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Capítulo 59

Capítulo 59

El ataque inminente en Ciudad Castelia

[Región de Unova, cerca de Ciudad Castelia]

{En el futuro}

Narrador Neutral:

Nos situamos en un río muy tranquilo y verdoso, poco profundo e infestado de rocas en las que se podía pisar sin ningún peligro aparente, era de madrugada, muy temprano para ser exactos, pero el sol ya salía como lo hacía habitualmente para iluminar toda la región, y esta vez no habían nubes para tapar los rayos solares.

Allí están sentados tranquilamente mientras conversaban cinco entrenadores Pokémon, Hilda, Nate, Hilbert, Rosa y por supuesto, Adaman acompañado de su queridísimo compañero invisible Celebi.

Nate estaba tirando piedras al río de forma que estás rebotarán en el agua, mientras que Rosa estaba sentada en una roca, Hilda agachada apreciando un Whimsicott durmiendo en el suelo y Adaman y Hilbert sentados en otra roca amplia.

Estos cinco estaban teniendo una conversación aparentemente tranquila, acerca de sus aficiones, si mi talento y su pasión por los combates Pokémon. Simplemente, se estaban conociendo mejor, como buena amistad que ya habían forjado en Ciudad Castelia la noche anterior.

— Nuestros hermanos decidieron empezar su aventura como entrenadores a los diez años, como lo haría cualquier entrenador en realidad, pero nosotras obtuvimos nuestro primer Pokémon a los once años — explicó Hilda.

— Yo elegí a Snivy, y ella a Tepig, como bien supondrás no me tomé en serio eso de elegir primero el Pokémon inicial jeje — dijo Rosa — Porque al instante que elegí a mi Pokémon Hilda eligió al que tendría ventaja de tipo contra Snivy.

— Ya veo, solo estabas concentrada en ser mejor que tu amiga — dijo Adaman, viendo como Nate lanzaba las piedras.

— Sip, digamos que así era yo, aunque creo que sigo siendo igual de competitiva... no lo sé en realidad — Hilda se puso un dedo en la mejilla.

— Yo elegí a Oshawoot, yo también quería tener ventaja de tipo contra mi hermana... — dijo Hilbert, que ya había perdido la vergüenza con Adaman.

— ¿Y tú Nate? A quien elegiste — preguntó Adaman.

— Mi caso fue muy diferente que el resto — dijo, lanzando piedras — Mi primer Pokémon no me lo dieron, lo capturé yo mismo, fue un Rufflet, que actualmente es un honorable Braviary — explicó.

— Anda...

— Ey Adaman quiero preguntarte algo — dijo Hilda.

— Pregúntame.

— ¿Tienes novia?

— Joder, eso ha sido más directo que una bala en el pecho — dijo Celebi.

— ¿Porque preguntas eso de manera tan directa, hermana? — dijo Hilbert, molesto con ella

— ¡Oye no me malinterpretes! solo quería saberlo, nunca dije que sintiera algo por él — le dijo a su hermano, un poco sonrojada.

— *suspira* Actualmente no me gustaría la idea de tener novia en estos momentos — dijo Adaman.

— ¿Eh...? ¿Porque no...?— preguntó Rosa.

— Veréis, estoy pasando por unos días muy movidos, tener novia o novio conlleva más pensamientos y responsabilidades de las que se cree que se deben tener, estoy demasiado apretado por todo lo que me está pasando y por eso pienso que tener alguien a que amar sería una carga más.

Celebi creyó que Adaman estaba diciendo la verdad, por no decir que todos los demás también.

— Ah, entiendo — dijo Rosa — "¿Y porque me entristece...?"

— Es broma — dijo Adaman.

Todos se cayeron al suelo.

— ¡Con eso no se juega! — dijo Hilda.

— Tenía que suponerlo, has tenido dieciocho esposas, como no vas a querer conseguir más... — dijo Celebi.

— "Fuiste tonto al creer que decía la verdad, aunque a decir verdad sí que pareciese que no estuviese bromeando..."

— Entonces tienes novia?! — preguntó Rosa.

— Tampoco — respondió —.

— Oh — sorprendida —.

— ¿Eso es raro?

— Pues a decir verdad si.

— ¿Porque?

— Es que... para mí eres... — nerviosa — Bastante guapo — mirando hacia otro lado.

— Ignora a mi hermana, siempre ha a fantaseado con tener un novio fiel que la proteja de cualquier mal todos los días — dijo Nate.

— ¡E-eso es mentira, y además yo nunca diría algo así! — dijo la castaña sonrojada.

Adaman miró a Celebi con una expresión de superioridad.

— "¿Ahora lo entiendes no?"

— Pues claro, tú nunca eres quien busca a las mujeres, si no ellas te buscan a ti —

— "Todas menos Irida, ella es la única que no se me ha acercado para intentar coquetear conmigo, es por eso que intentaba tomar la delantera cuando estaba con ella"

— Eso es normal, bobo, Irida es de otro clan, además, ella es una chica dura, quizá no es del todo madura pero sí que sabe tratar con cualquiera de sus emociones — dijo Celebi — No como las dieciocho esposas que tuviste, poliamoroso.

— "Te equivocas, Celebi, todas y cada una de ellas eran igual de duras que Irida"

— Entonces eso no explica porque-

— "Para eso existe el término conquistar, que trata de descubrir que es lo que podría hacer que una persona se enamore de ti"

— Vale, okey, sigue explicando experto en amoríos — dijo el Pokémon singular.

— "No hay nada más que explicar, solo que también hay que llevarse por las probabilidades, por ejemplo, aunque haya personas que estén en desacuerdo el contacto físico es muy importante y a la vez normal en una relación, además de la sensualidad en las palabras, con esas dos cosas aumentan mucho la probabilidad de conquistar el corazón de alguien"— dijo.

— No digas que no hay nada más que explicar cuando acabas de explicarme que hay formas más fáciles de conquistar a una mujer — dijo, con un tick en el ojo.

— "Me empiezas a poner nervioso cebolla, no es mi culpa que no hayas tenido una pareja en tus miles de millones de años de vida" — molesto.

— De mí no hablemos, y a ver si tan experto eres en conquistar corazones muéstramelo, a ver si eres capaz — desafiándolo.

— "No hay tarea más fácil que esa, mira y aprende, novato" Rosa ven aquí, siéntate al lado mío — dijo.

— Eh, eh vale... — nerviosa.

— ¿¡Con ella?! — preguntó Celebi.

— "¿¡Y con quien lo haría si no imbecil, con su Snivy?! Ni que fuera un Pokefilico"— dijo, mentalmente.

— Eso ya sería muy turbio...

— ¿Qué sucede? — preguntó Rosa, ya sentada a su lado.

— Respecto a su anterior comentario... — dijo el jerarca, luego de hablar con Celebi.

Sin previo aviso y sin remordimientos, el jerarca abrazó con una mano la cintura de la entrenadora castaña, acercándola a él, sin dejarla decir nada acercó su boca a su oreja y con una voz seductora y muy baja dijo...

— ~Tu no te quedas atrás con tus atributos, tu también eres hermosa~ — sonriendo.

Dicho esto se separó de Rosa y esta se quedó petrificada, además de tener toda la piel de su cara roja.

— "A... ¿a que a venido eso...?" — sonrojada.

— "¿Ves? de esa manera se conquista a una chica, cebolla" — dijo Adaman, sonriendo

— ... Yo creo que eres demasiado directo...

— "Tu di lo que quieras, pero si no tomas a veces la delantera nunca vendrán a ti, y eso también por el lado de las mujeres, claramente" —.

— ¿Como sabes tanto acerca del amor?

— "Porque estoy experimentado idiota"

— A mi no me insultes —.

— "Idiota"

— Una vez más y te juro que te mato— amenazándolo.

— "...."

— ...

— ... "Idio-

— ¡YA PÁRATE! — dándole un puñetazo en la cara.

...

En fin, luego de acabada la última conversación, nuestro pequeño grupo de entrenadores que acompañaban al jerarca finalmente preguntaron la razón por la que estaban visitando aquel río.

—¿Porque nos has hecho venir a este río, hay alguna razón o solo querías pasar el rato? — preguntó Hilbert.

— Y tanto que hay una razón, pero primero debía comprobar qué tipo de personas erais en realidad, ahora veo que sois personas de confianza, así que puedo contaros un secreto — dijo.

— ¿Cuál? — preguntaron las entrenadoras.

— Ahí va mi confesión... —dijo.

Poco tiempo pasó en el cual Adaman expendio para explicarles a todos sus nuevos amigos la verdad acerca de su pasado, la guerra espacio-temporal que había estallado hace ya tiempo y como Volo se encontraba fuera de la realidad buscándolo para matarlo y reiniciar el universo de una vez por todas.

Explicó cómo murió toda su familia, explicó todo por lo que tuvo que pasar y lo que tendrá que hacer para acabar con la guerra: Derrotar a todos los generales de Volo y hacer suya la Flauta Azur que él mismo le había robado.

— Y así van las cosas... — dijo — No como antes, en el pasado la gente habitualmente vivía aislada de las demás, eso se debía a la poca población que había, era un mundo tranquilo, descontaminado, donde alguien podía dormir tranquilamente sin pensar que el día de mañana tendría que afrontar un problema.

Cuando acabó su conversación, Adaman recordó un momento muy importante en su vida.

Antes de proclamarse como jerarca y líder del clan diamante, ya que todavía no había derrotado a su padre, que era el antiguo líder, gastaba el tiempo ayudando a su madre recolectando los cultivos que ella misma sembraba, en compañía de su Leafeon, un Pokémon muy especial para él, y que ya no está a su lado.

Una imagen perfecta de aquel recuerdo se proyectó en su cabeza.

Celebi no entendía los pensamientos de la mente de Adaman, después de tanto tiempo juntos, pensó que no sería mala idea preguntarle al jerarca la historia de todo su pasado, como se convirtió en jerarca y qué relación tiene con Volo. Pero todavía no lo hizo, quería hacerlo en un momento en privado con el jerarca.

— ¿Todo eso es cierto...? — preguntó Rosa, impactada.

— Si, aunque parezca mentira, no lo és, mis amigos os lo pueden asegurar.

— Siento mucho todas tus pérdidas, Adaman — dijo Hilda, triste.

— Descuida, creo que ya me empiezo a acostumbrar a estar sin ellos... además, en este mundo solo existe una persona que debería perdonarse por todo lo que hizo — explicó.

— Es un monstruo — dijo Nate, refiriéndose a Volo — ¿Quien creería que destruyendo el universo podría ser la solución para que haya paz en otro nuevo?

— ... Pues él... pero bueno — se levantó — No tenéis porque pensar en mi, yo solo os he contado un poco de mí a la vez que vosotros también lo habéis hecho.

El jerarca dio la espalda y empezó a dirigirse a la mansión. Dejándolos atrás.

— Solo os quería advertir... que no es buena idea estar a mi lado.

— ¿Porque no? — preguntó Hilda.

— Yo... soy un peligro para todos vosotros —.

— ¿Qué...?

— Cada vez... empiezo a preguntarme más si debería viajar solo, porque la presión que cae sobre mí puede más conmigo, no quiero que os pase nada malo, nunca me lo perdonaría, no voy a permitir que nadie más muera a mi alrededor — tranquilo pero muy enojado por dentro — Nadie más.

Y así Adaman se fue.

Celebi se preocupó por él, pero en el fondo sabía que tenía razón, empezó a seguirlo. Dejando a los cuatro en el río.

Se quedaron en silencio, no encontraban la manera o la solución al problema existencial que tenía el jerarca, por alguna razón, no querían dejarlo, por alguna razón querían ayudarlo en vez de alejarse de él, sabiendo que podían morir a su lado.

— Dijo que sería un peligro para nosotros estar a su lado — dijo Hilbert — Pero es por eso que los humanos nos apoyamos los unos a los otros, ¿no creéis? Necesitamos aprender qué hay que asumir riesgos, y qué detrás de esos riesgos se encuentran vidas humanas, en mi opinión, yo creo que no importa el peligro, si alguien no ayuda a los demás, la vida humana no tendría sentido.

— Tienes razón, en verdad sí que se te da bien explicar sin vergüenza — dijo Nate.

Rosa miró al cielo, estaba analizando la mala suerte y el infierno en el que Adaman estaba metido, pero aún así no se rindió, todavía sigue en pie y a cada día que pasa siempre piensa en una solución para acabar con la guerra.

Sintió una presencia al lado suyo, y sin importarle quién fuera giró su mirada para ver quién era.

Y entonces...


— ¡AHH! — se asustó.

Rosa dio un salto y se alejó dos metros de donde estaba sentada, para sorpresa de ella aquel Pokémon ya no estaba allí. Es como si hubiera desaparecido en un abrir y cerrar de ojos.

