca que luego disparó con mucha fuerza y velocidad con el fin de desintegrar de una vez por todas a Adaman.
El jerarca cerró los ojos con fuerza, esperando ser consumido por la bola de fuego, pero segundos antes de su fin, se escuchó un ruido muy intenso y fluido.
¡SLASH!
En un abrir y cerrar los ojos, los dos se dieron cuenta de que la bola de fuego fue cortada en dos partes, como si un cuchillo hubiera cortado de forma fácil esa esfera ígnea.
El corte vertical dividió la Llama Fusión y de esa forma desvió el ataque para que Adaman no lo reciba. Anulándolo por completo.
— ¿Uh? — N se sorprendió.
Adaman, confundido al ver que no estaba muerto, abrió los ojos y finalmente, la luz de sus ojos regresó. Una luz de esperanza, que quien sabe, el mismísimo Arceus dejó recaer sobre él.
Se podía apreciar un Pokémon de estatura mediana, cuadrúpedo, similar a un potro, con colores vivos y un cuerno singular que tenía en su frente, el jerarca, mejor que nadie, sabía que no podía ser casualidad, y que tampoco podía ser otro Pokémon, era la presencia, la presencia que tanto sintieron desde el primer minuto que llegaron a Unova. El mismísimo discípulo de los Tres Espadachines Místicos, Keldeo, se mostró delante del jerarca después de haberlo protegido con su cornamenta.
— Eres Keldeo... ¡¿eres Keldeo cierto?! — preguntó Adaman, con el mayor alivio de su vida.
N sonríe de la mejor manera posible al ver que su combate no había terminado.
— Si.. ¡SI! Esto es lo que quería yo! Además de poder combatir contra ti hemos recibido juntos la oportunidad de revivir la leyenda, ¡¡la leyenda del Trío Tao!! — gritó N.
Y eso era cierto, Adaman estaba presenciando la resurrección de la misma leyenda que existía en aquella región, Keldeo, después de tanto tiempo de entrenamiento, regresó para detener una segunda vez a su mayor enemigo, para revivir una vez más la leyenda.
— ¿Porque me has salvado...? — preguntó Adaman, levantándose.
Keldeo volteó la cabeza para ver al jerarca, empezó a hablar.
— .. ... Dice que ha esperado mucho tiempo para llegar hasta donde está, ahora que está frente a su enemigo, lo hará con cualquiera que esté a su lado, y ese eres tú, Adaman — tradució N.
— ¿Yo...?
Adaman recuerda algo que le dijo Marnie.
"
— *suspira* Se dice que cuando más calmado y en estado de paz esté una persona más atraerá a Keldeo, y cuanto más asustada o aterrorizada esté más se alejará — explicó Marnie — Pero bueno, esos son mitos, pero lo que se sabe es que esos legendarios existen de verdad.
"
Adaman sonrió, ya sea de forma débil.
— Vaya... con que según tú no estoy aterrorizado ni asustado, ¿verdad? — le preguntó a Keldeo.
— *el espadachín le mira fijamente y asiente*
— Tienes razón, estoy peleando en el tejado de un edificio con quemaduras y mucha sangre perdida, no hay nadie que diga que tengo miedo — dijo el jerarca.
— Me gusta que vuelva esa actitud en ti, no te has rendido, después de todo lo que has vivido— explicó N, sonriendo.
— Te equivocas, sí que me he rendido, realmente todos nos hemos rendido en algún momento de nuestra vida, sabiéndolo o no.
Adaman se miró la palma de su mano, recordó perfectamente como se rindió cuando Maxie le robó la flauta azur en la Isla de la Armadura.
— Pero... siempre nos levantamos, porque somos humanos, y cada vez que nos caemos tenemos la capacidad de volver a levantarnos, ese es nuestro poder — explicó Adaman.
— Vuestro poder... — analizó N —.
N bajo la mirada, Adaman notó por primera vez como se podía ver a atreves de sus ojos una ira y tristeza incontrolables.
— Pues al parecer, cuando era un niño, supongo que no obtuve ese poder que tú dices que todos tenemos...
Lo único que podemos ver en el recuerdo que tuvo el general es una imagen, de obviamente, cuando era un niño. Con un Zorua en su brazo.
