Capítulo 56
Capítulo 56
Fin del evento
[Región de Unova, Ciudad Castelia]
{En el futuro}
Narrador Neutral:
El jerarca y el Pokémon singular caminaban con dificultad entre la abundancia de la gente en la zona central de la ciudad, donde se iba a realizar el susodicho evento de la líder de tipo eléctrica. Con el fin de encontrar a sus amigos.
— Me agobio... — dijo Celebi — ¿Es que acaso esa líder de gimnasio es la más popular del mundo?
— Ahora no te centres en ella — dijo Adaman — Hay que encontrar a alguien lo más pronto posible...
— Bueno, ¿al menos hoy hemos hecho una buena acción no crees?
— Si, y tanto que si.
...
Con el grupo de entrenadores, ellos se había desplazado lo suficiente para quedar a primera fila y ver a todo detalle el evento de Elesa.
— ¿Cuál fue la última vez que visteis a Adaman? — preguntó Aoi, preocupada.
— Cerca del evento, cuando nos rodeamos de gente ya dejamos de ver hacia atrás, es por eso que no pudimos darnos cuenta de que él ya no estaba con nosotras — explicó Gloria.
— "¿Y qué hizo que se separara de ellas? En verdad es preocupante, ¿y si se ha metido en un problema y no lo sabemos...?" — pensó Iono, preocupada.
— ¡Mirad, allí está Elesa! — dijo Rosa, emocionada.
Todos se quedaron con la boca abierta al presenciar la belleza de aquella líder de gimnasio que se había mostrado ante todos. Todos empezaron a aplaudir y a gritar por ella, como era de esperarse de una gran comunidad fanática.
— "Dios que hermosa" — pensó Adaman — Joder, igual Irida tiene razón, tengo que dejar de pensar en mujeres...
— No hay porque, cualquiera puede pensar en mujeres, es más, diría que todos los chicos lo hacemos, no te sientas raro — dijo Celebi.
— "Tienes razón, mierda, como hacemos para encontrarlos, en vez de acercarnos nos estamos alejando más del evento, la gente no me deja pasar" — molesto.
— Hola Adaman — saludo Amber.
El jerarca se voltea al escuchar su nombre.
— ...
— ...
— ¿Quién eres?
Celebi y Amber casi se caen al suelo por lo tonta que era la pregunta.
— No han pasado ni cinco minutos y ya te has olvidado de mi?! — incrédula.
— ¡Ah cierto eres Amber...! perdóname esta noche está siendo muy larga y estoy empezando a perder la cabeza — dijo sonriendo nerviosamente.
— *suspira* "Madre mía...incluso los entrenadores más fuertes pueden despistarse de esta manera"
— Que raro reencontrarnos de esta manera, no han pasado ni cinco minutos como bien dices — dijo Adaman, con los ojos cerrados rascándose la cabeza.
— Si, es raro, pero el motivo no lo es, estamos aquí por el evento — dijo la castaña.
— Tienes razón, el problema es que no podemos avanzar con toda esta gente — analizó.
— Sip, ese es el problema.
— Adaman — dijo una voz masculina que le resultó muy familiar, tanto que se asustó.
...
Narra Adaman:
Esa voz era tan familiar que me dio un escalofrío, creo que sé quién es quien está detrás mío.
Me giró y veo a Raúl, el mismo, parado delante de nosotros dos con su típica expresión seria y tranquila que tuvo en el barco de Rose.
— Eh...— dijo Celebi.
Esto debe ser una broma, ¿verdad?
— ¿Quién es? — me preguntó Amber.
— Ni idea — dije.
— Muy gracioso... — dijo Raúl, con una vena en la frente.
— Eso debería decir yo, me estáis bromeando, ¿verdad? — dije, alejándome de ellos.
— *confundidos*
— ¡¿Como es posible que me reencuentre con vosotros dos a la vez, las coincidencias tienen límites sabéis?! — pregunté.
— Coincidencia, ¿de que estás hablando? — preguntó Amber.
— Contra ti peleé en un barco tan solo un minuto después de conocerte — señalo a Raúl — Y a ti igual, si sois amigos y me estáis haciendo una broma decirlo de una vez, ¿es que acaso me estáis siguiendo?!
— Eh... — dijo Amber.