— ¿¡Qué sucede?! — preguntó Nate.

— N-no lo habéis visto?! Estaba ahí, estaba ahí!

— ¿Quién? — preguntó Hilda.

— ¿De verdad no lo habéis visto...? — confusa — "Ese Pokémon... era muy hermoso, tanto que al verlo entre en un estado de calma muy profundo, ¿pero porque razón se debe su aparición? será una señal...?" — pensó, mirando al cielo.

Después de aclararlo todo, agarraron sus cosas y se fueron del rio, de vuelta a la mansión de Adaman.

.
.
.

3
HORAS
DESPUÉS

Vemos cómo Miraidon se estaba esforzando en esquivar todos los ataques de un Venusaur en un campo de combate, en su forma montura.
Debía entrenar diariamente para recuperar su verdadero poder y su verdadera forma, de esa manera podría igualarse fácilmente a un Pokémon legendario, y no era de más, el Pokémon paradoja estaba catalogado como uno. Pero al haber perdido fuerza y poder debía empezar de cero.

Adaman estaba entrenando en la mansión junto a su nueva amiga Leaf, semi campeona de Kanto, por debajo de Red, estaba iba vestida con su ropa habitual. Igual que el jerarca, que obviamente usaba su ropa de Hisui.


Ya se habían hecho amigos en muy poco tiempo, gracias a esas dos horas que estaban utilizando para entrenar al legendario del jerarca.

— Tu Pokémon es muy extraño, ¿¿donde lo capturaste?? — preguntó la castaña.

— En Paldea, digamos que tuve una aventura muy movida allí.

— Vaya, interesante... de seguro estarás echando de menos a tus antiguos Pokémon que tuviste en Hisui, ¿verdad? — dijo.

En efecto, Adaman ya se había adelantado y ya le había confesado su secreto a Leaf y Red, aunque a decir verdad, bastantes personas sabían el secreto para llamarlo "secreto".

— Si, pero siempre hay que pasar página, todos dejamos algo atrás en la vida, ¿no?

— *se ríe*

— ¿De qué te ríes? He dicho algo raro?

— No no es eso, nunca he conocido a una persona tan reflexiva como tú, Adaman — dijo — Siempre andas dejando a la gente pensativa allá por donde vas con tus frases.

— *suspira* ¿Y que quieres que diga si no, un chiste?

— ¡Si, di uno!

— Cuidado con lo que dices — dijo Celebi — En esta época se toman muy en serio los chistes ofensivos...

— "Lo sé, tampoco iba a decir uno ofensivo" Pues a ver... "vamos a comprobar si mi humor está dañado".

— Comprobémoslo —.

— A ver, dos personas ciegas van caminado por un parque, una dice: "ojalá lloviera" y la otra dice: "Ojalá yo también"

Un silencio incómodo ocupo la zona, nadie se rio, como era de esperarse.

— Ya decía yo que iba a ser mala idea decir un chiste, bueno, ¿voy a suicidarme okey? — dijo Adaman.

— Okey — dijo Leaf.

...

[Ciudad Castelia]

En la cima de un edificio, vemos a un señor de aproximadamente cuarenta años con un visor en el ojo derecho levantando los brazos y disfrutando de la brisa que hacía allá arriba. Con un Hydreigon a su lado acompañándolo.

Era Ghetsis. Los generales ya habían llegado a la ciudad.

— Ahhh... que fresca que es la brisa, será una lástima verla unas cuantas horas después llena de humo y fuego, pero no tenemos opción — dijo — ¡La destrucción se aproxima y la muerte de Adaman es inminente!

Debajo del edificio, en un restaurante, vemos como N, vestido de camarero, tenía un plan para empezar la destrucción de Ciudad Castelia por la noche, este sonreía de forma demoniaca, sabiendo que el jerarca no tendría escapatoria.

— "¡Ya queda poco ya queda poco...! Pronto mataremos a Adaman, a sus amigos y a todos los humanos de esta ciudad, haremos de Volo...

"¡La persona más orgullosa del mundo!" — dijeron los dos a la vez, con un brillo morado en los ojos.

Finalmente, el imperio de Volo había movido ficha. El segundo ataque de los generales era inminente.

.
.
.

Fin del cap.

Equipo Normal:

Legendarios:

La historia continúa...

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