Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capituló 30

Capítulo 30

Combate de entrenamiento (2)

[Región de Galar, Nieves de la Corona]

{En el futuro}

En una zona de la región totalmente nevada y invadida por Pokémon muy fuertes por naturaleza, nos encontramos en un pueblo pequeño pero todavía con gente viviendo allí. De una casa habían salido al exterior tres entrenadoras vestidas con un traje de exploración de color naranja. Fabricado para protegerse del frío y de los posibles desastres naturales.

Hacia mucho frío, tanto que se podía ver fácilmente el humo blanco que salía de la boca de los seres vivos.

— Articuno se encuentra cerca del templo Corona, debemos darnos prisa, antes de que cambie de ubicación — dijo una chica de unos tantos años, con pelo naranja recogido en una coleta.

— Pues hay que apresurarnos, vamos Iono — dijo Rika.

— *suspira* Vamos — confiada.

.
.
.

[Región de Galar, Isla de la Armadura]

{En el futuro}

Narrador neutral:

En el salón donde se encontraba el maestro, Gloria estaba sentada en un sofá, observando y admirando la forma en la que su hermano hablaba tranquilamente con el jerarca como si ya lo conociera desde hace tiempo.

De un momento a otro, la chica que lo acompañaba, Liko, se acercó hasta ella para sentarse a su lado.

— Hola — con una voz amigable.

— H-hola...

— Adaman me ha hablado de ti, eres una entrenadora muy fuerte, ¿verdad?

— S-si... pero tampoco me gusta confiarme tanto de mi fuerza... — reconoció.

— Eso es bueno, tampoco hay que confiarse mucho al hacer algo, ¿sabías que Adaman también es muy fuerte, y eso que solo tiene tres Pokémon en el equipo?

— ¿De verdad? Increíble... aparte de ser un bombón tiene talento como entrenador... — decía en voz baja mientras lo observaba.

La azabache alcanzó a oír lo que susurró la entrenadora castaña y se sobresaltó.

— ¡¿G-Gloria?! — sonrojada.

— ¿¡Eh!? P-perdón estaba hablando en voz alta... — tímida y sonrojada.

— Que....? "¿Acabo de oír lo que acabo de oír o es mi mente...?" — confundida.

— Maestro, tengo que hablar de algo con usted —.

Todos los entrenadores presentes se dieron cuenta de que Victor había acabado de hablar con Adaman y ahora se estaba dirigiendo a Mustard con una expresión seria en el rostro.

— ¿De que se trata? — preguntó acariciándose la barba.

— Es sobre la Pokeball que me diste hace tres días, ¿te acuerdas? — dijo.

— No, no me acuerdo — torpemente.

— Je... — con una gota estilo anime — Aquella Pokeball completamente roja que me prestaste para que yo pudiera abrirla, ¿se acuerda ahora? —.

— Ah si, ahora sí me acuerdo, ¿y que pasa con ella?

Víctor sacó de su bolsillo aquella Pokeball, no solo para sorpresa de Adaman si no de todos, aquella cápsula de captura era muy extraña y no la habían visto ni en imágenes por internet. Completamente roja por ambos lados y negra por los otros dos.

— Lo he intentado de todas las mañeras posibles, pero nada, no he conseguido abrirla como usted me ordenó, pasado estos días no podía evitar preguntarle porque quiere que la abra, ¿acaso hay un Pokémon dentro? — preguntó muy curioso el castaño.

— En efecto, sabía que tenía que llegar el día en el que tuviera que decírtelo, pero dentro de esa cápsula se encuentra un Pokémon de lo más particular, según lo que me han dicho — rebeló Mustard.

Todos reaccionaron con la boca abierta menos Adaman, aquello significaba que dentro de aquella Pokeball debía haber un Pokémon bastante poderoso. Y su interés incrementaba.

— ¿Porque no me lo había dicho antes? — preguntó Víctor.

— La impaciencia impide a un ser humano emplear mejor una buena acción — explicó el anciano — Te di el tiempo que quisieses para intentar sacar al misterioso Pokémon de esa Pokeball, pero veo que has llegado hasta el límite y te has cansado, ¿verdad?

— *asiente* Es imposible maestro... si de verdad hay un Pokémon dentro entonces no quiere volver a salir, fue un gran error de parte de su entrenador original haberlo capturado...

— Dámela.

El castaño se la dio y este observo muy bien como la Pokeball, después de cinco años sin volver a abrirse, lucia igual como en el primer día en el que se la dieron, en el fondo, su deseo era encontrar a alguien que pudiera abrirla, lo único que quería era descubrir que Pokémon tan misterioso se podía encontrar luego de tantos años dentro de esa cápsula roja. Y no le importaba quien se quedase con el Pokémon.

Por lo que tomo una decisión.

— Os voy a confesar algo jovenes promesas... — cerró los ojos — Desde hace cinco años está Pokeball ha pasado de entrenador a entrenador, cada uno con la misión de abrirla, y como estáis viendo, nadie ha podido abrirla, mi objetivo desde la primera vez que la vi ha sido descubrir que Pokémon se encuentra en su interior, por eso, por muchos los intentos fallidos que hayan sido, no me voy a rendir. Tengo la sensación de que esta Pokeball solo se abrirá cuando un entrenador específico la tenga en sus manos algún día, y nunca sabré cuando me topare con ese entrenador, así que, con un poco de dignidad que me queda, preguntaré: ¿alguien de aquí se ofrece para intentar abrirla? Le prometo que, si el misterioso Pokémon sale, será suyo — preguntó.

Todo se hizo silencio, hasta que dos manos se alzaron indicando que dos personas se habían ofrecido voluntarias, y no eran nada más ni nada menos que...

— A-Adaman?? — dijo Liko sorprendida.

— Liko... — sorprendido también.

— Vaya vaya... me gusta vuestro interés — sonrió — Sin embargo como bien sabéis no puedo partir esta Pokeball por dos, tenéis que poneros de acuerdo o....

— ¿O? — preguntó Liko.

— ¿Que es lo que se hace cuando dos personas no se están de acuerdo y hay que decidirlo a suerte? — preguntó.

— Un combate Pokémon — dijo Adaman.

— Exacto.

— Cierto.... Quien gane el combate se queda con la Pokeball — dice Liko — ¡Pues esto me viene bien, ahora puedo demostrarte lo mucho que he mejorado Adaman, olvídate del combate contra tu Slowpoke que tuvimos ayer! — dijo motivada.

— *rie* Me gusta tu entusiasmo, pero trata de sacarlo en combate, no ahora — confiado.

— Detrás del dojo hay un campo de combate muy amplio, ahí podéis combatir con total libertad — dijo Mustard, encendiendo el televisor y empezando a jugar a la Nintendo.

— Yo iré para ver cómo os las apañáis en combate, ¿tú vienes hermana? — preguntó Víctor.

— ¡Por supuesto...! — un poco más emocionada que antes.

— "Bien... este es un combate serio, a que Pokémon debo utilizar ahora..." — empezó a pensar Adaman.

— Buenas, ¿me he perdido algo? — preguntó Celebi.

— "¿Y tú dónde estabas?" —.

— En la cocina — respondió.

— "No habrás robado al-

— No, solo bebí un poco del agua de la nevera, los Pokémon también nos tenemos que hidratar, ¿sabías?

— "Que hace una cebolla bebiendo agua de una nevera"

— Oye respétame, ya que puedo beber tranquilamente de esas cosas a las que llamáis botellas pues aprovecharé la oportunidad — serio.

— "También puedes beber agua de una botella más grande, también está en la nevera y tiene un color amarillo y naranjoso, es de vidrio" — dijo.

— A mi no me mientes, no soy tonto ya sé que con esas botellas os emborracháis, sé lo que es el alcohol — dijo Celebi, captando su broma.

— "¿Y como sabes lo que es?" — sospechando.

— ... ... — silencio — Ejem ejem, vayamos con los demás.

— "No me ignores"—.

.
.
.

[Región de Galar, Área Silvestre]

{En el futuro}

Narrador neutral:

A diferencia de hace pocos minutos, el cielo no estaba nublado y dejaron de caer rayos en el Area silvestre, todos los Pokémon escondidos salieron para vivir la vida como lo hacían naturalmente, es como si Zapdos se hubiese esfumado y nunca hubiese ocurrido. Pero si que lo hizo.

Antes de poder emboscar a Zapdos, todos los entrenadores se durmieron para luego al amanecer intentar capturarlo, cosa que, unos tres entrenadores, consiguieron.

Aoi y Arven estaban montando una tienda de campaña, era de día si, pero eso no quitaba el cansancio que tenían de haber corrido tanto, necesitaban cocinar una buena ración de curry.

— Jamás pensé que acampar fuera tan agradable luego de una persecución — dijo Aoi.

— Si lo que tú digas, ten esa Ultra Ball bien guardada, quien sabe si alguien quiere robarnos a Zapdos — dijo Arven, montando su tienda.

En efecto, luego de unas cuantas horas los entrenadores de Paldea junto a una entrenadora pelinegra de Galar habían logrado capturar a Zapdos luego de haberlo paralizado.

— Adaman estará orgulloso de nosotros, seguramente somos los primeros en lograr capturar a una ave legendaria — dijo Aoi.

— Después de todo, tu eres una campeona, no es muy extraño de tu parte — dijo el rubio.

— Eso no quita el mérito.

— ¿Tú te vas? — preguntó Arven a la pelinegra, que se estaba alejando.

— Como bien dije con mi nombre, tampoco tengo porque estar más con vosotros, lo único que quería era calmar Galar, aún así hemos hecho un buen trabajo — dijo sería.

— Pues hasta la próxima — dijeron los dos.

— Chao — se fue.

Después de unos minutos.

— Se me olvidó decirle que hay más aves legendarias intentando destruir Galar... — dijo el rubio.

— Calma, es una chica muy inteligente, seguramente ya sabrá igual que todos que hay más aves gracias a las noticias — dijo Aoi.

— Tienes razón — acariciando a su Mabosstiff.

Los dos se quedaron sentados mirando al cielo azul.

— *suspira* Espero que a los demás les esté yendo bien igual que a nosotros... — dijo Aoi.

— Son fuertes, seguro que podrán, si no hay inconvenientes claro —.

— ¿Que deberíamos hacer ahora, ir con Adaman o Iono?

— Eso debemos decidirlo cuanto antes... — dijo Arven.

Los dos dejaron de momento el tema para calmarse y disfrutar de su acampada en esa área, luego de haber cumplido con su misión.

La primera de las tres leyendas ha sido capturada.

.
.
.

[Región de Galar, Isla de la Armadura]

{En el futuro}

Y volvemos con el equipo de nuestro jerarca, desde la última reunión con el maestro Mustard habían transcurrido treinta minutos, ahora Liko y él, junto a los dos hermanos castaños se encontraban detrás del dojo en medio de un combate Pokémon, la pelinegra contra el líder del antiguo Clan Diamante de Hisui.

— ¡Usa Hidrobomba! — ordenó Liko.

Excavar — dijo Adaman.

El Blastoise de Liko expulsó a través de sus dos cañones dos torrentes de agua que se acercaban a Gliscor, pero este último se sumergió en la tierra evadiendo el ataque y acercándose por debajo.

— Aléjate usando Giro Rápido —.

Blastoise, viendo como el escorpión volador se acercaba por debajo se escondió en su caparazón y empezó a girar para alejarse muy rápidamente de ahí, intentando evitar que pudiera dañarlo.

— Sal y persíguelo con Ataque Rápido — ordenó el jerarca.

Gliscor salió de la tierra y empezó a acercarse al lejano Blastoise con mucha más velocidad.

Hidrobomba de nuevo! —.

El Blastoise asintió, salió de su caparazón y lanzó dos chorros de agua.

— Esquivalo y dañalo usando acróbata —.

Gliscor, de un momento a otro salto y rebotó por todas partes como un rayo y propinó un puñetazo en la cara de la tortuga gigante, ignorando por completo el Hidrobomba de este.

Blastoise se mareó del tremendo golpe y cayó debilitado al suelo.

— Blastoise no puede continuar, la victoria es para Gliscor y Adaman — dijo Victor.

— Regresa Blastoise, has combatido bien — dijo Liko un poco apenada.

— Muy bien hecho campeón — dijo Adaman — "Hay que ver... derrotando a una tercera evolución a la cual está en desventaja de tipo, este escorpión no es normal..." —.

Gliscor gruñó victorioso como siempre hacia para luego ser guardado en su respectiva Pokeball.

Los dos entrenadores se acercaron para luego mirarse a los ojos, de ahora en adelante, Adaman iba a tomar la oportunidad de intentar abrir esa misteriosa Pokeball que tanto Mustard ansiaba abrir.

— He perdido otra vez... no hay modo de ganarte, ni mejorando — dijo Liko.

— No te deprimas tanto, he usado a mis mejores Pokémon, no todo mejora al instante ya verás como empezarás a ganar combates cuanto más pase el tiempo — dijo.

— Eso espero — sonrió.

Con los hermanos.

— ¿Hermana estás viendo lo mismo que yo...? — preguntó Víctor — Ese Gliscor no ha recibido ningún rasguño contra los dos Pokémon de Liko...

— Si... "Liko tenía razón, Adaman es un entrenador muy fuerte, ¿habrá competido en alguna liga... o será que entreno durante muchos años?" — pensaba Gloria, sorprendida.

— Pues entonces Adaman será quien tome la responsabilidad en intentar abrir esa Pokeball — dijo Victor.

— No se hermano... ¿tú crees que él logre abrirla? — apenada.

— Siéndote sincero... no, por muy fuerte que sea eso no tiene nada que ver con el Pokémon que se encuentra adentro, además, el objeto ha pasado por muchos entrenadores, es muy poco probable que él, únicamente él, sea el elegido — de brazos cruzados.

— Yo confió en él — dijo sin más.

— Eso es raro, ¿porque? —.

— Porque... nada, solo es una corazonada, ignora lo que dije —.

— Te veo un poco acalorada, ¿estas bien?

— Si si, perfectamente — mirando hacia otro lado.

Fin del Cap.

La historia continúa...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro