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Capítulo 60

Capítulo 60

Inicia el segundo ataque de los generales

[Región de Unova, Ciudad Castelia]

Narra Adaman:

Desde mi entrenamiento con Leaf, que fue a las dos de la tarde, transcurrieron tres horas.

Y como bien supondréis, volvimos a bajar para visitar una segunda vez ciudad Castelia. Solo que esta vez ya no teníamos la presión de asistir al evento, ahora podíamos hacer lo que quisiéramos, además de que las calles estaban más despejadas. También me sentía con más libertad gracias a que ya no llevaba el traje de ayer, es muy notable el cambio de atuendo.

Resumiendo desde antes hasta ahora, Gloria se había disculpado conmigo, sabía que era injusto ya que le había regalado aquella recomendación de Rose, por lo que decidió perdonarme para equilibrar las cosas.

Con Liko, esta me agradeció el regalo que le hice con un abrazo. Tardamos poco tiempo en encontrarnos con Elesa, y esta de una vez por todas pudo conseguir una firma suya gracias a mi. Como habitualmente era, estaba hermosa.

Como bien prometimos, me separaré del grupo para iniciar la cita que tenía con la líder eléctrica, en el fondo, sabía que Iono se iba a sentir muy mal, pero luego de todo lo que hablamos en mi habitación supongo que podrá aceptar verme pasear con su amiga.

Deje que Celebi nos acompañara, he tomado mucha confianza con él acerca de las relaciones y todo lo demás, por lo que a partir de ahora no me da vergüenza hacer cualquier cosa delante de él, además, que importa, solo yo e Irida podemos verlo.

Pasaron treinta minutos, y en ellos estuvimos haciendo diversas cosas, estuvimos hablando en una cafetería, estuve acompañándola en tiendas de ropa, y por último nos quedamos hablando en un banco de madera, en un parque.

Como bien supondréis, conocimos muchas cosas el uno del otro, y a pesar de eso, la conversación no parecía terminar nunca.

— ¿Cual es tu tipo de mujer? — preguntó la líder.

— ¿Mi, mi tipo de mujer?

— Claro, ya sabes, tu tipo de chica ideal —.

— Mmh... Pues pensándolo bien lo único que me atrae de una chica es su carácter, la voz y la madurez — respondí — Creo...

— Vaya, eso es muy profundo, ¿no te atrae nada relacionado con el cuerpo?

— Antes si, ahora no, por alguna razón que desconozco.

— Venga Adaman, no mientas, los dos sabemos que también te atraen todos los cuerpos que ves por ahí, a cualquier chico en realidad — dijo, sonriendo.

Trataba de jugar conmigo.

— Tu sigue pensando que miento, pero es la verdad — me defendí — Si crees que también me atrae el físico de alguien pues haya tu.

— Entonces, luego de haber respondido eso podríamos decir perfectamente que soy tu tipo de chica ideal, ¿no?

— Acabo de decir que me atrae el carácter, la voz y la madurez, ¿que te hace pensar eso? — pregunté, con los ojos entrecerrados.

— ¿Acaso tengo un mal carácter, una mala voz y soy inmadura?

Ahí tenía razón.

— B-Bueno...

Voltee la mirada para ver a Celebi, este tenía algo que decirme.

— Se que no soy el más indicado para decírtelo pero créeme, lo último que le puedes preguntar a una chica es acerca de su belleza en general, si lanzas una negativa al respecto será el pecado más grande tu vida — me advirtió.

— "Eso lo sé cebollita, bastante experimentado estoy ya" — dije.

— ¿Y bien? — preguntó Elesa.

— Si podrías tener razón, pero al igual que tú hay miles de personas con las mismas características que busco en una mujer — dije, defendiéndome — No solo eres tú.

— Pero ahora piensa que estamos tú y yo solos, no te costaría aceptar que soy tu tipo de chica ideal, ¿verdad?

— *suspira* Si, creo que no hacen falta más explicaciones.

— ¿Ves? Tanto no te costó en admitirlo.

...

En fin, luego de otros diez minutos, nos levantamos para empezar a caminar alrededor de un edificio, pero grande fue nuestra sorpresa al cruzarse con Irida, Gloria y Arven.

— ¿Porque os habéis separado del grupo? — preguntó Adaman.

— Hemos pedido mesa en un restaurante — dijo Irida — Y pues hemos empezado a buscaros para poder comer todos juntos.

— ¿Yo también? — dijo Elesa, consternada.

— Claro, ¿acaso es un problema que vengas tú también? — dijo Adaman.

— No, no hay ningún problema.

— Todos son bienvenidos, como bien se dice — dijo Arven.

— Pues gracias — sonríe la líder de gimnasio.

— ¿A qué esperamos? Vayamos ya, todos nos están esperando! — dijo Gloria.

Narrador Neutral:

Celebi, que iba detrás de Adaman, sintió un dolor en la cabeza, su corazón dejó de latir porque recordó algo. Cuando estaba hablando con el jerarca en el dojo maestro de la Isla Armadura.

Recuerdo:

"
— "¿Que te pasa?"

— Me duele la cabeza... y no se porque...

— "Te habrá sentado mal algo"

— ¿Tú eres bobo?, soy un Pokémon curativo puedo curar cualquier malestar en mi cuerpo, pero este dolor no... — dijo un poco confuso — Y además, este mismo dolor lo sentí antes... — reveló.

—" ¿En serio? Cuando" —.

— En el faro del senderos de Cahíz de Paldea, antes de que apareciera Braviary, pero cuando las aves legendarias lo derrotaron y la energía oscura que lo poseía se marchitó misteriosamente el dolor se me quitó... — explicó.

— "¿Porque no me lo habías dicho antes?"

— Pensé que era una casualidad... — dijo.

— Hm... "¿crees que eso deba significar algo...?" — le preguntó con una mano en el mentón.

"

Todo coincidía, porque en esas dos ocasiones, en el faro de Cahíz y en el dojo maestro, a Celebi le empezó a doler la cabeza cuando un ser imbuido por la energía de Giratina estaba cerca de ellos.

La primera vez fue el Braviary de Sabi, y la segunda fueron Maxie y Carola. Ese dolor de cabeza no podía ser coincidencia, el Pokémon singular al fin descubrió que era una premonición, una señal, que la energía de Giratina estaba cerca.

Por alguna razón, con miedo, Celebi no dijo nada y siguió a Adaman.

...

Nos hallamos en un restaurante del que no sabemos su nombre, sin embargo es de mucha calidad, Adaman le prestó el dinero suficiente a Irida para que ella pudiera ver con tranquilidad y sin preocupación por el coste cualquier restaurante de calidad de la ciudad.

El lugar estaba infestado de gente rica, como era de esperarse, todo estaba muy bien decorado, todo en su sitio, todo en su orden.

Ya todos se habían sentado en una serie de mesas muy largas, a través de los cristales, se podía apreciar como seguía irradiando el atardecer y encima de Ciudad Castelia.

— ¡Aún no me puedo creer haber conocido a Elesa en persona...! — dijo Liko, mirando la firma que tenía en su nuevo cuaderno.

— ¿Y de dónde has sacado ese cuaderno? — preguntó Iono.

— Em... es difícil de explicar jeje...

Con Rosa, que estaba sentada al lado de la pelinegra, seguía consternada pensando en el Pokémon que vio tan de cerca en aquel río, sin saber que se trataba del Pokémon singular Keldeo.

— "Aquella presencia que sentí al despertarme ayer.. ¿será ese Pokémon que vi? Me pregunto si Adaman realmente me dijo la verdad la noche anterior... ¿será que también sintió la presencia de aquel Pokémon tan bonito y por eso se despertó?" — pensó.

— ¿Amiga que te pasa? desde esta mañana has estado muy rara... — preguntó Hilda.

— No me pasa nada, ¿de verdad estoy siendo rara? — mintiendo.

— Desde cuando estuvimos con Adaman, ¿sigues pensando en él?

— ¡Por supuesto que no! — sonrojada — "Increíble... ¿de verdad nadie vio a ese Pokémon en el río?"

Todavía, el supuesto camarero de la mesa todavía no había llegado.

Por alguna razón, todas las conversaciones acabaron, un gran y horrible silencio ocupó toda la mesa. Nadie tenía nada que decir, nadie tenía nada que opinar, nadie tenía ningún argumento más del que hablar.

Pero eso no era lo peor, en el aire fluía un olor y una tensión muy misteriosa, y a la vez terrorífica.

— "¿Qué es esto?" — pensó Liko — "De repente todos hemos dejado de hablar, y a decir verdad, empieza a entrarme en el cuerpo un mal presentimiento... ¿qué sucede...?"

La azabache se asustó aún más cuando se dio cuenta de que tampoco podía escuchar a nadie del restaurante hablar, no entendía nada de lo que sucedía, pero ese sentimiento de miedo fluía en su cuerpo.

Un camarero se acercó a la mesa, y ella estaba tan desconcertada que ni quiso mirarlo a la cara.

— ¿Y bien chicos, qué van a pedir? — dijo la voz del camarero, con un tono amable.

— Y-yo...

— Si queréis, yo os puedo hacer el menú — de forma generosa.

— ...

— ¿Que os parece si de primer plato traemos...

Liko se dio cuenta al oírlo, la voz del camarero cambió de una amable a una terrorífica y grave. Empezó a alzar la vista para intentar verle la cara. Y cuando vio su rostro se horrorizó, sus ojos, todo el iris de sus ojos era de un color morado.

Y de un momento a otro, empieza a verlo todo gris, todo de color gris, menos esa poderosa mirada asesina que se cruzaba con la suya.

— La cabeza decapitada de Adaman? — con una sonrisa demoniaca.

En ese momento todo se pone en cámara lenta, porque en realidad, todo transcurrió en tres segundos.

Liko pensó inmediatamente en que hacer, porque en el fondo sabía quién es, sus ojos lo decían todo.

— "El ambiente que transmite... es horroroso, ¿cómo no me había dado cuenta de que se estaba acercando a nosotros? Siento una tensión y una sed de sangre increíble provenir de él... estoy segura, es un general de Volo!"

Antes de que el peliverde pudiera atacar con una expresión totalmente maligna, Hilda se anticipó y sacó a su Emboar con mucha velocidad, la aparición del Pokémon creó una corriente de aire brusca que hizo volcar todas las mesas del restaurante, y hacer que la gente empiece a retroceder asustada, una pelea se iba a desatar en medio del restaurante.

Y así transcurrieron esos tres segundos eternos para Liko. En cámara lenta.

— ¡Puño Fuego!

Hilda, sabiendo toda la información de los generales gracias a Adaman, sabía que no se estaba equivocando, ese asesino, vestido de camarero, era uno de esos generales, o mejor dicho, el quinto general de Volo, N.

Algo cubrió a N antes de ser golpeado por el puño fuego de Emboar, una gran ráfaga de viento causada por el impacto del puñetazo contra algo barrio toda la zona.

— ¡Retroceder todos! — dijo Arven.

— "¿Es... es un general...?" — pensó Iono — "¿Que hace aquí... de dónde ha sacado el tiempo para preparar la emboscada?"

Cuando se disipó el fuego, Emboar y Hilda se sorprendieron al ver como una tortuga gigante, un poco más grande que el cerdo, había protegido a N de su puñetazo, no le dolió, y con razón, era un Carracosta.

— ¡¿N?! — dijo Carola, sabiendo muy bien quién era.

— Volvemos a encontrarnos, traicionera del imperio — dijo el entrenador peliverde, sonriendo y quitándose su ropa de camarero.

— "¿¡Un Carracosta?!" — pensó Hilda, sabiendo que no iba a poder hacer nada contra semejante Pokémon con ataques de tipo fuego.

— ¡Hilda, retrocede! — dijo Víctor — ¡Yo te ayuda-

De forma imposible, N aparece a una velocidad inhumana detrás de Víctor, gracias a la energía de Giratina que fluía en sus venas.

— "¡Qué rápido!" — pensó Víctor, tratando de girarse sabiendo que N estaba detrás de él.

— ¡CUIDADO VÍCTOR! — gritó Liko.

El general agarra con ambas manos la cabeza del entrenador castaño, sabiendo que este no podía reaccionar ante tal velocidad, y antes de hacer cualquier acción susurro unas palabras en su oreja.

— Un consejo de vida, joven y humilde entrenador, no te despistes — sonrió de forma diabólica.

Quién iba a saber, que esas serían las últimas palabras que escucharía el hermano de Gloria.

N torció la cabeza de Víctor, matándolo al instante y dejándolo caer al suelo.

Todos estaban en un estado de parálisis, furia y pánico, un miembro del grupo que él mismo Adaman había juntado, un entrenador con un sueño humilde y unos 15 años había sido asesinado. Luego de todo el tiempo que pasó junto con Adaman, murió de una manera muy veloz a manos de ese entrenador.

Y antes de que Hilda, Red, Leaf o cualquier entrenador pudiera reaccionar al ver tal asesinato, N se anticipó y comandó su primer movimiento.

Surf.

El Carracosta de N empezó a expulsar mucha agua de su piel por todos lados empezando a crear olas muy potentes a su alrededor, eso hizo que todos retrocedieran y fueran engullidos por las olas, además de destruir todo el restaurante, rompiendo todos los cristales y haciendo que todos fueran expulsados al exterior. Un caos.

La destrucción de Ciudad Castelia había empezado.

Las calles al rededor del edificio donde se encontraba el restaurante empezaron inundarse del agua que el Pokémon del general creó, llevándose en medio restos de cristales y trozos de construcciones. Además de los faroles.

Sabiendo que todos iban a tardar en recuperarse del ataque colosal que Carracostra había empleado para no ahogarse, N guardo a su Pokémon de tipo agua y roca, miró hacia al techo y sacó a otro Pokémon de una Máster Ball.

El Pokémon que se materializó de dicha Pokeball cargó a N en su lomo, envolvió de electricidad todo su cuerpo y empezó a volar hacia arriba rompiendo todos los techos del edificio, creando varias explosiones de humo y fuego que se propagaron al rededor de toda la zona alta del edificio.