— ... — Adaman lo observaba en silencio.
— ... ¡Bueno! — levantó su ánimo — Supongo que no es el momento para hablar de mi, ¿verdad?
— Oe, no sé si ya te olvidaste, pero los dos somos enemigos, nosotros dos queremos matarnos el uno al otro, no hay razón por la que dirigirse cordialmente a tu víctima — explicó Adaman.
— Tienes razón tienes razón, igual te he tomado mucha confianza jerarca, ciertamente me va a ser una lastima matarte, de habernos conocido por otro motivo que no sea la guerra habríamos sido muy buenos amigos....
— ...
— Bien, me ha encantado esta pequeña conversión que he tenido contigo, ¿qué te parece si seguimos con el combate?! — preguntó el peliverde.
— ¿Keldeo, lucharás junto a mi? — preguntó Adaman.
El potro vuelve a asentir, decidido.
— Para que sea un combate justo para mí será un honor guardar a Klinklang en su Pokeball, ¡¡estos son tus últimos minutos de vida Adaman, disfrútalos!!!
— *respira profundamente* Te mataré, seré yo quien te mate, nadie más, te lo prometo — enojado y decidido.
— ¡Inténtalo jerarca inútil! Kyurem usa Lanzallamas!
— ¡Hidrobomba!
Ambos Pokémon expulsaron sus ataques de su respectivo tipo para colisionar y crear una explosión. El combate, en el que la cáscara del Pokémon original y el discípulo de los Tres espadachines místicos ya había empezado.
— ¡Sable Místico! — ordenó Adaman.
— ¡No importa lo muy fuerte que sea un Pokémon, si su entrenador es un inútil entonces ambos lo acabarán siendo! — dijo N — Garra Dragón!
Los dos Pokémon se introdujeron en la nube de polvo, a Kyurem se le iluminaban las garras mientras que a Keldeo le crecía el cuerno de su frente, desplazándose en dirección al norte, los dos Pokémon, empezaban a hacer chocar sus ataques entre ellos como si fuera una batalla de dos espadas. Su velocidad era increíble, y la fuerza con los que los ataques físicos colisionaban no se podía describir.
Hubo un momento en el que Keldeo, al ser más pequeño y escurridizo, pudo esquivar una garra de Kyurem y le propinó una patada en su rostro, haciendo que los dos retrocedan en ambas direcciones.
— Llevo mucho tiempo ansiando usar este movimiento contra ti! ¡Llama Gélida! — ordena N.
— "¡¿Llama Gélida?!" — pensó Adaman — ¡Sable Místico!
Kyurem empezó a brillar de un color naranja y rojo a la vez por todas partes de su cuerpo, mientras que Keldeo almacenaba energía en su cornamenta para intentar cortarlo.
Pero cuando intentó propinarle el ataque, el cuerno de Keldeo no pudo atravesar una poderosa barrera de fuego que se formó al rededor de Kyurem Blanco.
La barrera, a pesar de ser de llamas, tenía tanta dureza que, impactando al jerarca como tanto al Pokémon, el cuerno de Keldeo se rompió, quedándose sin punta afilada.
— "¿¡Qué?!" — pensó Adaman, incrédulo — "¡¿Partió el cuerno en dos!?"
— *sonríe con satisfacción* Vaya... cada vez me entra más en la cabeza la curiosidad por saber quién realmente ganó aquel combate de la leyenda, ¿Me entiendes, Keldeo? — preguntó N, con su típica sonrisa diabolica.
El potro, luego de haberse separado del dragón envuelto en su escudo, se preocupó demasiado por su espada a la vez que miraba con tristeza como Kyurem había demostrado ser mejor que él.
— Keldeo... "Mierda, incluso teniendo a un Pokémon singular de mi lado sigo teniendo dudas en la cabeza, debo recordarme que ese dragón se fusionó con el otro, estoy luchando contra dos legendarios a la vez...!" — pensó Adaman.
— Bien, gracias por la espera, ahora sí que si es hora de sacar a relucir este movimiento — dijo N — ¡¡Kyurem, Llama Gélida!!