— Primero, no nos conocemos — dijo Raúl — Y segundo, yo sí que debo confesar que te estoy siguiendo, de no ser así no estaría en la misma región — explicó Raúl.
— Y-yo también te estoy siguiendo... — confesó Amber.
— ¿Y PORQUE? EL ACOSO ES MALO— dije, impactado ante sus confesiones.
— No te estamos acosando, solo queremos medirnos a tu nivel cada día que transcurre – explicó Raúl.
— ¿Me estás diciendo que voy a tener que reencontrarme con vosotros cada día para haceros el favor de combatir con vuestros Pokémon? — preguntó.
— Si queremos mejorar, necesitamos estar cerca de ti – comentó Amber.
— No me estoy creyendo lo que me está pasando...
— Mirémoslo por el lado positivo, al menos estos dos son fuertes, podemos mejorar con ellos — dijo Celebi.
— Es verdad — dijo Adaman.
— ¿Mh? Con quién hablas? — preguntó Amber.
— ¡Con nadie, con nadie ja ja! — nervioso — Solo estaba recordando algo y empecé a hablar en voz alta.
— Ah... entiendo— sospechando.
— Tarado... — dijo Celebi, con un facepalm.
En fin, el evento transcurrió de forma normal y como no podía encontrar a mis compañeros tuve que pasar el rato sentado en un banco con aquellos misteriosos entrenadores.
Nos hicimos amigos rápidamente, porque empezamos a hablar de nuestras aficiones.
Después de veinte minutos, fue Raúl quien acabó la conversación.
— Adaman —.
— ¿Qué?
— No importa que tan tarde sea, en la entrada de tu casa, combatiremos allí — dijo, decidido.
— "Rayos, porque razón tienen tantas ganas de combatir todo el rato contra mi, ¿acaso soy un imán de entrenadores...?" — pensó — La idea de un segundo combate contra ti no me disgusta, pero que no sea muy largo, tengo sueño y no me puedo imaginar cómo estaré a esas horas de la madrugada.
— Como tú quieras — se levantó.
— ¿Te vas? — pregunté.
— Tengo que prepararme, un buen entrenador siempre debe tener una estrategia pensada para un combate, te espero en tu mansión — se fue caminando con las manos en los bolsillos.
Ahí me quedé solo en aquel banco con Amber a un lado, cerré los ojos para relajarme.
Según lo que escuchaba, el evento acabó, porque podía escuchar todas la voces y pasos por la carretera que teníamos delante nuestro: la gente empezaba a volver a sus hogares. Con lo que todo empezaba a vaciarse.
— Nunca me dijiste que tenías una mansión — dijo Amber.
— Aún con la capacidad de hacerlo, no me gusta presumir — dije.
— Ya veo...
— En fin, ¿no te vas a ir?
— ¿Porque lo haría?
— Te explico, una amiga mía se enoja cuando me ve en estas situaciones, ya sabes, cuando ando solo con chicas... — dije — Además, es muy tarde y no me veo seguro ni estando con compañía, quiero que te vayas a tu hotel, hay personas muy malas por ahí.
— Eso lo sé, pero no te preocupes por mi — se levantó — Si tú has salvado una región, entonces yo también soy capaz de hacer muchas cosas como por ejemplo, llegar sana y salvo a mi hotel — sonriendo.
— ... Antes me dijiste que querías encontrarle el sentido a la vida, y la verdad no te consigo entender — entre cerrando los ojos.
— ¿Porque no?
— No hay porque encontrar directamente el sentido a una vida, con tan solo saber el valor que tiene una podrás seguir adelante a partir del momento en el que lo hagas, es así de simple — dije sin entender porque ella decía eso.
— Ah, vaya — sorprendida — Igual tienes razón, trataré de pensar en eso, bueno, nos vemos — dijo, sacando la lengua y dándome la espalda.
— Que entrenadores tan particulares— dijo Celebi.
— Ni que lo digas, ahhh — dije — Por fin un momento de calma.
— ¡A TI TE QUERÍA YO VER! — gritó una voz.
Un entrenador castaño se detuvo luego de correr a la velocidad de una bala delante mío, estaba exhausto pero emocionado a la vez.
— "Pues a la mierda el momento de calma" — dijimos Celebi y yo a la vez.
...