Con Adaman, Irida, Elesa, Arven y Gloria, se asustaron y entraron en estado de alarma al ver como en el edificio donde supuestamente estaba el restaurante donde se encontraban se empezaban a crear explosiones de humo. Si seguía así, podía llegar a derrumbarse.

— ¡Ese... ese es el edificio donde están los demás! — dijo Gloria, preocupada.

Adaman, impactado, cruzó su mirada con Celebi, después de un buen tiempo de recuperación lo supusieron, eran generales, debían serlo.

— "Celebi...

— Adaman...

Los dos sabían que era lo que estaba pasando.

— ¿¡Adaman que hacemos?! — preguntó Irida, sabiendo que era lo que tenía que estar pasando.

— ¡HAY QUE IR! — enojado, y preocupado por los demás.

Adaman recordó como se prometió a sí mismo impedir que cualquier ser querido muriera por su culpa, no lo perdonaría, y a eso se debe su súbito enojo y estado de pánico. Sabía que eran generales, lo sabía desde lo más profundo de su corazón.

Adaman empezó a correr juntos los demás, en dirección a donde se desataba el caos.

Del edificio, podemos apreciar como N sigue destruyendo el edificio por dentro junto a un Pokémon legendario en su posesión.

— ¡Jajaja! — empezó a reírse — ¡¡¡Qué divertido, que divertido!! Ver tanta destrucción y desgracia a mi alrededor me da placer, mucho placer!!!

El dragón eléctrico salió del edificio pero se colgó en las paredes con la fuerza descomunal de sus brazos y patas, dejando que N pudiera ver toda Ciudad Castelia con facilidad desde el punto más alto de la ciudad.

— ¡¡Veamos a cuantas personas mato hoy!! — gritó sonriendo — ¡QUE EMPIECE EL CAOS!

El Pokémon legendario volvió a envolverse en una energía eléctrica y lanzó varios rayos azules en dirección al cielo, que de forma sublime empezó a nublarse de nubes negras.

De un momento a otro, Ciudad Castelia se vio debajo de una tormenta eléctrica creada por el inmenso poder que tenía el Pokémon legendario de N, Zekrom. El Pokémon Negro Puro.

En la cima del edificio que el mismo N estaba destruyendo, se encontraba Ghetsis viendo con placer como todo empezaba a ser destruido, pero, a pesar de haber rayos cayendo del cielo y ver las calles alrededor del edificio empezaban a inundarse de agua no le pareció suficiente. Quería más destrucción, más caos.

Esta vez, querían asegurar la muerte de Adaman, no cometerían el error de Maxie y Carola.

— ¡Tienes razón N! ¡Que empiece el caos!

El antiguo líder del equipo Plasma sacó de una Máster Ball a su Pokémon legendario, que ya había capturado antes de unirse al imperio de Volo, era el Pokémon Blanco Veraz, Reshiram.

Así es, ambos generales de Volo, N y Ghetsis, tenían en sus manos a dos de los Pokémon representantes del Trío Tao. Emergentes del Pokémon original que apareció de aquel meteorito congelado según cuenta la leyenda.

Pero todavía quedaba por aparecer un Pokémon legendario más...

— ¡Qué siga el caos! Reshiram, alza el vuelo y usa Lanzallamas al suelo! — ordenó Ghetsis.

Con la fuerza descomunal de sus alas, Reshiram se impulsó hacia arriba con tal de atravesar las nubes eléctricas que Zekrom había creado, iba a atacar la ciudad por arriba, con un buen movimiento poderoso.

Cuando atravesó las nubes después de alcanzar mucha altura, Reshiram fue alcanzado por el punto más poderoso del atardecer. Como bien dicen, más allá de la tormenta, se encuentra la calma. Sin embargo hoy no, esa noche sería la peor y al última de muchas personas inocentes.

Como le ordenó Ghetsis, la energía ígnea empezó a desplazarse de la cola del dragón hasta su boca, con mucha energía acumulada, Reshiram disparó por su boca una gran corriente de llamas rojas que formaron un gran láser vertical.

El ataque especial impactó contra el suelo de la ciudad desintegrando todo a su alrededor, creando un terremoto de alta magnitud.

Muchos edificios empezaban a derrumbarse, pero afortunadamente eso ocurrió en otro lugar de Ciudad Castelia, alejado de donde se encontraba el edificio del restaurante destruido.

De un momento a otro, Ciudad Castelia se envolvió de cenizas, y esto solo era el principio, de esa manera acaba la entrada de los generales de Volo, y así, la batalla más complicada, y de donde muchas personas iban a morir, estaba por iniciarse.

Fin del cap.

Equipo Normal:

Legendarios:

El combate continúa...

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