— "¿¡Espera, era un movimiento de doble turno?!" — pensó Adaman — ¡¡¡Keldeo, huye!!! —
Keldeo asintió y empezó a correr creando agua detrás de sus pisadas, se empezó a alejar mucho de su enemigo con tal de intentar evitar un ataque muy poderoso.
Keldeo empezó a retroceder mientras que Kyurem alcanzó la máxima cantidad de energía ígnea congelada en su cola, decidido, expulsó toda esta energía por todas las partes de su cuerpo en diversas llamas en forma de relámpagos.
Todo se convirtió en un caos, los edificios empezaban a derrumbarse, pero era extraño, esas llamas cortaban todo lo que arrasaban, como si se trataran de cuchillas afiladas.
— "¿Esas llamas... son sólidas...?" — pensó Adaman, dándose cuenta.
El suelo empezaba a fundirse en lava a la vez que varios picos de hielo se creaban por doquier. El jerarca debía tomar la altura cuando antes o acabaría derretido y congelado a la vez.
Adaman tuvo que reaccionar al ver como un de esos fuegos congelados se acercaba a él. No olvidemos que la misión de N era matarlo.
Keldeo vino al rescate y lo llevó consigo a la vez que su velocidad incrementaba, evadiendo todo el festival de llamas que el Kyurem de N desataba.
— ¡¿Qué os parece esta fiesta de fuegos artificiales!!? — preguntó N — Hermosa no creéis?!
Adaman, agarrándose fuerte del cuerno roto del Pokémon singular, se montó encima del potro para tener mayor seguridad y campo de visión, a la vez que intentaba estudiar el movimiento único de Kyurem.
— "Ya veo... su poder de criogenización es tan potente que incluso puede congelar su propia energía ígnea, hasta el punto de convertir el fuego en material sólido, de esa manera crea ataques especiales que atacan como cuchillas, hablando claro: ataca con fuego congelado" — pensó — "Si me alcanzase ese movimiento, me congelaría, cortaría y me quemaría a la vez, sería un dolor tal que podría matarme, debo tener cuidado"
A poco a poco, se alejaban más y más.
— Mh "¿Estan huyendo? No, de ser así ya lo habría hecho antes" De acuerdo, si queréis que me acerque pues me acercaré — dijo N — *se rie* De igual forma debo mantener la calma, suerte que hemos traído dos maxifrutas con nosotros, no hay de qué preocuparse!
Con la gran fuerza descomunal de sus patas, Keldeo saltó tan alto que pudo aterrizar junto a Adaman en un edificio cercano a la batalla que estaban teniendo los Pokémon paradoja contra el Carracosta de N.
Sin embargo, las llamas gélidas de Kyurem llegaron hasta esa zona y empezaron a congelar el suelo de forma rápida hasta llegar a los Pokémon. Eso hizo que empezaran a inmovilizarse los tres al estar empezando a congelarse por los pies.
Ferropaladin, Ferropuas y Carracosta fueron totalmente congelados por el Pokémon legendario.
— ¡Compañeros! — dijo Adaman, preocupado.
Keldeo le hizo un gesto al jerarca, por alguna razón el jerarca le dio la sensación de que le intentaba decir que mantuviera la calma.
— "Cierto, las llamas pueden quemar, pero al impactar contra alguna superficie se anula la reacción ígnea, es por eso que el ataque congela más que quemar, si es así, entonces ellos estarán bien, estar congelado no significa estar muerto"
— pensó Adaman, de alguna manera sacaba el tiempo para pensar de esa manera con mucha falta de sangre.
N llegó montado en el lomo de Kyurem hasta donde habían huido y aterrizó en un edificio cercano a ellos. Esa maldita sonrisa no se le quitaba de la cara.
Después de bajarse de sus respectivas monturas, los dos entrenadores volvieron a tener ese serio contacto visual, la batalla estaba siendo muy larga. Y eso divertía al general.
Aun así, por muy mal camino que vaya todo, la batalla no había terminado, el jerarca seguía en pie, y Keldeo también.
— Que divertido! A pesar de haberos conocido hace pocos minutos puedo sentir esa buena sincronización que os tenéis en otra vosotros dos, ¿verdad que si? — N sonrió sacando la lengua.
— ...
.
.
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Fin del cap.
Equipo Normal:
Legendarios:
El combate continúa...
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