Narrador Neutral:
Nate había llegado corriendo hasta llegar al banco donde se encontraba Adaman, emocionado por haberlo encontrado, por haber encontrado a la persona a la que quería enfrentarse.
— ¡Tu eres Adaman verdad! — acercándose a él aún más — ¡Peleemos ahora mismo!
— ¿!Que espera?! no vayas tan rápido! "No entiendo nada" — confundido.
— Hermano! — gritó Rosa.
— ¿Eh? — Adaman giró la cabeza.
El jerarca vio cómo detrás del entrenador castaño se acercaban corriendo tres entrenadores más, dos chicas y un chicos, todos, absolutamente todos, castaños.
— Uno dos tres... son cuatro entrenadores que no conocemos — advirtió Celebi, incrédulo.
— "¿Qué está pasando aquí?" — preguntó Adaman.
— ¿Qué quieres?! — preguntó Nate, molesto con su hermana — ¡No me interrumpas mientras hablo con Adaman!
— "¿Me conoce?"
— Yo puedo interrumpirte cuando yo quiera!
— Venga chicos, por favor, no os peleéis... — dijo Hilbert, intentando calmarlos. Sin éxito al tener una voz tan leve y tímida.
— ¿Mh? Entonces tú eres Adaman? — preguntó Hilda.
— Si, ¿y tú? Al menos quiero saber uno de todos vuestros nombres — dijo con ironía — Porque repito, no entiendo nada de lo que está pasando.
— Me llamo Hilda, supongo que eres un entrenador fuerte, esos dos siempre han estado corriendo de un lugar a otro para desafiarte a un combate — refiriéndose a Hilbert y Nate mientras se presentaba.
— Ya veo, ¿me conocéis por las noticias? — refiriéndose a su enfrentamiento con Moltres y Carola en la Isla de la Armadura.
— Sip, ellos son Nate y Hilbert, nuestros hermanos y entrenadores muy fuertes, y ella es Rosa, una entrenadora en desarrollo, ~pero no te confundas, tiene mucho talento: derrotó con solo su Snivy al equipo de un líder de gimnasio~ — lo dijo, susurrándole al jerarca.
— Ah, e-encantada de conocerte — dijo después de dejar de pelearse con su hermano.
— Lo mismo digo... — dije — Okey y, ¿solo sois vosotros cuatro, o estáis acompañados de más gente?
— *se rie* Que te lo digan ellos — miró en otra dirección.
Adaman siguió la mirada de Hilda y allí se llevó la sorpresa, todo su grupo de entrenadores, todos y cada uno de ellos al lado suyo, mirándolo en silencio.
— Eh... jeje — sin saber qué decir.
— ¿Y bien, no vas a decir nada? — preguntó Marnie, de brazos cruzados.
— ... ... ... Perdón por no haber llegado a tiempo — abatido — Me perdí entre toda la gente y no pude volver a localizaros.
— *suspira* Pero al menos habrás podido ver el evento, ¿no? — preguntó Aoi.
— Si, eso sí, me perdí entre la gente, pero eso fue entrando en el desfile, el único problema fue haberos perdido de vista, solo eso — explique, mirando al suelo con las manos en los bolsillos.
— Que vamos a hacer contigo, Adaman — suspiró Arven.
— Bueno, lo importante es que estás bien, ¿verdad? — preguntó Iono.
— Supongo — respondió el jerarca, sonriendo levemente.
— Adaman — Celebi le tocó el hombro.
— "Qué quieres"
El Pokémon singular señaló a Irida, indicándole a Adaman que ella tenía que decirle algo. Estaba seria.
— ... Que raro, ¿no te vas a enojar conmigo? — preguntó Adaman, rascándose la cabeza.
— ... — mirando al suelo — Celebi ya me contó que fue lo que hiciste para tener que perderte...
El jerarca miró a su amigo, este le guiñó con un ojo, había planeado algo para hacer que ellos dos se logren reconciliar, aquella noche se habían estado peleando durante mucho rato, y todo debía terminar.
— Realmente, muy pocas personas habrían hecho lo que tú hiciste con aquella niña — dijo — Por eso..
— ... ¿Por eso?
— *mirando hacia otro lado* Quería perdonarme por haberme peleado contigo en toda esta noche, fui una tonta al pensar que tenías deseos sexuales por todas las mujeres que veías, pero eso es mentira, y no me di cuenta de lo obvia que era esa mentira — explicó — Además...
"
— Clanes Diamante y Perla, ¿aceptáis entrar en la misión haciendo una pequeña alianza? — preguntó Kamado.
— Si es por el bien de mi amiga diré que si a todo — respondió Irida, sin importarle estar junto a Adaman.
— No hace más de décadas que nuestra guerra terminó, nuestras antiguas civilizaciones nunca fueron recuperadas y lo único que nos queda son nuestras pequeñas bases ocultadas en el Pantanal Carmesí y bajo el templo Puntaneva de la Tundra Alba, me parece un momento que marcará mucho en nuestra historia, pero aceptaré, por el bien de esa niña — se rasco la cabeza Adaman.
"
— Cuando recordé lo que dijiste antes de enfrentarnos a Volo en aquel templo, me di cuenta de que sigues siendo el Adaman de siempre a pesar de estar en el futuro, uno que siempre lo dejaría todo por el bienestar de los demás — sonríe.
Adaman se quedó un buen rato analizando lo que dijo, finalmente sonrió por dos motivos, por lo que dijo y por la reconciliación.
— Perdóname tú a mí también, te he estado tratando de una manera muy violenta, cuando en realidad en el pasado siempre intentaba conquistarte — dijo.
— Bueno, algo tengo que admitirte.
— El que.
— Acerca de aquellas flores que me regalaste en la Costa Cobalto...
"
— Sabes que nadie puede vernos así, ¿verdad? — le dijo Irida a mi yo de antes, nerviosa — Somos de clanes distintos, esto podría ser catalogado como una traición, ¿¡porque se te ocurre regalarme unas flores idiota?! — con un leve sonrojo.
— Si, quizá tengas razón, somos de clanes diferentes, pero eso no borra el pasado, sea donde sea que estemos en el presente siempre estuvimos juntos en la infancia, ¿no te acuerdas de aquellos tiempos?, aquellos en los que éramos felices y no lo sabíamos — dije con una mirada serena.
"
— Después de eso, me preguntaste que qué había hecho con aquellas flores y yo no te respondí — dijo.
— Y si, eso es cierto.
— Bueno pues... no te respondí porque me daba vergüenza decirte en aquel entonces las había dejado en mi casa, en el pueblo de mi clan, en la Tundra Alba — reveló.
— Vaya — dijo Adaman — Pues qué decirte, me alegra escuchar eso.
— Hmmf, solo era para que lo supieras... — rozándose un brazo.
— ¿Mh? — Adaman miró en otra dirección.
Liko y Gloria estaban allí, lo único malo es que no tenían su mirada fijada en el jerarca.
— Olvídalas — dijo Víctor — Están enojadas contigo, por lo que te será difícil ganarte su perdón.
— No me digas... — dije, triste.
— Bueno, será mejor presentaros cuando sea posi- — Carola fue interrumpida.
— ¡¿Tú eres Adaman, verdad, el que salvó la región de Galar de tres aves legendarias?!
Adaman tardó en reaccionar al ver tan cerca el rostro de una chica con gorra, con cabello largo y castaño cerca de su cara, estaba muy cerca, y eufórica.
— Eh, si, supongo — respondió — ¿Y tú?
— ¡Encantada de conocerte! Yo soy Leaf, de Pueblo Paleta, y él es Red, también de Pueblo Paleta — se presentó junto a su amigo — Tus amigos nos han estado diciendo que eres un entrenador muy inteligente, si es eso cierto algún día me encantaría enfrentarme a ti!
— Je, tienes una buena actitud Leaf, debo suponer que también sois entrenadores muy fuertes — supuso el jerarca.
— Tienes toda la razón — orgullosa — "No me esperaba que iba a ser tan guapo, honestamente, me han pillado desprevenida" — aceptó en su mente.
— Por cierto Adaman — Rosa le tocó con un dedo el hombro.
— ¿Si?
— Según tus amigos, tú no conoces a esa entrenadora, y qué mejor que presentártela en persona — sonrió.
— ¿A quien te estás refiriendo? — confundido.
— A mi — dijo una voz femenina.
Adaman y Celebi, sencillamente, estaban impactados.
.
.
.
Fin del cap.
Equipo Normal:
Legendarios:
La historia continúa...
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro